Chapter 139 - 139

Akira

—¿Qué fue lo que pasó ahí dentro? Escuché un disparo, ¿Dónde está lisa?—preguntó Jefferson.

—No le hice nada, si eso te preocupa.

Lisa

—Mr. Jefferson, ¿puede ayudarme?—me asomé por la puerta para llamar a Mr. Jefferson. ¿Realmente tengo que salir así? ¡Maldito Akira!

—¿Qué sucedió contigo? ¿Qué te hizo Akira?

—No quiero hablar de eso. ¿Tiene algo con lo que pueda taparme—le pregunté a Mr. Jefferson. Akira no dejaba de mirarme.

—Yo me encargo. Toma— respondió Akira, quitándose el traje. Caminó a donde mí y me lo puso por encima.

—Ahora hueles a mi, ¿No te excita eso?—dijo en un tono sarcástico.

—¡Idiota! —seguí caminando para no mostrarle mi molestia.

Akira

—¿Qué se traen ustedes dos? Mira las condiciones con las que salió lisa y tu estabas molesto con ella hace un momento, y ahora estas riéndote como un idiota. No los entiendo— dijo  Jefferson.

—¿Ves lo hermosa que se ve cuando se avergüenza?— reí.

—Creo que fue demasiado arriesgado lo que hiciste. Pudiste haber enloquecido a lisa. ¿Realmente piensas dejarla?

—Eres muy idiota si crees que eso haré. Estoy seguro que ella va a recapacitar, es inteligente. Solo necesito esperar a que entre en razón, aunque me molesta tener que esperar tanto.

—Akira, dejá esta estupidez. No quieras arrastrar a lisa a la misma vida que tuviste.

—Una cosa no tiene nada que ver con la otra. No la quiero convertir en lo mismo que yo, solo quiero que entienda que debe protegerse. Los dos sabemos que tengo varios enemigos y si algo le pasa otra vez no lo soportaría y mucho menos si le ocurre algo a mi bebé. Todo esto lo hago por ellas.

—Pero tienes una manera demasiado cruel de hacer las cosas, lo mismo hiciste con la madre de lisa.

—Lisa es fuerte, aún con todo lo que ha pasado, ella ha sabido manejar sus asuntos mejor que yo. No he sido cruel, he sido realista. Créeme, eso las ayudará a las dos para pensar las cosas bien.

Lisa

Me llevaron a la casa, no quería que mi madre me viera así, es la última persona en el mundo que quiero que sepa sobre esto. Akira se portó como un verdadero monstruo, ¿Qué puedo esperar de él? No puedo creer que haya sido capaz de todo esto. Tengo que pensar en que voy a hacer, no puedo dejar que Akira me quite a mis hijos. No sé lo perdonaré nunca si lo hace. ¿Cómo puede ser tan cruel? Necesito buscar una forma de evitarlo, pero no quiero matar a nadie más. ¿Cómo puede pedirme eso? ¿Cómo pude creer en él?

Mi teléfono sonó y era Gina.

—¿Bueno?— respondí.

—¿Cómo estás? ¿Dónde has estado? ¿Por qué no viniste a trabajar? Hoy nos tocaba juntas.

—Lo siento, es que tuve problemas y no pude ir.

—¿Necesitas ayuda?

—No, no te preocupes. Trataré de ir mañana y hablamos sobre eso.

—Esta bien. ¿Sabes lo que están diciendo en el Hotel? Llegó la policía porqué supuestamente habían visto una persona caer de nuestro edificio.

—¿Una persona caer? No entiendo.

—No dieron con nada, pero todos están preocupados.

—Quizás no es real, no tienen que preocuparse por eso si no encontraron nada.

—De igual forma es muy raro todo.

—No pienses más en eso. Trataré de ir mañana. Gracias por preocuparte, cuídate— colgué la llamada.

—¿Con quién hablas?— escuché la voz de Akira a mi espalda.

—No somos nada, ¿Recuerdas?

—No seas insolente, dame el teléfono—Akira me arrebató el teléfono de las manos.

—Es solo una amiga del trabajo.

—Muy amigas por lo que veo.

—Si, algo así.

—¿De qué hablaban?

—De que quiero regresar a trabajar, Akira. Ya que por lo que veo mataste a la persona que me drogó, supongo que me dejarás ir.

—Estás embarazada y no te quiero trabajando.

—¿Es una excusa? El que esté embarazada no significa que esté inútil.

—Para mi lo estás y no te quiero trabajando.

—Haré lo que me pediste, Akira. ¿Es suficiente para que me dejes salir al menos a trabajar?

—¿Por qué tanto interés?

—Me gusta trabajar.

—No estoy de acuerdo. Hasta que no me des pruebas de que realmente vas a hacer las cosas como te pido, no voy a dejar que vayas a trabajar— caminó a la puerta.

—¡Imbécil!—dije entre dientes. Akira se detuvo y caminó de vuelta a mi.

—Repítelo— no puedo seguir de malas con este idiota, eso complicaría las cosas.

—No dije nada.

—Asi me gusta, gatita linda—con una sonrisa me dio el teléfono y se fue. Te quitaré esa maldita sonrisa sarcástica de tu cara.

No me permitió ir a trabajar. Quiso que me concentrará en la decisión que tomé. No estoy de acuerdo, pero no puedo dejar que Akira se salga con la suya y me quite a mis hijos.

Han pasado unas tres semanas, donde he tenido que asistir con Jefferson a las prácticas. Por suerte él no quiso que practicará con personas, me ayudó bastante. No soy para nada buena, pero se puede decir que he mejorado algo desde la última vez. Akira no ha querido venir, se lo encargó a Mr. Jefferson. Debe ser desesperante presenciar lo mala que soy. Añadieron clases de defensa personal, no han sido muy severas por mi embarazo, pero han ayudado de algo. Akira sigue actuando normal frente a Kaori y Aoi. Me da miedo dejarlo solo con ella, por que no sé lo que haga. Fuera de eso el ambiente en la casa es algo estresante, no nos dirigimos palabra alguna, pero Akira me hace maldades para molestarme. Estamos durmiendo en cuartos separados, pero se mete a mi habitación en las noches para molestarme. Su actitud ha sido algo incómoda, no es que no me guste estar con él, pero con todo lo que me hizo ese día no puedo perdonarlo. En algún momento pienso demostrarle lo que he aprendido, si de algo sirve. No me ha amenazado más con mis hijos y sería el colmo que lo siguiera haciendo, pero debo tratar de demostrarle que no soy tan inútil. ¿Qué podría hacer? Engañar a Akira es lo más difícil que puede haber. Él me conoce muy bien y eso lo hace más complicado. ¿Será que podré hacer algo?