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Chapter 730 - Historia Paralela La Caída Capitulo 33: Trampa.

Antón suspiró mientras se sentaba en una mesa de una cafetería en París, Francia.

Estaba agotado y la razón era que acababa de volver de la India luego de haber asesinado a algunos multimillonarios que estaban sacrificando personas para obtener una mayor riqueza.

Esos idiotas no recibieron respuesta de Avaricia cuando ofrecieron riqueza en los rituales y tuvieron que empezar a sacrificar personas, tratando de obtener la atención de ese dios.

Al elegir sus víctimas trataban de que fueran personas que se querían entre ellos o se consideraban valiosas entre sí, queriendo que tal afecto atrajera la atención de ese dios infernal.

"Gracias." Dijo Antón mientras la mesera le traía su pedido junto a algunas tostadas que no había pedido.

Él parpadeó sorprendido y al observar a la mesera, vio los ojos saltones de ella mientras que otros observaban desde la distancia.

"Es cortesía de la casa." Dijo la mesera y retorciéndose por nerviosismo, murmuró. "¿Puedo sacarme una foto con usted o puede darme un autógrafo?"

Antón volvió a parpadear sorprendido y entonces al girarse creyendo que le preguntaban a otro se dio cuenta de que llevaba la máscara puesta.

Se había olvidado quitársela y tal era una prueba de que estaba agotado.

"Por supuesto." Respondió Antón cortésmente y aceptó la foto.

Si le mencionaran hace años que él sería famoso, no lo hubiera creído.

Le gustaba ayudar cada vez que podía y desde joven ofreció una mano, algunas veces en situaciones más peligrosas que otras.

Al menos cuando era joven era lo suficiente imprudente como para convertirse un mochilero por el mundo y algunas veces se metió en zonas peligrosas y trabajo como voluntario para organizaciones humanitarias.

Era un pasado lejano y ese deseo de ayudar, en la actualidad era más que un trabajo que buscaba, al menos recompensar el daño que hizo su hijo al mundo.

A pesar de que obtuvo fama para hacer lo que hizo, no fue gratificante.

Aun así, continuó sonriendo, no queriendo trasmitir sus problemas a desconocidos que lo rodeaban y que no tenía nada que ver.

"Gracias y… Esto es para usted." Dijo la camarera pasándole un papel en silencio.

Antón, al leer el papel, levantó la ceja durante un breve momento.

"Lo siento, estoy casado." Respondió Antón en voz baja y sonriendo mientras devolvía el papel, comentó. "Y si mi esposa te descubre, me tortura a mí y te mata a ti."

La mujer se puso avergonzada por sus acciones, pero luego se rio más animada ante el comentario que sonaba como broma.

Que él estuviera sonriendo amablemente ayudó a que pasara la vergüenza del rechazo y cuando la mujer se despidió, Antón se sentó.

"No estaba bromeando." Murmuró en voz baja y luego se rio en solitario.

No iba a negar que lo hizo sentir joven, ser cortejado por una mujer joven, pero todo era parte de la fama que traía ser un 'héroe' reconocido mundialmente.

Al darse cuenta de que quizás no podría tomar el café tranquilo ante las miradas, fotos y grabaciones que le hacían, él dudó al ver que aumentaban el volumen del televisor.

"Las iglesias se unificarán en la Iglesia de los Dioses de la Tierra. Nuestros valores pueden ser diferentes y nuestras costumbres también, pero creemos espiritualmente en el mismo Dios. Si bien tiene diferentes caras y rostros, es el mismo."

El discurso de quien representaba a las religiones de la tierra fue repetido en las noticias y al ver a las diversas 'cabezas' de las iglesias antiguas, Antón sonrió al ver que también estaba su esposa.

También estaba Auriane de parte de la Iglesia del Orden.

"Habrá algunos que vean nuestras acciones como insensatas o estén contra de los valores que representaremos. Sin embargo, los Dioses existen, nos hablan y se comunican con nosotros y ahora esos dioses nos piden que cambiemos. Que ayudemos a la tierra, que usemos nuestros valores para ayudarnos uno a otros y que dejemos las diferencias de lado. Y eso haremos."

Las religiones eran diversas.

Había algunas religiones que literalmente se basaba en valores más que en alguna entidad y como creían en un 'ser' superior, terminaron entrando en esta categoría de ser parte de los Dioses de la Tierra.

Otras religiones estaban atadas a creencias y costumbres milenarias que contradecían las de las otras religiones y darle sentido y unidad a todo era nada más que imposible.

Sin embargo, lo intentarían, aunque perdieran cada vez más creyentes, lo harían y sus instituciones se reorganizarían por completo.

A diferencia de la unidad que mostraban ahí, Antón, que escuchaba a su esposa hablar del tema, supo que antes no fue tan unido como parecían.

Al final esta fue la mejor decisión y más cuando lo que se buscaba era que las iglesias no tuvieran conflicto interno o con otras iglesias e incluso con los mismos creyentes de los Dioses de la Tierra.

Y, por último, ahora ellos seguirían la voluntad de los Dioses de la Tierra y aquellos que eran parte de ese mismo ser y estaban enojados por las acciones de los terrícolas, serian aplacados.

Luego de beber el café y pagar, Antón salió de la cafetería y se movió en silencio.

Estaban a mitad de junio y el mundo seguía cambiando.

"Tengo dos horas antes de ir a buscar a Aurora y Alice." Murmuró Antón deseando volver al trabajo.

Su esposa estaba trabajando tanto y si bien ella no recibía reconocimiento público como él, ella hizo más trabajo secreto de lo que cualquiera podía imaginar.

Él no deseaba quedarse atrás y necesitaba volver a salir.

Revisando las últimas noticias mundiales buscando algo de dos horas de trabajo antes de volver con sus hijas, frunció el ceño al escuchar unas sirenas.

Activando un artefacto de ocultación saltó en el aire y salió disparado hacia arriba, entonces creando plataformas se movió y en un instante, se encontró con las sirenas.

Eran variaos autos de policías que estaban persiguiendo un automóvil blindado y desde el interior varios tipos estaban disparando sus armas.

El modo que las balas se desviaban en el aire demostró que los criminales eran usuario de habilidades con esos 'talentos' que estaban apareciendo.

A diferencia de lo mágico o lo psiónico que eran energías, esos talentos eran raros y por segundos, Antón sintió que estaba en alguna clase de película de superhéroes.

*Boom*

Viendo que uno de los hombres sacaba un lanzacohetes por la ventana para dispararlo, Antón se tiró en picada y usó su cuerpo para recibir el disparo y el aura de combate para reducir el impacto y la explosión.

El cohete se había desviado a un edificio y antes de que estallara logró reducirlo.

Viendo que otro auto se volcaba por el conductor, él parpadeó otra vez y atrapó el automóvil antes de que se estrellara.

"Gr…"

Sin recibir el agradecimiento volvió a saltar y fue directo aplastar el auto para detener a los criminales.

No eran tan fuerte, así que podía reducirlos antes de que hicieran más daño.

"¡He llegado!"

Antes de que pudiera acercarse, una figura apareció en el aire y movió su mano.

Otros autos estacionados se movieron y se interpusieron en el camino del auto principal, provocando un choque que volcó al vehículo blindado.

En medio de volcarse, lanzas de metal surgieron de la tierra y empalaron el vehículo.

Antón no se concentró en eso, sino que en el primer auto de policía que se desvió al no poder reducir la velocidad y se dirigió a un centro comercial en donde las personas estaban huyendo.

Parpadeando otra vez, Antón se posicionó adelante del auto y en vez de pisar el suelo, utilizó plataformas mientras que usaba su aura buscando reducir el impacto.

"Ugh…"

El auto, en vez de estrellarse en el aura a alta velocidad, lo empujó hacia atrás varios metros, lo suficiente como para reducir el impacto antes de detenerse hasta que las bolsas de aire salieron.

Mirando como sus manos agrietaron la parte delantera del auto, Antón suspiró aliviado al ver que su aura rodeaba la parte delantera.

Si hubiera detenido el auto directamente, quien sería dañado sería el auto, ya que su cuerpo era demasiado resistente.

"¡El Señor del Metal ha salvado de vuelta el día!" Exclamó el hombre en el cielo.

Antón pudo verlo mejor.

Llevaba una máscara plateada y un traje ajustado de color plateado con una barra de metal como algún tipo de logo.

Su cabello, que era lo único a la vista, era plateado y estaba volando mientras que una capa revoloteaba en la espalda.

Ese hombre activó un artefacto y desapareció siempre dando una sonrisa magnánima.

"…"

Antón vio la destrucción del choque y los civiles heridos por algunos autos de policías que no se detuvieron y frunció el ceño a acercarse a ayudar.

Durante la guerra civil estadounidense le agrado los héroes que aparecían.

Los lunáticos en ese momento andaban por las calles y los seres humanos mostraron lo desagradable que podían ser cuando tenían la posibilidad.

Sin embargo, fueron los héroes que mostraban ese lado agradable y esperanzador de la humanidad.

Ahora, viendo la destrucción de un tipo al azar que aparecía y usaba sus poderes libremente vistiéndose estúpidamente para llamar la atención, provocó que tuviera sentimientos mixtos.

Esos tipos eran raros y algunos eran necesarios y más cuando había demasiado criminales en los pequeños escalones.

Asaltos, robos, o como estas situaciones de persecuciones que podían cambiar de repente y volverse peligrosas.

Al final, suspiró y se quedó para ayudar y responder algunas preguntas de los policías y posteriormente un par de periodista que llegaron.

Era una pérdida de tiempo, pero como un héroe y como un usuario de habilidades, tuvo que dar la cara, al menos por la apariencia.

Tratar de no ser como ese hombre que manejaba el metal que venía y se iba sin importarle las consecuencias de sus actos.

Cuando se estuvo por ir, otro periodista se interpuso en su camino.

"¿Disculpa, puedo hacerle otra pregunta?" Dijo el hombre dando una sonrisa.

Antón estaba un poco molesto por la pérdida de tiempo, pero se negó a ser grosero y asintió.

"¿Qué piensa sobre Fabien Piaget y sus dichos sobre que la responsabilidad de los usuarios de habilidades?" Preguntó el periodista mientras grababa de cerca.

Él había escuchado ese nombre de la política francesa y si bien no sabía específicamente quien era, pensó rápidamente en la respuesta.

"No soy tan conocedor de la política francesa. Sin embargo, pienso que los usuarios de habilidades tienen una responsabilidad que va más allá de usar sus poderes para el bien. Una responsabilidad con el prójimo y de pensar en los demás y en lo que nos rodea. De cuidar a aquellos que no pueden cuidarse." Dijo Antón en calma.

Los usuarios de habilidades tenían la responsabilidad de usar sus poderes para el bien y para el cuidado de los terrícolas.

Antón estaba de acuerdo con esa idea generalizada y si bien sabía que era ingenua, la verdad era que le gustaba la idea de que la gente protegiera a otros.

Justo como los héroes que surgieron durante la guerra civil estadounidense.

Sin embargo, ese deseo debía no dañar o lastimar a otros y prácticamente no ser como ahora, que un supuesto héroe actuó sin pensar en el daño colateral.

El número de terrícolas sin habilidades era alto y aquellos que alcanzaban un nivel de poder tenían la obligación de controlar sus poderes para no causar destrucción.

Por supuesto, como era un periodista, él tuvo que ser algo idealista y más cuando todo iba a ser público.

"Así que está diciendo que los usuarios de habilidades por su superioridad deben cuidar a aquellos más débiles. Supongo que está de acuerdo con Fabien y la idea de que los usuarios de habilidades deben gobernar en la tierra." Dijo el periodista y en vez de darle posibilidad de responder, guardó la grabadora y comentó. "Gracias por su cooperación."

Para sorpresa de Antón, ese hombre se fue y tras dar unos pasos, la atmósfera cambió y la presión cayó de repente en los alrededores.

La policía sacó sus armas y todas por instinto le apuntaron a él de inmediato.

¿Fue por qué públicamente actuaba demasiado amable? ¿O por qué creyeron que era un idiota? Quizás había algo más preparado detrás de todo y al final fue lo mismo para Antón.

Estaba enojado de perder el tiempo y luego tener que soportar un periodista amarillista que deseaba contradecir sus comentarios.

Y su cuerpo reaccionó a esa molestia mientras sus músculos resaltaban y su cuerpo emanaba una alta presión.

"…"

Antón miró al periodista cruzándose de brazos sin importarle las cámaras de otros periodistas que empezaron a grabar.

Lo observó con la misma mirada que un gigante miraba a una hormiga y con la presión de alguien que estaba enojado.

"Yo… Yo… Yo… Lo borraré." Dijo el periodista al darse cuenta de lo que sucedía.

Sacando su grabadora se le cayó al suelo con sus manos temblorosas y tratando de agarrarla desesperado dio la impresión de que él estaba siendo intimidado cuando era inocente.

Había esperado al final cuando otros periodistas se alejaron para acercarse y enfadarlo… Tal idea era divertidísima y Antón sonrió al ver que el hombre finalmente borraba todo.

"Por favor… Permítame irme." Pidió el periodista en voz alta.

Estaba pálido por la presión, pero seguía actuando buscando generar controversia como si él hubiera sido intimidado y Antón se detuvo.

¿Qué haría su esposa? Su esposa era una mujer que podía ser astuta y ser tan peligrosa como carismática para solucionar algunos inconvenientes.

Él tenía carisma, pero no le gustaban esos métodos y si bien no eran de su agrado, no significaba que no supiera actuar de ese modo.

Había superado sus cincuenta años hace tiempo y tuvo una vida entera encontrándose con todo tipo de personas e individuos como este periodista.

"Oh, Dios del Tiempo y el Espacio, te pido que me muestres el pasado." Pidió Antón en voz alta.

Tal como esperaba, el espacio se agitó en los alrededores y la conversación de hace momento volvió a suceder en el cielo y con la única diferencia fue que la proyección era en tamaño gigante.

El periodista se puso pálido cuando la conversación se repitió completamente mostrando la razón del enojo de él y a diferencia de lo que Antón esperaba, el pasado retrocedió aún más.

Esta vez a la vida privada del periodista que aceptó un soborno para calumniar al Gigante de Acero y este idiota lo aceptó sin decir demasiado.

Luego la temperatura aumentó y si bien solo Antón se dio cuenta, el espacio reveló una escena secreta de ese periodista huyendo después de haber chocado a una persona y escapando sin nunca ser encontrado.

"Creo que es suficiente…" Murmuró Antón en voz baja.

Fue obvio que no solo el 'Tiempo' estaba presente en este lugar y alguien más lo estaba y el problema era que esa persona era problemática.

Al menos por lo que él había escuchado.

Tal como esperaba, los periodistas grabaron y cuando Antón quito su presión, se acercaron para rodear al hombre y a él, pero cuando se dieron cuenta de que él estaba molesto, le mencionaron que se encargaría de que su imagen no fuera manchada.

Permitiéndole retirarse y Antón lo hizo dejándole lo demás a la policía y a los demás periodistas.

Tenía una hora y media antes de que sus hijas salieran y lo que significaba que podía ir a áfrica a detener algunas olas antes de volver a casa.

El trabajo nunca se detenía.

******

En un auto, Aurora viajó en la parte de atrás con Alice, mientras que adelante conducía su padre.

"¡Luego de las vacaciones empezaran las clases para ver las habilidades!" Exclamó Aurora retorciéndose en su asiento.

Las vacaciones eran algo bueno y tenía planeado jugar bastante con Alice.

Lo que le preocupaba era que no tenía habilidades que destacaran y estaba nerviosa por esa idea.

"¿Qué pasa si no destaco en nada? ¿Y si me echan de clase? Y si…"

Aurora, que estaba dejando sus ideas de lado, sintió el empujón de Alice, quien, como modo de consuelo, le compartió papitas.

¿La trataba de calmar? Ella sacó un puñado de papitas y empezó a comer con nerviosismo.

"¿No falta mucho para que suceda?" Preguntó su padre.

¡Qué ingenuo! ¡Todos sabían que las vacaciones pasaban rápido!

"No te preocupes. Eres increíble." Dijo Alice asintiendo seriamente.

"¿Lo dices porque te convide parte de mi desayuno?" Preguntó Aurora levantando su ceja.

Alice estuvo por asentir y a mitad se dio cuenta de que era una pregunta trampa y agitó la cabeza.

Sin embargo, era demasiado tarde.

Aurora volvió a retorcerse en su asiento.

A pesar de que su madre le había hablado comentándole que era una niña especial, ella no confiaba en las palabras parciales de su madre.

Necesitaba algo que mostrar y no podía ir al profesor y decirle que su madre le mencionó que era especial.

Eso no funcionaria.

"Eres demasiado joven para entrenar." Dijo su padre desde adelante.

Aurora hizo un puchero de inmediato.

"No puedes engañarme. He leído que los niños desde nacimiento aprenden y entrenan." Dijo Aurora y al ver la mirada curiosa de su padre, detalló. "Fue un libro que leímos con Alice sobre Terra nova."

En realidad, lo estaba engañando parcialmente, ya que se trataba de una historia infantil que su madre tenía en su biblioteca y que ambas leyeron.

En ese libro mencionaba que el protagonista entrenó desde que 'nació'.

—Te lo has tomado demasiado literal.

Aurora leyó el texto de su sistema y ella volvió a hacer un puchero.

"Lo hablaré con tu madre. Veremos si podemos hacer algo." Dijo Antón y mirando por el retrovisor a Alice, comentó. "Al parecer has motivado a tu hermana."

Alice al escuchar esas palabras la miró a ella y Aurora se puso nerviosa y un poco enojada por su padre que acababa de delatarla.

"No es mi culpa." Murmuró Aurora y desviando la mirada, murmuró. "Solo quiero decir orgullosamente que soy tu hermana cuando me pregunten."

Alice era increíble con esa capacidad de sacar una mano negra y le parecía demasiado útil.

¿Cómo ella no desearía estar a la altura? En el futuro, cuando preguntaran si ella era hermana de Alice, quería aceptarlo orgullosamente y no estar avergonzada por no estar a la altura.

Además, quería entrenar y salir a luchar como su padre para convertirse en una heroína.

Y necesitaba empezar pronto.

Ella volvió a retorcerse y su padre simplemente se rio desde adelante, quizás divirtiéndose de sus reacciones.

Aunque no estaba mintiendo con su idea de querer descubrir cuál era su capacidad o en que era buena y si bien en parte era porque quería estar a la altura, otra razón era que le gustaría volver a iniciar la clase con confianza.

—Veré que puedo hacer para ayudarte.

"¿De verdad?" Dudó Aurora y tras unos segundos, murmuró. "¿Será para antes de las vacaciones?"

No le importo que la miraran y que su padre prestara atención de repente directamente.

No sabía que conocidos, podía tener un sistema y aunque no lo sabía, ella confiaba en el Señor Sistema y sin duda aprovecharía su ayuda.

—Sí. Trataré de que sea antes de vacaciones. Aunque todo dependerá de ti.

"Está bien. Me comportaré." Murmuró Aurora creyendo que la recompensaría si se portaba bien.

Después de todo, si era una buena niña, sería recompensada por ello… ¿No?