Edward caminó por las calles de Zinder.
Este lugar era bastante curioso. La zona céntrica estaba llena de algunos edificios de uno o dos pisos y algunas tiendas de armas o armaduras.
También se encontraban algunas herrerías atendidas por artesanos y alquimistas que se encontraban presente.
Vivir en áfrica era un riesgo y más en este lugar, pero también era posible obtener grandes beneficios.
Aventureros, milicianos y mercenarios estaban presentes comprando los objetos necesarios para prepararse en sus misiones.
Edward caminó a un bar a cielo abierto en donde se encontraba una proyección donde se marcaban diferentes misiones.
Lo que un herrero, alquimista o comprador privado necesitaba o deseaba, se pedía para que lo otro consiguiera con esas misiones.
No había gremio de aventureros o mercenarios y eso significaba, que ellos tenían que arreglarse por su cuenta.
Observando por la televisión las noticias sobre la guerra europea-demoniaca, Edward solo agitó su cabeza cuando vio que noticias de América aparecían.
Los países sudamericanos se encontraban en estados agitados y parecían barriles de pólvora lista para estallar.
Desde Argentina, que estaba a días de una guerra civil debido a sus estallidos que lentamente estaban escalando y los gobernantes que no hacían nada para mejorar la situación de su pueblo, hasta en los otros países en donde se estaba extendiendo los movimientos sociales en contra de la corrupción.
Eran muy pocos países que estaban estables, como lo era Chile en donde se encontraba un rango SS como su guardián o en el norte en donde otro rango SS estaba interviniendo en el gobierno colombiano.
Uno buscaba la estabilidad y el otro parecía buscar el control, sin embargo, ambos actuaban como lo que eran… Individuos poderosos y con gran autoridad que hacían lo que deseaban.
No había pasado demasiado tiempo desde Malik Zamora había acabado muerto, pero la situación seguía cambiando de forma horrible.
Edward volvió a suspirar y dejo de pensar en el tema.
Una situación similar se encontraba en este lugar… Edward no necesitó caminar demasiado para empezar a notar la dificultad de los habitantes locales.
Si bien aquellos usuarios de habilidades o individuos con conocimiento podían darse una vida ligeramente agradable, otras personas la pasaban demasiado mal.
Los locales estaban en una condición bastante mala, la pobreza era bastante alta y los problemas que ella conllevaba también.
Solo las personas 'ricas' tenían los servicios de la ciudad y los demás carecían de tales servicios.
Entre más caminaba por las calles, más notaba la situación y su expresión se volvía cada vez más seria.
Ellos eran el ejemplo de la crueldad de la desnutrición y no era algo tan fácil como 'esforzarse' para salir de esa posición… En este lugar no tenía las condiciones para que las personas pudieran esforzarse.
No había escuela, leyes y estaban a merced de milicianos.
Su expresión se relajó cuando llegó a la calle más concurrida, pero inmediatamente cambió para mal.
Tiendas de venta de drogas de toda clase y a su lado estaba un burdel abierto, mientras que sus 'trabajadoras' salían a la calle, invitando a los locales a entrar.
Sin embargo, había algo que hizo que su expresión se congelara por completo.
"¡Vengan! ¡Vengan! Hoy tenemos en oferta a dos productos excelentes y si no los desean también tenemos de otros tipos. Para trabajo, para ama de casa o para que calienten su cama." Exclamó un hombre con una sonrisa carismática.
Edward parpadeó pensando que escuchó mal y cuando miró ese lugar detenidamente, su expresión se volvió fría.
Entre la tienda de drogas y el burdel, se encontraba otra tienda de mayor tamaño.
Algunos trabajadores estaban sacando jaulas en la que se encontraban humanos.
Aquellos en las peores condiciones se encontraban en las jaulas como si fueran algún tipo de animal a la venta, mientras que aquellos en las mejores 'condiciones' eran traídas con collares y sogas atadas a los cuellos.
Había mujeres guapas, de tez oscura y blanca e incluso niños entre ellos y un par de hombres desnutridos y cansados.
Gran parte de ellos tenían miradas perdidas como si hubieran aceptado la cruel realidad en la que se encontraban y daban la impresión de que no tenían esperanza en sobrevivir.
Aquellos que estaban en los alrededores miraron como si esto fuera habitual y se mantuvieron alejados comprando en las diferentes tiendas sin involucrarse.
Probablemente, estos negocios se realizarían con un mayor secretismo y Edward no sabía cuál era la razón por la cual lo estaba revelando ahora, pero se movió.
Su maestro era un héroe y si bien él no era la persona indicada para decir que tenía altos valores y era difícil decir que salvaría a todos, quedarse mirando no era su estilo.
Y no importa lo indiferente que fuera, había momentos que no dudaría en actuar y más en estas situaciones que no podía dejar pasar.
"Oh, ¿chico quieres algo?" Preguntó el vendedor con una sonrisa amigable y tomando a una mujer del collar, la tiró y cuestionó. "Es linda, ¿no? A pesar de su juventud, se ha desarrollado bien. Será excelente para calentar tus noches."
Edward no se avergonzó por tales palabras y solo se detuvo a mitad de camino.
La persona a la cual hablaba el vendedor era una jovencita que no superaba sus quince años y estaban cubiertas por ropas reveladoras que dejaban ver el cuerpo semidesnudo
Se notaba que ella era el 'producto' del que había hablado primero.
Sin embargo, la atención de Edward estaba centrada en los hombres de la tienda de drogas y el burdel junto a los guardias que mantenían la 'mercancía' resguardada.
Eran seis en total, dos rangos A contando al vendedor que hablaba y los otros eran rango B.
"¿Quién permitió estos negocios?" Preguntó Edward sin tener miedo.
La formación del enemigo estaba empezando, pero él no se iba a asustar por unos viejos… No era alguien débil y lo mostró cuando sus relámpagos empezaron a rodear sus manos.
Esos guardias levantaron sus armas, pero sus sonrisas dominantes y entretenidas dejaban ver que no esperaban mucho de él.
A sus diecisiete años era un rango A… Era muy posible que ellos pensaran él que todavía seguía en la secundaria.
Esa última parte era cierta, pero ellos no sabían que era el aprendiz de un rango SS.
"Eres nuevo, ¿cierto?" Preguntó el vendedor con una sonrisa y asintiendo para sí mismo, comentó. "Seguramente eres uno de los que vinieron con esa caravana. Tal vez guiadas por esas… 'Protectoras de Zerzura' de la cual se rumorea."
Algunos soltaron unas risas al escuchar la forma que habla de ese título… Burlón y despectivo, el vendedor estaba revelando esas emociones mientras los guardias empezaban a rodearlo.
Edward preparó sus hechizos de forma cuidadosa, ya que había personas en las jaulas metálicas.
"Es mejor que los dejen libres." Advirtió Edward con seriedad.
Estaba siendo rodeado y por su formación se notaba que la otra parte tenía experiencia para tales enfrentamientos.
No podía ganar, no había duda de ello… Se había movido de forma imprudente.
Sin embargo, no ganar no significaba no perder y a pesar de que estaba en desventaja al no querer dañar inocentes, él no tenía miedo.
"¿Comprarás nuestros bienes?" Preguntó el vendedor y con una mirada siniestra al verlo inmóvil, declaró. "¡Si no lo haces entonces, cállate! ¡Esto es África! Estas son nuestras tierras y nosotros somos los gobernantes."
Su mirada se volvió más fría y altiva.
"Este lugar no son la tierra baldía en donde ustedes se asentaron y aquí, ¡no importan las reglas!" Anunció el vendedor dando la orden de ataque.
Que estuvieran llevando actos ilegales aquí era para dar un mensaje, no a él, sino que a la persona que dirigía todo… Edward se dio cuenta tarde y ahora era el objetivo para que ellos pudieran mostrar su 'poderío'.
Quien se movió primero fue el luchador que trató de dar un puñetazo, pero Edward solo dejo caer un relámpago en su cuerpo, logrando que el luchador se detuviera.
Retrocediendo con rapidez, extendió relámpagos por sus pies y consiguió electrocutar al espadachín de rango B y a la vez lanzó un poderoso relámpago a aquel que tenía el mazo y lo electrocutó.
"¡Bastardo!"
Escuchando el grito de esos individuos, Edward usó su barrera personal para evitar la espada de un espadachín y aprovechó la oportunidad para retirarse.
Necesitaba la mayor distancia posible, no de sus enemigos, sino que de aquellos que estaban en esas jaulas metálicas.
Sus hechizos funcionarían mejor si estuviera espacio libre para lanzarlo.
Era por esa razón que cuando vio que el mago de agua y el arquero se movieron para cerrar su camino con sus ataques, decidió tomar el ataque de uno de ellos arriesgándose.
*BOOM*
Lanzando un pequeño relámpago a la esfera de agua, hizo que explotara al desestabilizar el hechizo y luego usó su barrera, ligeramente debilitada por el espadachín, para recibir la flecha.
"Ugh…"
Apretando sus dientes, la flecha cortó el lado de su costilla de forma superficial.
Aun así, al mirar al grupo que estaba ligeramente a distancia, preparó sus hechizos con una sonrisa.
Ellos subestimaron su fuerza y por su estupidez recibieron varios de sus ataques, aunque no letales, lo suficiente para que se mantuvieran vigilantes… Edward tenía una enorme fuente de energía mágica y eso significaba que sus hechizos tenían una potencia mayor.
Electrocutar hasta la muerte a un rango B era fácil para él.
"¿¡!?"
Preparando hechizos mortales en silencio, su pierna tembló y sintió que su cuerpo no estaba respondiendo como debía.
"Son flechas paralizadoras. Bastante efectivas en contra rango A y para magos son letales." Reveló el vendedor con una gran sonrisa.
Edward frunció el ceño de inmediato.
Había bajado su guardia y había sido atrapado por sorpresa, pero su tez solo se oscureció un momento y cuando vio que dos rangos B se acercaban, lanzó su hechizo.
"¡GAAA!"
"¡GHRAAA!"
"Ugh…"
Un enorme relámpago cayó arriba de él, electrocutando y quemando a esos dos rangos B mientras que él mismo dejaba que su relámpago entrara a su cuerpo.
Al ser su propia magia no le hizo tanto daño, pero esta vez empujó a sus relámpagos para que reactivaran sus nervios, lo que le hizo gemir de forma sutil debido al daño secundario.
Aun así, fue un temblor que logró que su cuerpo pudiera reaccionar y le permitiera empujarse hacia atrás.
El olor a quemado vino de esos dos rangos B que todavía no habían muerto y al momento siguiente sintió el peligro.
*BOOM*
El luchador de rango A había usado 'parpadeo' para golpearlo y cuando Edward observó que el puño se acercaba, otro cuerpo se interpuso en el camino.
Cuando estabilizó su posición pudo ver que era Makeba quien recibió el puñetazo de ese rango A.
No se necesitó palabras para que el combate empezara.
*BOOM*
*BOOM*
Ambos empezaron a intercambiar puñetazos con la ferocidad que los luchadores eran reconocidos y ninguno de los dos quiso retroceder.
Cada golpe llevaba una poderosa fuerza detrás y ambos recibían golpes y también acertaban golpes sin huir o tomar distancia.
Edward bebió rápidamente un antídoto y sus ojos se llenaron de frialdad mientras observaba a esos rangos B.
"Qué inútiles." Dijo el vendedor y desenvainando su espada realizó un corte con su aura de espada.
Era un rango A y eso significaba que su aura de espada no había tomado forma, pero eso no significaba que fuera débil.
Sin embargo, esa aura no se extendió muy lejos cuando un aura azulada la interceptó en el camino.
"…" Ante el silencio del grupo, Aurora y Alice descendieron del cielo y aterrizaron en medio del combate.
Aurora tenía una espada desenvainada en sus manos y a pesar de que hubo un sutil temblor en su mano, al momento siguiente permaneció firme mientras que sus ojos se llenaron de frialdad.
El luchador y Makeba se distanciaron mientras que ambos grupos se preparaban con una alta alerta.
Edward también se preparó mientras Aurora miraba a las personas encerradas en jaulas y aquellas con collares de esclavitud.
Su mirada solo se hizo más fría, muy diferente a Alice, que permaneció indiferente desde el principio.
"Cabello y ojos negros siendo bastante joven… Ambas tienen características parecidas y las dos son bellezas… Así que, ¿ustedes son las 'Protectoras de Zerzura'?" Preguntó el vendedor y con una risa, agregó. "Hay rumores de que mataron al 'Gran Kan'. Un idiota con sueños húmedos."
Sus últimas palabras eran despectivas y burlonas, pero su mirada solo se volvió cada vez más seria.
"Sin embargo, aquí no estamos en Chad… Estas no son sus tierras y nosotros no somos como ese imbécil. Si queremos hacemos los negocios que queramos y de la forma que queremos." Dijo el vendedor y mirando a su mercancía, señaló. "Él se vendió por dinero, no se para quien… Aquella se vendió para comer y esta niña la vendieron sus padres para alimentar a sus otros hijos. ¡Nosotros también ayudamos!"
Había estado señalando a la 'mercancía' y detallando las circunstancias para terminar con una broma que hizo que los demás se rieran de tales palabras.
"Podemos comprar y vender a quienes queramos, todo porque nosotros tenemos la capacidad para hacerlo." Declaró el vendedor y sacando su espada, todos los otros lo siguieron, pero él dio una sonrisa al jugar con su espada y anunció. "Esto es África. Nosotros somos las reglas y nuestro gremio le paga bastante a los de arriba y no dejaremos que ahora vengan unos idiotas a molestar y a robar nuestra mercancía."
Mercancía… Edward se dio cuenta de la razón por la cual ellos se movieron y actuaron de esta forma, dejando sus negocios al descubierto.
Zerzura había venido a este lugar para llevar a los refugiados a otra parte y para ellos, esta acción era como robarle 'buena mercancía' que se podía vender a un alto precio.
Había mucha pobreza en estas tierras, pero hasta las personas en peores condiciones podían cambiar para volverse una 'mercancía' de alta calidad con un cuidado atento.
Este lugar fue más cruel de lo que todos habían esperado y Edward se mordió los labios al darse cuenta de la realidad.
Que le pagaran al gobernante local significaba que quien controlaba la ciudad sabía todo y hacía la vista gorda.
Por otra parte, que ellos fueran miembros de un gremio y que tuvieran la capacidad para mostrarse ahora dejaba en evidencia que eran fuertes.
Tal vez era un gremio de tamaño mediano con un líder de rango S.
Aurora desvió su mirada a Abdellah quien había aparecido distorsionando el espacio.
"Sí, vete. Este no es lugar para hacerte la heroína, niña." Dijo el vendedor con una sonrisa de superioridad.
La expresión de Edward se volvió más fría al ver que Aurora respiraba hondo, cerrando sus ojos por un momento… Para él, ella estaba por retirarse y le costaba tomar esa decisión.
Aun así…
"¿Puedes hacer que los niños no vean?" Preguntó Aurora mirando a Abdellah.
Ese Archimago entrecerró sus ojos, pero al momento siguiente chasqueó sus dedos, creando una distorsión alrededor de todos los esclavos y niños, llevándoselo a su lado.
Y eso fue todo.
"…"
Edward nunca había visto una espada desenfundarse tan rápido… Y ahora tampoco pudo verlo.
Únicamente captó una línea invisible, dividir todo a su paso y el vendedor dio una sonrisa creyendo que ella había fallado. Entonces el cuerpo del vendedor cayó al suelo con el estómago cortado.
La sangre y los órganos se desparramaron por el suelo y Aurora se acercó caminando con lentitud.
"¡GAA!"
El luchador lanzó un puñetazo y Aurora cortó el brazo con la espada y luego lo empujó hacia Alice, que lo estaba esperando.
"¡Ugh!"
Desde la espalda de Alice, cerca de diez brazos negros salieron y atraparon al luchador y a pesar de que el pobre hombre trató de resistirse a causa de las púas que salieron de los brazos.
Alice fue rápida, pero sangrienta y lo mostró directamente al frente de todos.
Y eso fue solo el principio de la masacre.
"¡No! ¡No!"
Un espadachín trató de cortar un brazo negro, pero no pudo debido al grosor y la dureza de ese brazo que lo terminó atrapando de la cabeza. La mano creció y luego aplastó la cabeza a pesar de que el espadachín trataba de escapar.
El otro espadachín fue empalado en el estómago y la lanza que lo había atravesado lo levantó a cuatro metros del cielo y lo mostró a todos los presentes.
Aurora, a diferencia de Alice, fue rápida y ella cortó el estómago a aquel hombre que usaba el mazo y luego extendió dos cortes rojos al mago de agua y al arquero, cortándole las cabezas con simpleza.
Solo el luchador era un rango A y al ser atrapado de sorpresa no tuvo tiempo de reaccionar, en cuanto a los demás rangos B… Ante dos rangos S no eran nada.
Y eso eran ellas.
"…" El vendedor reaccionó al darse cuenta de lo que sucedía e intento retroceder arrastrándose, pero al ver los órganos saliendo de su estómago su expresión se llenó de miedo y horror.
Un horror que aumentó al ver que Alice tiraba los cadáveres al piso como si estuviera tirando basura y Aurora caminó hacia el hombre que se mantenía vivo gracias a los distintos artefactos que llevaba.
Una caminata simple y tranquila mientras su espada goteaba sangre y el aroma se extendía a lo lejos.
La expresión de Aurora fue fría de principio a fin y no hubo ninguna duda de sus movimientos… Era una máquina de matar automatizada y era extremadamente buena en ello.
"Si me matas… El Gremio Roble atacará y los hará pagar." Dijo el vendedor mientras trataba de retroceder
El vendedor era resistente y los artefactos que lo mantenían vivos, a pesar de que él prácticamente se desangraba, le dieron la oportunidad de hablar, pero no rogó por su vida, sino que los amenazó.
Uno de los artefactos mantenía el cuerpo con vida a pesar de lo grave que era la herida y si uno pensaba en el valor de esos artefactos, entonces fue claro que llevaba mucho tiempo en el negocio de venta de seres humanos.
A Aurora no le interesó ni el artefacto, ni la amenaza o el miedo que mostraba y caminó hasta que estuvo cerca del hombre.
"El nombre era lo único que necesitaba de ti." Dijo Aurora y con su espada atravesó el corazón del vendedor y la espada se adentró en la carne y salió al otro lado clavándose en el suelo.
"…"
Aurora al terminar su trabajó sacó su espada con lentitud y miró a la multitud que presenció la masacre unilateral.
La multitud no había huido, quizás porque estaban acostumbrados a la batalla o tal vez al estar impactados de la facilidad de este combate. De igual manera, ellos miraron a Aurora sin atreverse a huir o hablar.
Edward, que había estado tensó, vio la seriedad de esas personas. Sin importar que fueran mercenarios, milicianos o aventureros, todos estaban en silencio y los únicos que se movían eran aquellos que vivían en estas tierras y al mirar los cadáveres escupían al suelo.
"Si me llegó a enterar de que alguna vez alguien ha estado traficando inocentes, vendiendo o usándolas a la fuerza… Yo vendré y les cortaré el cuello." Anunció Aurora dejando libre su aura y presencia.
La palidez se extendió entre los presentes cuando la fuerza de un rango S se dejó ver por completo.
Era la presencia que daba la sensación de ser una hoja de espada afiliada y pesada capaz de cortar todo a su paso y ahora era sangrienta… Dejando en claro que quien emanaba tal poderosa presencia, no dudaría en matar por sus creencias.
Edward se puso ligeramente pálido a pesar de que no estaba dirigido a él y tembló de manera inconsciente.
"Makeba encárgate de revisar el área y rescatar a todos los que necesiten." Ordenó Aurora con un tono simple y luego se alejó con los líderes de la misión y su amiga.
Todo mientras que sus pies dejaban marcas de sangre a su paso.