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Chapter 13 - 13- FINAL

Un mes después:

Mi padre accedió a vender la empresa y a trasladarse a la del padre de Arianna. Las cosas han ido fluyendo mejor que antes; es cierto que aún ha habido mucho movimiento de reporteros y rumores falsos, pero es algo a lo que le hemos restado importancia. Por otro lado, los preparativos de la boda se realizaron, nos casamos mañana. Quisimos hacerlo lo más pronto posible y decidimos que la luna de miel sería en nuestra casa, que más adelante tendríamos una mejor. Escogimos a los padrinos al azar, no era algo que nos importara. Luego de que nos casáramos, no había problema con quiénes fueran. No anunciamos nuestra boda a los medios, solo a personas cercanas y así. Haríamos una boda sencilla, ¿Así que para que invitar a tanta gente? Quería que estuviera con un vestido de blanco y poder apreciarla como se supone. La primera vez no pude hacerlo y ahora me arrepiento. A diferencia de esa vez, ahora nos estaremos casando por amor y es algo que me llena el alma. Estaba ansioso, ni siquiera la primera vez me sentí así como ahora.

—No podemos hacer nada hoy, todo lo dejaremos para mañana, guapo.

—Es una lastima, yo que quería estar contigo esta noche.

—Podemos dormir juntos, pero nada más. Espero no hagas ninguna provocación de las tuyas.

—¿Cómo crees, linda? — sonreí, y ella sonrió de vuelta.

—¿Te sientes bien?

—Ansioso, ¿Y tú?

—Ya me di cuenta. Te has estado comiendo las uñas todo el día. Haces lo mismo desde pequeño. No te las dañes.

—Lo siento. Está vez todo quedará perfecto. Ya quiero que sea mañana.

—¿Por la boda o la luna de miel, pervertido?

—Por ambas.

—Vayamos a dormir, para que la noche pase rápido.

—Esa es una buena idea.

Nos acostamos en la cama y miramos el techo.

—¿Quién diría que nos casaríamos otra vez? Yo que pensé que eso iba a ser imposible — comentó Arianna.

—Nada es imposible en esta vida. Está vez lo haremos por amor, eso lo que vale.

—Tienes razón, Bruce.

—El tiempo ha pasado rápido, tal parece que hubiera sido ayer cuando aún éramos niños.

—Así es, pero ha pasado mucho tiempo de eso. Ahora somos adultos y estamos a punto de casarnos.

—Creo que no puedo estar más feliz que ahora, Arianna.

—Vamos a dormir— se acurrucó entre mis brazos y la abracé—. Descansa, Bruce.

—Tu también hermosa.

A la mañana siguiente:

Arianna se levantó más temprano que yo y ya se había ido de la casa, debe estar con su padre. Me di un baño y me quedé un rato dejando el agua recorrer por todo mi cuerpo. Mis nervios estaban más alborotados hoy. Estaba ansioso, ya quería verla y hacerla mi esposa. Me puse el gabán blanco, quería lucir muy elegante hoy y poder estar a la altura de ella. Muero por verla.

Mi padre vino a felicitarme y mi madre también, estaban los dos muy felices. Ellos siempre estuvieron de acuerdo en esta unión, es como un logro para ellos. El tiempo estaba pasando muy rápido y me dirigí a la iglesia con mi padre. Al llegar ahí, es como si el tiempo se hubiera detenido; estaba más ansioso y nervioso que antes. Estaban todos los invitados ahí presentes.

Al cabo del rato, escuché a las personas murmurar, Arianna había llegado, fue lo que me informó mi padre. Al escuchar la música y ver a Arianna quedé perplejo, no podía ver nada más alrededor. Ella era todo lo que podía ver. Se veía sumamente radiante. No habían palabras para describir lo hermosa que se veía; era como un sueño hecho realidad. Su padre la trajo al altar y sujeté su mano ayudándola a subir el escalón. Una lágrima bajó por mi mejilla y la sequé rápidamente. Fue tan de repente, no sentía que eso iba a ocurrir. Arianna me miró y sonrió.

—Te ves hermosa, Arianna. No pensé que podría tener la oportunidad de apreciarte vestida así. Pareces una reina.

—Gracias, cariño. Te ves muy atractivo y guapo, Bruce. Desde pequeño hasta ahora, siempre lo has sido— besé su mano y sonrió.

Escuché todo lo que dijo el padre y fue algo que no había escuchado antes. Sus palabras me conmovieron mucho y más al tenerla a ella al lado mío. Entendí muchas cosas, y entre ellas es que, a veces la felicidad la tenemos justo enfrente y no nos damos cuenta. Somos tan ciegos que no apreciamos a las personas que tenemos a nuestro lado; a esas que lo dan todo por vernos felices, aunque eso signifique renunciar a su propia felicidad; así como es ella. Es por eso que dedicaré mi vida a hacerla feliz y darle todo lo que por idiota no le di antes. Arianna es todo lo que quiero y la persona que ha estado incondicionalmente para mi, a pesar de lo terco, egoísta e idiota que he sido.

—Me entrego a ti este día para compartir mi vida contigo. Puedes confiar en mi amor porque es real. Prometo ser un esposa fiel, compartir y apoyarte en tus esperanzas, sueños y metas. Mi voto estará contigo para siempre. Cuando caigas te levantaré, cuando llores te confortaré, cuando rías compartiré contigo tu gozo. Todo lo que soy y todo lo que tengo es tuyo desde este momento hasta la eternidad— colocó el anillo en mi dedo y sonrió dulcemente.

Sentía mi corazón agitado y un nudo en mi garganta, estaba tratando de controlarlo, no quería que se diera cuenta. Respiré hondo y la miré

—Yo te elijo Arianna, para caminar a tu lado y dormir en tus brazos, para ser alegría para tu corazón y alimento para tu alma, para aprender de ti y crecer contigo, incluso cuando la vida nos cambie a los dos. Te prometo reír contigo en los buenos momentos y llorar junto a ti en los malos. Prometo respetarte y apreciarte como esposa, como compañero y como un igual, sabiendo que no te completo, sino que te complemento, exactamente del mismo modo en que tú lo haces conmigo. Prometo tener mil aventuras contigo e intentar hacerte feliz cada uno de los días del resto de nuestras vidas— coloqué el anillo en su dedo y sonreí. Una lágrima estaba asomada en su rostro y yo sentía la mía en el borde también.

—Si alguien se opone o tiene algo que decir para cancelar esta unión, que hable ahora o calle para siempre — hubo un silencio absoluto.

Ambos nos quedamos mirándonos, era como si nada más alrededor importara.

—Yo los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

Sujeté a Arianna por la cintura y la acerqué a mi.

—Te amo, Arianna.

—Y yo a ti, Bruce.

La besé, cuando escuchamos una voz que nos alertó.

—¡Tú no puedes casarte, Bruce! — al mirar a la entrada de la iglesia, ahí estaba Valentina. ¿Cómo supo que nos estábamos casando?

—Hasta que por fin llegas. Lastima que has llegado muy tarde, aunque pudiste llegar en el momento justo para nosotros — Arianna sujetó su traje y bajó el escalón—. ¿Nos vas a felicitarnos?

—¿Qué estás haciendo, cielo? — le pregunté siguiéndola.

—¿Por eso me enviaste la invitación?

—¿Tú qué crees? Quería que fueras la invitada especial para entretenernos. ¿Ya ensayaste el espectáculo de víctima herida?

—¿Cómo pudiste, Bruce? Yo sí te quería. ¿Por qué de todas las mujeres que existen, precisamente te fijas en esta? Me juraste tantas veces que me amabas, ¿A dónde se fue ese amor que me juraste?

—Y anda con el mismo drama de Romeo Santos, ¿Dónde dejaste a Henry y los demás?— burló Arianna.

—Le has llenado la cabeza haciéndote la mosquita muerta. Tú no eres nada al lado mío. Solo eres una cualquiera, mentirosa y manipuladora. Apuesto que no le has dicho a nadie lo que viviste con Omar y tampoco a él. ¿Les contaste a todos cómo abusaron de ti, y que a causa de eso, tu padre mató a ese hombre? Imagino que eso no se lo has dicho a nadie. ¿Cómo puedes estar vestida de blanco? Si has sido muy usada, ¿No te da vergüenza?

—¿Qué dijiste, Valentina? — me acerqué a Valentina y la empujé.

—Lo que escuchaste. ¿Cuánto tiempo más piensas seguir ocultándolo, Arrianita? ¿Les has dicho que no eres para nada pura, y que te has casado dos veces a la corta edad que tienes?

—Te prohíbo que vuelvas hablarle así a mi esposa o no respondo, Valentina—la sangre me estaba hirviendo y me sentía al punto de perder el control.

—¿Él ya sabe la razón por la que necesitas encontrar un esposo? Me llamabas interesada, Bruce, pero para ella tú solo significas dinero.

—Tranquilo, Bruce. Déjala que se desahogue. Ella misma está cavando su propia tumba y no lo sabe —ojalá pudiera, pero escucharla decir todas esas cosas dolorosas para mi Arianna, es irritante.

—Veo que estás muy enterada. Permíteme adivinar; ¿Tienes algo que ver con lo que sucedió? Las únicas personas que sabemos sobre esto era mi padre, Bruce y yo. ¿Tú cómo sabes lo que ahí ocurrió? ¿No está claro que acabas morderte la lengua por soltarla tanto? Haré la pregunta clara, fuiste tú quien le ordenó a Omar hacerme todas esas cosas, ¿Cierto?

—¿Qué?— pregunté al escuchar lo que dijo Arianna.

Ahora que lo menciona, ella tiene razón. Pocos sabíamos sobre esto y hace algo de lógica, pero ¿Cómo es eso posible?

—Omar sí era agresivo, maltrataba a las mujeres y abusaba de ellas, pero por la rabia que tenía esa noche, pude notar que algo más lo tenía envenenado. Él lucía como un demonio y no creo que haber llegado tarde para la cena, haya causado su ira, al límite de perder la cordura y arriesgar su reputación, su carrera y su libertad. ¿Di justo en el clavo, Valentina?— Arianna caminó hacia Valentina y ella retrocedió—. ¿Qué hay con esa cara? ¿Te comieron la lengua los ratones?

—¿Cómo pudiste caer tan bajo, Valentina? — le pregunté. Luego de todo lo que sucedió y lo que sufrió Arianna, saber que la culpable podía ser ella, acabó con mi cabeza.

—Eso no es cierto — tartamudeó

—Imagina cuán traicionera es tu propia lengua, que acaba de traicionarte a ti misma. Estaba claro para mí desde ese día que apareciste por la empresa, sí, ese día que te di tu merecido. Omar estaba de buenos términos conmigo y casualmente de la nada se volvió como un loco. Ustedes dos se conocían, porque el mismo Omar te mencionó el día de nuestra boda para reclamarle a Bruce cuando se apareció a impedirla. Jamás imaginé que detrás de esa carita de mosquita muerta, podía ocultarse alguien tan despreciable. Por otro lado, nadie más sabía del testamento de mi madre, excepto por Omar, Bruce, mi padre y yo. ¿No está claro para ti? Porque para mí sí.

Valentina siguió retrocediendo hasta llegar a la puerta, al querer dar la vuelta y tratar de huir, dos de los guardaespaldas de Arianna la detuvieron.

—¿Acabas de delatarte y ahora planeas huir? Ya estaba preparada para esto. Ya sabía que cuando te encontraras acorralada como la miserable rata que eres, tratarías de huir. Lastima que te metiste con la mujer equivocada.

—¡Suéltame! ¡Yo no tengo nada que ver! ¡Eres una mentirosa! Haces todo esto para dejarme en ridículo, pero no lo voy a permitir.

—¿Grabaste todo? Envíaselo al padre de Omar y a las autoridades. ¿Quería al verdadero culpable? Ahí la tendrá. Espero que tu estadía en la cárcel te sirva para pensar en todo lo que has hecho. No creas que luego de todo lo que me hiciste, iba a permitir que salieras ilesa. Dar una orden así solo por lastimar a alguien más, es igual o peor que el mismo crimen que cometió él. De eso se encargará la policía contigo, y por supuesto, el padre de Omar también.

—¡Eres una mentirosa!

—Por otro lado, quería que nos vieras por última vez, así que me pregunte a mi misma, ¿Por qué no invitarla? Es el día más feliz de nuestra vida y ahora ha mejorado grandemente. Debo agradecerte por ser tan estúpida. El espectáculo te quedó de maravilla. Debería darte un Grammy por la actriz más patética que he conocido — soltó una carcajada—. Ahora espero te quede claro de quién gana aquí. Tú irás a la cárcel, mientras que yo me quedo con mi esposo, que siempre fue mío, no tuyo. Quería que viera la clase de mujer que eres, y qué la mejor decisión que tomó fue dejarte. Gracias por unirnos, Valentina. Estaré eternamente agradecida contigo — Arianna me jaló hacía ella y me besó—. Todo cae por su propio peso, ¿No lo crees, mi cielo? — preguntó sonriendo.

—Siempre tienes razón, linda— me giré hacia Valentina—. No puedo creer que hayas llegado tan bajo, pero me alegra mucho saber que ahora tendrás tu merecido. ¿Cómo pude algún día estar con alguien como tú? Eres patética y me produces asco. Solo espero nunca más volver a verte. Me repugnas. Un día me preguntaste, ¿Qué tiene ella, que no tengas tu? La respuesta es sencilla, ella lo tiene todo, mientras que tú no tienes nada. Ella es la mujer que escogí para pasar el resto de mi vida. Te agradezco de que me hayas hecho recapacitar y darme cuenta que Arianna es la mujer que quiero.

—Tu no me puedes hablar así, Bruce. Ella jamás te va amar como yo.

—Ya la función se terminó, Valentina. Llévensela, por favor — le ordenó Arianna a sus guardaespaldas—. ¿Qué te pareció el regalo, amor?

—Eres increíble, Arianna. Realmente no quisiera tenerte de enemiga.

—Contigo es diferente. Ya no habrá Valentina para rato. Nos liberamos de esa miserable mosquita muerta.

—Suenas tan sexy cuando hablas así.

—Bruce, deja de provocarme. Estamos en la iglesia y aún nos falta para irnos a la casa.

—¿Por qué no nos vamos ahora? — pregunté pícaro.

—Padre, gracias por casarnos. Agradezco a todos los invitados por estar aquí, pero ya nos tenemos que ir, tenemos unos asuntos pendientes en la casa, ¿Cierto, papito? — me hizo un guiño y sonrió.

—Así es, gracias a todos por venir—Arianna me agarró el brazo y salimos corriendo de la iglesia—. Que forma de salir de la iglesia, mi amor— reí.

—Es tu culpa, no podía esperar más.

Nos subimos al auto y nos llevaron a la casa. No hicimos más que entrar, y Arianna me besó. La sujeté por la cintura y bajé a su cuello para besarla con desespero. Tenía muchas ganas de ella. No hacíamos nada hace días y eso me tenía desesperado. Tenerla al lado mío, bañarme y verla desnuda y no poder tocarla, era un castigo para mí.

—Vamos a subir a la habitación, muñeca.

—No, hagámoslo aquí, Bruce.

Miró las escaleras y arqueé una ceja. Debe estar muy caliente, tanto como yo. Bajé el cierre de su traje y ella terminó de quitárselo. Tenía una lencería blanca de dos piezas, las medias cubrían todas sus piernas y eso la hacía ver extremadamente sexy. El sostén le hacía ver más grande los senos y la ropa interior mostraba parte de su trasero. Estaba viéndola embobado, cuando ella sonrió.

—¿Te gusta, Bruce? — se dio una vuelta, y mi erección no tardó en aparecer.

—Me encanta, te ves muy sexy — tragué saliva, ella se inclinó en la escalera.

—Házmelo así, Bruce — llevó su mano al trasero y me miró.

Fue un golpe fuerte y directo para mí, nunca la había visto tan agresiva y directa.

—¿Estás muy caliente, princesa?

Me quité el gabán y desabotoné mi camisa. Me quedé observándola mientras quitaba mi ropa. Me agaché detrás de ella y rompí las medias para mover su ropa interior a un lado. Rocé mi dedo en su vagina y se humedeció rápidamente.

—Estoy preparada, Bruce. No puedo esperar más. Házmelo, ¿Si?

Verla así me tenía muy caliente, jamás había rogado por esto. La penetré fuertemente y me quejé, al sentir su calor y humedad. Definitivamente estaba muy preparada, era como si estuviera apretándome, era una sensación muy excitante. Sus gemidos eran fuertes y constantes. Verla en esa posición era una buena vista. Poder apreciar mientras entraba, era algo increíble. Bajé mis dos manos a sus pechos y los saqué del sostén para poder agarrarlos; sus pezones estaban erectos y los apreté, ella gimió al sentir mi brusquedad. La embestía más rápido y profundo, y esos sonidos de humedad eran más fuertes; nunca había estado tan húmeda.

Alcé su pierna para ponerla en un escalón más arriba, para poder llegar más dentro de ella. Tragaba cada parte de mi, está mujer va a matarme de placer. Sujeté uno de sus brazos y lo llevé a su espalda, para continuar penetrándola. Sus piernas estaban temblando y gemía fuertemente mi nombre. Su voz temblorosa la hacía escuchar más sexy; es como si estuviera en un profundo calor, pues su interior lo confirmaba. Esa manera de recibirme y apretarme, era una maravilla. Sentí como con su otra mano frotó su clítoris, pues su mano también me tocó. Imaginé que estaba a punto de alcanzar un orgasmo. Normalmente tarda un poquito, pero extrañamente hoy estaba muy sensible. Aceleré mis movimientos y no tardó en llegar, esa presión y humedad que emergió de ella, vuelve loco a cualquiera. Sus piernas temblaron y al verla tan sensible, provocó un escalofrío por todo mi cuerpo. Ese hormigueo dentro de mi, no dudó en aparecer. Siempre tiene la forma de provocarme y hacerme correr rápido. La sujeté por su trasero y aceleré un poco más, me quedé mirando como su trasero se movía y eso me hizo explotar más rápido. Terminé dentro de ella y me mantuve por unos instantes así. Nuestros cuerpos estaban sudorosos y la respiración agitada.

Al salir de ella, todo lo que había sembrado se salió; es una lastima que se haya derramado así.

—Bruce— gimió.

—Me hiciste terminar rápido, princesa.

—Lo siento, pero aún tenemos tiempo para hacer mucho más.

—Supongo que tienes razón.

Se sentó en el escalón y yo me quedé de rodillas frente a ella.

—Hay algo que quería decirte, Bruce. No sabía en qué momento hacerlo, pero creo que es mejor ahora — me miró fijamente y mordió su labio inferior.

—¿Qué pasa, hermosa?

—Estoy embarazada— sonrió.

—¿Embarazada, mi cielo? — tapé mi boca de la sorpresa.

—Sí, vamos a tener un bebé.

No podía creer lo que estaba escuchando, la abracé fuertemente de la emoción y ella se quejó.

—Suave, Bruce.

—Lo siento, estoy tan feliz que no puedo explicarlo. Un bebé nuestro, Arianna. No sabes cómo moría por esa noticia. Habíamos estado buscándolo y por fin se nos dio — una lágrima bajó por mi mejilla y la sequé rápidamente.

—Así es, mi amor. Luego de ese arduo trabajo que hemos pasado, por fin tendremos a nuestro bebé.

—Estoy tan feliz, preciosa. Tú y yo vamos a tener un bebé, no lo puedo creer— la abracé delicadamente por la barriga y recosté mi cabeza en ella—. Ya quiero conocerte, pequeño. No puedo esperar para verte, a tenerte en mi brazos. No sabes lo feliz que mamá y papá estamos. Es la mejor noticia que he podido recibir en la vida. Te esperamos con mucho amor y cariño, mi amor.

—No conocía ese lado tan tierno tuyo, Bruce. Me pregunto si será como tú, o será como yo. Muero de curiosidad, pero es muy pronto para saberlo.

—No importa, esperaremos todo el tiempo que sea.

—¿Me vas a acompañar luego de la luna de miel a ver al padre de Omar?

—No te dejaré ir sola. Ese tipo no sé cómo reaccione y tú estás embarazada. Deberíamos dejar eso para más adelante.

—Lo mejor será salir de eso, así podemos tener una vida tranquila, resolver los problemas de la empresa y poder estar bien. Las cosas han ido mejorando, pero hasta que no detengamos a ese hombre, no podremos hacer mucho.

—No pensemos en eso ahora. Disfrutemos de nuestra luna de miel, muñeca.

—¿Ya estás listo para el próximo?— arqueó una ceja y sonrió maliciosa.

—¿Cuándo no he estado listo para ti, preciosura?

La besé, y bueno, una cosa lleva a la otra y la otra, y así. No puedo creer que luego de tanto tiempo tratando, al fin se nos dio nuestro gran sueño. No puedo ser más feliz en este momento. Al lado de Arianna, me siento completo.

Al día siguiente:

Nos levantamos tarde y nos bañamos juntos, nos quedamos en el jacuzzi besándonos por un largo rato. Arianna estaba mucho más energética y deseosa, supongo que el embarazo también la pone de esa manera. Estuvimos toda la madrugada haciéndolo, no descansamos casi nada, por eso nos quedamos hasta más tarde en la cama.

—¿Cómo te sientes, preciosa?

—De maravilla. Esta agua caliente me hacía falta, es muy relajante.

—Debes estar hambrienta. Nos pusimos a picar anoche luego de tener sexo, pero eso no es comida.

—Sí, tengo mucha hambre ahora. Ahora como por dos.

—Trataré de ser el mejor padre para nuestro bebé, Arianna. Quiero solucionar todo para que a ti y a nuestro bebé no les falte nada. Han pasado tantas cosas en tan poco tiempo, que no puedo creerlo.

—Sé que serás un buen padre, Bruce. Escogí el mejor hombre de todos.

—¿Lo crees?

—Sí, estoy orgullosa del hombre que escogí para pasar el resto de mi vida y para traer a este hermoso angelito que está en mi vientre al mundo. Te amo mucho, Bruce. Jamás imaginé que iba a poder estar contigo y que podría cumplir ese sueño que por tantos años tuve. Gracias por hacerme tan feliz. Soy la mujer más afortunada por tenerte a mi lado.

—Afortunado soy yo por tener una hermosa, inteligente y buena mujer a mi lado. Sé que hemos tenido muchas diferencias y dificultades, pero supongo que todas las parejas las tienen. No sabía que podía amarte tanto, hasta ahora — acaricié su mejilla y sonreí —. Eres todo lo que quiero, Arianna. Quédate conmigo siempre, ¿Si?

—Claro que lo haré, bobo. Ahora eres mi esposo, ¿Cómo podría dejarte? —sonrió.

—Te amo, mi cielo. Realmente lo hago, con cada parte de mi; a ti y a nuestro hermoso bebé. Gracias por darme esa maravillosa noticia y por decidir tenerlo conmigo; por amarme como lo has hecho hasta ahora y por mostrarme el camino cuando más ciego estaba. Me arrepiento tanto de no haberme dado cuenta antes de cuán importante eras para mí y de todo lo que hacías por mí en silencio. Fui imbécil en todo el sentido de la palabra y me dejé cegar por los recuerdos de un amor que no era verdadero, cuando la felicidad estaba justo enfrente de mí y tenía nombre y apellido. No quiero traer esos malos recuerdos, pero cada día que pasa me arrepiento tanto de haberte hecho sufrir como lo hice. Tú siempre estuviste para mí en todo momento, incluso cuando fui un cobarde y un idiota; cuando te traté tan mal, tú siempre estuviste ahí sin pedirme nada a cambio. Perdóname por cada cosa mala que te hice, Ari.

—Ya habíamos hablado de esto, Bruce. Yo ya olvidé eso. Sigamos adelante con nuestra relación y recuperemos el tiempo perdido. Ahora seremos una familia. Tendremos un hermoso bebé, mi cielo, un gran motivo para salir adelante y darlo todo.

—Perdóname por ponerme sentimental.

—No importa, mi amor. Salgamos de aquí y preparemos un rico desayuno juntos, ¿Si?

—Sí, mi cielo— le di un beso en la frente y la abracé.

Me siento tan feliz en este momento, que si fuera un sueño, no quisiera despertar nunca.

Nuestra luna de miel fue maravillosa. Compartimos mucho juntos, vimos película, salíamos a caminar, a las tiendas para ver lo que compraríamos más adelante para nuestro bebé. El matrimonio antes lo veía como una desgracia, como lo peor, pero ahora las cosas han cambiado grandemente. Al lado de ella soy feliz, y más ahora que vamos a tener un bebé. La felicidad que siento es tanta, que no hay palabras para describirlo. Que la mujer que tanto amas te dé una noticia de este tipo, te hace la persona más feliz y bendecida del mundo. No veo el día de poder tenerlo en mis brazos. 

Hoy se terminaba nuestra luna de miel, aunque para mí lo es siempre. Teníamos planeado ir a enfrentar al padre de Omar y es algo que me molesta, siento ira de solo recordar su nombre y más luego de lo que le hizo a mi preciada Arianna.

—Bruce, ya te dije que no vas a decir nada sobre quién fue el asesino. Para todos fue mi padre y ya ese caso se enterró en el pasado. No se te ocurra abrir la boca, ¿De acuerdo?

—Lo sé, no puedo dejarte sola. Decir la verdad puede causar más problemas, así que, es mejor dejar las cosas así.

—Todo estará bien, solo necesitamos pensar en que vamos a decirle y tratar de arreglar las cosas. Él lo más probable no quiera verme, pero tendrá que hacerlo. Hay que saber cómo tratar con el enemigo. Tenemos que hacerlo cambiar de opinión y que no siga perjudicando a nuestra empresa.

—Será complicado, ese hombre es muy terco y no podemos olvidar que al Omar haber sido su único hijo, es normal que actúe de esta forma.

—Pero contamos con lo de Valentina a nuestro favor. Esa carta hay que usarla para que él se llene de resentimiento con ella. Hay que llenarle el cerebro a ese hombre para que todos su odio sea en contra de ella. Déjame hablar a mi, te aseguro que trataré de hacerlo odiarla. Al final de cuentas, ella es igual o peor de culpable que Omar.

Fuimos a su empresa y ambos entramos. La secretaría casi no nos deja entrar, pero Arianna insistió y hablaron con el papá de Omar. Al subir a su oficina, nos abrió y nos miró mal.

—¿Qué hacen ustedes aquí? Si vinieron a provocar más problemas, avísenme, para sacarlos a patadas de mi empresa.

—No, señor. Ya sé que me odia, pero quiero hablar algo delicado con usted.

—Pasen y tomen asiento.

Entró y lo seguimos, nos sentamos y Arianna comenzó hablar.

—Tiene mucha razón en odiarme, pero quiero dejarle claro que lo que viví ese día fue una experiencia traumática para mi.

—¿Traumática? Culpaste a mi hijo de haber tratado de abusar de ti.

—Porque así fue, señor.

—No te creo una sola palabra.

—Lo comprendo, es por eso que estoy aquí. Yo había quedado con Omar en casarnos por el beneficio de ambos, y él accedió. Esa noche él estaba muy agresivo y actuó de una forma escalofriante. No sabía la razón por la cual él tenía esa actitud hacia mi, si cuando nos casamos estuvimos en buenos términos, pero en mi boda lo confirmé, y es que, hay un culpable que fue quien le sembró ideas locas a su hijo para que me atacara.

—¿De qué estás hablando?

—Hay una mujer que se llama Valentina, es la ex pareja de mi actual esposo. No sé cómo se conocieron, pero ella fue la culpable de sembrar ese odio en su hijo. Me explico, mi esposo aquí presente estuvo en una relación con ella y terminaron, ella estaba dolida al ver que él quería estar conmigo y actuó bajo coraje para tratar de hacerme daño, y utilizó a su hijo para hacérmelo a mi. Omar fue otra víctima también de esa mujer.

—¿Tienes pruebas de eso?

—Sí, actualmente ella está en la cárcel. El día de mi boda pude confirmar que era cierto. Ella trató de huir, pero la detuvieron.

—Esto no cambia el hecho de que mataron a mi hijo — bajó la cabeza.

—Lo sé, pero por favor, entiéndame un poco. ¿Qué haría usted en la posición de un padre que fue testigo de una casi violación a su hija? Puedo comprender su dolor, puedo entender que esto no va a devolverle a su hijo, ni va a cambiar lo que ocurrió, pero él jamás quiso hacerle daño a su hijo. Las circunstancias no fueron las mejores. Él pagó lo que debía pagar en la cárcel. Sí, fue muy poco, pero fue porque lo hizo en mi defensa. Yo estuve muy mal, señor. Perdí mi visión a causa de esto, viví frustrada, con miedo hasta de salir a la calle, deprimida, dolida, herida, con pensamientos suicidas; estuve al borde de la locura con todo lo que sucedió. Por otro lado, mi padre perdió la empresa, su reputación está por el suelo, estamos a punto de quedarnos en la calle y no creo que sea justo que pague por algo que hizo por defender a su hija. ¿no cree que ya es suficiente castigo con todo lo que nos está pasando? Esa mujer es la culpable de todo, de mi desgracia y de la suya. Puedo mostrarle la grabación de ella, y también los cargos que se le imputaron. Ella es quién debe pagar, no mi padre. Me duele aceptarlo, pero su hijo también fue una víctima más, y a causa de ella, es que está muerto ahora. Nosotros solo queremos calmar las cosas. Le pido que por favor, me perdone por haberme presentado aquí y haberle hecho recordar todo lo que ocurrió— Arianna estaba llorando y secó sus lágrimas, el padre de Omar estaba igual—. Yo solo quiero justicia y que esa mujer pague por lo que hizo, porque el verdadero monstruo es ella.

—Voy a verificar todo, y tan pronto confirme lo que dices, me encargaré de arreglar las cosas, en especial con tu padre. Ahora no puedo darte una respuesta— bajó la cabeza.

—No se preocupe, le agradezco que me haya escuchado. Yo me iré para darle su espacio, y nuevamente disculpe por aparecer aquí sin avisar — Arianna se levantó y puso el vídeo de la boda encima de su escritorio.

Él lo miró y Arianna y yo salimos.

Al llegar al auto, Arianna rio.

—Todo salió como esperaba, estoy segura que va a funcionar, Bruce.

—Eres perfecta en todo lo que haces, Arianna.

—¿Tú crees, mi cielo?

—Sí, eres una maravilla, por eso y mas te amo— le di un beso y ambos sonreímos.

Pasaron varios meses y las cosas se fueron poco a poco normalizando. Nos enteramos que vamos a tener una niña; una hermosa niña de papá. Arianna cumple los 8 meses y medio hoy. Su barriguita estaba hermosa. No me canso de acariciarla y hablar con Caroline. Da muchas patadas cuando me escucha y Arianna dice que será la nena consentida de papi. La he acompañado a todos los sonograma que le han hecho, no me pierdo ni uno. Es hermoso poder escuchar su corazón, parece una carrera de caballos allá dentro. Por otro lado, la empresa se ha ido normalizando también, el padre de Omar quedó en arreglar la situación y así lo hizo. Hizo una conferencia y arregló parte de los problemas, pero aún quedan los reporteros que solo quieren hacer daño y no dejan de hablar sobre ello; aún así la empresa ha salido adelante, a paso lento, pero gracias a Arianna y a su inteligencia, ha salido a flote. Valentina está pagando todo lo que hizo y el padre de Omar testificó y movió las fichas para que le dieran más años en la cárcel. Tendrá que cumplir 60 años de condena. Pudieron encontrar mas pruebas que la terminaron de hundir; conversaciones y mensajes que tuvo con Omar, y que gracias a eso, todo con el padre de Omar se aclaró. Por otra partes, al habernos casado, ahora la empresa nos pertenece a los dos y nuestros padres han arreglado sus diferencias. Aún no hemos cumplido el año para que le den la herencia a Arianna y su padre, pero tan pronto lo hagan, ella piensa invertirlos construyendo otra empresa donde nuestros padres puedan ser los propietarios. El sueño de su madre era verla casada con alguien que la ame, y ese deseo se le hizo realidad, porque a ella la amo más que a mí propia vida.

Hoy decidimos ir a comprar las últimas cosas que faltaban y ella estaba más energética que nunca. Ella siempre está sonriendo y feliz, es algo que me hace feliz también a mi. A pesar de todos los problemas y dificultades, nuestra relación a mejorado y el amor ha ido creciendo cada vez más, es que mi amor por ella es infinito.

—¿Qué te parece comprar otro moisés? Deberíamos tener uno en el cuarto y otro en la sala, Bruce.

—Me parece buena idea, mi amor. Sería mucho más cómodo para los tres, en especial para mí linda Carol.

—Nuestra, cariño.

—Nuestra — reí.

—Quiero comer un helado de coco—miré a mi alrededor por su antojo.

—Me pareció ver un pequeño Kiosko afuera, ¿Quieres ir ahora, mamita, o cuando salgamos?

—Vamos ahora.

Caminamos lentamente y ella se acarició la barriga.

—Hoy la siento más inflada que de costumbre y mi espalda duele mucho.

—Te haré un masaje cuando lleguemos y así te relajas, cariño. Ya falta poco.

Nos paramos frente al Kiosko y pedí el helado de coco que deseaba, se lo comenzó a comer con un gusto que no podía dejar de mirarla. Cada vez que le dan esos antojos, me gusta ver la expresión de satisfacción que hace al consumirlo.

—Regresemos a la tienda, preciosa — diciendo esto, vi que ella presionó su barriga y un líquido bajó por su entrepierna. Me puse nervioso y ella se quejó. La gente se nos quedó viendo—. ¿Estás bien, mi reina? ¿Necesitas ir al baño?

—Creo que he roto fuente, Bruce.

—¿Romper fuente? ¿Eso qué es? — me miró fijamente y rio.

—Eres un idiota, Bruce. Es nuestra bebé, creo que se ha adelantado.

—¿¡Eh!?— me puse más nervioso de lo que estaba y la agarré por la cintura, para caminar al auto.

La ayudé a subirse y manejé a toda velocidad al hospital, ella estaba quejándose y presionando su barriga. Las manos me estaban temblando, estaba sudando frío.

Al llegar al hospital, la llevé dentro y se la llevaron en un sillón de ruedas. Quedaron en avisarme cuando iba a poder entrar. Pasó un largo tiempo y no tenía noticias de ella, ya me estaba desesperando. Llamé a su padre para que le avisara a los míos y quedaron en venir.

Tiempo después, una enfermera se acercó y me hizo entrar con ella. Me hicieron poner una bata azul y me pasaron al cuarto donde estaba Arianna. Estaba con las piernas abiertas y su rostro estaba rojo, se veía y me acerqué al lado de la camilla.

—¿Estás bien, mi amor?

—Me duele mucho, ¡Maldito seas!

—¿Por qué me maldices?

El doctor se acercó y las enfermera le estaban pidiendo que pujara, yo me quedé sujetando su mano y ella estaba haciendo un buen trabajo. Me dolía ver su expresión de dolor, y más sus quejidos. Si pudiera hacer algo para evitar que le doliera, lo haría. Ella apretaba mi mano fuertemente y pujaba. Así estuvo, no sé por cuánto tiempo, hasta que un llanto se pudo escuchar. Ambos nos miramos y yo sequé su rostro, que estaba lleno de sudor.

—Es nuestra bebé, ¿La escuchas?

—Nuestra Carol. Has hecho un buen trabajo, princesa— le di un beso en la frente y su respiración aún estaba agitada.

El doctor acercó a Carol y la puso en el pecho de Arianna. Era tan pequeña, su piel se veía un poquito pálida, tenía sus ojitos cerrados y sus labios rojitos, tenía poquito pelo, pero era la bebé más hermosa que mis ojos hayan contemplado. Mi corazón estaba tan agitado y me sentía tan feliz en ver a mis dos princesa delante de mí, que terminé llorando como un niño.

Me acerqué a las dos y con cuidado las abracé. Acaricié su manita, que la tenía cerrada con un puñito.

—La nena de papito es igualita a ti, mi amor. Ya está preparada con el puño para darle un golpe al que se le acerque—dije, y Arianna rio.

—Tiene mi sangre, claro que tiene que parecerse a mi.

—Eres hermosa, Carol. Bienvenida al mundo, princesa. Mamá y papá están felices de tenerte con nosotros, no sabes cómo esperábamos este momento de por fin tenerte aquí.

La enfermera tuvo que llevarse a Carol y me quedé con Arianna hasta que le asignaron un cuarto. Cuando trajeron a la niña también a la habitación y Arianna la estaba alimentando, salí a buscar a nuestros padres para que la vieran. Se volvieron como locos, en especial mi madre.

—¡Es hermosa! Parece una princesa. No parece en nada a ti, Bruce — dijo mi madre.

—Siempre tirándole a tu propio hijo, ¿Eh? — todos rieron, incluyendo Arianna—. Veo que todos están de acuerdo.

—No te molestes. Esa carita es igual a la de su abuelo, ¿Verdad, Caroline? — preguntó Peter.

—No te creas, idiota. Ella se parece a mi, tú eres muy feo y ella es hermosa— agregó mi padre.

—Ustedes dos se callan, ella salió a su abuela. En mis tiempos era igual de hermosa que ella— dijo mi mamá. 

—En tus tiempos, tú misma lo dijiste — comentó mi padre riendo.

—Vas a dormir con el perro hoy— mi madre frunció el ceño.

—No es para tanto, no te enojes. 

El ambiente estaba tranquilo y la pasamos bien entre todos. Cuando se fueron, sujeté a Carol en mis brazos y se sentía muy liviana. Arianna se me quedó viendo con una sonrisa.

—Te ves tan lindo con nuestra bebé en brazos.

—Gracias, Arianna. Gracias por darme esta bendición de ser papá. No sabes lo feliz que me siento teniéndolas aquí conmigo a las dos. Ustedes son la luz de mis ojos, te juro que las cuidaré y las amaré mucho.

—Lo sé, cielo — sonrió.

Una semana después:

Regresamos a la casa al día siguiente día de Arianna dar a luz a nuestra hermosa hija. Nos sentíamos ya feliz de tener a nuestra hija en casa. Le preparamos todo con amor. No podíamos ser más felices. Arianna ya se había recuperado, así que decidimos salir juntos con la niña a ese lugar dónde veníamos cuando niños. La cubrimos lo más que pudimos, el día no estaba frío, pero hay que protegerla de todo.

Caminamos con Carol por el lago y miramos los alrededores. Estaba vacía el área donde siempre veníamos, así que era más fácil y cómodo caminar.

—Este lugar está igual que siempre—dijo Arianna.

—Así es, no ha cambiado nada desde la última vez que vinimos aquí.

—Solías tenerle mucho miedo al agua, hasta ese día.

—Tu me hiciste perderlo.

—Esos días eran muy divertidos. El nadar, correr, comer, pelear. El tiempo ha pasado muy rápido. Tal parece que fue ayer que estuvimos ahí metidos los dos.

—Tal parece que fue ayer cuando decías que iba aparecer un cocodrilo y me comería—Arianna rio—. Eras muy mala conmigo.

—Ya no lo soy. Al fin podemos venir nuevamente a este lugar. Son tantos los recuerdos que tenemos los dos. Más adelante podremos compartirlos con nuestra bebé.

—Sí, son muchos. Estoy tan feliz de tenerte conmigo ahora, pero que está vez es definitivo. Venir aquí con nuestra hermosa hija y poder recordar esos maravillosos momentos que pasamos juntos, es lo mejor que me puede pasar. Estoy agradecido de haberte conocido; feliz de que me hayas dejado formar parte de tu vida y que me hayas dado este pedacito de cielo. Gracias por esta familia, Arianna.

—Gracias por amarme como lo haces; por ser un hombre maravilloso y un padre ejemplar. Si estamos aquí es gracias a ti, te debo mucho.

—Al fin podemos estar bien sin necesidad de escondernos y de privarnos. Al fin podemos compartir en familia sin temor a nada. Gracias a ti y a tu padre, pude acompañarte en los peores momentos.

—Eso que sucedió, quiero que quede en el pasado. Haremos borrón y cuenta nueva. Eso que hice y que hablé con el padre de Omar, será un secreto entre tú y yo, nadie más puede saber sobre esto; es algo que enterramos ese día.

—Lo sé, fue mejor así. Gracias a eso, todo se calmó y ahora estamos bien.

—Valió la pena todo, porque gracias a eso estamos juntos.

—Estaremos juntos siempre, ¿Cierto, Carol? Los tres contra el mundo.

—Los tres contra el mundo, Bruce — las abracé delicadamente a las dos y les di un tierno beso en la frente a ambas.

"No hay barrera que el amor puro y verdadero no pueda cruzar. No hay mentiras o secretos que se puedan ocultar para siempre, pero algunas veces es mejor callar y dejar que todo caiga por su propio peso.

Algunas veces solo necesitamos escuchar una mentira para seguir adelante; una mentira que pueda alimentar esa esperanza que perdimos, y no una verdad que la destruya por completo; porque a veces es mejor vivir ajenos a la realidad y creer en una dulce mentira."

FIN