Érica caminó por el pasillo en la biblioteca de la ciudad de hielo.
Este lugar que tenía construcciones de hielo de todo tipo y normalmente era bastante frío, pero cuando entraban a tales edificios la atmosfera cambiaba.
Los interiores eran cómodos y agradables, amueblados de diferentes formas siguiendo todo tipo de estándares modernos.
Su propia habitación se encontraba amueblado con un estilo moderno y ahora la biblioteca que se encontraba tenía un estilo similar.
La ciudad no era una construcción diseñada para humanos, sino que estaba claro que su objetivo era las bestias mágicas y elementales de hielo.
Eso se debía a que la biblioteca era inmensa, encantada con magia espacial para extender su interior de forma extensa e impresionante.
Entre los aparadores que se encontraban cientos y cientos de distintos tipos de libros, tesis e investigaciones mágicas divididos en secciones y al frente de cada libro se encontraba una pequeña luz flotando.
Los elementales o bestias mágicas que deseaban leer un libro solo tenían que usar esas luces ordenando cuál libro deseaban leer, entonces esas luces se encargaban de leerles los libros.
Había escuchado que la Cordillera de los Andes era el mejor lugar para que un mago pudiera entrenar, pero ahora Érica creía que aquellos que mencionaban tal idea apuntaban a este sitio y no a la cordillera en sí misma.
El individuo que construyó tal magnífica ciudad tenía el aprecio de Érica y todo el respeto.
Ver a bestias mágicas de toda clase con afinidad a magia de hielo acostadas, escuchando las luces, narrarle libros, era sin duda impresionante.
Y ni hablar de los elementales que algunos no tenían formas, pero estaban sobrevolando el lugar en busca de algo de su interés.
Tal vez un libro de hechizo de magia de hielo no le sea útil debido a que ellos dominaban la energía mágica y controlaban el elemento a voluntad, pero aprender de los ataques y hechizos de humanos, era muy útil para batalla.
Era lo mismo para Érica, entender como los elementales controlaban el elemento hielo a voluntad era el paso que necesitaba si deseaba convertirse en un Archimago… Después de todo, solo los magos de rango S eran conocidos por controlarlo a voluntad.
Érica había aprovechado todo su tiempo en su entrenamiento.
Luchando, entrenando y en estas horas leyendo.
Era por eso que ahora mismo seleccionó varios libros de magia de hielo que priorizaban dos tipos de hechizos.
Los destructivos y los de pequeña escala.
Eran dos libros gruesos de hojas finas y lo destacable era que tales libros no estaban creados con materiales modernos.
"Recuerda si tienes un libro que desees compartir, siempre es bienvenido. Toda contribución es aceptada."
Cuando estuvo por salir, Érica no se asustó por la voz que salió de una de las luces, pero, aun así, se detuvo momentáneamente.
Era difícil acostumbrarse.
Abandonando el lugar, suspirando esa luz automática que hablaba con humanos, Érica abandonó la biblioteca.
Caminando por las calles que parecían hechas con ladrillos de hielo gríseo y contemplando las casas creadas de hielo grueso que ocultaba su interior, ella otra vez dejó salir un suspiro asombrado.
Este lugar era desconocido al público y era posible que siguiera de esa forma por un tiempo.
Hasta le habían informado que cuando ella saliera, se le haría firmar un contrato mágico para que no informara sobre este sitio.
Claro, era un contrato débil y era más una formalidad, pero de ese modo dejaban ver que deseaban permanecer ocultos.
Aunque su existencia puede permanecer oculta al público, en general era posible que los magos de hielo o algunas autoridades conozcan este lugar.
Sin embargo, conocerla no era lo mismo que encontrarla… Ni Érica que tenía un reloj holográfico por el cual podía comunicarse, podía encontrar su posición.
Había intentado buscar su ubicación usando su GPS por pura curiosidad, pero su reloj holográfico no había logrado identificar su ubicación.
Mirando a los pocos visitantes humanos y siendo observada por bestias mágicas de tipo hielo, ella llegó a su residencia.
El lugar era pequeño comparado a los lugares que normalmente estaba habituada, aun así, fue bastante acogedor y muy bien amueblado.
Cocina-comedor, con un pequeño living y su habitación con el baño.
Érica dejó los libros en la mesa y se puso a usar su reloj holográfico.
Estaba anotando los libros de este lugar y comparándolos con aquellos que tenía en su casa para ver si era posible realizar una copia de los suyos y donarlos.
Había escuchado que en Terra nova los libros de magia eran caro y estudiar magia era difícil para los terranovenses promedio.
A pesar de que ellos tenían una capacidad mágica innata y la posibilidad de subir de nivel matando criaturas, no tenía los medios que globalizaban el mundo como la tierra.
Al menos eso era lo que Érica sabía de los jugadores que fueron a Terra nova hace tiempo.
Luego de realizar todo eso, llamó a Clémentine usando su cristal de comunicación.
"¿Te molestó?" Preguntó Érica después saludar.
El cristal de comunicación proyectó a Clémentine en su propia habitación.
"No ya he terminado mi entrenamiento." Respondió Clémentine dando un largo suspiro agotado.
Por su palidez se notaba que se había esforzado por mejorar en su área y eso hizo que Érica sonriera.
Lamentablemente, no se pudieron reunir antes, pero al menos ahora había sido posible establecer una línea para comunicarse en sus tiempos libres.
Ahora esa psiónica estaba entrenando y parecía querer ir a por todas.
"Por cierto, ¿sabes que el cumpleaños de Aurora y Alice es este mes?" Preguntó Érica curiosa y al ver la mirada de Clémentine, agregó. "Akira informó por el grupo."
La expresión de Clémentine se hizo media difícil… Había vuelto a su entrenamiento y era posible que no pudiera salir en un buen tiempo, al menos que deseara dejar de entrenar.
Érica se rio de forma malvada al ver esa expresión.
La verdad era que en este momento todos estaban centrados en su entrenamiento, así que tenían dificultades para reunirse de vuelta.
Sin embargo, comparado con Clémentine, ella tenía una ventaja.
Era lo mismo con Nicole y Andrés, dejando a Leslie en una posición bastante difícil debido a que su entrenamiento había empezado con todo.
Esta última estaba en una posición similar a Clémentine, solo que al estar en el ejército era más estricto.
"Por cierto, ya en un rato va a empezar." Dijo Érica cambiando de tema y al ver que los ojos de Clémentine brillaban, señaló. "Las dos expediciones tienen diferencia horaria, pero los europeos irán primero y la Profesora Cécile está entre los miembros."
Clémentine era francesa y el portal abismal había aparecido en su país natal.
Se había sorprendido cuando se enteró, pero ahora, a diferencia de antes, tenían el cristal de comunicación, así que era fácil informarse.
Érica se puso a preparar el escenario con su reloj holográfico y el cristal comunicación… Todo para retransmitirle lo que sucedía a esa joven psiónica.
Después de todo, a pesar de que este no era el primer portal, sin duda iba a ser un evento importante.
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"Recuerda que tienes la posibilidad de cobrar tu recompensa. Aunque la verdad pienso que sería yo la beneficiada." –TheSimplicityOfLife
Aurora envió ese mensaje con una sonrisa entretenida.
Su destinatario era Kairos con quien estuvo hablando durante su descanso mañanero.
El tema de conversación fue lo que estaba haciendo él y lo que ella iba a hacer, una conversación simple.
Aurora le había informado de que estaría por comenzar una misión, así que podía haber momentos que se demorara en responder sus mensajes.
Claro, también enfatizó el hecho de que él la podía llamar para cobrar su 'recompensa' por su buen trabajo en la tienda.
Ya le había llegado su nuevo equipo y el trabajo fue sumamente rápido, dejando en claro que Kairos apresuró todo.
Una videollamada daba cierta vergüenza, pero Aurora sin duda pensaba que disfrutaría más de ese modo que simplemente por mensaje.
¡La vista era demasiado atractiva!
"Lo dudo. El beneficiado sin duda soy yo… Es una recompensa demasiado increíble, debido a que no todos los días se tiene una videollamada con alguien tan guapa." –KairosCosmos.
Los labios de Aurora temblaron a ese mensaje tan coqueto de la otra parte.
Este era un defecto de mensajear… Dejaba que la otra parte pudiera ser todo lo que coqueto que deseaba y como no podía ser visto, no tenía vergüenza.
Aurora estaba seguro de que ahora mismo ese joven estaba sonrojado y tal escenario, hizo que sus labios se elevaran con una gran sonrisa.
Agradecía su imaginación, pero sin duda no había nada como lo real.
Ver que se avergonzaba tratando de 'resistir' a su coqueteo y esforzarse para devolverlo tratando de dar una apariencia dominante, era lo mejor de una conversación directa.
"Aurora, ya está por empezar todo."
Aurora estaba por responder con una sonrisa de una cazadora feroz, cuando la puerta se trató de abrir y luego la voz de Alice sonó al otro lado.
Como si estuviera haciendo algo 'vergonzoso', ella apagó su reloj holográfico como si nada hubiera sucedido y recién un momento después, se dio cuenta de que había cerrado la puerta.
"Ya salgo." Informó Aurora con la voz más tranquila que pudo dar.
Sus sentidos estaban atentos para ver si escuchaba pasos de retirada, pero todo quedo en silencio, dejando en claro que su hermana seguía en el otro lado.
Ella se estaba sintiendo como un marido que estaba haciendo algo sucio o peor, como un esposo que estaba engañando a su guapa esposa.
"Tengo que retirarme. Luego te hablo… También puedes hablarme. Siempre es agradable conversar con alguien tan guapo." –TheSimplicityOfLife
Aurora escribió y envió su mensaje a una alta velocidad y tras recibir la respuesta de despedida, dejó su reloj holográfico.
Cuando se levantó revisó su expresión en un espejo y trato de poner la mirada más indiferente posible, entonces salió.
"…"
Alice, que estaba esperando afuera, le dio una mirada.
Si al principio daba una mirada curiosa y atenta por si estaba haciendo algo preocupante, tan solo necesitó un momento para que su mirada cambiara.
¡Había notado su expresión y hasta era posible que hubiera notado sus emociones o pensamientos!
–Eso es exagerado.
Su sistema dio su comentario con cierto toque entretenido, pero ella estaba lo suficiente nerviosa como para pensar en que tal cosa sucedía.
"Vamos. Todo ya está empezando." Señaló Alice y antes de que Aurora pudiera suspirar aliviada de haber escapado, murmuró. "Solo recuerda que los pervertidos son malos."
Con tales palabras, Alice abrió una bolsa de papitas y se adelantó caminando dejando a Aurora atrás.
La expresión de Aurora se volvió roja y empeoró cuando Alice le dio una sonrisa ligeramente burlona y victoriosa.
Claramente, se había dado cuenta de que hacía algo y ahora la estaba tratando de molestar.
No era que no le quisiera decir que tenía un pretendiente, pero le daba demasiada vergüenza hacerlo.
Y más cuando lo había llamado pervertido… Aurora simplemente respiró hondo y luego siguió hacia adelante cuando su expresión mejoró.
Cuando llegó a la sala pudo ver a Liam sentado en el sofá individual mientras miraba la televisión comiendo algunos aperitivos.
Aurora ya se había acostumbrado a su presencia y a convivir a su lado, así que solo se sentó al lado de su glotona hermana que ya estaba devorando su bolsa de papitas.
Con los sonidos crujientes a su lado, los tres miraron la televisión.
El noticiero estaba mostrando al grupo de la expedición que estaba altamente equipado como si fuera a ir a una guerra.
Llevaban varios anillos espaciales con todo tipo de suministro y también su equipo era lo mejor que podían conseguir.
Cada uno era rango S y estaba bien equilibrado.
El portal abismal de la zona europea no era tan grande como el primero, pero todavía se notaba esa sensación ominosa en su color negruzco.
No hubo discursos o algo de ese estilo.
Cuando llegó la hora, un hechizo dejo de rodear el portal abismal abriendo camino para que los diez miembros de rango S de la expedición entrara.
Ese hechizo era posible que fuera aquel que había creado el Imperio Falion y había usado el Duque Kristoph con la única diferencia de que ahora fue grabado en un círculo mágico como una matriz para mantener tal poderoso hechizo.
Aurora observó a los participantes hasta que su mirada se centró en Cécile Leroux que llevaba una expresión solemne.
La expedición había preparado todo tipo de suministros para sobrevivir durante mucho tiempo y también llevaba varios elementos de seguridad.
Desde pergaminos que contenían hechizos, algunos elementos tecnológicos o psiónicos para defensa e innumerables pociones de toda clase.
También estaban equipados con artefactos de magia mental para entablar comunicaciones con cualquier ser que estuviera en el otro lado sin necesidad de aprender el idioma
También llevaban carpas con las comodidades básicas y equipo experimental para ver si era posible iniciar una comunicación desde el otro lado e incluso para mantener una comunicación entre sus miembros, aunque estuvieran alejados del uno al otro.
Se había analizado todas las posibilidades y el gobierno europeo proporcionó todas las necesidades.
No sabían su destino, pero siempre se podían prever algunos ambientes difíciles y el conocimiento de los terranovense hizo que fuera posible cubrir tales escenarios.
¿El otro lado era un lugar llenó de monstruos o estaban afectados por el 'Caos'?
Tales preguntas iban a ser respondidas en este momento.
El grupo de la expedición se adentró al portal abismal en silencio, desapareciendo por completo.
Entonces, esperaron.
La idea era que informaran luego de llegar y asegurar su posición.
El silencio se extendió y los segundos se convirtieron en minutos, hasta que un sacerdote informó a las autoridades del exterior que habían llegado con éxito.
Tales palabras lograron que los suspiros salieran del reportero y por su parte Aurora también suspiró.
La expedición rusa también se movería y se esperaba el mismo éxito, al menos en la llegada.
Aun así, ese comienzo era bueno.
Aurora, por su parte, simplemente dejo salir un largo suspiro agotada.
Lo único que ahora podía hacer era ver y esperar lo mejor todo mientras trabajaba.
"Ahora es nuestro turno de prepararnos." Dijo Aurora con seriedad al recuperar su profesionalismo y mirando a sus compañeros, declaró. "Necesitamos movernos."
Ellos también tenían trabajo y ella no se iba a quedar sin hacer nada mientras los portales abismales eran tratados.
Después de todo, no tenía que olvidar que a pesar de que había una amenaza exterior, las amenazas internas nunca terminaban.