Una sombra apareció en lo alto de un edificio y Alice que salió desde la sombra, observó el sitio en donde había bajado del taxi.
Sin expresar sus pensamientos, volvió a ser tragada por la sombra bajo sus pies y apareció en un callejón, antes de volver a moverse otra vez y en otra dirección, apareciendo en uno de los cines alejados del centro de la ciudad.
Comprendiendo que nadie la había percibido llegar, se dirigió a la entrada del cine y mirando el último mensaje, esperó.
"…"
El lugar era tranquilo con algunas personas asistiendo al cine a esta hora y con varios transeúntes.
Esta parte de la ciudad se consideraba más nueva y eso significaba que las personas que vivían en este lugar, no la reconocerían al menos no por completo.
Aparte del torneo internacional, quien destacaba más en público era Aurora y muy pocos se acercaban a ella.
Fue por tal razón, que le pareció raro ver a un fotógrafo escondido sacando fotos a la entrada del cine.
"Esto va a ser molesto." Murmuró Alice al darse cuenta de que no le sacaba fotos a ella, sino que, al cine, específicamente esperando al idiota que estaba en el interior.
Por el modo que se ocultaba daba la impresión de que el fotógrafo era un paparazzi, que buscaba una premisa.
"Oh, ¡Alice! ¿Te hice esperar?"
La premisa saludó en voz alta con una inmensa sonrisa de un idiota y se acercó con dos cajas de cartón con palomitas de maíz en su mano.
"¿Quieres? Supuse que te gustaría." Preguntó el hombre con una sonrisa.
Cabello negro y ojos rojos que destacaban de forma muy evidente, considerado como uno de los individuos más guapos del mundo de entretenimiento.
Playboy, Director de varios éxitos y Actor casual en sus propias obras, tal hombre era conocido tanto por sus obras como por ser un mujeriego.
Ahora el Director 'Hermes' llevaba un gorra y unos anteojos como si deseara ocultarse del público.
"Eres más idiota de lo que imaginaba al tratar de ocultarte con una gorra y anteojos." Dijo Alice de manera instantánea.
Fría e indiferente, con una pizca de ridiculización en su voz, el hombre dio una sonrisa al escucharla.
"Me tratas bastante mal para ser quien me invitó hoy y quien me ha pedido ayuda." Comentó el idiota y con una sonrisa amigable, añadió. "Me alegro de que estés bien también, Alice."
Sonrisa casual y amigable, no dejo ver ninguna molestia por sus palabras y el desprecio que había mostrado ella, tomando su actitud con normalidad.
"Lo siento." Respondió Alice y guardando su bolsa de papitas, para tomar la caja de palomitas de maíz, explicó. "Es la costumbre."
"…"
El idiota abrió su boca como un idiota otra vez, causando que Alice resistiera sus comentarios mordaces y lo hizo comiendo las palomitas de maíz.
"No esperaba una disculpa." Murmuró el idiota y tosiendo suavemente, dudó. "¿Necesitas ayuda en algo?"
¿Estaba pensando que lo trataba bien porque ella le pidió ayuda? Alice sin tener deseos de responder la pregunta, saboreó las palomitas de maíz con calma.
"Si, jardinería." Respondió Alice y viendo en los profundos ojos de ese hombre entendimiento, cuestionó. "¿Qué tal? ¿Interesado? Ya tengo un plan."
La mirada que dio fue interesada de inmediato y era imposible que no lo estuviera, al entender a lo que se estaba refiriendo.
Desde el recordatorio de su madre, Alice se estuvo preparando y si bien empujó a que la Empresa Apicius se fortaleciera un poco, en realidad ellos eran su carta de reserva.
Cualquiera acción que realizara la empresa podía repercutir en la Ciudad Zerzura y, por ende, en su hermana que le importaba la ciudad.
Por tal razón, prefirió actuar por su cuenta y por más que algunas veces le desagradaba la persona que estaba al frente de ella, no podía negar que era útil.
"Pareces motivada. Estoy dentro." Respondió Hermes y con una sonrisa, añadió. "No te preocupes, no me importa trabajar gratis. La jardinería parece demasiado divertida."
¿Ella estaba motivada? Alice no se dio cuenta de ello y se sorprendió un poco.
¿La advertencia de su madre la alteró o la puso nerviosa por el futuro? ¿O era la responsabilidad de encargarse de alguien que ella misma había salvado?
No era la primera vez que escuchaba temas alarmantes y era poco probable que fuera la última, en cuanto a la responsabilidad… ¿Cuántas personas había rescatado y cuantas de ellas recordaba?
"No lo pienses demasiado. Es agradable cuando no te limitas y eres más libre." Afirmó el idiota asintiendo múltiples veces.
"Así es como tientan los demonios para llevar por mal camino a los humanos." Señaló Alice y al ver que el idiota parpadeaba un poco sorprendido a su broma, declaró. "Dirías lo que deseo escuchar si eso te ayuda a superar tu aburrimiento."
"Me subestimas al compararme con los demonios. Soy mucho más capaz que ellos." Respondió Hermes y señalando al fotógrafo que continuaba a su espalda, añadió. "No estoy tan aburrido. Ellos son los que me aburren."
Ya fuera que buscara que ella se soltara más para atraerlo a él a todo tipo de eventos que satisficiera su aburrimiento o que fuera honesto con sus palabras, no importaba para Alice.
Tenía un plan que necesitaba el mayor silencio y discreción posible y que requería alguien tan capaz como la persona que estaba al frente de ella.
Con el favor que había conseguido de Amnestria, ahora era capaz de hacer prácticamente lo que deseara dentro del bosque mágico y no iba a desaprovechar esta oportunidad.
"Creí que te gustaba la atención." Respondió Alice al comer las palomitas de maíz.
El fotógrafo que estaba sacando fotos a ambos, se dio cuenta de que ellos notaron su presencia y se acercó con su cámara de fotos.
"¿Director Hermes esta es su nueva amante? ¿O su novia? ¿Irán al cine? ¿A dónde desea llevarla?" Preguntó el periodista sacando fotos y grabando, causando que la expresión de Alice cambiara.
La forma que la relacionaba le causaba desagrado y…
"Entiendo tu molestia." Murmuró Alice provocando que el periodista se molestara por un segundo.
"Sí. Con ellos pululando por todas partes no puedo divertirme. Y si lo hago empiezan a decir que hice un escándalo." Respondió el idiota y girándose al periodista, preguntó. "¿Si digo que únicamente somos conocidos, que publicaras?"
Su voz llevaba una tonalidad única que algunos confundirían con el sentimiento de curiosidad.
"Publicaré que están en una relación secreta y que estaban en una cita en donde fueron atrapados de repente." Respondió el periodista con una sonrisa llena de calma.
Tales palabras no deberían haber sido dichos y lo extraño fue que el periodista sonrió como si no se diera cuenta de que su respuesta podría traerle problemas.
No era un periodista, solo era alguien que buscaba una premisa y si no la encontraba, la creaba.
La expresión del idiota, al señalar al periodista dejó evidencia su molestia.
"Encárgate de él." Respondió Alice agitando su cabeza.
Tales personas no eran tan raras y menos en el mundo del espectáculo, por eso ella no deseaba desperdiciar su tiempo aquí.
"Es mejor que digas la verdad." Pidió Hermes y con una sonrisa llena de calma, explicó. "Soy un fanático de la 'Glotona' y las palomitas de maíz, solo fue para acercarme. Lamentablemente, ella es demasiado increíble, para alguien tan pequeño como yo."
¿De qué verdad estaba hablando? El modo tan solemne y serio con la cual daba su explicación fue extraordinario, causando que Alice frunciera el ceño por un segundo.
"¿Es solo eso? Ustedes parecen ser muy cercanos." Dudó el periodista anotando la 'verdad'.
"Solo somos conocidos." Respondió Alice y agitando su mano, ordenó. "Ahora vete."
El periodista al escuchar su orden, observó al idiota y este le hizo una señal para que obedeciera.
No importaba si tenía asuntos que preguntar o si tenía dudas, el periodista se fue muy animado sin darse cuenta de lo que verdaderamente había sucedido.
Por su parte, Alice al observar al idiota que le sonreía, dio un suspiro.
"Vamos." Instó Alice e ignorando al hombre que asentía, añadió. "Prefiero no perder tiempo en estas estupideces."
Iba a ser una pérdida de tiempo si dejaba que el idiota empezara a narrar una historia falsa y problemática para el periodista.
Aunque de cierta manera nunca le interesó los medios ni lo que pensaban de ella y sabía que, si alguien decía algo, probablemente James actuaria.
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En un suburbio de mansiones en Antalya una ciudad situada en el mediterráneo, al suroeste de los restos de Turquía, un equipo militar se adentró a una de las mansiones.
El ambiente era tenso dentro del camión y a pesar de que el líder era parte del Gremio Los Caídos, que gobernaba la zona y un rango S, se mantuvo la seriedad.
"Nuestro objetivo es una mansión de la ciudad. Hemos perdido comunicación con nuestro equipo y presumimos que han muerto." Avisó el líder y con seriedad, advirtió. "Antes de que nuestro primer equipo viniera, fuimos advertidos por los vecinos a causa del escalofrío que sintieron y el aura siniestra, similar a los rituales. No sabemos, lo que depara, pero estén preparados para lo peor."
Las mansiones estaban apartadas las unas de las otras, permitiendo cierta privacidad para que algunos individuos ricos y poderosos hicieran lo que desearan.
No obstante, incluso las ruinas de Turquía tenían límites y era normal que aplicaran sus leyes.
El equipo de asalto asintió y luego cuando vino el aviso de adelante, todos se bajaron armados por completo y el líder con su rifle de asalto bajo del auto, tras equiparse con la armadura con exoesqueleto.
Saltando al suelo, pudo observar la gran mansión rodeada por una atmósfera siniestra que causaba cierto escalofrío y a pesar de que era de noche, el lugar se veía más oscuro de lo normal.
"Si no avisamos en cinco minutos pidan refuerzos de la sede del gremio." Ordenó el líder al segundo equipo que los acompañaba y poniéndose la mano en el pecho, anunció. "¡Siempre que nos caemos, nos levantamos!"
"¡Siempre que nos caemos, nos levantamos!"
La respuesta lo dejó satisfecho y él tomando su rifle, lo reforzó para aumentar su potencia y empezó a dirigir al equipo a la entrada de la mansión difuminada por una neblina nocturna.
Lamentablemente, la amenaza de un ritual era demasiado peligrosa, para esperar a que los refuerzos llegaran y fue por tal razón que tuvo que moverse.
Pateando la puerta con su equipo de cinco usuarios de habilidades, desde el interior de la mansión vino un olor a sangre, que provocó arcadas incluso en veteranos como él.
"¿Qué tipo de ritual es este?" Cuestionó una mujer del equipo.
Hombres y mujeres estaban a cada lado del pasillo, con su piel seca pareciendo cadáveres disecados y algunos estaban desmembrados.
Lo único común era la desnudez.
"¿Un ritual de Larzura?" Dudó otro, pero el líder lo silencio con un movimiento de manos.
Activando la linterna y levantando su rifle de asalto, avanzó con su equipo tratando de no distraerse en los cadáveres disecados.
Vio marcas, heridas de todos tipos y a la vez percibió mordeduras.
Larzura era la Diosa de los Hedonistas, el Libertinaje y la Libertad y si bien de vez en cuando lunáticos realizaban orgias en honor a esa diosa, esta situación parecía diferente.
Partes de cuerpos masticadas y devorados, la sangre pintando las paredes y la oscuridad que acechaba con fuerza.
¿Algunos adoradores demoniacos de otro dios? ¿De algún dios Infernal? ¿O tal vez la persona estaba loca y era un caníbal? Sin embargo, esas mordeduras eran extrañas y el líder creyó que lo había visto en otra parte.
¿Fue en Terra nova?
Antes de que pudiera rebuscar en su mente, una figura pasó por un pasillo y el líder levantó su rifle con precaución.
"¿Alguien vio lo mismo?" Cuestionó el líder, sin perder la mirada del pasillo a donde fue la figura.
"Si, líder. No pude sentirlo." Respondió un caballero en su grupo.
Un oponente que era capaz de ocultar su presencia, incluso cuando estaba al frente de ellos… Tal idea, causó que su expresión se volviera seria y con un movimiento de mano, ordenó que la formación se cerrara.
Avanzando con cuidado por el pasillo, al girarse al final, apuntó con su rifle y se dio cuenta de que era un extenso pasillo que dirigía a lo que parecía ser una sala.
El silencio era aterrador y si no fuera por la sangre goteando por el piso, hubiera pensado que estaba delirando o la figura era un fantasma.
Moviéndose de vuelta, antes de llegar a la sala levantó su rifle y aunque la oscuridad se hizo más intensa, activó la linterna de su rifle.
Podía ver en la noche gracias al brebaje que tomó, sin embargo, la linterna permitía una vista superior, permitiéndole captar seres espirituales si es que estaban aquí.
Sin embargo, en la sala una figura quedo a la vista y el líder levantó su rifle con la linterna lentamente, sintiendo que su instinto le gritaba que huyera.
"…"
Pies descalzos y llenos de sangre húmeda, al levantar pudo ver la figura con un vestido elegante y majestuosa, cubriendo el cuerpo de una mujer de grandes encantos.
Cuando la linterna desveló el rostro el líder, se quedó en blanco al ver la belleza de la mujer y su corazón latió de forma incesante.
"…"
Ojos azules que brillaban con una fuerza y un atractivo único, su cabello largo del mismo color resaltaba con el brillo de la linterna y las orejas largas, intensificaron el encanto.
No importaba si la mujer tenía su boca llena de sangre, sus manos convertidas en garras ensangrentadas y estaba lamiéndose los labios, disfrutando la sangre y revelando los colmillos afilados.
Seguía siendo una belleza demasiado atractiva y seductora.
Los ojos que brillaban con un encanto único dejaban ver una intensa hambre.
"Es… Hermosa." Murmuró su compañera de equipo.
El líder también pensó lo mismo y una parte de él, quiso bajar su arma para acercarse a la hermosa elfa que había aparecido y fue cuando ese pensamiento surgió, que apretó el gatillo.
Ta-ta-ta.
Las balas golpearon a la elfa, quien en vez de esquivarla lo soportó por completo y su cuerpo fue agujereado por las sesenta balas del cargador de su rifle, impactando hasta el otro lado.
Estaba sangrando por todas partes y, aun así, la elfa frunció el ceño mientras que las heridas se regeneraran a una velocidad insana.
Sin embargo, fue suficiente para despertarlos a ellos y su equipo retrocedió, entonces los disparos de su compañero golpearon la nada.
La figura esta vez se cubrió con una barrera y con una expresión desorientada, perdida y confundida, huyó por la ventana rompiendo el vidrio, antes de desaparecer en la oscuridad de la noche.
"¿La perseguimos?" Preguntó un miembro de su equipo y conteniendo su temblor, murmuró. "Sus ojos… Casi caigo atrapado bajo su encanto."
'Encanto'… Esa era la única forma que se podía describir lo que les acababa de suceder al querer bajar sus armas.
Los colmillos afilados, el encanto, la sangre del lugar y la apariencia… El líder que había viajado a Grecia y visitado a algunos altos mandos del Imperio Falion, había visto cuadros de la persona que había huido.
Y lo único que pudo decir fue…
"No. Esto es más grande que nosotros y tal vez involucren a nuestros aliados." Respondió el líder y mirando sus alrededores llenos de cadáveres, suspiró
¿Qué sucedería cuando el Imperio Falion se enterará de lo que acababa de ver?
Esperaba que no fuera nada problemático.