Después de descansar, nuestro grupo se encontraba en un excelente estado. La mayor parte de nuestra fatiga física y mental había desaparecido, nuestro maná se repuso, y mis compañeros estaban ansiosos por la batalla. Estábamos listos para la próxima bata- lla con el jefe que sin duda iba a ser difícil.
Verificamos el estado de cada miembro del grupo y examinamos todos nuestros equipos. Reparamos los daños, incluso los más pequeños, para asegurarnos de no perder a causa de ello. Fuimos afortunados ya que la mayoría solo eran pequeños agujeros en la ropa.
Luego de revisar todo varias veces, tuvimos el desayuno como de costumbre. Después de terminar su misión de protegernos, el [Señor Demonio Negro Taurus] sirvió de desa- yuno con verduras y arroz que habíamos reunido en la mazmorra. Comimos más tiempo de lo habitual para disfrutar de su sabor.
Desayunamos en silencio. Todos comprendíamos que, dependiendo de cómo se desarro- llase esta batalla, uno o varios de nosotros podríamos morir. Estaba claro que no íbamos a perder, pero esa podría ser nuestra última comida juntos.
Sabiendo esto, nuestros rostros se llenaron de determinación.
Lo que esperaba delante de nosotros no era solo el monstruo más fuerte de la mazmo- rra, sino también el origen de todo el poder de este lugar, un ser que estaba en un nivel superior de existencia que nosotros.
Pensando en nuestra seguridad, la mejor opción sería la de retirarse en este punto. Por ahora, habíamos conseguido un buen resultado, y no había necesidad de tomar un ries- go que tenía una alta probabilidad de terminar en la muerte.
Además, en esta mazmorra todavía hay muchos lugares donde se puede ganar poder y volver con confianza. Pero ese no es nuestro estilo, y ninguno tenía intención de retirar- se sin haber conquistado la mazmorra entera. Además, ¿acaso sabía alguno como vol- ver desde aquí? Probablemente no. Todos aquí habíamos sido ingenuos por no haberlo pensado antes.
Habiendo terminado un largo desayuno y un corto descanso, avanzamos hacia la cima. El último tramo del camino estaba a solo cien metros de las cuevas, pero no había mons- truos a la vista.
Al final lo que encontramos fue el cráter del volcán, parecía la entrada del infierno. Es- tábamos tan cerca de la lava que sería difícil estar más cerca sin empezar a quemarse. Quien tuviera la mala suerte de caer ni siquiera llegaría al fondo. Mucho antes de eso se quemaría hasta ser cenizas.
A pesar de beber [Líquido Hiper Refrigerante] y envolverse en una tela resistente al calor, la piel de Kanami-chan y los demás poco a poco comenzó a arder.
En el centro del cráter, había un enorme trozo de hierro flotando en el aire. Como era plano y redondo, con un diámetro de varios cientos de metros, parecía un lugar adecua- do para la batalla. Parecía como si alguien hubiese preparado la arena de un Dios.
Varios bloques de acero conducían a la arena, pero el jefe no estaba por ningún lado. Por lo que pude ver, pisar la arena causaría la desaparición del pasaje que nos trajo hasta
aquí. Esto sería seguido por la aparición del jefe de la mazmorra en el centro. Es decir,
la identidad del jefe solo sería revelada después de que entráramos en la arena. Pero una vez dentro, no habría vuelta atrás. Todos entendíamos esto muy bien, así que nos miramos y asentimos en silencio.
Una vez decidido, nos pusimos de pie sobre el trozo flotante de hierro. Rondando sobre el abismo de fuego, este era el escenario en el que íbamos a poner nuestras vidas al lími- te. Era un lugar perfecto para el jefe de la mazmorra.
Los trozos de metal que formaban la ruta de la arena, como era de esperarse, cayeron directamente al abismo. Unos segundos después, cuando ya estábamos en la plataforma, no quedaba ninguno de ellos. El lugar fue sacudido por un ensordecedor rugido tan po- tente que parecía que el mundo estaba a punto de desmoronarse.
Este rugido, no solo se impuso para que todos lo oyeran, también tuvo varios efectos
negativos en el peor de los casos incluso podría haber llegado a matar a alguien.
Después del primer ataque, utilicé [Radar Multifunciones Preciso] y [Sensor Espacial]
para detectar a un enorme ser viviente directamente encima de nosotros en el cráter.
Concentrándome en las nubes negras, vi un objeto volador de color escarlata. Plegando las alas, se lanzó a la arena. Cuando estaba casi en la superficie, extendió sus anchas alas para suavizar significativamente el golpe del aterrizaje.
El viento generado por esta repentina desaceleración fue inmenso. Seiji-kun y Kugime- chan casi salen volando de la arena. Aun así, no fue capaz de reducir completamente el im- pulso de la caída, resultando en un fuerte impacto. Pensé que voltearía toda la arena.
Afortunadamente, el temblor no duró mucho y, al estabilizarse, algunas decenas de me-
tros más adelante identificamos a la criatura que vinimos a matar.
La criatura que había caído del cielo era un enorme [Dragón Sabio] escarlata. El nombre
oficial de este lugar era la [Montaña Candente del Dragón de Fuego], por lo que ya me
preparé para lo que nos esperaba y no me sorprendió la aparición de ese enorme dragón.
La longitud de su cuerpo excedía los cien metros y estaba perfectamente cubierto de hermosas escamas rojas. Las membranas de sus alas parecían estar hechas de acero y sus musculosas piernas soportaban con facilidad un cuerpo que pesaba varias decenas de toneladas. Rebosantes de energía, estas mismas piernas terminaban en enormes ga- rras, que eran equiparables a espadas demoníacas. En su espalda había alas que supera- ban fácilmente los doscientos metros de longitud. De su cuello, que era tan grueso como el resto de su cuerpo, había una cabeza parecida al cruce entre un lagarto y un cocodrilo.
Nos estudiaba curiosamente con sus nueve ojos dorados de dragón. De sus enormes mandíbulas, capaces de tragar casas enteras, armadas con dientes blancos y afilados, soltó una ráfaga de llamas. Era un titánico ser consciente, con una mirada capaz de robar el espíritu de lucha de sus enemigos. Y ahora esa mirada estaba fija en nosotros.
Bien hecho por llegar hasta aquí, a la prueba final. Mi nombre es [Ignatos], heredero orgulloso de la [Llama Roja del Emperador Dragón], soy el [Emperador Dragón Escar- lata]. Bajo el pacto entre mi esposa, Dios y yo, me presento ante ustedes como dueño de esta montaña. Si no quieren ser eliminados por mi fuego, traten de tomar mi vida. Estoy arriesgando mi vida, por lo que voy a luchar con toda mi fuerza. El dragón hizo su declaración en una profunda y resonante voz.
Originalmente, los dragones, a la par que los gigantes, eran la raza más poderosa del mundo. Incluso entre otros, este llamativo [Emperador Dragón Escarlata] tenía una fuerza equivalente a los desastres naturales. Él era sin duda alguna el gobernante de la [Montaña Candente del Dragón de Fuego].
De pie ante el emperador de los dragones rojos, e influenciados por una sola cosa, Ka- nami-chan y el resto tragaron saliva, tensando el agarre sobre sus armas. Habíamos entendido plenamente lo maravilloso de esta criatura, pero en este momento estábamos preocupados por otras cosas: ¿Cómo sabrían sus gruesas piernas? ¿Si éramos capaces de dividir su dura cabeza y comer su contenido, experimentaríamos el mismo placer? ¿Si absorbía su poder interior, cuán fuerte sería? Si arrancábamos su corazón y lo freíamos,
¿a qué olería? ¿Cuántos días tardaríamos en comer a tal coloso? Pensando solo en esto, vimos al [Emperador Dragón Escarlata] como un ingrediente súper raro y de alta calidad.
Frente a esta actitud sin precedentes hacia sí mismo, el [Emperador Dragón Escarlata], [Emperador de Dragones Rojos], nos miraba con descontento. Bueno, ¿a quién le im- portaba? Ahora lo único que queríamos era atrapar al Dragón Escarlata. ¡¡¡Este era el más delicioso de todos los manjares que se había mostrado ante nosotros!!! ¡¡¡Íbamos a devorar ansiosamente la carne del [Emperador Dragón Escarlata]!!!
Por lo tanto, en aras de satisfacer nuestro apetito, empezamos a cazar al dragón.