Decidí hacer una base en la ciudad-laberinto Radha Rodara. Me gustaba, pero esa era solo una parte de la razón. Pensé en la Cámara General de Comercio, y acerca del rango de operación de Parabellum. Actualmente se encuentra en el Reino Sternbild, así que debía crear una base en otro país para que pudiéramos ocultarnos allí si algo pasara.
Un caso muy extremo sería que el Reino conspirase con los países vecinos para ani- quilarnos. No íbamos a permanecer en silencio si trataban de interrumpir nuestros ne- gocios. Pero tarde o temprano, sucumbiríamos a la presión. Sin embargo, al ampliar nuestro campo de operaciones en más de un país, necesitarían mucho más esfuerzo para acabar con nosotros.
Pese a tener a Principesa de nuestro lado, cuando todo se reduzca al Reino Sternbild, no será capaz por sí sola de competir con todas las naciones vecinas. Si esto se convierte en realidad, el Reino seguramente terminaría arruinado. Aun con la ayuda de la Reina, la diferencia de poder entre las naciones es demasiada. Teniendo en cuenta eso, traicio- narnos sería bastante factible. Hay problemas en este mundo que no se pueden resolver con la fuerza militar.
Bueno, esto es solo un ejemplo extremo, y es casi imposible. Sin embargo, podría ocurrir algo similar en el futuro, y lo mejor es tomar precauciones.
Por tanto, después de reunirme con la Cámara General de Comercio, fundé [Corazón de Hidra] en secreto, como subsidio de provisiones de guerra de Parabellum, para la cual necesitaría una tienda que actuase como base.
Contacté con un miembro de mi grupo para convertirlo en jefe de ventas, y guardé para él temporalmente algunos objetos en mi inventario. Sin embargo, sin una tienda no podíamos empezar a hacer negocios, y mucho menos construir una base, lo cual era nuestro propósito original. Por ello, decidimos visitar una importante compañía de in- muebles en la ciudad para comprar nuestro local.
Entonces empezaron las negociaciones. Tendría que disfrazarme para ocultar la relación entre Corazón de Hidra y Parabellum tanto como fuera posible. Podría haberlo conse- guido infectando a alguien con un parásito y haciendo que obedeciera mis órdenes. Sin embargo, simplemente utilicé [Cambiaformas] y [Metamorfosis] para crear una persona completamente diferente.
Después de todo, hacer negocios por mí mismo en lugar de infectar a alguien con un parásito es mucho más práctico. Además, aproveché mi habilidad [Descuento] para ob- tener una reducción del 30% sobre el precio total.
Usando mis habilidades, transformé mi cara en la de un hombre de negocios joven y sincero con el pelo rubio y los ojos azules. Elegí la ropa más impecable y elegante que tenía y me puse algunos accesorios, mientras me aseguraba de no aparentar muy frío. Me miré en el espejo para confirmar que nadie sabría que se trataba de mí. Kanami-chan me reconoció a primera vista, pero eso no quería decir que nadie más fuera a hacerlo, ¿no?
Bueno, dejando eso de lado, después de haberme dado un cambio de imagen, decidí que en vez de ir solo, necesitaría unas escoltas. La forma más rápida habría sido utilizar [In- vocación Intermedia: Tritón]. Sin embargo, a pesar de que hay especies de tritones que viven en la superfície de la tierra, abandoné la idea ya que esos son muy poco frecuen- tes. En vez de eso, hice un esqueleto negro con [Invocación Inferior: No-Muerto], y le añadí algunas características adicionales con [Metamorfosis].
De este modo, generé un viejo mayordomo con el pelo blanco excelente. Si bien tenía una apariencia recta y estirada, con su traje de mayordomo, emitía un aura retorcida por su edad. Era un nefasto acompañante. Pero con eso conseguí que el tipo me siguiera, así que fue una buena idea.
Montados en un carro tirado por caballos ordinarios en lugar de un ciempiés esqueleto, nos dirigimos directamente a la cámara de comercio. El edificio era una estructura muy grande de 3 pisos, construido con mármol y madera, probablemente adquiridos en la mazmorra. Un simple vistazo por el interior permitía ver que era la propiedad más costo- sa del vecindario. Reflejaba el poder financiero y la autoridad de la Cámara de Comercio.
Un pequeño comerciante de aspecto débil y asustadizo, vestido de uniforme, estaba es- perando en la recepción. Me pregunto qué lo habría impactado tanto.
Bueno, no importa. Después de hablar con el secretario acerca de los requisitos para el trámite, me condujeron a una habitación en la parte de atrás. Había un pequeño y aco- gedor sofá entre algunos objetos refinados, así como té y confitería que estaban casi a la par con algunos de los mejores productos que Principesa disponía.
Mientras me servía unos aperitivos, mi compañero de negociación entró en la habita- ción. Era un hombre joven con gafas redondas, y en su rostro tenía siempre grabada una sonrisa. Parecía honesta, pero algo sospechosa. Procedimos a hablar.
Le expuse las condiciones que tenía para la tienda, y estas eran:
1. Que estuviese más o menos a la misma distancia de las 3 mazmorras.
2. Que fuera un local grande y espacioso.
Trazando una línea entre las 3 mazmorras de la ciudad-laberinto, casi se formaba un triángulo equilátero. Por eso, esperaba que existiera alguna propiedad en el centro, ya que la ubicación haría que fuese un lugar muy popular. Había una gran variedad de alojamientos e instalaciones, así como oficinas de cambio de dinero en efectivo. Era muy poco probable que hubiera buenas propiedades libres.
Como esperaba, fue imposible encontrar un local normal. Sin embargo, había una pro- piedad sobrante considerada problemática. Cuando pedí detalles acerca de ella, parece que una famosa organización invirtió una gran cantidad de fondos en su construcción y terminó por abandonar allí un montón de artículos.
Se encontraba justo en el medio del triángulo. La estructura era de tipo industrial, un
edificio de tres pisos y sótano con forma de ? vista desde arriba.
Estaba rodeada por una pared de 5 metros de alto y 50 centímetros de espesor, que for- maba un cerco de 80 metros de largo por cada lado. Esta característica era adecuada para usarla como nuestra base, lo cual era mi intención.
Todo lo que teníamos que hacer era pedir la porción exacta de la propiedad que quería- mos, así como proceder con el pago de las tasas de transacción a la sede situada en la ca- pital, y la propiedad sería nuestra. Además de tienda, era ideal para nuestros propósitos.
No obstante, hace unos meses un gran grupo de personas tomó como residencia la es- tructura de manera ilegal. Si hubieran sido solo matones o personas sin techo, el proble- ma se habría resuelto fácilmente. Pero parece que no eran civilizados. Eran aventureros especializados en las transacciones ilegales y los negocios clandestinos.
Por supuesto, la compañía trató de ahuyentarlos, varias veces. Sin embargo, parece que todos sus intentos fueron fallidos. Ya que no había una persona influyente en el grupo, todo el asunto se tornó aún más problemático.
Al saberlo, le pedí que continuáramos con la negociación. Esto no era motivo para per- der la oportunidad de una buena porción de la propiedad. El hecho que tuviera ese tipo de historia de fondo hacía que fuera todavía mejor, ya que eso significaba que podría comprarla a un buen precio.
Después de eso, el joven se fue y el negociador pasó a ser un hombre de mediana edad, uno de los presidentes de los locales de la Cámara de Comercio. Después de la negociación final directamente con él, decidimos finalizar la transacción y la compra de la propiedad.
No solo nos ofreció un precio barato, sino que también generamos un acuerdo en el que si lográbamos expulsar a los ocupantes ilegales de la propiedad, también renovaría la estructura para nosotros por un precio bastante bajo.
Genial. Fue un gran trato. Ahora bien, ¿por qué no tomar un desvío antes de regresar?
Al día siguiente, las decenas de personas que se encontraban ilegalmente en el edificio
de repente desaparecieron. Al parecer, una empresa competidora los había enviado allí, aunque no estaba muy clara la razón de su partida.
No conseguí ninguna habilidad nueva, pero las drogas que obtuve hicieron que el en- cuentro resultara afortunado.