Arianna
1 mes después:
—Este será el anillo que llevarás puesto, Arianna— me dijo Omar.
—¿Lo escogiste tú? No debiste gastar tanto dinero, al final, no es que seamos una pareja de enamorados.
—Si vas a ser mi esposa, debes tener lo mejor. Sea una matrimonio arreglado o no, no creo que este mal regalarte algo de calidad. ¿Acaso no te gusta? Puedo ir a escoger otro para ti.
—Me da lo mismo, no soy exigente. Me quedaré con este.
—Nos casaremos en dos semanas.
—No me lo recuerdes, me da taquicardia pensar en eso.
—¿Estás pensando en nuestra luna de miel?— arqueó una ceja.
—Sí, en cómo dormirás con el perro, mientras yo me quedo en mi cómoda cama durmiendo sola. No te hagas ilusiones, Omar. No le solté nada a mi ex esposo, no creas que te soltaré algo a ti. Espero estés escogiendo con qué zorra pasarás esa noche, porque conmigo no vas a pasarla.
—Ya veremos.
Bruce
Llamada telefónica:
—Necesito que reúnas a los socios de la empresa, hijo. Están exigiendo su pago, y aún no hemos podido solucionar esto. Estoy fuera del país, así que necesitaré que los reúnas tu.
—¿A todos?
—Sí, entre ellos está Peter y su hija Arianna.
—Hace mucho no escucho ese nombre, pero como sea, los reuniré hoy mismo. Veamos si las cosas no empeoran.
—Sé que podrás calmarlos.
Dos horas después:
Cité a todos los socios y beneficiarios de la empresa en la sala de conferencias. Como están las cosas por aquí, algo me dice que estará difícil salir de esta. Mi padre nunca está pendiente de las finanzas, y al encargado de ellas, es alguien que no tiene más de 5 años de experiencia. Dejarle un puesto tan alto, a alguien tan incompetente, es algo realmente estúpido, pero nadie puede interferir en sus decisiones o se molesta. Tengo que calmarme y hacer las cosas bien, más hablarles con la verdad. Vi entrar a Peter y Arianna, cada día que pasa está más cambiada. Me miró por unos instantes y desvió la mirada.
—Creo que ya están todos los que debían estar en la reunión, así que voy a dar inicio a la misma. Muchos se han debido estar preguntando sobre la razón por la cual no se les ha estado pagando la cantidad acordada. Sé que han habido rumores sobre la empresa, que está decayendo, y está casi en la ruina, no es nada distinto a la realidad. Es cierto que la empresa está enfrentando varios problemas financieros, pero eso no implica que no vayan a recibir su parte en algún momento.
—Entonces ¿Cuándo nos van a pagar?— gritaron molestos.
Arianna
—Voy a interferir, papá. Ese idiota va a echar todo a perder. ¿Cómo se le ocurre admitirlo frente a todos?
—Confío en ti, eres mi representante.
Bruce
Arianna se paró al lado mío y se dirigió a las personas.
—Señores, no tienen que preocuparse por nada. Es cierto que la empresa del Sr. Arnold ha estado pasando por una situación difícil, pero no es nada grave. Todo tiene solución en la vida; todos en algún momento dado tenemos este tipo de situaciones; algunos peores que otras, pero siempre hay una solución. Lo que quiero decir es que, la empresa de mi padre, junto a la del Sr. Arnold, están planeando un nuevo proyecto en el cual hay una probabilidad muy alta de progresar, pero necesitamos su comprensión y paciencia. Eso no quiere decir que no se les estará pagando, al contrario, me encargaré personalmente de depositar los fondos que le deben, y a que los reciban directamente en sus cuentas bancarias. Me gustaría saber si están interesados en seguir siendo parte de nuestro equipo y ayudarnos a salir de este mal momento. Me comprometo en que seguirán recibiendo fielmente su pago, solo les pido que nos den una oportunidad más.
—¿Y qué nos asegura que así será?
—¿Cuándo mi padre o yo los hemos decepcionado? Ambos nos comprometemos, ¿Cierto, papá?
—Mi hija tiene razón en todo lo que dijo. Vamos a cumplir con esto que acordamos, pero ustedes deben también cumplir con su parte.
Recuerdos:
Desde pequeños siempre fue así. Ella siempre me defendía de todo. Cuando éramos niños, siempre que me molestaban, ella daba la cara por mi. Se metía en medio de quién fuera con tal de defenderme. No le importaba gritarle a los demás en pleno pasillo o golpear a quien fuera. Siempre tuvo una actitud de mierda, pero siempre estuvo ahí conmigo.
«¡Solamente yo puedo golpearlo! ¡Nadie más tiene el derecho de hacerlo! »
Es cierto, siempre ha sido así. Sin darme cuenta estaba sonriendo al recordar todo lo que hacía.
—¿Y tú de qué te ríes? — Arianna me dio un golpe en el hombro y se quedó seria.
—Yo solo recordé que siempre has dado la cara por mi. Desde que éramos pequeños siempre fuiste así.
—Sí, porque eras un cobarde y aún lo sigues siendo.
—Tienes razón — sonreí, y ella se quedó seria mirándome.
—Ha pasado algo de tiempo. ¿Qué tal te va todo? Aparte de cagarla como hace un momento — llevó su mano a tocarse el pelo y me di cuenta del anillo que tenía en su dedo, no es el mismo que yo le di.
—¿Vas a casarte, Arianna?
—¿Por qué pones esa cara?
—Eso fue rápido— tartamudeé.
—El hecho de que las cosas no hayan funcionado entre los dos, no significa que voy a quedarme llorando en un rincón esperando a que regreses — soltó una risita y desvió la mirada.
—Jamás podría imaginar eso de ti.
—Mejor.
—¿Eh?
—Nada, ya me tengo que ir. No creo que necesites más mi ayuda. Nos veremos mañana para ponernos de acuerdo.
—¿Sobre qué?
—Sobre el proyecto para que saques la empresa adelante, ¿ o piensas dejar que se derrumbe lo que por años tu padre ha conseguido?
—Lo siento, estaba pensando en otras cosas.
—Te veo mañana.
—Arianna — le agarré la mano—, gracias por lo que hiciste.
—No hay de que — la solté y se fue con su padre.
Casarse tan pronto, ¿Eh? No sé por que me incomoda ese hecho, al final de cuenta, tengo esos mismos planes con Valentina.
Llamada telefónica:
—¿Lograste arreglar la situación, hijo?
—Fue Arianna quien lo hizo. Traté de hacer todo lo que estuvo en mis manos, pero no iba a salir como esperaba si continuaba como lo estaba haciendo.
—¿Qué fue lo que hizo?
—Se comprometió en ayudarnos, papá.
—¿Peter lo permitió?
—Sí, supongo que porque ella ya había dado su palabra. Deberías arreglar las cosas con él, al final, Peter es quien te va ayudar con la empresa y el proyecto.
—¿Proyecto?
—Sí, al parecer Arianna tiene algún proyecto en mente y fue lo que le mencionó en la conferencia. Quedamos en que mañana nos encontraríamos para hablar de ello.
—Esa niña es muy inteligente. Eso es una buena noticia. ¿Ya hiciste las paces con ella?
—¿Otra vez con lo mismo?
—Curiosidad.
—Deja la curiosidad a un lado y comprende que eso no va a pasar. Solo somos amigos, supongo.
—¿Y por qué supones?
—No me hagas caso. ¿Cuándo regresas?
—En dos días.
—Te veo por aquí.
—Avísame cualquier cosa — colgué la llamada.
Al día siguiente:
Llamada telefónica:
—¿No tienes planes para esta noche, Valentina?
—No, ¿Por qué?
—Quisiera invitarte a salir. He estado algo ocupado estas semanas y no he podido verte.
—Me parece bien, quería hablar algo contigo también.
—¿Te parece a las 7?
—De acuerdo. Te veo en la noche— colgué la llamada.
Minutos después apareció Arianna en mi oficina.
—¿Cómo has estado?— le pregunté.
—Bien, vamos directo a lo que vinimos.
—¿No tienes mucho tiempo?
—No mucho, pero no creo que tardemos demasiado.
Siempre que son temas de la empresa se pone seria. Tampoco eso ha cambiado; el único cambio ha sido físicamente.
—Has cambiado mucho— dejé escapar ese pensamiento en voz alta.
—¿En qué sentido?
—Físicamente y como persona, no me has estado insultando como antes y es raro de ti.
—Parece que extrañas que te trate mal. Creí que te molestaba que lo hiciera. Pensé que debías estar aburrido también de eso, ¿No era eso lo que siempre decías?
—No es que lo extrañe, pero es extraño que te refieras a mi de la misma forma que a los demás.
—Entonces ¿Quieres que te trate diferente?
—No, no es eso — hice una pausa y suspiré—. No me hagas caso.
—Bueno, ¿Qué tienes en mente para el proyecto?
—Creí que tendrías una idea. Sonaste como si ya hubieras tenido un plan en mente.
—En realidad no, lo hice para calmar el desorden que habías hecho. Supongo que tendremos que empezar desde cero. Debes poner de tu parte, has estado muy pendiente de asuntos fuera de la empresa y debes concentrarte en ella. Ahora que la situación se ha vuelto complicada y eres el encargado de la empresa, debes refrescar tu mente y las ideas. Pensemos en un proyecto que ayude a los demás y que las personas se sientan a gusto; algo que llame la atención, ¿Comprendes?
Estaba ido en pensamientos, que no estaba prestando atención a lo que decía. Me estaba preguntando sobre quién es la persona con la que se va a casar. Tenía esa curiosidad, pero tampoco me atrevo a preguntarle.
—¿Me estás prestando atención?— me preguntó y fue cuando reaccioné.
—Lo siento, Arianna.
—¿Qué es lo que te sucede?— ni yo mismo lo sé.
—Nada. ¿Puedes repetirme lo que estabas diciendo?
—¿No te sientes bien para hablar del tema hoy?
—No es eso, es solo que estaba pensando en otras cosas. ¿Me lo repites?— Arianna repitió lo que había dicho y se me quedó viendo.
—Entonces ¿Qué piensas, Bruce?
—No sé todavía. Debo pensar bien y preguntarle a mi padre, recuerda que él también va a querer participar en este proyecto.
—Por su culpa es que la empresa está cómo está. Debes ser tú quien haga algo al respecto. Yo no sé tú, pero di mi palabra de ayudarlos, y no dejaré que por una falla de tu padre, mi reputación se vea afectada también.
—Yo te entiendo y realmente te agradezco lo que hiciste, pero sé que mi papá va a querer también decidir. Estaría bien que nos pongamos todos de acuerdo, y de paso, se arreglen las diferencias entre ellos.
—Eso no va a pasar, mi padre no está muy contento que digamos. Lo mejor será que seas tú quien lo maneje y decida, así también te vas puliendo un poco más.
—Ahora mismo no sé lo que podamos hacer, pero te prometo que pensaré en una forma.
—Te daré unos días. Tan pronto tengas algunas ideas, me llamas.
—De acuerdo— dije, a lo que Arianna se levantó de la silla—. ¿Puedo saber quién es tu prometido ahora?
—¿Por qué la curiosidad?
—Olvídalo. Que vayas bien y nuevamente gracias.
—Es Omar.
—¿Omar? ¿Has perdido la cabeza? ¿Sabes todo lo que dicen de él?
—¿Por qué te preocupa?
—Lo siento, sé que no es mi problema y aún así buscó dar mi estúpida opinión. Espero las cosas te salgan bien y ten mucho cuidado.
—Saldrán bien. Cuídate — Arianna salió de la oficina.
¿Cómo es posible que con ese tipo? Dicen que golpea a las mujeres y se las tira a todas. ¿No pudo escoger uno mejor? Me sentía de mal humor y tuve que salir de la oficina. Sentía que me estaba asfixiando en ese lugar. No sé porqué me tiene que preocupar. Ella se sabe defender sola, creo que más bien es el hecho de que se casará tan pronto. No es como que esperaba que arreglemos, pero considero que fue muy rápido ese compromiso. Debe ser por el mismo problema de la empresa y su papá.
En la noche:
Pasé a recoger a Valentina y la llevé a un restaurante a cenar; se veía muy hermosa, vestía un traje azul cielo corto y su pelo lo dejó suelo.
—¿Te sientes cómoda?
—Claro. ¿Cómo va todo?
—Bien, mucho trabajo en la empresa y problemas, pero no es nada que no se vaya a solucionar.
—Luces muy preocupado.
—Sí, es que lo estoy. Siento mucho el haber traído mis situaciones en un momento como este. ¿Qué tal si hablamos de otra cosa?
—Puedes hablar conmigo de lo que necesites, Bruce.
—Lo sé, pero no quiero hablar de eso ahora. ¿Qué tal estás semanas que no hablamos?
—Bien, mis padres están algo molestos. Supieron sobre tu compromiso y ya sabes cómo se pusieron.
—¿No lo sabían?
—No, los había mantenido lejos de los chismes de la prensa para que no provocaran un escándalo o me dieran un sermón.
—Ya veo — hice una pausa—. Valentina, quiero que me digas lo que sientes. Sé que no hemos hablado sobre el tema hace mucho, pero me interesa saber.
—Yo te amo, Bruce. Desde jóvenes siempre me has gustado y me gustaría estar contigo. Es difícil por la situación de nuestros padres, pero sé que vamos a poder sobrepasar esto juntos y terminarán por aceptarlo.
—Eso era lo que quería escuchar— sonreí, y ella hizo lo mismo—. ¿Tienes que regresar temprano a la casa?
—No, no tengo que hacerlo.
—Bien.
Luego de cenar la llevé a mi apartamento; ella accedió, pero era yo quien no estaba completamente seguro de lo que estaba haciendo. Tiempo atrás hubiera deseado tenerla para mí solo en este momento, pero ahora no sé qué ha cambiado.
—¿Estás bien, Bruce?—puso sus brazos alrededor de mi cuello.
—Sí.
—Quiero estar contigo, Bruce— me besó y me sentí extraño.
Jamás nos habíamos besado. No sé qué me pasaba, pero no sentí lo mismo que con Arianna; esa sensación no era la misma. Estoy consciente que amo a Valentina y quisiera estar con ella, pero no sé qué pasa dentro de mi. ¿Cómo puedo estar comparándolas en este momento?
No sé en qué momento llegamos a la habitación y la recosté sobre la cama, me subí sobre ella y me acomodé entre sus piernas. Continuamos besándonos y ella puso su mano en mi cuello para profundizar el beso. Traté de bajar a su cuello para besarlo, pero no se sentía igual. Quería pensar que quizás eran los nervios que sentía. Con la única mujer que había tenido un acercamiento de este tipo, fue con Arianna, es normal que no se sienta igual. Quise olvidar ese hecho y continuar. Bajé a besar su pecho y agarré ambos senos con mis manos; eran pequeños y se sentían blandos. Crucé mirada con ella y solo podía recordar ese día que estuve en esta situación con Arianna. Me estaba sintiendo frustrado por estar pensando en otra mujer mientras estaba con ella. Bajé los manguillos de su traje, dejando el sostén visible, quería apreciar sus senos. Su expresión se veía como si estuviera algo avergonzada y yo me sentía de la misma manera.
Removí su sostén a un lado, y al ver su pezón me acerqué para lamerlo. Al escuchar sus gemidos, me comencé a sentir algo excitado. Siempre la había querido escuchar así, deseaba escuchar más y más de ella. Me acerqué al otro pezón e hice lo mismo; cerré mis ojos y me dejé llevar por las ganas que estaba sintiendo, que sin darme cuenta, a quien me estaba imaginando no era Valentina…
—Arianna— dejé escapar ese nombre en voz alta y me detuve.
—¿Acabas de mencionar el nombre de tu ex esposa en un momento como este? — cuando caí en cuenta de lo que había dicho, sentí una vergüenza que jamás había sentido.
—Yo no quise decir eso — quise arreglar las cosas, pero su expresión de rabia, me hizo dar cuenta que la había cagado completamente. Valentina me empujó y se levantó de la cama.
—¿No lo quisiste decir? ¿Cómo pudiste mencionar su nombre cuando estábamos a punto de esto?
—Fue un error. No quería decir ese nombre, Vale.
—¿Y qué demonios ibas a decir? Nuestro nombre no es igual ni parecido.
—No debí decirlo. Perdóname.
—¿Acaso estabas imaginándola mientras estabas conmigo?
—No es lo que crees.
—¿Te gusta tu ex esposa? Acabas de decirme que me amabas y querías estar conmigo, ¿y ahora en pleno calentamiento mencionas el nombre de otra? ¿Qué tipo de amor es ese?
—Ella no me gusta, tú eres la que yo quiero.
—Me lo acabas de demostrar. Ya estuviste con ella, ¿Verdad?
—No, jamás he estado con ella.
—¿Cómo me explicas entonces lo que acaba de suceder?
—Tengo mucha presión de todas partes, y estoy algo confundido, pero eso no significa que no te quiera.
—¿Por qué la mencionaste? ¿En qué pensabas?
—No sé, te juro que no sé.
—Esto es demasiado. Definitivamente lo nuestro no va a funcionar — se arregló el traje y salió de la habitación.
Me levanté rápidamente para irme detrás de ella.
—Valentina, escúchame. Te juro que no quería decir eso. No sé lo que me pasó. Sé que hice mal, pero como te dije, yo a quien quiero es a ti. Con la mujer que me quiero casar es contigo.
—¿Mientras deseas a otra? ¡Yo no acepto esto! ¡Quédate con ella! — se fue del apartamento y tiró la puerta molesta.
—¡Valentina!— por más que le grité ella no se detuvo. Es el colmo que este pasando esto.
¿Qué demonios me está pasando? ¡Maldita sea! ¿Cómo pude mencionar ese nombre? He perdido la cabeza.