En aquel momento, sus ojos fueron atraídos por un hombre cuyo wathan era casi enteramente negro y rojo, con un llamear de púrpura aquí y allá. Era un caucasiano, de metro ochenta de alto, bien formado, con pelo rubio y ojos azules, y si su rostro no hubiera estado tan rojo y distorsionado hubiera podido considerársele pasablemente agraciado. Estaba gritándole en inglés a una mujer que era mucho más pequeña que él y parecía asustada. No hacía más que retroceder, los ojos muy abiertos, mientras el hombre avanzaba con agitantes puños. Aunque hablaba tan rápidamente y de una forma tan embarullada que no podía comprenderle bien, Frigate tuvo la sensación de que el hombre estaba acusándole a la mujer de serle infiel. La gente a su alrededor los observaba cautelosamente, pero nadie intentaba interferir.
Repentinamente, el wathan del hombre se volvió completamente negro, y aferró a la mujer por su largo pelo y empezó a golpearla con su puño derecho. Ella cayó de rodillas e intentó colocar las manos delante de su rostro. Tirando malignamente de su pelo, el hombre abatió el puño sobre su cabeza, luego golpeó su nariz y boca. Ella dejó de gritar y colgó fláccida, sujeta solamente por la presa de él en su pelo. La sangre empezó a manar de su abierta boca; algunos dientes cayeron al charco rojo que se iba formando sobre la hierba.
Los hombres saltaron sobre él y tiraron de él, apartándolo de la mujer. Esta cayó al suelo y quedó inmóvil.
Un hombre llegó corriendo de una cabaña, se detuvo al llegar junto a la mujer, se arrodilló, gimiendo, y la tomó entre sus brazos. La acunó por unos momentos, luego la volvió a dejar con suavidad, se alzó, y caminó de vuelta a la cabina a largas zancadas. El hombre que había golpeado a la mujer fue soltado, y empezó a disculparse por el ataque. Ella era una zorra, una prostituta, una ninfómana, era su mujer, y ninguna mujer suya jodía con otro hombre. Se merecía lo que había recibido. Más aún. En cuanto a Tracy, el hombre que había jodido con su mujer, él, Bill Standish, lo mataría a su debido tiempo.
Si lo haces, dijo uno de los hombres que lo habían sujetado, te colgarán. Es probable que te cuelguen de todos modos.
El hombre que había entrado en la cabaña volvió a salir a paso de carga con una lanza con punta de piedra en su mano. Standish lo vio y empezó a correr hacia el Río. El hombre que había amenazado con colgarle le gritó a Tracy que dejara su lanza, pero Tracy lo ignoró. Corrió junto al grupo y arrojó su lanza, y su punta se clavó en la espalda de Standish, cerca de su omoplato derecho. Standish cayó boca abajo a la somera agua, pero se esforzó en ponerse en pie, y tendió su mano hacia atrás, y consiguió sujetar el otro extremo del mango de la lanza. Tracy estaba ya sobre él, y lo golpeó. Algunos de los otros hombres corrieron hacia ellos y sujetaron al gritante Tracy y lo apartaron de Standish. Por aquel entonces, Standish, su piel muy pálida, su boca muy abierta, había
conseguido arrancarse la punta de piedra de su espalda. Antes de que los otros pudieran detenerle, Standish había hundido la punta de piedra en el vientre de Tracy.
Frigate sintió deseos de vomitar, pero consiguió observar el drama hasta su final. Tenía planes para Standish.
Uno de los hombres que había corrido tras de Standish llevaba una enorme maza de roble. Golpeó con ella a Standish en la cabeza. Standish pareció fundirse en su propia carne y se derrumbó en el agua. Fue arrastrado fuera a la orilla, con la cabeza colgando. Un hombre lo examinó. Se puso en pie y dijo:
No deberías haberle golpeado tan fuerte, Ben. Está muerto.
Eso que tiene ganado dijo Ben. No será necesario que lo colguemos.
No sabes si lo hubiéramos colgado dijo el hombre.
Si alguna vez un hombre ha merecido morir, ése es Standish dijo un hombre, y la mayoría del grupo se mostraron de acuerdo con él.
Frigate había sabido que el hombre estaba muerto antes que ningún otro. Había visto el wathan de Standish desaparecer, absorbido por la mágica Muerte.
Apagó la escena y le dijo a la Computadora que localizara el wathan de Standish. No era tan fácil como hubiera debido ser teniendo en cuenta lo reciente de la muerte de Standish. En dos minutos, otros diecisiete wathans habían entrado en el pozo detrás de Standish.
Frigate preguntó a la Computadora si Standish había sido muerto antes de esta vez. La
Computadora dijo que el hombre había muerto tres veces en aquel mundo.
¿Había sondeado y grabado las memorias de Standish durante esas veces?
Tras definir cuidadosamente la violencia a la Computadora, Frigate le dijo que revisara rápidamente todos los períodos de violencia en la vida de Standish.
Empezando cuando tenía quince años de edad precisó.
Aquello significaba que la Computadora debería determinar primero cuándo Standish tenía esa edad. Lo hizo rápido, pero le tomó una hora localizar el período que proporcionó la prueba definitiva. Standish había celebrado una fiesta de cumpleaños en 1965. (Lo cual significaba que había nacido en 1950, pensó Frigate.) Frigate se hizo mostrar la fiesta de cumpleaños. La madre de Standish era una desaliñada mujer muy gorda y baja; su padre era un hombre grande y barrigón con muchas venillas rotas en su rostro. Ambos estaban completamente borrachos. Lo mismo podía decirse de todos los invitados, muchos de los cuales eran compañeros de escuela de Standish. La casa estaba sucia, y los muebles eran raídos y medio rotos. El padre, según algunas observaciones hechas por un invitado, era un carpintero que no trabajaba tanto como debería. Standish se atiborró de cerveza y de bretzels y de bocadillos de salchichón de Bolonia durante toda la noche, y la fiesta terminó cuando los padres empezaron a gritarse insultos y obscenidades. Parecía que iban a pegarse el uno al otro cuando Frigate cortó la escena.
Frigate le dijo a la Computadora que aquél era un ejemplo de violencia verbal. Lo que él deseaba era violencia física. Luego se dirigió a la reunión de la noche, que hoy correspondía al apartamento de Li Po. La Computadora prosiguió su búsqueda, que a partir de entonces quedó limitada a los diez años entre 1965 y 1975.
En la fiesta, Frigate descubrió que los otros estaban realizando también investigaciones. Alice, por ejemplo, estaba intentando localizar a sus tres hijos, sus padres, y sus hermanos y hermanas.
¿Planeas resucitarlos? dijo Frigate.
Los oscuros ojos de la mujer parecieron turbados.
Francamente, no lo sé. Creo que simplemente deseo asegurarme de que están bien. De que son felices. Por supuesto, algunos de ellos al menos pueden estar muertos. Entonces, naturalmente...
Lo que quería decir era que cualquiera que estuviera encerrado en las grabaciones, con su wathan en el pozo central, no podría vivir de nuevo a menos que ella lo reclamara.
Pero no estaba segura de qué efecto tendría en ella su presencia, cómo se circunscribirían a ella. O cuáles serían sus reacciones a lo que ella era ahora ¿Qué pensarían si se enteraban de que había sido la compañera de aquel detestable hombre, Dick Burton?
Además, la reunión de padres e hijos podía ser infeliz. Los padres estaban acostumbrados a gobernar a sus hijos, al menos así era en tiempos de Alice. Pero allí no había huellas evidentes de edad; los padres parecían tan jóvenes como sus hijos. Más aún, tras una separación de tantos años y tras tan distintas experiencias, tanto padres como hijos habían cambiado considerablemente. Había, literalmente, un mundo entre ellos, un abismo que pocos podían cruzar.
Sin embargo, Alice había amado a su madre, padre, hijos, y demás familia.
Frigate observó que no había dicho nada de su esposo, Reginald Gervis Hargreaves. Pero era demasiado discreto como para mencionarlo.
¿No has tenido éxito hasta ahora? preguntó.
Alice dio un sorbo a su vaso de vino de cristal de cuarzo tallado y dijo:
No. Le he dado sus nombres y fechas de nacimiento y de muerte a la Computadora, todas excepto la fecha de la muerte de mi hijo Caryl. No la sé, pero estoy segura de que puedo encontrar algún libro o periódico en las grabaciones que la indique, y estoy buscando fotografías que la Computadora pueda comparar con sus archivos. Todo eso toma tiempo, ya sabes. Si cualquiera de ellos está muerto y en las grabaciones, entonces podrán ser hallados. Pero si están vivos, las posibilidades de que sean localizados son menores. La Computadora puede efectuar un registro a través de las piedras de cilindros. Sin embargo, a menos que los míos estén en su radio de acción durante el necesariamente rápido registro, no serán hallados. Quizá ni siquiera aunque lo estén.
Si no puedes encontrarlos, pensó Frigate, al menos te sentirás aliviada de la decisión de si resucitarlos o no.
¿Qué hay acerca de Lewis Carroll, el señor Dodgson? preguntó.
No.
Alice no se ofreció a explicarse, y se hubiera sentido ofendida si él le hubiera pedido que lo hiciera.
Frigate abandonó la «fiesta» y se dirigió a su apartamento. En vez de irse a la cama, examinó algunas escenas más del pasado de Standing, Estas lo turbaron tanto que no pudo dormirse después de cerrar la pantalla. Standish era un hombre de vida rastrera, brutal, sucio, peligroso y poco inteligente, tanto en la Tierra como en el Mundo del Río. No fue hasta dos días más tarde sin embargo que Frigate se sintió tan horrorizado que dejó de observar a Standish por un tiempo.
Standish estaba sin trabajo, lo cual era habitual en él, y vivía con su hermana y la hija de ésta en su apartamento en una pequeña ciudad del Medio Oeste. La hermana tenía veinte años, y hubiera sido atractiva si fuera un poco más limpia y mostrara alguna señal de inteligencia. Su hija era una niña de tres años rubia y de ojos azules que hubiera sido hermosa si no estuviera tan gorda de comer mala comida y beber enormes cantidades de coca-cola. En aquella escena en particular, Frigate estaba mirando a través de los ojos de Standish la sala de estar del desastrado apartamento. La hermana de Standish, Maizie, estaba bebiendo cerveza en un medio roto sofá. La niña estaba jugando con una muñeca hecha trizas, pero quedaba medio oculta por una silla en un rincón. De tanto en tanto, Frigate podía ver la lata de cerveza que sostenía Standish. A juzgar por la conversación, los dos adultos habían estado bebiendo cerveza desde el desayuno.
¿Dónde está Linda? preguntó Standish, mirando nubladamente a su alrededor.
Ahí Maizie agitó una mano hacia la silla.
Aja. ¡Ven aquí, Linda! dijo Standish en voz alta. Reluctante, la niña, sujetando su muñeca, salió de detrás de la silla. Standish abrió la cremallera de sus pantalones y se sacó el rígido pene.
¿Has visto alguna vez algo así, Linda? dijo Standish.
Linda retrocedió un poco. Standish le gritó que se quedara donde estaba. Maizie se puso en pie tambaleante de su asiento.
¿Qué demonios estás haciendo?
Voy a joder a Linda.
Frigate se sintió enfermo, pero siguió observando, con un nudo en la garganta, mientras Maizie discutía con su hermano. Finalmente, la mujer dijo:
Bueno, infiernos, algún día va a joderla alguien. ¿Por qué no puede ser ahora?
Aja, tú lo sabes bien, ¿verdad? A ti te ensartaron cuando tenías siete años, ¿no? Maizie no respondió. Standish dijo:
Ven aquí, Linda.
Cuando ella agitó negativamente la cabeza, aulló:
¡Ven aquí, maldita sea! ¿Quieres una azotaina como la que te dio el tío Bill la pasada noche? ¡Ven aquí!
Frigate ya no pudo soportarlo más. Apagó la escena. Le dijo a la Computadora que avanzara tres días. Y vio, a través de los ojos de Standish, la celda de una prisión. Standish estaba con otros dos y jactándose de cómo había jodido a la hija de su hermana.
La pequeña putilla lo deseaba, de modo que le di lo que me estaba pidiendo. ¿Hay algo malo en ello?
La pobre chiquilla murmuró Frigate. ¡Dios!
La Computadora estaba conectada a la grabación de Standish. Todo lo que tenía que hacer Frigate era ordenarle a la Computadora que la destruyera. Standish quedaría muerto para siempre excepto por su wathan, y ése flotaría ciego y sin rumbo a través del universo.
Mordiéndose el labio, estremeciéndose, sintiendo el calor fluir a través de él, Frigate se puso en pie de la consola y caminó salvajemente de un lado a otro murmurando:
¡Maldito, maldito, maldito! ¡Maldito sea hasta el Infierno y luego de vuelta! ¡No, de vuelta no!
Finalmente, se apoyó en la consola y gritó:
¡Cuando yo te dé su código, destruye a Standish!
Tenía que hacer algo más, sin embargo, para conseguir aquello; tenía que identificar la grabación del hombre por el código de la Computadora, afirmar tres veces que deseaba que fuera destruida, y establecer el código.
Pero por el momento, Standish se halla en la cuerda floja dijo Frigate.
Sin ninguna razón racional que pudiera descubrir, se sintió avergonzado de sí mismo unas cuantas horas más tarde. ¿Quién era él para juzgar? Sin embargo... cualquiera que violara a una niña... merecía ser relegado al olvido.
Al día siguiente, de forma vacilante, le dijo a Nur lo que había hecho. El moro alzó las cejas y dijo:
Puedo comprender tu furia. No vi lo que tú viste, pero yo también me siento asqueado y furioso. El hombre parece totalmente más allá de redención, y se ha probado a sí mismo no ser mejor aquí de lo que era en la Tierra. Pero aún tiene tiempo de hacerse algo mejor. Sé que tú no crees que lo consiga nunca, y probablemente tengas razón. Los Éticos, sin embargo, le dieron a todo el mundo una cierta cantidad de tiempo para salvarse, y Loga consiguió extender aún más ese tiempo. No debes interferir, no importa lo que sientas.
No debería ser soltado de nuevo entre la gente dijo Frigate.
No debería, quizá, ser soltado sobre sí mismo tampoco dijo Nur. Pero lo será. Lo que te mueve ahora es simplemente venganza. Eso es comprensible. Pero no está permitido, y hay una razón para ello.
¿Cuál es la razón?
Tú sabes cuál es dijo Nur. Algunas de las personas más irredimibles, irredimibles según todas las apariencias al menos, se han salvado, se han convertido en auténticos seres humanos. Mira a Goering. Y estoy seguro de que encontrarás a otros en tus búsquedas.
Standish murió cuando tenía treinta y cinco años dijo Frigate. Borracho, se saltó un semáforo conduciendo un coche y se estrelló contra el costado de otro coche. No sé si mató o hirió a los otros, pero puedo averiguarlo. Aunque supongo que no importa. Lo que importa es que Standish nunca aprendió nada, nunca se arrepintió, nunca se culpó de nada, nunca pensó cambiar. Y nunca lo hará.
Te conozco dijo Nur. Si tú hicieras esto, sufrirías de una angustiosa culpabilidad.
Los Éticos no han sufrido de culpabilidad. Ellos sabían que llegaría un momento en el que la gente como Standish se sentenciaría a sí misma al olvido.
Tu justificable indignación y cólera están nublando tu mente. Acabas de pronunciar la razón por la cual no deberías interferir.
Sí, pero... los Éticos solamente nos dieron una cierta cantidad de tiempo. ¿Quién puede decir que, teniendo un poco más de tiempo del que nos concedieron, algunos más no podrían haber alcanzado su meta? Quizá un año más, un mes, un día, podrían marcar la diferencia.
Ese era el razonamiento de Loga, e interfirió con el plan de sus compañeros Éticos, y los acontecimientos se complicaron y fueron mal. Quizá nos equivocamos poniéndonos del lado de Loga.
Ahora estás argumentando en contra de ti mismo. Nur sonrió y dijo:
Suelo hacerlo muy a menudo.
No sé dijo Frigate. De momento, Standish está atrapado, al menos. No puede hacerle daño a nadie. Pero cuando... si... llega el día en que los dieciocho mil millones sean devueltos de nuevo al Valle, puedo disolverlo.
Si alguien debe hacer esto, tendría que ser la niña. Preguntarle si ella quiere.
No puedo. Murió de una enfermedad hepática cuando tenía cinco años.
Entonces creció en el Mundo Jardín. Puede que sea uno de los Agentes que hay en las grabaciones, y por lo tanto esté a nuestro alcance.
¿Por qué estoy haciendo esto?, se preguntó Frigate. No era fácil dilucidarlo. ¿Obtengo una sensación de poder aferrando entre mis manos el destino de esa bestia? ¿Me gusta esa sensación de poder? No, nunca me gustó el poder. Soy demasiado consciente de la responsabilidad que trae emparejado el poder. O debería serlo. Siempre he intentado eludir las responsabilidades. Dentro de unos límites razonables, por supuesto.