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Chapter 198 - DIOSES DEL MUNDO DEL RÍO (8)

Unos pocos minutos después de la una de la madrugada, Burton estacionó su sillón delante del apartamento de Marbot y Behn. La puerta, tal como había requerido, estaba abierta. Entró en la gran sala de estar, y la iluminación sin sombras cobró vida apenas cruzar el umbral. Se detuvo al final del salón y golpeó con los nudillos la puerta del dormitorio. Soñoliento, de Marbot respondió:

Quelle?

C'est moi, naturellement dijo Burton. Un momento más tarde, la inglesa y el francés aparecieron en la puerta, tambaleándose, frotándose los ojos.

Me debes seis horas de sueño dijo el francés. ¿Cómo paga uno una deuda así?

Con la pérdida por mi parte de otras seis horas de sueño dijo Burton. Pero todo esto es en tu propio beneficio también, así que no te debo nada.

De Marbot se había puesto un faldellín de toalla, y Aphra llevaba un delicado corpiño negro de encaje y unas medias negras.

Hey, mi querido repollo, ¿eso es todo lo que piensas vestir? dijo de Marbot.

Es lo que llevo siempre en mis misiones nocturnas dijo ella.

De Marbot se echó a reír, le dio un achuchón, y la besó en la mejilla.

Mi salvaje rosa inglesa. Siempre lo inesperado, lo delicioso.

Ella, sin embargo, estaba engañándole. Volvió a meterse en el dormitorio, y volvió a aparecer vestida con una fina blusa, un faldellín corlo, y unas botas que le llegaban hasta los tobillos. Por aquel entonces Burton había ordenado ya tres tazones grandes de café brasileño al conversor. Los tomaron mientras les decía que les explicaría todo lo que tendrían que hacer cuando llegaran a su destino.

Ordenes selladas dijo de Marbot. Pero el enemigo está observándonos y escuchándonos. Somos como el gato con un cascabel en torno a su cuello.

Cuando hayamos terminado con esto, no va a poder vernos ni oírnos más dijo

Burton.

De Marbot alzó las cejas y sonrió.

¡Ah! Anticipo, me estremezco, me revuelvo dentro de mí mismo con la excitación.

Tenemos un montón de cosas que hacer dijo Burton Vais a estar agotados antes de que terminemos.

No. Soy un hombre de hierro, y Aphra, ella es tan dura como el platino y dos veces más valiosa que su peso en es valioso metal.

Peso que está aumentando dijo ella, palmeándose las caderas.

Burton hizo un impaciente gesto, y lo siguieron al corredor. Iban armados con dos lanzadores de rayos y cuchillos aunque no tenían ninguna razón para esperar usarlos. Subieron a sus sillones, y Burton tomó la cabeza. Dejó caer el sillón por el pozo hasta el nivel correspondiente a la superficie del frío y oscuro mar que rodeaba la torre.

Cuando Burton detuvo el sillón, de Marbot dijo:

Esto no está lejos de la habitación secreta de Loga.

Burton asintió e indicó que debían entrar en la habitación más próxima, el laboratorio que habían visitado el día antes Aphra miró a su alrededor y dijo suavemente:

Debe estarse preguntando qué es lo que pensamos hacer No creo que esté más desconcertado que yo.

Richard es el general dijo de Marbot, y nos dice a nosotros, pobres soldados vulgares, tan poco como es posible Es una antigua tradición.

Burton ignoró sus observaciones. Se dirigió hacia el conversor más grande y ordenó los componentes para varias escaleras de mano, quinientos botes de spray llenos con pintura negra, una docena de linternas potentes, y un pequeño generador de aire accionado por energía nuclear.

Mon Dieu! dijo de Marbot. ¡Vamos a pintar la casa ¿Y qué más?

Burton empezó a extraer el equipo, vaciando el conversor cuando apareció el primer cargamento, cerrando la puerta del conversor, aguardando unos cuantos segundos hasta que el segundo cargamento hubo llenado la cabina, y luego extrayéndolo también. Cuando estuvo todo listo, le dijo a los otros dos que tomaran los botes de spray mientras él montaba las secciones de las escaleras de mano.

De Marbot miró a Aphra y alzó las cejas como diciendo: «¿Y a continuación qué?» Ella alzó también de hombros y sudando, se dedicó al trabajo. De Marbot, ahora sudando también, dijo:

Hey, mi pequeño repollo. Debemos pagar por toda esa divina comida y ese exquisito vino, ¿no?

Hay que pagar por todo dijo ella. Respirando pesadamente, Aphra se irguió y miró la pared frente a ella.

El observador es como Dios dijo. Sabe todo lo que estamos haciendo. Únicamente espero que, como Dios, le sea indiferente lo que hagamos.

Al contrario que Dios, el Snark duerme dijo Burton. Y se halla limitado por su cuerpo como todos nosotros mortales. Y su inteligencia, aunque puede ser grande, es también limitada.

Quizá, como Dios, no exista dijo de Marbot.

Eso es una posibilidad dijo Burton. ¡Ya está! Las escaleras están listas.

¿Por qué no podemos llamar a algunos androides para que nos ayuden? dijo de Marbot. Ellos pueden hacer el trabajo. Nosotros seremos los supervisores que van de un lado a otro, tomándoselo con calma mientras los esclavos sudan por nosotros.

No deseo arriesgarme a utilizarlos dijo Burton. Para la tarea. Empezad cada uno en un lado, por el extremo más alejado.

Le había pedido a la Computadora una estimación del número de botes necesario para pintar al spray toda la zona. Ahora le pidió dos carretillas, las tomó del conversor, y llenó una de ellas con botes. Mientras los otros dos se subían arriba de las escaleras y cubrían los bordes del techo con la pintura, Burton llevó los botes que no se necesitaban en la habitación al corredor. Tras cuatro viajes, le dijo a la Computadora que le proporcionara veinte botes spray de cemento de secado rápido. Obtenidos estos, los sacó también al corredor. Luego ordenó el número de ladrillos que necesitaba, también estimado por la Computadora.

De Marbot, observándole, dijo:

No hay nada como utilizar al enemigo para luchar contra él.

Había una cosa de la que Burton tenía que asegurarse antes de continuar, aunque, se abriera todavía o no la puerta de la habitación de Loga, pensaba seguir adelante hasta completar la primera parte de su proyecto. Golpeó la pared, dijo: «¡Ah Qaaq!», y observó mientras la rueda de la entrada giraba metiéndose en su alvéolo. No había estado seguro de que el Snark no hubiera inhibido la operación desde la primera visita de Burton. Ahora metió un sillón en la abertura para asegurarse de que la puerta no iba a cerrarse si el Snark cambiaba de opinión y decidía clausurarla permanentemente.

Burton había hecho muchas cosas en la Tierra. Poner ladrillos no era una de ellas, pero a menudo había observado a los trabajadores árabes construir paredes con ladrillos de adobe. En cualquier caso, levantar una pared era una cosa sencilla. Colocó una hilera en el suelo de una pared a otra, a unos pocos pasos de la puerta de la habitación de Loga. Roció la parte superior de la hilera con el spray de cemento de secado rápido, y dispuso otra hilera encima de la primera. En el momento en que depositaba el último ladrillo de esa segunda hilera, el cemento en realidad era como una pega ya se había secado.

Deteniéndose tan sólo dos veces para beber agua, selló aquella zona del corredor de lado a lado, desde el suelo hasta el techo.

Fue al otro lado de la entrada del laboratorio y empezó a poner ladrillos allí también. Aphra asomó la cabeza por la puerta y dijo:

Ya casi hemos terminado con las paredes. El sudor chorreaba de su rostro y empapaba sus ropas.

Burton entró en la habitación y miró a su alrededor.

Repasad lo que habéis hecho dijo. Aseguraos de que cada centímetro cuadrado ha quedado cubierto. Luego rociad el suelo. Cuando hayáis terminado, decídmelo.

Gruñendo en un burlón agotamiento, de Marbot trasladó su escalera de mano hasta el lugar donde había empezado a rociar la pintura y subió a ella. Burton regresó a su trabajo con los ladrillos. Rápida y eficientemente, bloqueó también aquella parte del corredor. En el momento en que terminaba, de Marbot acudió junto a él.

Ya está listo. Ni un milímetro de pared, techo o suelo está sin cubrir. El Snark puede conectar todas las pantallas que quiera aquí. Va a estar tan ciego como yo ignorante de tus intenciones últimas.

Burton entró en el laboratorio y dijo:

Ahora rociad las ventanillas en las puertas de los conversores. Y apartad todos los muebles que podáis mover, y rociad los lugares sin pintar donde estaban.

De Marbot hizo un gesto hacia los dos conversores móviles.

¿Debajo de ellos también?

Sí.

¿Cómo piensas moverlos? Hemos estado trabajando como Sansón en Gaza, pero no somos tan fuertes como él.

Usad vuestros sillones para desplazarlos del lugar donde están ahora. De Marbot se dio una palmada en la frente.

¡Por supuesto! ¡Estúpido de mí! ¡Esto se debe a que no estoy acostumbrado a los trabajos serviles! ¡Embotan mi inteligencia!

No le eches la culpa al trabajo dijo Burton. ¡Hubieras debido pensar en ello!

No se trata de un trabajo militar dijo el francés, como si aquello lo explicara todo. Aphra fue al corredor con Burton.

¿Cómo vamos a salir ahora?

Los ladrillos son normales, hechos de arcilla. Behn señaló al lanzador de rayos del hombre y lo miró a la cara. Burton asintió.

Entonces, ¿cómo van a mantener... al Snark... fuera?

No van a hacerlo.

Burton miró su reloj de pulsera.

Todavía nos queda mucho por hacer. Aphra agitó la cabeza.

No sé lo que tienes en mente dijo.

Lo sabrás. A su tiempo.

Tomó una escalera de mano, la colocó en la esquina de la pared de ladrillos, y empezó a utilizar el spray. Cuando llegó a la puerta del laboratorio, habiendo pintado techo, paredes y suelo del corredor de aquel lado, miró al interior. Los cables de energía conectados a las bases de los dos conversores móviles habían sido desconectados, y los armarios habían sido arrastrados sobre el suelo pintado. Las zonas sin pintar debajo de ellos habían sido rociadas, y sus compañeros de trabajo estaban ahora recostados contra una pared, bebiendo agua. Aphra Behn estaba fumando también un puro.

Tan pronto como hayáis descansado dijo Burton, venid a ayudarme a acabar de pintar el corredor.

Cuando de Marbot salió de la habitación, se detuvo, con los ojos muy abiertos.

Sacré bleu! ¡Has pintado la pared de ladrillos!

Sí dijo Burton. Los ladrillos parecen ser simplemente arcilla. Rompí uno para examinarlo por dentro. Pero es posible que el Snark haya insertado algún material conductor en ellos. Quiero asegurarme de que no puede ver a su través.

No es muy probable dijo de Marbot.

No queremos correr riesgos.

¡Ah, vosotros, malditos británicos! No es extraño que perdiéramos la guerra.

De Marbot no era sincero. Mantenía, furiosamente y con gran convicción y muchos hechos, que eran los errores y fallos de los mariscales de Napoleón y unos cuantos del propio corso lo que había ocasionado la caída del Imperio. Si sus bravos compatriotas hubieran sido conducidos por hombres que siempre hubieran tomado las decisiones correctas, hubieran sido imbatibles.

Burton, siempre, se había contenido de decir que lo mismo podía decirse de cualquier ejército.

Cuando hubieron terminado de rociar con pintura el corredor y la habitación de Loga, eran las 5:00 A.M.

La luz y el aire procedentes del material de las paredes y respiraderos habían sido cortados, pero las linternas y el generador de aire los reemplazaban.

Voilà! C'est fini! dijo de Marbot. Creo.

Crees equivocadamente dijo Burton. Ahora tenemos que trasladar el conversor más grande a la habitación secreta.

Lo consiguieron empujando el armario con uno de los sillones volantes, Burton de pie junto al sillón y operando los controles. La tarea requirió diez minutos, y la parle superior y

los lados del conversor se rayaron contra la redonda entrada. Habiendo medido el día antes las dimensiones del armario y de la puerta, Burton sabía que iba a ser justo pero realizable. Cuando hubo maniobrado el armario desde el laboratorio y lo tuvo metido en la habitación secreta, conectó el cable de loma de energía.

Has cubierto la zona que detecta el código de entrada dijo Aphra Behn. ¿Qué piensas hacer si deseas entrar de nuevo? ¿O acaso vas a dejar la puerta abierta?

La pintura puede ser rascada fácilmente si es necesario dijo Burton. El francés hizo un gesto hacia las paredes.

Todo es impenetrable. El Snark ya no puede vernos ni oírnos. ¿Se nos permitirá al fin saber lo que pretendes hacer

ahora?

La luz de las linternas en el suelo arrojaba densas sombras en sus rostros y los hacía parecer como máscaras. Las máscaras de gente cansada y desesperada. Los azules ojos de de Marbot y Behn, sin embargo, parecían brillar con una incansable luz. Su voluntad no estaba debilitándose.

La toma de energía del conversor está conectada a la línea principal de energía dijo Burton. Pero no se halla en los archivos esquemáticos de la Computadora, y cualquier energía que fluya por ella no es registrada por la Computadora. No lo es, por supuesto, a menos que el Snark haya cambiado las cosas. Podemos hacer cualquier cosa que queramos, y el Snark no tendrá ni la más remota idea de lo que estamos haciendo. Sabrá que estamos maquinando algo, y se preocupará al respecto. Pero no podrá averiguar lo que es a menos que baje aquí. Tendrá que venir a investigar personalmente.

No necesita hacerlo dijo Aphra. Puede enviar androides.

Si es sentiente, es decir, si es humano, se sentirá tan curioso como un mono. Deseará venir a echar una mirada personalmente.

Quizá.

¿Les has dicho algo a los otros? preguntó de Marbot.

No. No creí que fuera necesario. El francés miró su reloj de pulsera.

Dentro de unas dos horas y media, algunos de nuestros compañeros se reunirán para el desayuno. Tú siempre estás allí. ¿No empezarán a buscarte?

Probablemente. Y no me encontrarán. Finalmente, sabrán también que vosotros dos habéis desaparecido.

¡Pensarán que el Snark nos ha atrapado! dijo Aphra. Se preocuparán.

Eso los sacará un poco de su letargia dijo Burton. Al menos no se sentirán aburridos.

Eso es un poco cruel dijo Aphra.

Y acudirán a buscarnos dijo de Marbot.

No hay muchas posibilidades de que nos encuentren dijo Burton. No teniendo treinta y cinco mil setecientas noventa y tres habitaciones que registrar.

Pero pueden utilizar la Computadora, ella rastreará por ellos. Y cuando informe... Se detuvo, sonrió, y dijo:

Ah, entiendo. Es probable, es casi seguro, que el Snark impida que la Computadora les diga que estamos aquí.

Empezarán a buscarnos, y el Snark hará lodo lo que pueda por meterles palos entre las ruedas dijo Burton. Espero que eso les proporcione algo de distracción.

Sí dijo Aphra, pero hubieran podido hacer lo mismo si tú se lo hubieras dicho, y no se hubieran preocupado acerca de nuestra desaparición.

Cuanto menos sepan de nosotros, mejor. Si creen realmente que hemos desaparecido, no tendrán que fingir. No estoy seguro de que el Snark no pueda detectar su insinceridad. Después de todo, puede controlar sus voces analizando sus emociones y examinar sus wathans. Puede decir si están fingiendo o no.

Es como luchar contra Dios dijo Aphra.

Tú lo has dicho admitió Burton. Y yo te digo que el Snark no es Dios. Y aunque lo fuera, estoy dispuesto a hacerle pagar su diversión.

Mcrbleu dijo Marbot. ¿Y si no viene? ¿Qué pasará si simplemente nos deja que nos quedemos sentados aquí como ratas atrapadas en su propia trampa? ¿Qué haremos entonces?

Tú puedes ver a una rata en su propia trampa. El no puede vernos a nosotros. Permanecieron un rato en silencio. Se habían encerrado por voluntad propia en un

pequeño rincón, pero tenían todo lo que podían necesitar para aguardar allí durante tanto tiempo como pudieran soportarlo. Había un baño en la habitación de Loga y varios en el laboratorio. Podían utilizar el conversor en el escondite de Loga para conseguir comida o cualquier otra cosa que necesitaran. El conversor estaba ahora conectado a una pequeña computadora auxiliar desconectada por completo de la principal.

Llegaron las siete. Su conversación era escasa y banal. El silencio, la luz, que parecía extraña y poco natural acostumbrados a una iluminación sin sombras, y la espera de que ocurriera algo, pesaban sobre ellos. A las siete y media, Burton sugirió a los otros dos que podían desayunar. Podían dormir en la gran cama mientras él montaba guardia.

A las ocho, los dos decidieron que podían comer algo y luego descansar un poco. El desayuno fue proporcionado por el conversor en la habitación de Loga. Burton comió poco; no deseaba sentirse pesado si era necesario un poco de acción rápida. De Marbot y Behn se fueron a la cama, pero el francés dijo:

No voy a sentirme bien durmiendo. Puedes necesitarme.

Todo irá bien dijo Burton. Tú tienes el sueño ligero. Además, no espero que el

Snark haga algo inmediatamente.

Pero no lo sabes.

Exacto.

Burton volvió a su puesto junto a la entrada de la habitación secreta. Soñoliento, temoroso de que pudiera dar una involuntaria cabezada, empezó a caminar arriba y abajo junto a la puerta. No sabía si iba a ocurrir algo pero, si ocurría, quería que la ventaja estuviera de su parte. Fuera lo que fuese lo que ocurriera, seguramente sería algo inesperado.

Quizá estaba actuando de forma estúpida e insensata. Sin embargo, era mejor que no hacer nada en absoluto. Si él fuera el desconocido, ¿sería capaz de dejar que aquellos tres inobservados se quedaran ocultos dentro de sus paredes? ¿No empezaría a preguntarse qué estaban haciendo? ¿No intentaría pensar en todo lo que podían llegar a hacer? ¿No llegaría incluso a preguntarle a la Computadora que editara una lista de todo lo que podían hacer?

No. El no haría eso. La Computadora no era sentiente; no tenía imaginación. Sus salidas nunca excedían a sus entradas. En eso, era distinta e inferior a los seres humanos. Algunos seres humanos.

Eres demasiado cínico, se dijo a sí mismo. ¿Lo soy realmente? ¿No hay millones, miles de millones, de gente que no son más que robots proteínicos? Difieren de ellos únicamente en que pueden sentir dolor, pesar, decepción, rabia, simpatía, empatía... bien, no muchos podían sentir eso último... imaginación... algunos de ellos... Vive la difference!

Frigate había dicho en una ocasión que la mayor parte de la gente eran personas y la minoría eran seres humanos.

Lo que están intentando hacer los Éticos es convertir a la mayoría en seres humanos. Les deseo que tengan éxito, pero no espero gran cosa. Y seré el primero en admitir que yo no soy todavía un ser humano.

Frigate hablaba mucho acerca de los principios filosóficos correctos, pero hacía muy poco por actuar de acuerdo con ellos. Nur era también un filósofo, pero actuaba de acuerdo con su filosofía. ¿Y tú, Burton? ¿Qué pasa contigo?

Había explorado continentes y mentes, una legión de demonios conocidos, excepto los de Burtonia.

Tan sólo hay una gran aventura había dicho Frigate, y es el descenso a uno mismo. Estaba citando o refraseando a un escritor del siglo XX, Henry Miller, al que el americano admiraba grandemente al mismo tiempo que despreciaba algunas de sus actitudes.

La más oscura África, el más alto Everest, el más profundo abismo del Pacífico, están en tu propia mente. Así que, ¿por qué tan pocos se esfuerzan en conquistarlo?

Porque es como un pez intentando describir la naturaleza del agua había dicho

Burton.

Palabras, palabras, palabras. Como cotorras. Las palabras eran el plumaje de los seres humanos.

¿Cómo lo hacía uno para derribar las barreras que él mismo había levantado?

En aquel momento, algo intentó forzar sus protecciones. Hubo un rugir y un crujir, Burton dio un salto en el aire y se volvió hacia el lugar de donde procedía el ruido, su corazón latiendo tan fuertemente que casi ahogaba los demás sonidos.

Cuando miró más allá de la puerta, vio que el corredor estaba a oscuras excepto la luz de la linterna procedente del interior de la habitación de Loga y la que brotaba de la semiabierta puerta del laboratorio. No. Había también otra luz brillando a través de un enorme orificio en la pared de ladrillos. Revelaba confusamente la presencia de algo enorme y monstruoso, un cilindro horizontal con una nariz cónica, una masa oscura que avanzaba sobre ruedas hacia él.