Chapter 149 - 149

Luego de un tiempo en angustia, salió el doctor.

—El paciente está estable, por suerte la bala no perforó ningún órgano. Perdió mucha sangre por lo que hicimos una transfusión. Se podría decir que solamente hay que esperar a que se recupere. No es la primera herida que tiene y conociendo la actitud del paciente, será mejor que guarde reposo— ya todos lo conocen por su actitud.

—Dios mío, valió la pena todo el esfuerzo— sentí tanto alivio que mi cuerpo se relajó demasiado, me empezé a sentirme algo mareada, la presión y la espera ha sido larga.

—¿Te sientes bien, lisa? — preguntó Mr. Jefferson.

—Si, solo fue un pequeño mareo. Ya se me pasará. ¿Puedo verlo, doctor?

—Si, puede pasar. Espero pueda controlar a su esposo para que se pueda recuperar bien.

—Lo trataré. Gracias, doctor.

Entré al cuarto de Akira, su rostro se veía algo mejor.

—Eres tan necio, ¿Como te pasó por la mente dejarme sola? ¿Qué fueron esas palabras de despedida, tonto? ¿Cómo creés que  iba a dejar que ese viejo asqueroso te hiciera daño? No vuelvas a hacer algo tan estúpido como eso. No sabes el miedo que sentí, no quería perderte por segunda vez. Siempre tomando decisiones a la ligera, ¡eres un idiota! Te sacrificaste por nuestro bebé y por mi. Siempre tan protector, tengo que agradecerte eso, pero no vuelvas a hacer algo así nunca en tu vida. Ni siquiera sé si pueda mirarte a la cara ahora cuando despiertes. No quisiera que sepas lo que tuve que hacer para salir de ahí, me siento sucia. Jamás hubiera querido otras manos que no fueran las tuyas, lo siento. No puedo evitar pensar que te fallé, aunque haya sido por salvarnos. Quiero quitar este asqueroso olor de mi piel, la desesperación no me dejó pensar en nada más. Te juro que no lo volveré hacer nunca. Te haré el hombre más feliz del mundo, Akira, lo prometo. No dejaré que sigas sufriendo, ya pasaste suficiente. Te encargarás tú mismo de hacer pagar a tu padre, tendrás la oportunidad que tanto esperaste, mi amor. Eso me hace feliz, aunque haya sido a base de todo lo que pasamos. Haré que borres todos esos malos recuerdos y puedas tener unos mejores junto a nuestros hijos— acaricié sus mejillas y besé su frente.

Usé el baño del hospital para bañarme, le pedí a Mr. Jefferson que me buscara una nueva muda de ropa. Akira tardaría en despertar y quería estar aquí para cuándo lo haga. Llamé a la casa para saber cómo estaba Kaori, todo iba bien con ella, gracias a Dios. No quisiera dejarla sola, pero tengo que velar por su papito para que pueda tenerlo en casa pronto. Cuando despierte Akira me iré para la casa.

Pasaron varias horas para que Akira despertara. Al ver que abrió sus ojos lentamente, sujeté su mano.

—Akira, ¿me escuchas?— me miró, y sentí que apretó mi mano.

—¿Cómo te sientes?

—Me duele—hizo un gesto dolor, y su voz sonaba muy débil.

—No te esfuerces en hablar, no te preocupes. Lo importante es que estás bien—  acerqué mi frente a su mano, estaba muy fría. Akira sacó la mano lentamente y la puso en mi cabeza.

—¡Tonta!

—No más que tú, necio — Akira sonrió.

—¿Está muerto?— preguntó. Sabía que iba a preguntarlo. No quiero mentirle, pero tengo que hacerlo.

—Si, Akira, ya todo acabo — intenté lucir lo más convincente posible.

—Mientes— me miró fijamente.

—Ya todo pasó, Akira.

—Estás temblando, lisa— me estaba sintiendo muy mareada de la nada, la visión se me estaba nublando.

—Vengo ya, akira— me levanté intentando fingir que nada pasaba para salir del cuarto y no preocuparlo, pero mi cabeza estaba dando muchas vueltas.

—¿Lisa?— fue lo último que escuché, antes de perder el conocimiento.

Akira

Toqué el timbre de la enfermera y me levanté lo más rápido que pude de la camilla. La maldita máquina de mierda me estorbaba. Arranqué la mierda esa de mi brazo. Lisa no se sentía bien y aún así estaba aquí. ¿En qué mierda está pensando?

—¡Enfermera!— ¿qué tipo de hospital de mierda es este que nadie viene? La levanté como pude y la senté en el sillón. Caminé lo más rápido que pude, en busca de las enfermeras—¡Mi esposa se desmayó! ¿Por qué mierda no responden el puto timbre?

—Usted no puede estar caminando así, señor. Ya llamaré al doctor— caminé de vuelta al cuarto. Lisa estaba muy pálida.

—¿Qué fue lo que pasó? Busquen una camilla — dijo el doctor.

—Ella está embarazada, doctor. ¿Pudo haber sido eso?

—No sabremos hasta que la examine. Vuelva a su cama, no puede estar levantado.

—Si tus malditas enfermeras estuvieran pendiente al maldito timbre, no lo estaría.

—Guarde la calma y descanse, la examinaré— el doctor salió de la habitación.

Mierda lisa, ¿Qué está pasando?

Al rato llegó Mr. Jefferson a la habitación.

—Akira, Que sorpresa. Pensé que estarías durmiendo.

—¿Sabes cómo está lisa?

—¿Lisa? ¿No estaba aquí contigo?

—Si, pero se desmayó. El médico no ha venido y no soporto no saber ninguna noticia.

—Iré a preguntar.

—Mr. Jefferson, ¿Qué fue lo que pasó mientras no estaba consciente?— su silencio me hizo dar cuenta que algo estaba ocultando, al igual que lisa— ¿Viste a mi padre?

—Si, está muerto.

—Que extraño, lisa me dijo otra cosa… — lo miré dudoso. Ninguno de los dos son buenos mintiendo.

—Si, Akira, tengo a tu padre.