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Chapter 222 - Día 209

El piso 46 tenía una cascada que caía desde el techo. Una innumerable cantidad de ca- minos de agua se extendían por el aire, mientras que la planta de abajo albergaba un sinnúmero de lagos y bolsas de agua subterráneas. La estructura y sus características eran similares a las de los pisos anteriores.

Existía un bucle vertical que rodeaba a la innumerable cantidad de caminos de agua flotantes. En los lagos, también había el mismo bucle que en el camino de hojas de loto. También había trampas de hundimiento que conducían a los pequeños habitáculos en los lagos subterráneos. En algunos lugares, como zonas fangosas donde tus tobillos se sumergen, se podían encontrar objetos. Había rápidos, e incluso un lugar donde el rocío de la cascada creaba un arcoíris.

Sin embargo, también había cosas que no había visto nunca. En el centro del piso, ya que toda la cascada contaba como un solo piso, las aguas se convertían en un gran torrente que estaba a varios kilómetros de altura y atravesaba todas las espesas capas que sepa- raban cada uno de los pisos entre el 46 y el 50.

El corazón de la cascada estaba conectado a la parte más baja del piso 50. Saltar dentro y dejarse caer sería un método de llegar a la planta baja de inmediato. Sin embargo, había un alto riesgo de morir si se saltaba.

Los alrededores de la enorme cascada eran un área donde no se podía volar y en la cual no podías hacer nada más que caer. Pero si querías saltar a la enorme cascada, primero deberías tomar en cuenta la enorme cantidad de agua con la que estarías rodeado y su gran presión, eso por sí solo podría aplastarte. Y, aunque tuvieras la suerte de llegar al nivel más bajo, habrías caído varios kilómetros del cielo. El impacto seguramente sería más duro que caer en cemento sólido. Ni siquiera serías consciente de que habrías muer- to en el momento de entrar en contacto con el agua. E incluso si no morías, probable- mente terminarías con una lesión considerablemente grave. Además, no serías capaz de salir del agua debido a la constante cantidad de agua que caería sobre ti.

Solo un tonto podría desafiar al jefe de la mazmorra en esa situación. Así pues, básica- mente me decidí a no ser perezoso y descender por las escaleras de una manera normal.

Mientras avanzaba con normalidad, como esperaba de los niveles finales, me encontré con una cantidad desenfrenada de monstruos, los cuales ya me habían ido apareciendo en los niveles anteriores. Pero el espacio aquí era tan amplio que no se podía comparar con nada que hubiera visto antes.

Los que encontré fueron los siguientes:

Crías de warpidron (que eran inferiores al jefe Warpidron)

Calamandras

Crysoras

Vortitugas

Jinetes tritones

Caribdis

Aquagolems

Lagartos sanguinarios

Géminis

Al estar clasificados por debajo de los jefes de piso, serían enemigos poderosos como mini jefes. No eran lo mismo que un jefe de piso, pero tenían un sabor considerablemen- te delicioso una vez muertos.

También me hice con cofres extravagantes de tesoros que estaban vigilando cuando los derroté, así que me pareció útil comer los cadáveres.

Los cofres contenían objetos mágicos de clase [Antiguo]. Con los que tuve más suerte, conseguí lingotes de metal mágico y una gran cantidad de monedas de oro.

Después de matar a los mini jefes que me habían llamado la atención, seguí adelante. En el centro del piso 48 vi a un grupo de 8 personas luchando. Todavía estaban consi- derablemente lejos, pero vi que su equipo estaba compuesto por una vanguardia de 3 personas, una guardia de 2 y una retaguardia de 3.

El último grupo que vi había muerto tratando de pasar el piso 15. Supuse que el líder de este era el [Espadachín] cuyo cuerpo estaba envuelto en una armadura carmesí. Proba- blemente era o bien un [Héroe] o bien un [Gran Héroe]. Su presencia se parecía mucho a la de Vengador y a la de Oscura, y con esto quiero decir que tenía una pinta más deli- ciosa que el jefe del piso.

Observé el estado de la pelea, ya que estaba interesado. El rugido del aguacero de la cascada se evaporaba en varios segundos debido a la alta temperatura creada por una llamarada de fuego infernal que cubría al líder, así como la gran espada que llevaba. Se parecía vagamente a Minokichi-kun. No había duda de que tenía una bendición divina de un [Dios] de linaje de fuego. Aunque no lo puedo asegurar, puede que fuera el [Dios de las Artes Candentes] o el [Dios del Fuego Relampagueante].

Pero daba igual, era un considerablemente fuerte [Héroe], o posiblemente un [Gran Héroe]. Para él, el adentrarse en una mazmorra de la [Era de los Dioses] con mala com- patibilidad con su bendición... Estoy bastante seguro de que su objetivo era reforzar sus puntos débiles.

Es probable que desafiara esta mazmorra para recibir alguna habilidad especial relacio- nada con el agua, que es lo que los jefes dan aquí bajo condiciones específicas. Lanzán- dole ataques de tipo agua o hielo, es posible que no mostrase su poder original, si es que ya había adquirido la habilidad.

Pero aun sin tenerla, podía aprender a luchar contra un enemigo con el que no era com- patible; era casi como subir de nivel. Aunque tuviera una aparente desventaja, había un gran mérito en ello. Sin embargo, no es algo que se pueda hacer fácilmente. Terminar una mazmorra repleta de monstruos especializados en atacar su punto débil debía ser algo muy difícil. En primer lugar, había una gran cantidad de obstáculos por superar, como los jefes de piso. Para lo cual requería tener cierta destreza. Los que sólo dependen de sus habilidades poco desarrolladas, terminan siendo asesinados sin piedad. Hasta ha- blando en términos de un [Héroe] o un [Gran Héroe], cuando ha llegado su momento, incluso ellos mueren al final.

Dejando de lado la explicación... considerando el potencial del grupo que se encontraba en la parte más profunda de una mazmorra de clase [Semidivina], se veían realmente apetitosos.

Todos los miembros del grupo parecían competentes y sus armas eran sólidas. Podría ser una buena opción hacerlos mis subordinados a través de [Subyugar]. ¿Podía atacar- los? Sin duda los atacaría si estuviéramos fuera de la mazmorra. Pero estando dentro, decidí no hacerlo.

Estaba a punto de alcanzar el jefe de la mazmorra, y no debía desgastarme por ninguna razón. Mi meta era terminar esta mazmorra. Debía darle prioridad sobre todo lo demás. En el exterior, quería empezar a hacer negocios en la ciudad laberinto. Decidí controlar- me un poco por mis compañeros que esperaban que regresara pronto.

Eso no quitaba, obviamente, que quería conocer a aquel tipo y los miembros de su grupo en una ubicación diferente, en un entorno menos hostil.

Por cierto, parece que ellos se fijaron en mí también. Ya que mi apariencia es la de un monstruo, se quedaron inmóviles mirándome, debía de parecerles como si el cielo y la tierra estuvieran al revés.

Al no ver ninguna reacción adicional, avancé por un camino directo hacia las escaleras que descendían al siguiente piso, abriéndome paso sin parar de luchar con los mini jefes. Usé mi [Cuchillo Ancestral de Gigante] para descuartizar los cuerpos de los nueve mini jefes mientras todavía estaban vivos.

Cuando llegué a la escalera, todavía sentía los ojos de los miembros del grupo detrás de mí, observándome. Los ignoré y seguí adelante.

En el momento en que normalmente empezaría a volverse oscuro afuera, llegué al fondo del piso, a las escaleras que conducían hasta el nivel 50.

Me permití un descanso un poco largo, para así no tener ningún problema con mi resis-

tencia o la magia. Moderé el uso de mis habilidades con el fin de ver lo lejos que podía llegar de ese modo, y me dirigí al piso inferior de [Aquarium Forlia], donde el jefe final

de la mazmorra estaba esperando.

El campo de batalla donde iba a luchar contra el jefe era la enorme cavidad de la cascada. Estaba justo debajo de la gigantesca cascada que caía del piso 46 al 50. Este último era justo lo mismo que indicaba el nombre de la mazmorra: [Cuenca de Cascada de Agua Dulce – Aquarium Forlia].

Cuando di un brinco hacia abajo desde las escaleras, quedé suspendido en el aire, ter- miné bajo el agua y mi cuerpo descendió inmediatamente. El agua de manantial llenaba todo el piso y se precipitaba violentamente a causa de la enorme cascada.

En general, era diferente del gran torbellino en el duelo contra Caribdis, pues ese estaba girando en todas direcciones constantemente. De arriba a abajo, de izquierda a dere- cha... Me quedé sin sentido de la orientación en el momento en que entré en el agua.

Mis pulmones se quedaron violentamente sin aire por las furiosas rotaciones. Y, una vez sin oxígeno, abrí la boca como por reflejo, de forma que litros de agua dulce fluyeron dentro de mi boca. Mi esófago se expandió, mi tráquea se quebró y mi estómago se llenó por completo.

Si no tuviera [Anaeróbico] ya me habría ahogado. ¿Está mi conciencia volviéndose confusa también? Este lugar... Honestamente, quisiera evitar pelear aquí, de ser posible. Oh, maldi- ción, ese tipo de deseos son los que nunca se hacen realidad.

En el centro, la parte más profunda y más tempestuosa de la cuenca, el jefe final apreció.