"¡Hija!" Dice mi madre mientras corría a darme un fuerte abrazo, luego miro a Sol que estaba a mi lado y también la acercó para darle un fuerte apretón, el cual, casi nos corta la respiración. Ya estando en sus brazos, con un suspiro de alivio, nos dijo con una voz cargada de emoción "me alegro de que las dos estén sanas y salvas".
Mi padre se quedó un poco atrás de mi madre, cuando lo miré, pude percibir que él tenía una expresión de alegría y alivio al comprobar que estábamos bien, sin embargo, no se dirigió hacia nosotras para un conmovedor encuentro familiar, sino que fue directamente hacia el profesor Víctor, el cual estaba ocupado hablando con los refuerzos en francés.
Pronto, él y mi maestro se encontraron, mi padre fue el que inició la conversación con una sonrisa "malvada" en su rostro, la cual, a menudo la utiliza para enfrentar a sus enemigos en el mundo de los negocios "así que usted es el profesor de mi hija, es un gusto conocerle", me quedé un poco sorprendida de que le hablara en español y no en su idioma natal pues él solo lo utiliza con nosotras por petición de mi madre.
Tal vez estaba tratando de incomodarle con la utilización de un idioma desconocido, es una lástima que sus intentos terminarán en vano, porque nuestro pervertido profesor también posee un dispositivo traductor de todos los idiomas en tiempo real, por lo tanto, no fue una sorpresa que le respondiera con una mayor fluidez como si ese fuera su idioma natal "el gusto es mío, estoy encantado de poder conocer a un hombre con una historia tan excepcional".
Eso ocasionó que la sonrisa de papá se pusiera rígida, no obstante, esa expresión no duro mucho y pronto se enzarzaron en una conversación cortés llena de significados ocultos, aunque no entendí ni la mitad de las indirectas, si admiré como el aura de mi padre no perdía para nada con la del profesor, alguien mucho más viejo que el mismo Matusalén.
Los demás se quedaron callados y observaron de lado la interesante conversación, cuando mencionaron el asunto de mi tía abuela, estaba un poco preocupada de que nuestro maestro pidiera su "devolución", sin embargo, mi padre atacó antes de que pudiera proponer algo parecido afirmando su estado como la guardiana de la familia.
Eso fue algo totalmente inesperado, ahora me acordaba de que existía esa regla en uno de los apartes de los acuerdos escrita en letra muy pequeña, pero ¿cómo lo supo? Miro a mi madre de forma interrogativa, ella al sentir mi mirada llena de dudas, me asiente de forma leve, confirmando mis sospechas sobre el origen de ese conocimiento.
Parece que después de informarle sobre nuestra situación, ella ya había pensado en una contramedida efectiva para protegerla, mientras que yo no pude pensar con claridad porque estaba agobiada con la inesperada presencia del profesor Víctor y sus implicaciones. En verdad, aún me queda mucho por recorrer para tener ese tiempo de reacción y encontrar soluciones a los problemas aparentemente difíciles en tiempos de emergencia.
Cuando los refuerzos se unieron a la conversación entre mi padre y el profesor, mi mamá nos llevó a las tres a otra habitación para que esperemos los resultados de la investigación y las posibles consecuencias que podría tener esta acción para las relaciones entre las dos especies. Además de evitar la atención de alguna "persona" no deseada en busca de más conflictos.
Mi tía abuela, por medio de una escritura mal hecha al no estar acostumbrada a sus manos, le transmitió a mi madre su deseo de volver a su habitación para seguir durmiendo, nosotras intentamos convencerla de quedarse, pero ella se negó firmemente, al final, decidimos que Sol y yo la escoltariamos a su habitación, mientras mi madre interviene en la importante conversación desarrollada en la habitación cercana, en la cual, no tenemos el derecho de participar por ser demasiado jóvenes, a pesar, de que su tema principal sea el intento de asesinato hacia nosotras ocurrido está noche.
Después de todo, para los adultos, los adolescentes son demasiados imprudentes e inmaduros para tomar una decisión tan importante que puede cambiar la historia de dos razas e ignoran, convenientemente, el hecho de que muchos de nuestra edad ya la han cambiado en el pasado, bueno, al menos en el lado humano.