Leslie cayó agotada en su sofá con su rifle de francotirador a su lado.
Desde que había recibido su rifle de francotirador y entrado en la otra mitad del entrenamiento, sus días comenzaban muy temprano en la mañana.
Antes de que pudiera salir el sol, ella se levantaba con su rifle en la mano y entonces comenzaba su entrenamiento.
Hacer ejercicio esta vez llevando su rifle… Los capitanes eran bastante estrictos en ese punto.
Tenían que dormir con su rifle, comer con su rifle y entrenar con su arma en las manos.
Recorrer varios kilómetros con un rifle a cuesta y luego pasar toda clase de obstáculos era bastante agitado.
Que se le agregara entrenamiento cuerpo a cuerpo para saber defenderse de cerca, solo hizo que la dificultad aumentara y con ello, el cansancio en su cuerpo.
Al mediodía comía y limpiaba su rifle, entonces comenzaba su entrenamiento con armas.
Estos entrenamientos consistían en mejorar sus reflejos, su rápida reacción y su control de sus habilidades.
Llevando a que disparara a toda clase de objetivos desde aquellos inmóviles a distancia y objetivos móviles a alta velocidad.
Presionaban para que su cuerpo se moviera, sabiendo recargar y disparar como si quisieran grabar en sus músculos la forma para disparar rápido.
Nunca podría dejar de superarse debido a que el entrenamiento siempre aumentaba de intensidad y en la actualidad había tenido que disparar a pequeñas esferas del tamaño de pelotas de tenis que volaban a una alta velocidad.
Golpearla en el aire era sin duda un desafío, pero tal desafío era demasiado emocionante.
El deseo de superarse a ella misma, de avanzar y de cumplir con los objetivos, consiguieron que Leslie entrenara duramente cada día, mejorando en el proceso.
No había ascendido de rango y seguía en el rango B, pero ahora era más hábil que antes a la hora de realizar disparos rápidos.
"Viene la segunda parte del entrenamiento, ¡levántense!" Ordenó el capitán por alta voz.
Leslie que estaba deseando mirar sobre los portales abismales, se levantó decidida.
Tomando su rifle a su lado, solo lo llevo consigo en sus brazos, y empezó a caminar hacia la sala de tiro.
Ya había limpiado su rifle, así que ahora podía usarlo sin necesidad de hacer nada.
Observando a sus compañeros que usaban diferentes armas y que se dirigían a diferentes partes, ella avanzó hacia el área de disparo a larga distancia.
A diferencia de los que usaban armas de corto alcance como escopetas, o aquellos de media distancia como rifles de asalto, Leslie como una francotiradora tenía su propio campo de entrenamiento.
También tenía su propio entrenamiento.
Del pasillo paso a un campo abierto y cuando entro al lugar pudo ver a diferentes francotiradores en sus pequeñas secciones entrenando.
Algunos estaban priorizando la distancia de su disparo y otros simplemente, estaban probando diferentes rifles de francotirador.
A pesar de que era un campo abierto con diferentes secciones, todo estaba automatizado.
Ella caminó hacia la sección que le tocaba hoy, que era un campo con varios árboles que obstaculizaban su objetivo.
Cerca de quinientos metros de distancia, sus objetivos serian figuras holográficas que aparecerían entre esos árboles.
La Ciudad Atlántida entremezcló el clásico campo de disparos con la tecnología la cual la empresa fundadora de la ciudad era conocida y logró dar sensaciones diferentes en el entrenamiento.
Llegando a su sección que estaba distanciada de otra, Leslie revisó su rifle de francotirador junto a sus cargadores antes de agacharse en el suelo y posicionarse con lentitud.
Su reloj holográfico se conectó a esta sección del campo entrenamiento y los escáneres le informaron que no había nadie con vida en el lugar, entonces seleccionó sus objetivos.
Figuras de demonios corruptos aparecerían de forma holográfica en todo su campo de tiro y a la vez los árboles empezaron a cambiar.
El campo de tiro se reformó por sí mismo y los árboles se rompieron en pedazos dejando en claro que eran falsos.
Al momento siguiente todo se volvió a reformar y todo su campo de visión se llenó de obstáculos y figuras holográficas que aparecían y saltaban a otros árboles.
La forma de ocultarse era sin duda molesta y si bien no había tantos árboles, era lo suficiente como para impedir la vista y generar ciertas obstrucciones.
Todo mientras que trataba de dejar campo de visión para que se vieran la figuras a quinientos metros de distancia.
Como las apariciones eran realizadas a través de la IA del campo de entrenamiento, Leslie solo se puso en posición y dio la orden para que comenzara la prueba.
Activando la rutina, las figuras holográficas empezaron a saltar de un lado al otro, arrastrándose e incluso volando dentro del campo de tiro.
Algunas estaban a cien metros, y otros estaban a quinientos metros que eran apenas visibles desde su posición.
Leslie respiró con calma centrándose en su campo de visión y su arma.
"Comenzando… 3… 2… 1… ¡Ahora!"
Cuando la IA le dio comienzo, Leslie apretó el gatillo de inmediato.
*Bang*
La bala atravesó a un demonio corrupto a trescientos metros que había aparecido de forma superficial.
Y al momento siguiente continuo.
Sus oídos dejaron de escuchar el sonido de disparo y solo podía escuchar el casquillo de la bala cayendo al suelo y de paso sentía como su dedo presionaba el gatillo.
Movió la mira y apretó el gatillo… Entonces, lo hizo otra vez y otra vez, repitiendo el movimiento a alta velocidad.
Su cuerpo lentamente empezó a actuar por instinto al disparar con rápida reacción y entre sus objetivos aparecieron figuras holográficas de humanos, lo que hizo dudar por un segundo.
Solo fue el segundo que su rifle de francotirador cambio de objetivo y disparó.
Cada disparo era un acierto consecutivo uno tras otro no importa si aparecían obstáculos o los árboles cambiaba de posición.
Ella recargaba y volvía a disparar todo con movimientos naturales.
No solo eran su mejora de reflejos haciendo efecto, sino que su memoria muscular a la hora de recargar y disparar, junto a la conexión con su rifle.
Su rifle no era solo su arma, era su compañera… Y ahora dejo la evidencia cuando entendía a su compañera por cada disparo y cada acierto.
Hasta que todo terminó.
"…"
Leslie respiró con calma ante la sensación de adrenalina y ligero entumecimiento ante tantos disparos.
Mirando sus datos estadísticos se dio cuenta de que había acertado al noventa por ciento de sus objetivos, sin haber cometido ningún error al disparar 'inocentes'.
No se trataba solo de disparar a la primera figura que veía, se trataba de analizar en el menor tiempo su objetivo y disparar lo más rápido posible.
Agregando que no usaba su armadura de combate, no tenía una Inteligencia Artificial que la ayudara con su puntería y todo era lo más 'natural' posible.
Estar con su arma todo el día, generó cierta conexión que tal vez solo era algo mental de ella, pero al mismo tiempo aprendió sobre su arma, ya no solo con su talento.
La había desarmado y vuelto a armar para limpiarla decenas de veces… Su rifle de francotirador era su verdadero compañero y ahora con su compañero a su lado demostró una alta eficacia en el uso.
"Buen trabajo."
Una voz sonó a su espalda y Leslie se levantó de inmediato para saludar de forma estricta, sabiendo de quién era la voz.
Luukas Waris estaba presente dándole una mirada.
"Había notado que tu éxito había llegado al noventa por ciento. Pienso que es hora de pasar a la segunda parte del entrenamiento de francotirador." Dijo Luukas y dándole una mirada seria, declaró. "Entrenaremos y probaremos tu paciencia. La cualidad principal para un verdadero francotirador."
La paciencia para esperar su objetivo y disparar en el mejor momento… La paciencia para convertirse en un francotirador.
La expresión de Leslie tembló, sintiéndose complicada.
Sentía que la paciencia no era su principal virtud.
******
Clémentine sintió sus alrededores.
Estaba tratando de sentir el mundo exterior a través de su mente, su conciencia.
Se había hundido en su meditación y había llegado a ese lugar extraño, en donde sus sentidos funcionaban de forma misteriosa.
La única diferencia era que aquí no estaba oscuro como la primera vez que se hundió en este lugar.
Ahora se encontraban diferentes luces y ondas de energía psiónica que volaban por el aire como vientos agradables que golpeaban su cuerpo con suavidad.
Esas luces estaban lejos y cerca, algunas brillaban con mayor fuerza que otras, posiblemente gran parte de ellos eran los estudiantes y monjes que estaban entrenando en el mismo lugar que ella.
Clémentine 'caminó'… O al menos hizo que su conciencia flotara por ese lugar explorando los alrededores.
Había leído libros sobre este lugar y esos libros no se encontraban en la academia, se encontraban en la biblioteca en una pagoda.
Según la teoría, su mente había abandonado su cuerpo y ahora estaba captando sus alrededores a través de su mente y conciencia en su forma más pura.
Ella no se atrevió de alejarse de este lugar a pesar de que podía ver cosas extrañas a lo lejos.
Lo primero era el 'Velo' y lo segundo era figuras y luces a la distancia como si estuvieran en otro lugar.
A veces parecía cercano y otras veces apenas era visible, pero muy posiblemente tal lugar no se encontraba en la tierra.
El 'Velo' según el libro era lo que la 'barrera dimensional' era para el mundo, solo que ahora estaba presente en su forma psiónica y el otro lado no se encontraba el 'vacío', sino que se encontraba lo que el autor del libro describió como el 'Plano Astral'.
¿Qué era ese lugar?
Era una pregunta difícil de responder, tal vez era como su padre decía otro mundo o…
"O un lugar en donde se condensa la energía psiónica en su esencia más pura y en el cual todas las conciencias psiónicas se encuentran… Un mundo infinito apartado del tiempo y el espacio, en donde todas las mentes poderosas se reúnen y el lugar en el cual aquellos individuos de gran poder han dejado su marca."
Clémentine tembló cuando sintió una voz en su mente y antes de que pudiera decir algo una luz brillante cubrió su visión.
Alejo el 'Velo' y el otro lado, logrando dar prioridad a las luces que estaban cerca.
Esas luces pulsaban con claridad y Clémentine, pudo entender algunas emociones e incluso sentir pensamientos superficiales.
"Curioso, ¿no? Muy pocos somos capaces de entrar en este estado y muy pocos son capaces de ir al otro lado y volver."
La voz volvió a sonar y esta vez Clémentine trató de 'observar' sus alrededores… O al menos darle concepto temporal a su posición y lograr captar algo sobre la voz.
Sin embargo, no necesitó darles forma a sus alrededores, ya que otro individuo lo hizo.
Fue como una pequeña ola de energía psiónica que 'dibujo' la realidad… Clémentine pudo ver el jardín donde estaba meditando y se pudo ver a ella misma.
Literalmente su mente había dejado su cuerpo… Tal realización hizo que Clémentine sintiera un brote de emoción.
"Si, normalmente es algo que lo puede realizar un rango S centrado en la mente." Dijo la voz que venía de lo alto de una pagoda.
El mundo era extraño, los magos espirituales podían obligarse a sí mismo a dejar su cuerpo y usar su espíritu.
Un psiónico podía realizar algo parecido solo que era empujar a su mente fuera de su cuerpo y manteniendo una conexión, podría ver más allá de lo que su cuerpo físico vería.
Solo que tal acción era posible para un rango S y Clémentine sabía que no estaba cerca de ese rango.
"No todos pueden hacer esto. Al igual que no todos pueden ver el 'Velo' y el 'Plano Astral' y ni hablar de aquellos que pueden atravesarlo." Dijo la voz adquiriendo cierta tonalidad femenina.
"Eso tiene sentido. ¿Es por eso que muy pocos hablan del 'Velo' o el 'Plano Astral'?" Dudó Clémentine con seriedad.
Ella venía de un linaje de psiónicos… Tenía el conocimiento de su padre, su madre y su hermano sobre todo lo relacionado con lo psiónico.
Tenía un enorme talento y su familia guardaba decenas de libros relacionados con lo psiónico.
Sin embargo, la información sobre el 'Velo' y el 'Plano Astral' estaba muy bien cubierta e incluso algunos ni hablaban del tema.
Un ejemplo era Akira, quien no parecía saber sobre el tema o si lo sabía, no le daba importancia y la mayor razón era que estaba centrada en otra área, en la 'crioquinesis'.
"Llámalo talento, habilidad o capacidad… Incluso si un psiónico llega al rango SSS, no significa que pueda acceder al 'Plano Astral'. Y más para aquellos que solo se centran en controlar las leyes físicas y no en el ámbito de la mente." Respondió la voz de forma simple.
Todos los psiónicos tenían una mente fuerte, pero no todos tenían la capacidad para realizar ataques mentales y en este caso, sacar su mente de su cuerpo.
Akira era un ejemplo al no tener la capacidad de realizar ataques mentales y si bien era un individuo peligroso con su 'tormenta', no había duda de que no podría sacar su mente de su cuerpo.
"Son solo dos caminos diferentes. Claro, también no negaré que hay personas que no le gustan revelar información sobre el 'Plano Astral'… Después de todo, si alguien se arriesga a ir al otro lado, puede que no regrese o cuando lo haga no sea uno mismo." Dijo la voz y con un tono serio, agregó. "O tal vez escuchen voces creyendo que son individuos cercanos, sin darse cuenta de que existencias aterradoras pueden estar susurrando a sus oídos antes de apoderarse de su cuerpo."
Antes tales palabras Clémentine tembló con miedo y terror al ver que su cuerpo se levantaba… Estaba viendo su verdadero cuerpo levantarse mientras ella estaba afuera.
Ver como sus propios ojos se tornaban purpuras dando la sensación de que otro individuo estaba en su cuerpo y luego verse sonreír a sí misma, como si estuviera viendo su forma mental hizo que el horror la inundara.
Al momento siguiente su visión se rompió y cuando abrió sus ojos, ella estaba sonriendo en su verdadero cuerpo.
"El miedo es la mejor advertencia."
Clémentine al escuchar esa voz femenina levantó con su energía psiónica lanzas de la tierra apuntando a la voz.
El individuo que había aparecido al frente de ella era un monje anciano cuyos ojos se habían tornado purpuras, pero lo más ilógico era que la voz era femenina.
Ese monje lo había visto bastantes veces e incluso lo había saludado, pero ahora sus ojos estaban púrpuras como si alguien o algo lo estuviera poseyendo… Al igual que la había poseído a ella.
"Es mejor que bebas ese elixir en este estado. Tu miedo a la perdida de tus seres queridos, combinado con tu propio horror y desesperación al creer que habías traído algo aterrador, puede ser un gran empuje para ti." Dijo el monje con seriedad y dando una gran sonrisa, aconsejó. "Recuerda no hay nada más poderoso que la mente… Ahí yace nuestro poder."
Ante tales palabras, el monje parpadeo y sus ojos volvieron su color natural.
Le dio una mirada a Clémentine y al momento siguiente, se fue como si nada hubiera ocurrido.
Por su parte, Clémentine controló su temblor en sus manos y piernas, tratando de que su lado más lógico apareciera.
Ese individuo no estaba mintiendo… Ahora mismo estaba tan horrorizada que no podía dejar de temblar y solo podía mantenerse en pie.
Era tanto el miedo que una parte de lo más profundo de ella la instaba a llorar, era su lado más infantil al enfrentarse al miedo que ni siquiera ella sabía que seguía teniendo.
Pensando en los individuos de alto rango que podían controlar su cuerpo al instante y controlar a otros individuos, los nombres de poderosos rango SS aparecieron en su mente.
Lamentablemente no pudo alcanzar ninguna conclusión.
Sin embargo, su cuerpo reaccionó de forma inconsciente y sentándose de piernas cruzadas bebió el elixir.
Dándose cuenta de que estaba siguiendo el consejo de ese individuo, el horror y miedo se volvió a levantar en su mente.
Combinándose con la potencia del elixir, su mente entró en profundo trance.
En donde todos sus problemas mentales, dudas y emociones negativas salieron a la luz, junto al miedo a perder sus seres queridos y el horror a perder su vida.
Todo para que ella los resolviera por su cuenta.