Chapter 329 - 126

—El viaje será largo y pasarlo atada sin posibilidad de soltarte sería terrible, ¿No crees, corderito?

—Deja de jugar, Akira. Maldito sean tus impulsos. ¿Así juras amarme?

—Una cosa el amor que siento por ti, otra muy diferente es el amor que siento por Kaori. Estoy seguro que me estás ocultando algo de mi hija y no te lo puedo perdonar, lisa. Te haré hablar, así me toque torturarte.

—Hablemos como dos personas civilizadas, no tienes que llegar a estos extremos, Akira.

—Por mi hija llegaría a este extremo y mucho más, ponme a prueba para que veas. Te amo mucho, pero amo mucho más a nuestra hija, y saber que hay algo que no me quieres decir, me hace enojar mucho.

—No hay nada que te esté ocultando.

—¿Por qué los enviaste a tan lejos y solos?

—Ya te dije.

—No hay ninguna beca, ¿A quién sigues tratando de engañar, lisa?

—Ellos no querían estar cerca de ti, Akira.

—Si fuera solo eso, no los hubieras mandado a tan lejos. Parece más como si estuvieran huyendo. ¿A qué es lo que huyen?

—A ti, ¿A quién mas?

—Kaori quería decirme algo ese día, y ustedes dos se interpusieron en que ella terminara de decirlo. ¿Qué dirás sobre eso? ¿Qué fue imaginación mía? ¿Por qué no me dejas hablar con ella a solas, y que me explique lo que sucede? Digo, si es porque me odia y no quiere que me acerque a ella, supongo que me lo dirá, ¿No es así?

—No presiones a nuestros hijos más, respeta la decisión que tomaron.

—Me rehuso, estoy en total desacuerdo con ellos. Se habían quedado de lo más bien en la casa, fue a última hora que decidieron ese viaje. Ellos saben que soy incapaz de hacerles algo, no represento un peligro para ellos. Lin no te dejaría sola y ella tampoco, Lin mismo dijo que te protegería de mi, ¿Y dónde está? Ese niño siempre ha estado muy apegado a ti, dudo mucho, que te haya querido dejar sola por irse con Kaori a otra parte. Tampoco creo que hubieras permitido que eso suceda. ¿Vas hablar o tengo que sacarte las palabras de la boca, lisa? — estaba muy serio y solamente encontrarme entre la espada y la pared, me tenía muy nerviosa. Sabía que engañar a Akira era imposible. No podía decirle la verdad o va a matar a mis hijos. ¿Por qué tiene que pasarme esto a mi? Diga lo que diga, no me creerá. Si dejo que hable con Kaori, ella se pondrá nerviosa y dirá todo. Es el fin de esta familia si eso ocurre. No patrocino esa relación, pero eso pensará si sabe que los envié a solas. Me matará sin pensarlo dos veces, y junto a mi, se llevará a Lin.

—Ya te dije todo, está en ti si me quieres creer o no.

—Pues no te creo, lisa. Estás muy nerviosa. Todavía es la hora que no aprendes a mentir, preciosa.

—¿Por qué tienes que ser así? ¿Quién no se pondría nerviosa cuando estás encima de mí, y sujetando mis manos con tanta fuerza?

—Cuando teníamos sexo lo hacía y no te ponías nerviosa como ahora, ¿Me ves cara de imbécil? ¿Vas a confesar o no?

—No tengo nada más que decir. Ya veo la confianza que me tienes.

—Esa es mi línea. Lo más seguro Kanji sabe lo que sucede con mis hijos, y a mi no me dices una mierda. Debe ser algo realmente muy malo, como para que no hables; supongo que no tengo de otra.

—Ya basta.

—Pues habla, ¡maldita sea! No quiero hacer una estupidez, pero me estás colmando la paciencia.

—¿Qué más quieres que te diga, Akira?

—La puta verdad; la maldita verdad. ¿Qué mierda te cuesta decirla? No quiero matarte, pero me estás obligando hacerlo. Ocultarme lo que pasa con mis hijos es imperdonable. Si no confías en mí como hombre, está bien, pero estas mezclando a nuestros hijos; en especial a mi Kaori. Yo también me preocupo por ella, aunque para ustedes no lo parezca. Es mi hija, y si tengo que defenderla de ti misma, lo haré. No sigas haciendo esto más difícil, y dime lo que sabes.

—No tengo nada más que decir. Haz lo que quieras, Akira.

—¡Maldita sea tu necedad! No sabes cómo me hierve la sangre cada vez que haces una necedad como esta. Si descubro que algo le pasó a Kaori, y tú estás ocultándolo, te juro que me voy a olvidar por completo de todo lo que hemos vivido hasta ahora, y de este amor que siento en el pecho por ti, lisa. Te estoy dando la oportunidad de que me digas la verdad, y sea lo que sea, voy a perdonarte de que me estés mintiendo, pero si no la dices, y es algo de suma importancia, te juro que te mataré; aunque me arrepienta después— no puedo decirlo, no puedo; aunque sea lo último que haga, tengo que protegerlos.