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Chapter 632 - Historia Paralela La Caída Capitulo 4: Planeando.

En lo alto del edificio, se encontraba un hombre flaco, decrepito y cansado, en la cornisa del edificio.

Abajo se encontraba, Agatha cuya mirada se mantuvo en ese hombre, mientras llevaba una bolsa de mercadería en su mano.

"¡No te tires!"

Estaba en Roma, Italia y a pesar de que Agatha de hace tiempo no hablaba italiano, pudo entender lo que las personas que estaban abajo gritaban.

Año 2028 mes de julio, varios meses luego de que su hija naciera, ver esta escena no resultó ser tan extraña.

"¡Dios no existe! ¡Ustedes se han dejado engañar! ¡El mundo está llegando a su fin!"

Los suicidios aumentaron de forma desmedida y alcanzó el punto de que algunas ciudades dictaron leyes para cerrar las terrazas, para que de esa forma nadie hiciera una locura.

Sin embargo, los suicidios ocurrieron en el subte, en las carreteras y sin hablar de todos aquellos que lo hicieron en silencio en sus hogares.

No solo se trataba de aquellos que creyeron que Terra nova fue un juego, sino que también de aquellos que incluso jugaron manteniendo sus valores en alto, no pudieron aceptar lo que hicieron.

Ni hablar de los que perdieron familiares, amigos y aquellos que dejaron a sus familias atrás… Para muchos Terra nova fue su vida.

Aun así, en este caso fue muy diferente.

"¡Dios nos ha abandonado! ¡Y la iglesia se aprovecha de nosotros! ¿No lo ven? ¡Nos quieren como corderos y yo no soy uno de ellos!"

El hombre volvió a gritar, dejando ver la razón de la locura de esta vez.

Cuando el fin del mundo se acercaba, el ser humano buscaba un ser superior como su pilar y las religiones aprovecharon de tal instinto.

Ciertas políticas de las iglesias terrícolas, que buscaban aumentar sus seguidores eran una prueba de que no deseaban perder en contra las iglesias terranovense que estaban apareciendo.

Beneficiarse de los creyentes, aumentando sus seguidores y aprovechándose de sus posiciones, afirmando que los 'Dioses de la Tierra', se trataban del dios de su religión.

Aunque otros iban por el otro extremo, afirmando que los 'Dioses de la Tierra' estaban desapareciendo y eso significaba el fin del mundo.

"¡El fin está aquí! ¡Quédense y sufran o mueran y vuelvan a vivir!"

¿Si Terra nova era cierto y Aión existían, entonces con el río de la Reencarnación no sería lo mismo? Sin temor del concepto 'infierno' o 'cielo', sabiendo que reencarnarían, redujo el recelo de tomar tales decisiones.

Y el hombre se lanzó, tal vez pensando que, en su siguiente vida, podría reencarnar en algún lugar agradable.

Sin embargo, su cuerpo no fue destrozado en el suelo, gracias a un pequeño conjunto de magos pertenecientes a las autoridades locales, quienes crearon una plataforma de viento y lo salvaron.

"¡Quiero morir! ¡Déjenme morir!"

Tan solo para ser retenido y Agatha les dio una mirada a los magos de aire antes de retirarse.

Magos… Ellos existían y estaban apareciendo.

En realidad, se los llamaba usuarios de habilidades, un nombre curioso, pero exacto y más cuando estaban apareciendo habilidades más diversas que la magia.

Cada usuario de habilidad se debía registrar obligatoriamente en los gobiernos y registro de sus ciudades, para luego ser enlistados en el ejército local.

El objetivo era mantener el control de los usuarios de habilidades y mayormente, para que pudieran utilizarlo para protegerse de las criaturas y monstruos que estaban apareciendo con más frecuencia.

La energía mágica estaba tan inestable que había semanas que, en alguna parte del mundo, aparecían criaturas y monstruos de forma seguida y continua, mientras que otras semanas se calmaba.

"Que política estúpida." Murmuró Agatha en voz baja mientras caminaba a un edificio en particular.

¿Buscaban controlar a los usuarios de habilidades o simplemente usarlos? Cualquiera de los dos, era sin duda una política sin sentido, solo creada por aquellos que deseaban mantener su poder.

El mundo estaba cambiando y si el hechizo que hicieron los magos era correcto, entonces ellos eran usuarios de habilidades que serían categorizados como rango C, si seguían el sistema de clasificación de aventureros de Terra nova y el que se estaba aplicando en la tierra.

Tal vez no todos los que despertaban eran jugadores y dedicados individuos que aprendieron en el otro mundo, pero los pocos capaces, se desarrollaban con un mayor potencial.

Las armas comunes no afectaban a un rango C y llegado un momento, ni siquiera las armas de gran calibre o los cañones de tanques podrían hacerlo.

Como si fuera poco, los antiguos gremios de jugadores de Terra nova, buscaban oficializarse tomando su lugar en el mundo de forma oficial.

Gremios de jugadores expertos, que no utilizaron el sistema de Terra nova para aprender, sino que practicaban en la vida real o estudiaban, para mejorar su capacidad, ahora eran individuos que si despertaban podían ser muy capaces.

"La primera criatura de rango B ha aparecido en México. La destrucción que ha causado al equipo militar es sin precedente y las bajas civiles se cuentan en cientos. Eventualmente, fue derrotada luego de una larga batalla."

Al entrar en un departamento dentro de un edificio, Agatha escuchó la voz del televisor encendido y pudo ver a una anciana durmiendo.

Los círculos mágicos de su hijo no siempre estaban ocultos en alguna zona inhóspita o alejada a veces estaba oculta en departamentos o casas ocupadas.

Solo que sus inquilinos, ni siquiera lo sabían y esta vez fue lo mismo cuando Agatha entró al lugar pasando desapercibida.

"Una bestia de rango B… Son fuertes." Murmuró Agatha al ver a una criatura, soportando las metralletas de un tanque ligero.

La magia de relámpago fue lo que causó tantas bajas, ya que una vez que lo extendía a los tanques, estos esparcían la electricidad por todo el lugar.

Era algún tipo de perro relámpago, rápido, fuerte y capaz de eliminar a sus presas con agilidad.

¿Cuántos humanos alcanzaron el rango B en este punto? Agatha era una de ellas y su esposo también, no obstante, era probable que aquellos que lo hicieron se contaron con los dedos de la mano.

Y el problema era que, si una criatura salvaje era capaz de causar tanto daño, era normal suponer que lo que causaría un humano inteligente, podría ser mucho peor.

Dirigiéndose a la habitación de la señora, Agatha utilizando su varita, pudo percibir como las barreras se activaban alrededor.

Luego de unos segundos, los trazos de los círculos mágicos comenzaron a brillar y al instante siguiente, ella apareció en otra habitación y salió del sitio.

"Dos círculos mágicos han sido destruidos… Son de diferentes naciones." Murmuró Agatha usando un cristal mágico para proyectar el estado de los círculos mágicos y con cierta seriedad, añadió. "Debería ir a revisar las cámaras."

Los círculos mágicos eran la puerta para entrar a este lugar y si bien nadie podría pasar al edificio, que supieran como entrar, ya era una molestia.

Como su hijo había dejado cámaras de seguridad y artefactos de vigilancia, si lo comprobaba, era probable que supiera de qué se trataba.

Caminando al pasillo principal, Agatha trató de ignorar los murales egipcios y el sentimiento que le generaba, al igual que las estatuas en la entrada.

"Es demasiado influyente. Necesito preparativos."

"Un enemigo tan poderoso no debe ser dejado suelto."

"Son ellos o yo."

Tres voces infantiles sonaron al mismo tiempo y al entrar a la sala, la expresión de Agatha tembló al ver cerca de seis niñas de cabello rubio en la sala.

Dos estaban con computadoras portátiles, que no sabía de donde fueron sacadas y las otras estaban leyendo libros de historia y otra estaba en un pizarrón escribiendo un plan, que apenas la vio llegar, lo borró.

"¿Qué haces?" Preguntó Agatha sin ocultar su expresión extraña.

Cinco de las pequeñas niñas ocultaron sus objetos y aquella que estaba leyendo un 'manga', levantó la cabeza con una sonrisa.

"Planeando." Respondió Jezabel mientras que todas las demás niñas huían con sus objetos en su mano a la biblioteca y la única niña que quedo dio una sonrisa y comentó. "Ignóralas."

Estaba aburrida… Agatha se preguntó si esperarla de esta forma fue algo que hizo buscando causar algo en ella y la verdad fue que lo logró.

Tuvo curiosidad, lo suficiente como para querer preguntar.

"¿Actúas con todas las personas de esta forma?" Preguntó Agatha con curiosidad mientras dejaba su compra.

Su esposo estaba en el edificio principal, cuidando a su hija y ella tenía un tiempo para charlar con su 'vecina', cuyo aislamiento la estaba afectando.

La existencia que estaba al frente de ella, parecía ser alguien indiferente en medidas que hasta ahora no era capaz de comprender, pero la manera que actuaba, fue extraño.

"¿Si te refieres a si me disfrazo de una niña y actuó juguetona siempre? Me acostumbré cuando empecé a hacerlo con Karzhal. Utilizar mi verdadero cuerpo es… Problemático." Respondió Jezabel y dando una risa, murmuró. "En cuanto a porque lo hago. Deberías saberlo."

Estaba aburrida.

La facilidad con la cual se aburría era tan peligrosa como sus ideas para manipular a las otras personas.

Dividirse en diferentes voluntades, manifestándose y llevando a cabo un plan, para que fuera vista y generara curiosidad en ella, era simplemente alarmante.

Si solo fuera una humana normal, Agatha pensaría que solo deseaba atención, pero creer que todo se reducía a esa idea cuando se trataba de esta existencia, era ingenuo.

"Vamos, Agatha. No arruines mi diversión." Gruñó Jezabel y sentándose en el sofá, murmuró. "He estado sola desde que Karzhal ha entrado en ese estado. Se demorará demasiado tiempo para que su alma se adapte a su nuevo cuerpo y pueda disfrutar con él."

Su hijo no estaba en este mundo ni en este universo.

Tras acabar su objetivo, su hijo fue llevado de 'Luna de Miel' y lo que se buscó fue que ocupara su cuerpo de jugador de Terra nova.

Había muchas incógnitas recientes, en donde se preguntaban cómo fue posible que se creara un nuevo cuerpo en Terra nova muy similar al cuerpo real de los jugadores, pero si se contaba con el Dios del Tiempo y el Espacio era simple averiguarlo.

La máquina de realidad virtual, si bien funcionaba, en realidad era utilizada como medio para llevar el alma de los jugadores de la tierra al cuerpo del 'personaje' en Terra nova.

Sin embargo, era temporal y hacer tal proceso de forma permanente, demoraría tiempo y más cuando se deseaba que el alma, estuviera sincronizada con el cuerpo sin percances futuros.

Un proceso largo, problemático y que requería tiempo, tal proceso estaba pasando hijo y fue por esa razón que la pequeña no estaba disfrutando de la luna de miel a su lado.

"Error. Estoy con él. Siempre estoy a su lado. Solo que ahora también estoy aquí." Interrumpió Jezabel y con cierta sonrisa, explicó. "Además, no lo entenderías. Mi luna de miel debe ser perfecta. Tengo que hacer todos los preparativos para disfrutar a su lado y si bien tengo el escenario que es un mundo-medieval promedio, me falta el guion, los enemigos y la trama para la historia."

Historia.

Estaba creando un espectáculo, encargándose de armar toda una historia, a la cual ella llamaba su 'luna de miel' y en la cual era directora y actriz.

"No pienses mal de mí. Cuando él despierte, me iré. Y como en realidad otras de mis voluntades se están encargando del espectáculo, estaremos en las mismas condiciones. Además, él lo aceptó al estar conmigo." Murmuró la pequeña riéndose muy emocionada.

Era un espectáculo que incluso estaría ella involucrada como una parte 'ignorante'… Era difícil comprender los pensamientos de tal existencia y Agatha en vez de buscarle explicación suspiró.

"Mi hijo te debe amar mucho para poder aguantar tus juegos." Murmuró Agatha y sentándose en el sofá, viendo la sonrisa gigantesca de la pequeña que estaba muy emocionada, preguntó. "¿Qué estabas haciendo tú y tus amigas?"

Resultaba muy complicado entender las capacidades de los 'Dioses' y menos aún de un 'Primordial', fue por eso que no se sorprendió si era capaz de producir clones y menos 'voluntades'.

Su hijo era capaz de hacer algo similar, solo que, con su magia y la única diferencia, era que aquí tales niñas eran 'Voluntades Divinas', capaces de estar en diferentes 'universos', conectadas entre ellas.

Aun así, prefirió hacer la pregunta, queriendo saber lo que planeaba y mayor que todo, esperando que su aburrimiento no desencadenara algo problemático.

"Hay un enemigo muy peligroso en este mundo, Agatha." Murmuró la pequeña y mientras los colores desaparecían como si estuviera narrando una historia aterradora, explicó. "Su poder es inconmensurable, se extiende por la mayoría de las naciones del mundo y es una amenaza capaz de censurarme… Digo, asesinarme."

¿De qué estaba hablando? Agatha no se dejó llevar por la seriedad y la expresión de esa pequeña, aun así, no supo captar de que se trataba.

"Eres inmortal." Respondió con calma y con una mirada pensante, añadió. "Si las cosas que dicen de ti es cierta, es probable que ni Aión puede asesinarte."

El Dios del Tiempo y el Espacio era el tercer Primordial en nacer y los padres de la pequeña, eran los dos primeros y si bien Aión era el más poderoso de los Primordiales que seguía vivo, no podría hacer demasiado con quien llevaba el título de 'Inmortal'.

Así que era imposible que alguien pudiera ni siquiera asesinarla.

"Aun así, puede sellarme por unos cientos de años." Murmuró la pequeña en respuesta.

Por la forma que murmuraba dejaba en claro que no tenía buenos recuerdos y que probablemente había sucedido, aunque de cierta forma, era probable que aquel que la 'sello', lo viera como un 'castigo'.

"Es mejor no molestar a este gran y poderoso enemigo." Replicó Agatha y levantándose, comentó. "Si deseas algo dime. Aunque dudó que sea necesario."

Junto a esas palabras se retiró, tratando de no mostrar sus sentimientos y ocultar sus pensamientos.

Algo ingenuo, cuando era probable que la otra parte estuviera leyendo su mente, pero al final lo hizo.

No sabía de qué 'enemigo' estaba hablando y era probable que, si preguntaba, solo se encontrara con una locura, que esa pequeña se tomaba de forma seria.

Aun así, no deseaba dejarla suelta por el mundo y más cuando podía ser tan impredecible.

"Mi hijo de verdad la debe amar." Murmuró Agatha al salir del edificio.

Era probable que su hijo soportara los 'juegos' de esa pequeña, sus 'bromas' y 'espectáculos', pero a la vez, era muy posible que su hijo pudiera calmar a esa existencia.

Tal era los pensamientos que deseaba mantener a flote, pero en el fondo de su mente, dudas que apenas pudo controlar, aparecieron.

No le agradaba que leyeran sus pensamientos y era probable que Jezabel supiera todo lo que pensaba y a la vez actuara en consecuencia.

Que estuviera 'planeando' delante de ella vencer a su 'enemigo', era la manera de su nuera de mostrar que no estaba ocasionando problemas en el mundo y de ese modo, complaciéndola a ella, que no deseaba ver a un Primordial suelto en la tierra.

Aun así, Agatha siguió sintiéndose que esa existencia, estaba jugando con ella y probablemente con su hijo, aunque se contuvo y trató de no decir tales pensamientos.

Un asunto era pensarlo y otro era expresarlo, al menos incluso cuando Jezabel leía sus pensamientos, no se molestaba por ellos.

Aunque… ¿El pensamiento de un mortal insignificante molestaría a una Primordial cuya edad podía superar su imaginación?

Subiendo la escalera y llegando a la sala, Agatha pudo ver a su esposo jugando con su pequeña Aurora en sus brazos.

"¿Cansada?" Preguntó Antón y con una sonrisa, instó. "Ven. Te hemos extrañado."

La forma que su adorable hija abría sus brazos para que la recogiera, causó que todos los pensamientos desaparecieran de la mente de Agatha y sonriera, antes de abrazarla.

"La próxima vez. Puedo ir a comprar yo." Comentó Antón con una sonrisa.

El mundo allá afuera no era tan peligroso, al menos para ellos, pero quedarse aquí con su hija, era sin duda algo que deseaba.

Abrazar a su pequeña y adorable Aurora, era lo mejor.