Bien, amigos, aquí estamos de nuevo. Esta vez es el gran acontecimiento. El despegue definitivo. Directos hacia el Gran Cilindro, la Torre de las Nieblas, la casa de
Santa Claus en el Polo Norte, el San Nicolás que nos concedió los dones de la resurrección, la juventud eterna, la comida gratis y el alcohol y el tabaco.
»Debe haber al menos un millón de personas aquí. Las tribunas están llenas, las colinas atestadas, la gente se cae de los árboles. La policía tiene un trabajo infernal en mantener el orden. Es un hermoso día, ¿no es cierto? Este rugir significa realmente algo, y no creo que nadie oiga absolutamente nada de lo que estoy diciendo pese al sistema de amplificadores. Así que, amigos, ¡iros a que os zurzan!
»¡Ajá! Parece que algunos sí han oído eso último. Sólo estaba bromeando, amigos, sólo intentaba llamar vuestra atención. Dejadme hablaros de nuevo del Parseval. Ya sé que todos tenéis folletos describiendo esta colosal aeronave, pero la mayoría de vosotros no sabéis leer. No es culpa vuestra. Habláis Esperanto, pero nunca habéis tenido la oportunidad de aprender a leerlo. Así que adelante. Hey, esperad un momento a que remoje el cuero reseco de mi garganta con un poco de flor de cráneo.
»Ajá! ¡Esto estuvo bieee-eee-een! El único problema es que he estado remojando mi seca garganta desde esta mañana antes del amanecer, y estoy teniendo problemas en mantenerme derecho. Odio pensar en mañana por la mañana, pero al infierno. Uno tiene que pagar por todo lo bueno que tiene este mundo, sin mencionar a todos los demás mundos.
»Aquí está, muchachos, aunque no es necesario que os lo señale. El Parseval. Llamado así por Firebrass en honor al hombre que primero sugirió la posibilidad de construir una aeronave, aunque hubo un montón de discusiones al principio acerca de qué nombre íbamos a pintar en sus plateados costados.
»EI tercero de a bordo Metzing deseaba llamarlo el Graf Zeppelin III, en honor al hombre que fue responsable de la primera línea comercial de dirigibles y primer responsable de los zepelines militares.
"La primero de a bordo Gulbirra pensó que debía ser llamado Adán y Eva, en honor a toda la raza humana, puesto que nos representa a todos nosotros. También sugirió Reina de los Cielos y Titania. En fin, un poco de chauvinismo femenino. Titania se parece mucho a Titanic, de todos modos, y ya sabéis lo que le ocurrió a ese barco.
»No, no lo sabéis. Olvidaba que la mayoría de vosotros nunca habéis oído hablar de él.
»Uno de los ingenieros, en este momento he olvidado su nombre, que fue miembro de la tripulación del infortunado Shenandoah, deseaba llamarlo Nube plateada. Este era el nombre del dirigible en un libro titulado Tom Swift y su gran dirigible.
"Otro deseaba llamarlo el Henri Gilfard, en honor al francés que hizo volar el primer aparato más ligero que el aire autopropulsado. Es una lástima que el viejo Henri no pueda estar aquí para ver la culminación de la aeronave, la cúspide del arte de los dirigibles, el último y el mejor y el más grande de todos los navíos aéreos. Lastima que toda la raza humana no pueda estar aquí para ser testigo de este desafío a los dioses, ¡el guante volador arrojado contra el rostro de los poderes que están ahí en lo alto!
»Perdonad un momento, amigos. Una pausa para otra libación en honor a los dioses, pero mejor echarla por mi garganta abajo que al suelo.
»¡Aaaah! ¡Insuperable, amigos! El licor es gratis, obsequio de la casa, la nación de
Parolando en este caso.
»Así que, amigos, vuestro estimado expresidente, Milton Firebrass, examericano, exastronauta, decidió llamar a este coloso el Parseval. Puesto que él es el jefe honcho, la gran enchilada, el boss, nadie lo contradijo.
»Así que... oh, sí, había empezado a daros unas cuantas estadísticas. Veamos. El capitán Firebrass deseaba construir el mayor dirigible jamás soñado, y lo hizo. Es también el mayor que se construirá nunca, puesto que no habrá otro. Quizá hubiera debido llamarle El último es el mejor.
»Sea como sea, el Parseval mide 820 metros de largo. Su diámetro mayor es de 328 metros. Su capacidad de gas es de 6.360.000 metros cúbicos.
»Su superficie es de duraluminio reforzado, y contiene ocho grandes cámaras de gas con cámaras más pequeñas en el morro y en la cola. Originalmente, tenía que llevar trece góndolas suspendidas fuera del casco, la góndola de control y doce góndolas motoras, conteniendo cada una dos motores. Su montaje exterior era requerido por el altamente inflamable hidrógeno. Pero pruebas con el material del que están hechas las cámaras de gas, la membrana intestinal del pez dragón del Río, demostraron que dejaban escapar algo de gas ¡es una broma, amigos! y así Firebrass ordenó a sus científicos que fabricaran un material plástico que no dejara escapar, es una forma de decirlo, ninguna ventosidad.
»Así lo hicieron: cuando Firebrass dice salta, todo el mundo establece un nuevo récord... ¿Qué? Mi asistente, Randy, dice que todo el mundo no puede establecer un récord al mismo tiempo. ¿Y a quién le importa? Sea como sea, no se escapa ni un átomo de hidrógeno.
»Así pues, la sala de control y todos los motores se hallan dentro del casco, excepto los del morro y las góndolas de cola.
»EI hidrógeno, incidentalmente,. es puro en un 99,999 por ciento.
»Además de la tripulación de noventa y ocho hombres y dos mujeres, el Parseval llevará dos helicópteros, cada uno de ellos con una capacidad de treinta y dos personas, y un planeador biplaza.
»Pero no habrá ningún paracaídas. Un centenar de paracaídas representan un enorme peso, así que se decidió no cargar ninguno. Eso es tener confianza. Más de la que tengo yo.
»¡Miradlo, amigos! ¡Es realmente grande! ¡El sol resplandece sobre él como si fuera la gloria del propio Dios! ¡Hermoso, hermoso y magnífico!
»¡Un gran día para la humanidad! Aquí está la orquesta, tocando la Obertura del Llanero Solitario. ¡Ja, ja! Es sólo un pequeño chiste, que me llevaría mucho tiempo explicaros, muchachos. En realidad se trata de la Obertura de Guillermo Tell, de Rossini, creo. Elegida por Firebrass como la música más apropiada para el despegue, puesto que se siente prendado por esa pieza. Sin mencionar otras buenas piezas que también le prendan, algunas de las cuales puedo ver en este mismo momento entre vosotros.
»Dame otro vaso de ambrosía, Randy. Randy es mi asistente y mi maestro de ceremonias, amigos, un escritor de historias de fantasía en la Tierra y ahora jefe inspector del control de calidad de las destilerías en Parolando. Lo cual es como contratar a un lobo para que guarde el rebaño.
»¡Aaaaaaaah! ¡Eso es divino! ¡Y aquí viene el Parseval ahora, remolcado fuera del hangar! Su morro está atado al único mástil de amarre móvil del mundo. El despegue se efectuará dentro de unos pocos minutos. Desde aquí puedo ver la gran ventanilla acristalada de la sala de control o puente, situado en el morro.
»El hombre del centro, sentado ante el panel de control... podéis ver su cabeza, estoy seguro... es el piloto jefe Cyrano de Bergerac. En su día fue también escritor, escribió novelas acerca de viajar a la Luna y al Sol. Ahora está a bordo de una máquina aérea como nunca hubiera soñado, del mismo modo que nunca hubiera imaginado tampoco un viaje como éste. Volar hasta el Polo Norte de un planeta que nadie, absolutamente nadie en la Tierra, por lo que yo sé, ha descrito en el más alocado de sus relatos. Ascender por los aires en el más grande zepelín jamás construido, el más grande que será construido nunca. Encaminarse hacia una fabulosa torre en medio de un frío y brumoso mar. ¡Un caballero de los aires, un Galahad post-terrestre, en busca de un gigantesco grial!
»Cyrano está realizando por sí mismo todas las operaciones. La nave está completamente automatizada; sus motores y timones y elevadores se hallan conectados al panel de control mediante sistemas electromecánicos. No hay necesidad de tener hombres en los elevadores y en los timones y un sistema telegráfico de señales para maniobrar la nave como ocurría en los antiguos dirigibles. Un solo hombre podría pilotar la
nave durante todo el camino hasta el Polo Norte, si consiguiera permanecer despierto tres días y medio, el tiempo estimado de vuelo. De hecho, teóricamente, la nave podría volar por sí misma sin ninguna alma a bordo.
»Y ahí, a la derecha de Cyrano, está el capitán, el propio Milton Firebrass en persona. Ahora está saludando con la mano al hombre que le ha sucedido como presidente, el siempre popular Judah P. Benjamin, hijo de Louisiana y ex procurador general de los desaparecidos pero no necesariamente lamentados Estados Confederados de América.
»¿Qué? ¡Quítame las manos de encima, amigo! No pretendía ofender a ningún ex ciudadano de los E.C.A. ¡Oficiales, echen de aquí a ese tipo borracho!
»Y ahí, de pie en el lado de la izquierda, está el piloto tercer oficial Mitia Nikitin. Prometió permanecer sobrio durante todo el vuelo y no ocultar ninguna botella de licor detrás de las cámaras de gas, ¡ja, ja!
»A la derecha de Níkitin está el primer oficial Jill Gulbirra. Nos ha dado algún que otro problema en otros tiempos, Miz Gulbirra, pero admiramos...
»Aquí están de nuevo las trompetas. ¡Vaya sonido! Y ahí está el capitán Firebrass, saludándonos con la mano. ¡Hasta pronto, mon capitaine, bon voyagel Manténnos informados por radio.
»Acaban de soltar los cables de la cola. La nave cabecea un poco, pero se estabiliza. Hace un par de horas he visto su equilibrado final. La nave está tan equili-equili- equilibrada que un hombre de pie en el suelo bajo esa gigantesca masa podría alzarla con una sola mano.
»Ahora su morro es soltado del mástil de amarre móvil. Se suelta un poco de lastre de agua. Lo lamento, amigos. Se os advirtió ya, aunque no creo que ninguno de vosotros sea incapaz de soportar una ducha.
»Ahora se está elevando un poco. El viento lo empuja hacia atrás, hacia el sur. Pero los propulsores han entrado ya en funcionamiento y lo están haciendo girar ligeramente hacia el norte.
»¡Ya está en camino! ¡Más grande que una montaña, más ligero que una pluma! ¡En dirección al Polo Norte y a la Torre Oscura!
»¡Dios mío, estoy llorando! ¡Debo haber mojado demasiado mis labios en la copa de néctar!