—¿Qué te parece si salimos los dos a solas mañana?— me preguntó Akira.
—No podemos dejar al bebé.
—Quiero que salgamos y arreglemos lo nuestro primero, no hemos tenido tiempo para nosotros. Todo ha sido problemas tras problema y no soporto esto ya. Vamos a darnos una última oportunidad para arreglar nuestras diferencias, lisa. No te pido que lo decidas ahora, pero mañana lo hacemos.
—Esta bien, salgamos mañana.
Nos quedamos con el bebé en la habitación, hasta que se durmió. Kaori tocó la puerta para avisarnos que había llegado mi mamá y puse varias almohadas alrededor de él para que no fuera a caerse de la cama, aún están organizando nuestro cuarto. Bajamos a la entrada y ahí estaban esperándonos.
—Bienvenidos, Mamá, Jefferson y Allan. Hace tanto tiempo no los veo — los abracé a los dos y mi hermano me dio un abrazo por la espalda, tan fuerte que me hizo quejarme.
—¿Estás herida, hija? — me preguntó mi madre.
—No es nada grave, mamá.
Jefferson y mi madre miraron a Akira.
—Bienvenidos a nuestro humilde hogar— les dijo Akira.
—Han cambiado mucho — comentó Mr. Jefferson.
—Sí, estoy mucho más viejo— comentó Akira.
—Mírame a mí, ella está como quiere— miró a mi madre y sonrió.
—Tú también estás gigante, Allan — le dije acariciando su cabeza.
—Es cierto, hermanita.
—Mira, mamá. Aoi está más grande, hace mucho no la vemos — Kaori tenía a Aoi en los brazos y ella ronroneaba al sentir sus caricias.
—Esta grandísima, se ve muy contenta de verte, Kaori.
Lin se acercó a saludar a todos y luego se fue con Kaori y Allan a otra parte.
—¿Se van a quedar aquí? — preguntó Akira.
—No, Akira. Ya compré una casa, no estaremos molestándolos; además de que no podría quedarme en casa ajena luego de que me acostumbré a estar en pelotas por la casa— dijo Mr. Jefferson. Todos reímos al escuchar ese comentario.
—Lastima que no puedo hacer eso en la mía— Akira me miró y reí—. ¿Qué les parece si cenamos?— sugirió.
—Me parece bien, dstamos muertos de hambre— comentó Jefferson.
Fuimos a la mesa y me senté al lado de Akira, mi madre se sentó al lado de Jefferson y nuestros hijos se unieron a la mesa.
—¿Cómo van las cosas por aquí? — preguntó Jefferson.
—Muy bien— respondí sonriendo, tratando de sonar convincente.
—Así es, finalmente me retiré del negocio para dedicarme a mi familia.
—¿Y esta vez vas en serio?
—Muy en serio.
—Te felicito, ya era hora que lo hicieras. Tu familia te necesita y has estado actuando mal.
—Lo sé, por eso mismo quiero enmendar todo lo malo que he hecho. Quiero disfrutar el tiempo con mi familia, al menos mientras dure.
—Suenas como si tuvieras miedo de que algo malo te pase.
—Seguro solo tenemos la muerte, tú mas que nadie lo sabes—escuchar ese comentario me hizo sentir insegura y bajé la cabeza. Akira se dio cuenta y me agarró la mano por debajo de la mesa—, pero mientras siga vivo, seguiré al lado de mi esposa y mis hijos — añadió.
—Así debe ser.
Terminamos de cenar, y aún no nos habíamos levantado de la mesa, cuando escuché el llanto del bebé.
—¿Un bebé?— preguntó.
—Iré a traerlo, quédate aquí — Akira se levantó de la mesa y ambos me miraron. Me quedé en silencio hasta que Akira bajó.
—Les presento a Akemi, nuestro bebé.
—¿Bebé? — se quedaron confundidos.
—¿En qué momento, lisa? — preguntó Jefferson.
—¿Lo adoptaron, hija?—no puedo decir que sí porque el niño es igual a Akira.
—No, mamá, es nuestro bebe. No habíamos podido decirte porque…— Akira terminó de responder:
—Porque queríamos que fuera una sorpresa.
—¿Qué no es hermoso? — me levanté y me paré al lado de Akira.
—Dios mío, pero todos tus hijos son iguales a ti, tiene tus mismos ojos.
—Es cierto, es como si los hubiera parido él y no yo — comenté. Akira me miró y soltó una risita divertida.
—Es por eso que deberé hacerte otro, corderito.— desvié la mirada por su comentario.
—Los felicito, tienen un hijo hermoso. Es una lastima que no pude estar ahí para cuidarte, pero lo importante es que se ve en buen estado. ¿Te sientes bien tú, lisa?
—Sí, mamá.
—Yo también los felicito, espero que Akira no siga cometiendo estupideces y se ponga para su número.
—Me portare bien, papá. Se lo prometí a mi familia y me lo prometí a mi mismo, ya estoy viejo para esto.
—Espero les vaya bien en repetir la etapa.
—Gracias, mamá.
Estuvimos compartiendo por un rato y luego se despidieron para irse.
—Mañana voy a salir con su mamá y necesitaré que cuiden de su hermano, ¿De acuerdo?
—Esta bien, papá, cuenta con eso — Kaori accedió sin protesta. Ambos son igualitos.
Subimos a la habitación con el bebé y lo acostamos en su moisés. Ya habían terminado de arreglar nuestro cuarto, le di su leche y se durmió rapidito. Akira se fue a bañar y yo esperé mi turno para hacer lo mismo. Al salir, me acosté en la cama al lado de él y estaba algo nerviosa. No es la primera vez que lo hago, pero siempre me pone de la misma manera.
—¿Por qué tan lejos? — preguntó Akira.
—Por nada, estoy bien aquí.
—Deja las tonterías y ven acá —me agarró el brazo fuertemente.
—Dijiste que no ibas a forzarme.
—Yo no te estoy forzando, solo no me parece justo que duermas tan lejos y en una pequeña esquina— se quedó en silencio unos segundos y añadió algo mas— pero olvídalo. Yo me voy a otro cuarto.
—No, quédate aquí.
—Yo no quiero que te sigas sintiendo incomoda, ya sé que mi presencia te molesta y lo comprendo; es por eso que te pido que uses la cama para ti solamente.
—Ya te dije que no te vayas, necio— le agarré el brazo y me acomodé en el.
—¿Por qué haces eso, lisa?
—Ya te dije, quiero que te quedes, no quiero estar sola.
—Esta Akemi ahí, ¿No será que me extrañas?
—Me acostumbraste a ti, es tu culpa, idiota.
—Me gustaría que fueras así de honesta siempre —puso su mano en mi mentón haciéndome mirarlo—. Eres mía y no importa si mañana me rechazas, seguirás siendo mía siempre, ¿Me escuchas, corderito?—Me besó sin dejarme responder; un beso muy intenso, como si hubiera estado controlándose. Por más que he tratado de escapar, siempre termino cediendo.
A la mañana siguiente
Nos despertamos bien temprano para salir, quiso que estuviéramos todo el día juntos. Fuimos a un parque y nos sentamos en un asiento, Akira se veía nervioso, se ha vuelto muy malo para disimular.
—Sé que esta conversación la hemos tenido siempre y que me has respondido lo mismo una y otra vez. Reconozco que he actuado mal con todos ustedes, pero en especial contigo, reconozco que he hecho muchas idioteces, que me he comportado como la peor rata del mundo. He cometido muchos errores y sé que un perdón no va a cambiar nada, pero aún así, quisiera pedirlo. Le hice mucho daño a nuestros hijos, he sido muy mal padre, el peor ejemplo de todos; de hecho, he sido un fracaso en todo. Te lastimé un montón de veces, aún sin quererlo. No quisiera entrar en detalles de todo lo malo que he hecho, porque estaríamos aquí todo el día. Ambos sabemos que nuestra relación ha estado llena de mucha tragedias, dolor, lágrimas, muertes, enfermedad, pero siempre buscábamos la forma de salir adelante. Sé que lo que se destruye, jamás vuelve a ser igual, pero quisiera intentarlo una vez más. Yo quiero y deseo que esto funcione entre los dos. Soy un ser egoísta, porque aún después de todo lo que hice, sigo con la misma idea de querer arreglar las cosas. No quiero pensar que todo ha sido perdido. Desde que nos conocimos siempre te lastimé, deseaba protegerte y sin darme cuenta, quien te hacía mas daño era yo. El día que me fui, me sentía culpable, me sentía miserable. Me había prometido que no te volvería a buscar, pero muy en el fondo moría por buscarte. Fueron los peores años de mi vida, algo jamás me dolió tanto. Tener que renunciar a ti y a mis hijos, duele. A pesar de todo lo malo, yo te sigo amando y guardo la esperanza de que tu también lo hagas. No soy bueno con esto de las palabras, pero trataré de resumirlo. Quiero una vida contigo, lisa, quiero pasar lo que me queda de vida, al lado de mi esposa y mis hijos. Sé que fracasé en todo, que soy lo peor, que me detestas, pero solo te pido una última oportunidad. Déjame amarte otra vez, y te juro que no te voy a fallar. Sé que ya has escuchado muchas promesas de mi parte, pero te juro que quiero ser otra persona por ustedes. No haré nada malo, no les fallaré, prometo que arreglaré las cosas con Lin y Kaori también. Seré un buen padre para Akemi y un buen esposo para ti, lisa — me agarró ambas manos—. Solo, déjame hacerte feliz y demostrarte que puedo cambiar, ser una mejor persona, digna de esta familia. Solo dame esa oportunidad, no voy a decepcionarte.
—Akira, había estado pensando en esto hace días y no había llegado a una conclusión, pero ahora con la llegada de Akemi, creo que lo mejor será que permanezcamos juntos. No puedo creer lo que dices, es por eso que no me queda de otra que arriesgarme y volverlo a intentar; por nuestros hijos, por ti y por mi. Es cierto que no mereces esa oportunidad, pero tú no fuiste el único que se equivocó. La mayoría de las desgracias que me ocurrieron, no fueron tu culpa solamente, también la tuve yo. Fui confiada, tonta, ilusa y necia. Creo que debes saber bien que aún sigo amándote, pero tenía miedo de fallarle a mis hijos o de fallarme a mi misma. Mi corazón dolía de pasar un segundo sin ti, de imaginar una vida si no es a tu lado y de nuestros hijos. Antes no veía con claridad la respuesta, pero ahora si. Ambos cometimos errores y es tiempo de enmendarlos, ¿y qué mejor que dándolo todo por ese bebé que nos necesita y por nuestros hijos? No olvidemos que vamos a ser abuelos y tenemos que ser un buen ejemplo para él también; lo que quiero decir es que sí, Akira, quiero que arreglemos lo nuestro y comencemos otra vez de cero. Todos juntos, como la familia que somos.
—¿Me lo juras, lisa? ¿No estás jugando conmigo?— se veía sorprendido.
—¿Te parece que estoy jugando?
—Lo siento, Yo pensé que…— lo interrumpí:
—Sí, ya sé lo que pensaste. Te advierto que si vuelves a fallarle a nuestros hijo, seré yo quien te mate, ¿Me escuchas?
—No lo haré, lo prometo.
—Ya dejando todo claro, supongo que podemos…—Akira me besó, sin dejar que terminara de decirlo.
—¿Hacer esto?—mis mejillas se calentaron.
—Supongo que también.
—Ven— me agarró la mano y me hizo caminar con él.
Caminamos por el parque de la mano y me sentía extraña, hace tiempo no nos agarramos la mano así.
—¿Qué te recuerda esto?— se paró frente a la tiendita de helados y sonrió.
—A muchas cosas.
—¿El de siempre?
—Sí, el de siempre.
Compró dos helados y probó del mío.
—Ahora te toca a ti probar el mío.
Solíamos hacer eso siempre que veníamos al parque y comprabamos helado. Lamí el helado y Akira lo sacó a un lado para besarme.
—Así sabe mucho mejor, ¿no crees?
—Tienes razón.
Fuimos a varios lugares luego de irnos del parque; lugares donde frecuentábamos antes. Ambos mencionábamos lo que recordábamos y sonreímos, parecíamos dos niños pequeños; aunque el tiempo ha pasado, sigo viendo a Akira de la misma manera. Amándolo con la misma intensidad, como antes. Es como si el tiempo no hubiera realmente pasado.
¿Es posible amar tanto a una persona?
Cenamos y Akira me trajo a un Hotel.
—Aquí estaremos solos y así podemos recuperar el tiempo que perdimos.
Hicimos el amor como hace mucho no lo hacíamos, Akira se adueñó de cada parte de mi, incluyendo mi corazón. Con tan solo su sonrisa, puede hacer que todo lo malo y lo triste se borre. No entiendo como puede hacerlo. En sus brazos me siento completa, sin importar lo que pase entre nosotros.
Los años se fueron volando; Kaori tuvo a su bebé y fue un hermoso niño, idéntico a su papá. Lin buscó un trabajo decente para darle lo mejor a los dos. Se quedaran viviendo en la misma casa con nosotros. Por otra parte, mi madre y Mr. Jefferson se enteraron del embarazo de Kaori, pero no saben quien es el padre. Al principio lo tomaron como una bomba, pero luego no les quedó de otra que aceptarlo. Preferimos dejar las cosas así. Hemos estado ocultándolo lo más que podemos, y hasta ahora no han logrado averiguar nada y es lo mejor. Mi mamá no esta bien de salud y no sería conveniente hacerlo. Lin y Kaori se casaron al mes de Akira y yo reconciliarnos. Por otra lado, Akira y yo hemos estado felices, disfrutando de nuestro bebé y nieto. Todo ha estado calmado por aquí. No han habido problemas, ni nada por el estilo. Salimos todos juntos al parque, nos reunimos como toda familia hace y buscamos la forma de estar alerta por cualquier situación que surja. No hemos sabido nada Kanji y es mejor que se mantenga lejos. Akira se desconectó por completo del negocio, para así dedicarse a nuestros hijos y al bebé que viene en camino. Se puso muy contento cuando se enteró de la noticia; era de esperarse, habíamos estado teniendo sexo a diario. Creímos que no ibamos a poder tener mas hijos, y cuando menos lo esperamos, la vida nos sorprendió. La noticia me hizo muy feliz, es el segundo hijo que tenemos juntos y los amo a todos por igual. Nuestra familia ha estado creciendo cada vez más, así como Akira siempre lo deseó. Se ha convertido en alguien completamente diferente. Los dos arreglamos las diferencias con Lin. Logró comprender sobre la situación de su hermano, y hasta ahora ha estado actuando normal al respecto. Se podría decir que ahora si somos felices y parecemos mas una familia normal, llena de un pasado oscuro, pero el amor entre nosotros sigue intacto. La familia se ha ido restableciendo poco a poco y seguimos en pie de lucha.
Decidimos olvidar el pasado, vivir el presente y prepararnos para el futuro; amándonos con más intensidad cada día que pasa. Unidos como una familia, y en la espera de nuestro próximo bebé…
Dicen que del odio al amor solo hay paso, pero del amor al odio también; en nuestro caso, la pregunta es innecesaria... Porque entre el amor y el odio, pudo vencer el amor.
Fin