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Chapter 64 - EL OSCURO DESIGNIO (2)

La bruma, gris y remolineante, formaba el escenario y telón de fondo. Burton estaba de pie en el foso de la orquesta, como un isabelino demasiado pobre como para permitirse asiento. Sobre él había trece figuras, todas sentadas en sillas que flotaban en la bruma. Una de ellas hacia frente a las demás, que estaban dispuestas en un semicírculo. Aquel hombre era el protagonista... él mismo.

Había una catorceava persona allí, aunque permanecía de pie entre bastidores y sólo podía ser vista por Burton en el foso. Era una forma negra y amenazadora que, de tanto en tanto, reía cavernosamente.

Una escena casi idéntica se había producido antes, una vez en la realidad y muchas veces en sus sueños, aunque ¿quien podía estar seguro de qué era qué? Allí estaba, el hombre que había muerto setecientas setenta y siete veces en un vano esfuerzo de eludir a sus perseguidores. Y allí estaban sentados los doce que se llamaban a sí mismos los Éticos.

Seis eran hombres; seis mujeres. Excepto dos, todos poseían pieles profundamente oscuras o fuertemente pigmentadas, y pelo negro o marrón oscuro. Los ojos de dos hombres y una mujer eran ligeramente rasgados, lo que le hacía pensar que tal vez fueran eurasiáticos. Es decir, si resultaba que eran originarios de la Tierra.

Sólo dos de los doce habían sido nombrados durante la breve inquisición... Loga y Thanabur. Ningún nombre parecía pertenecer a ningún lenguaje de los que conocía, y conocía al menos un centenar. Sin embargo, las lenguas cambian, y era posible que pertenecieran al siglo cincuenta y dos después de Cristo. Uno de sus agentes les había dicho que procedía de esa época. Pero Spruce se hallaba bajo amenaza de tortura y podía haber mentido.

Loga era uno de los pocos con la piel comparativamente pálida. Puesto que estaba sentado y no había, (ni había habido) nada material contra lo que medirlo, tanto podía ser alto como bajo. Su cuerpo era fuerte y musculoso, y su pecho estaba cubierto de pelo rojo. Sus cabellos eran rojos como el pelaje de un zorro. Tenía unos rasgos irregulares y pronunciados, una barbilla prominente y muy hendida; una mandíbula masiva, una nariz larga y aquilina; unas espesas cejas amarillo pálido; anchos y gruesos labios; y ojos verde oscuro.

El otro hombre de piel clara, Thanabur, era obviamente el jefe. Su físico y su rostro eran tan parecidos al de Loga que podían pasar por hermanos. Su pelo, sin embargo, era marrón oscuro. Un ojo era verde, de un extraño verde hoja.

El otro ojo había mirado fijamente a Burton cuando Thanabur había vuelto por primera vez su rostro hacia él. En vez del verde similar que había esperado, vio una joya. Parecía como un enorme diamante azul, una resplandeciente y multifacetada piedra preciosa encajada en la órbita.

Se sintió inquieto cada vez que aquella joya se volvió hacia él.

Cuál era su finalidad? ¿Qué veía en él que un ojo vivo no podía ver?

De los doce, sólo tres habían hablado: Loga, Thanabur, y una rubia delgada pero de prominente pecho y grandes ojos azules. Por la forma en que ella y Loga se hablaban, Burton dedujo que podían ser marido y mujer.

Observándose desde el foso de la orquesta, Burton notó de nuevo que justo encima de las cabezas de cada uno de ellos, su otro yo incluido, había un globo. Todos los globos giraban, eran de muchos cambiantes colores, y emitían brazos hexagonales verdes, azules, negros y blancos. Luego los brazos se encogían dentro de los globos, sólo para ser reemplazados por otros.

Burton intentó relacionar las girantes esferas y la mutación en los brazos con las personalidades de los tres y de sí mismo, con su apariencia física, con el tono de sus voces, con el significado de sus palabras, con sus actitudes emocionales. Fracasó en encontrar alguna relación significativa.

Cuando la primera escena, la real, había tenido lugar, no había visto su propia aura.

Los diálogos no eran exactamente los mismos que en la escena original. Era como si el

Hacedor de Sueños hubiera reescrito el guión.

Loga, el hombre del pelo rojo, dijo:

Teníamos a un cierto número de agentes buscándole. Eran un número lamentablemente reducido, considerando los treinta y seis mil millones seis millones nueve mil seiscientos treinta y siete candidatos que están viviendo a lo largo del Río.

¿Candidatos para qué? dijo el Burton en el escenario. En la primera representación, él no había formulado aquella pregunta.

A nosotros nos corresponde saberlo y a usted descubrirlo dijo Loga.

Loga exhibió unos dientes que parecían inhumanamente blancos. Al cabo de un rato dijo: No teníamos ni idea que estuviera usted escapándosenos a través del suicidio. Pasaron los años. Teníamos otras cosas que hacer, así que sacamos a todos los agentes del Caso Burton, como lo llamábamos, excepto algunos estacionados a ambos extremos del Río. De alguna forma, usted sabia de la Torre Polar. No lo descubrimos hasta más tarde.

Burton, el observador, pensó: Pero no lo supisteis por X.

Intentó acercarse a los actores a fin de poder verlos desde más cerca. ¿Cuál era el Etico que lo había despertado en el lugar de prerresurrección? ¿Cuál lo había visitado durante una tormentosa noche iluminada por los relámpagos? ¿Cuál era el que le había dicho que debía ayudarle? ¿Cuál era el renegado al que Burton conocía tan sólo como X?

Se debatía contra las húmedas y frías brumas, tan etéreas y sin embargo tan poderosas como las cadenas mágicas que debían contener al monstruoso lobo Fenrir hasta Ragnarok, el juicio de los dioses.

Hubiéramos terminado atrapándole, de todos modos dijo Loga. Entienda, cada espacio en la burbuja de restauración, el lugar en el que usted despertó incomprensiblemente durante la fase de prerresurrección, posee un contador automático. Todo candidato con un número de muertes superior a la media es sometido a estudio más pronto o más tarde. Normalmente más tarde, puesto que andamos cortos de manos.

»No teníamos ni idea de que era usted quien había alcanzado el sorprendente número de setecientas setenta y siete muertes. Su espacio en la burbuja de PR estaba vacío cuando lo comprobamos en nuestra investigación estadística. Los dos técnicos que lo vieron cuando se despertó en la cámara de PR lo identificaron por su... fotografía.

»Dispusimos entonces su resurrector de modo que, la próxima vez que su cuerpo tuviera que ser recreado, una alarma nos lo notificara, y pudiéramos traerlo hasta este lugar.

Pero Burton no había muerto de nuevo. De alguna forma, lo habían localizado mientras estaba aún vivo. Aunque había escapado de nuevo, lo habían atrapado. ¿Había sido realmente así? Quizá, mientras huía en medio de la noche, había resultado muerto por un relámpago. Y ellos le estaban aguardando en la burbuja PR. Aquella enorme cámara que suponía estaba en algún lugar en las profundidades, bajo la superficie de aquel planeta o en la Torre del mar polar.

Efectuamos una cuidadosa investigación de su cuerpo. Escrutamos incluso todos los componentes de su... psicomorfo. O aura, si lo prefiere así.

Señaló hacia el destellante y girante globo encima del Burton que estaba sentado en la silla frente a él.

Luego el Etico dijo algo extraño.

Se volvió y escrutó entre la bruma, y señaló a Burton, el observador.

No descubrimos ningún indicio en ningún lado.

La figura oscura entre bastidores dejó escapar una risita. El Burton en el foso de la orquesta gritó:

¡Ustedes creen que sólo son doce! ¡En realidad son trece! ¡Un número que trae mala suerte!

Es la calidad, no la cantidad, lo que importa dijo la voz fuera del escenario.

No recordará usted nada de lo que ocurra aquí abajo cuando lo enviemos de vuelta al valle del Río dijo Loga.

El Burton en la silla dijo algo que no había dicho en la el inquisición original.

¿Cómo pueden hacerme olvidar?

Hemos hecho pasar sus recuerdos como si fueran una cinta grabadora dijo Thanabur. Hablaba como si estuviera dando una conferencia. ¿O estaba avisando a Burton porque él era X?. Por supuesto, tomó bastante tiempo hacer desfilar todos sus recuerdos de los siete años que lleva aquí. Y requirió una enorme suma de energía y materiales. Pero la computadora programada por Loga desenrolló sus recuerdos a una gran velocidad y se detuvo tan sólo cuando fue usted visitado por ese maldito renegado. Así, sabemos exactamente lo que ocurrió entonces, tal como usted recuerda que ocurrió. Hemos visto lo que usted vio, oído lo que usted oyó, sentido lo que tocó, olido lo que olió. Incluso hemos experimentado sus emociones.

»Desgraciadamente, la visita se produjo de noche, y el traidor estaba hábilmente disfrazado. Incluso su voz estaba filtrada por un distorsionador que impidió a la computadora analizar sus esquemas vocales... los de él o ella. Y digo él o ella porque todo lo que usted vio fue una forma pálida sin rasgos identificables, ni sexuales ni de otro tipo. La voz parecía masculina, pero una mujer pudo haber utilizado un transmisor para hacerla identificable con la de un hombre.

»El olor corporal era también falso. La computadora lo analizó, y es obvio que estaba alterado por un complejo químico.

»En pocas palabras, Burton, no tenemos ni idea de quién de entre nosotros es el renegado, ni tampoco del porqué él o ella está actuando contra nosotros. Es casi inconcebible que alguien que sepa la verdad pueda intentar traicionarnos. La única explicación es que esa persona está loca. Y eso, también, es inconcebible.

El Burton en el foso sabía, de alguna forma, que Thanabur no había pronunciado esas palabras durante la primera actuación, el auténtico drama. Sabía también que estaba

soñando, que en algunas ocasiones era él quien ponía palabras en boca de Thanabur. Las frases del hombre estaban construidas con los propios pensamientos, especulaciones y fantasías que eran pensamientos posteriores de Burton.

El Burton en la silla convirtió ahora en palabras algunos de ellos.

Si pueden ustedes leer la mente de una persona, reproducir la grabación, si lo prefieren... ¿por qué simplemente no leen sus propias mentes? ¿Han pensado ustedes en eso? Seguro que haciéndolo descubrirían a su traidor.

Nos hemos sometido a esa lectura, por supuesto dijo Loga, evidentemente incómodo. Pero...

Se alzó de hombros y abrió los brazos, con las palmas de sus manos hacia arriba.

De modo dijo Thanabur que la persona que usted llama X tiene que haberle estado mintiendo. No es uno de nosotros sino alguien de segundo orden, un agente. Estamos llamándolos a todos ellos para explorar sus mentes. Eso toma tiempo, sin embargo. Aunque tenemos gran cantidad de él. El renegado será descubierto.

El Burton en la silla dijo:

¿Y qué ocurrirá si ninguno de los agentes es culpable?

No sea ridículo dijo Loga. En cualquier caso su recuerdo del despertar en la burbuja de prerresurrección será borrado. De igual modo, sus recuerdos de la visita del renegado y todos los acontecimientos posteriores a esa visita se convertirán en un espacio en blanco. Lamentamos realmente tener que llevar a cabo este acto de violencia. Pero es necesario, y llegará un momento, esperamos, en el que podremos repararlo.

Pero... dijo el Burton en la silla tendré varios recuerdos del lugar de prerresurrección. Olvidan ustedes que he pensado a menudo en él entre el momento en que desperté allí y la visita de X. Además, he hablado con mucha gente de ello.

Oh, ¿pero le han creído realmente? dijo Thanabur. Y si lo hicieron, ¿qué pueden hacer al respecto? No, no deseamos extirpar todos sus recuerdos de su vida aquí. Eso le causaría una gran perturbación; lo apartaría de todos sus amigos. Y... aquí Thanabur hizo una pausa podría frenar sus progresos.

¿Progresos?

Ya es hora de que descubra usted lo que significa eso. El loco o loca que pretende estar ayudándole le está utilizando para sus propios fines. No le ha dicho que estaba desperdiciando sus posibilidades de vida eterna colaborando con sus designios. El o ella, sea quien sea el traidor, es malvado. ¡Malvado, malvado!

Vamos, dijo Loga. Todos sentimos lo mismo al respecto, pero no debemos olvidar que el... desconocido es un enfermo.

Ser un enfermo es, en un cierto sentido, ser malvado dijo el hombre con el ojo-joya. El Burton en la silla echó hacia atrás su cabeza y lanzó una fuerte y larga risa.

¿Así que no lo saben ustedes todo, sucios bastardos?

Se puso en pie, con la bruma gris sosteniéndole como si fuera sólida, y gritó:

¡No quieren ustedes que alcance las fuentes del Río! ¿Por qué? ¿Por qué?

Au revoir dijo Loga. Perdónenos por esta violencia.

Una mujer apuntó un corto y delgado cilindro azul al Burton en el escenario, y éste se derrumbó. Dos hombres, llevando únicamente faldellines blancos, emergieron de la bruma. Recogieron el inanimado cuerpo y se lo llevaron con ellos.

Burton intentó de nuevo alcanzar a la gente sobre el escenario. Fracasó, agitó un puño hacia ellos, y gritó:

¡Nunca me tendréis, monstruos!

La figura oscura entre bastidores aplaudió, pero sus manos no produjeron ningún sonido.

Burton había esperado verse situado en la zona donde había sido atrapado por los

Eticos. En vez de ello, despertó en Theleme, el pequeño estado que él había fundado.

Aún más inesperado resultó el comprobar que no había sido privado de sus recuerdos. Lo recordaba todo, incluso la conversación con los doce Eticos.

De alguna forma, X había conseguido engañar a los otros.

Más tarde, empezó a pensar en si no le habrían mentido y no habían tenido en ningún momento la intención de manipular su memoria. Aquello no tenía sentido, pero tampoco sabía nada de cuales eran sus intenciones.

Había habido un tiempo en el que Burton era capaz de jugar dos partidas de ajedrez al mismo tiempo con los ojos vendados. Eso, sin embargo, no requería más que talento, saberse las reglas, y estar familiarizado con el tablero y las piezas. No conocía las reglas de este juego, como tampoco conocía las posibilidades de todas las piezas.

El oscuro designio no seguía ningún plan.