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Chapter 126 - Día 114

Ah, ya veo. Al parecer el enemigo a quien mató Ogakichi-kun ayer no era yo. Se ve que Ogakichi-kun había estado luchando contra un monstruo que cambiaba de forma y este se había convertido en mí para tratar de acoquinarlo. Sin embargo, esto enfureció a Ogakichi-kun y dio lugar a su destrucción. Ese día había sido duro para él y hasta llegó a pensar que tenía las de perder por un momento. Pero al final se las arregló para evo- lucionar y destruir al enemigo.

Uhhh... Y yo que había pensado por un segundo que me odiaba al ver sus acciones... Suerte

que no estaba en lo cierto. Uff, qué alivio.

Además, obtuvo una nueva forma y también un [Nombre Verdadero]. Aunque eso podía causar varios problemas si llegaba a los oídos de ciertos hechiceros. Creo que lo mejor es que evitemos usar estos nombres verdaderos en público.

Por ello, decidí que cotinuaríamos con el mismo estilo de nombres.

Empezando por mí, como ahora era un [Señor Apóstol], me llamaría Aporou. Me gus- taba ese sistema de nombramiento, mi nombre se parecía al del dios Apolo; me daba un aire distinguido.

Informé al grupo de que, a partir de ese momento, debían llamarme Aporou en vez de

Ogarou.

El siguiente fue Ogakichi-kun. Ya que ahora su nueva raza era la de un [Minotauro], él también requería un nuevo nombre. Acordamos entre los dos que este fuera Minoki- chi-kun.

A Minokichi-kun no parecía importarle y, de hecho, pensaba que el nombre era bastante bonito.

Hmm... Vacakichi, Torokichi... Vale, mejor lo dejamos como está.

Me moría por verlo con mis propios ojos... Por lo menos para quitarme la imagen vacu- na que me había hecho de él...

Bueno, en resumen, yo pasaría a llamarme Aporou y Ogakichi-kun sería Minokichi-kun. Tengo que decir que el hecho de que ambos hubiéramos evolucionado a la vez me ale-

graba mucho. Minokichi-kun dijo que le encantaría volver a luchar conmigo, pero ac-

tualmente se encontraba en la parte superior del laberinto entrenando con Asue-chan, en Dyushisu. Por el momento, pondría a prueba su cuerpo por sí mismo.

Hmm. Bueno, puesto que a Asue-chan tampoco le queda mucho para evolucionar, no tar- darán demasiado en volver para luchar.

Comuniqué a Minokichi-kun que debíamos enfrentarnos lo antes posible para probar nuestro poder una vez Asue-chan evolucionase. No sería un combate en serio, pero real- mente quería ver lo fuertes que nos habíamos vuelto tras nuestra reciente evolución. Y sería divertido poder usar toda nuestra fuerza.

Pensándolo, desde mi vida pasada, mi carácter no ha cambiado en exceso. Bueno, supon-

go que eso no es relevante al fin y al cabo.

Con todo arreglado, empezamos la práctica matutina, en la que decidí probar habilida- des que nunca antes había usado. Pasé un buen rato ensayando con cada una de distin- tas maneras para ver si podía darles algún uso especial. Tenía que conocer plenamente cada habilidad si quería sobrevivir.

Muchas de ellas resultaron ser bastante útiles. Una de las mejores fue [Invocación Sen- cilla: Gigante], que requería unos 30 segundos en surtir efecto, mientras generaba y modelaba una gran masa negra. Me permitía crear tres tipos de seres. El primero era un ogro de dos metros y medio, el segundo era un trol de cuatro metros y el tercero era un fomoriano de trece metros. Aunque ni siquiera este último podía compararse con el Rey Gigante.

Esos tres especímenes eran bastante más fuertes que los esqueletos que solía crear. Y, al igual que ellos, su piel era de color negro.

Debo decir que, al compararlos con los esqueletos, estos gigantes eran unos zoquetes, con perdón. Su inteligencia era comparable a la de un muñeco... Si no les daba órdenes, no se movían. Simplemente se quedaban ahí con la cara inexpresiva. Por suerte eran ca- paces de responder a las órdenes. Si no, esta habilidad habría sido completamente inútil.

Más tarde, a fin de celebrar la nueva profesión de Pelirroja, [Catadora de Bestias Sagra- das], le hice entrega del usual regalo de felicitación por la evolución, consistente en tres artículos mágicos.

El primero fue un [Cuchillo Cleaver18 de General], que tenía la forma de un cuchillo chino de cocina y medía unos 80 centímetros. Es de color blanco y liso, su hoja puede cortar carne como si fuera mantequilla.

El segundo fue un [Escudo de General], un escudo en forma de cometa triangular que se reducía hasta caber en la palma de su mano cuando no lo utilizaba.

Por último, una armadura blanca y dorada con una capa roja. Era similar a la de los caba- lleros nobles del Reino y el Imperio. El nombre de la armadura era [Platino de General]. El conjunto probablemente estaba hecho para que lo llevase un general de alto rango.

Después de armar a Pelirroja, le pedí que cortase la mano del ogro negro. En un abrir y cerrar de ojos, Pelirroja se la cortó. Salió sangre a borbotones por la herida. Aun así, no hubo reacción alguna por parte del ogro. El tipo seguía de pie allí con su sonrisa tonta y sin su mano, sangrando por todas partes.

Parece que estas cosas no se mueven por su cuenta ni cortándoles un brazo...

Después de examinarlos minuciosamente, llegué a la conclusión de que nunca iban a moverse a menos que yo les pidiera que lo hiciesen.

Por otro lado, aparte de los comandos básicos tipo “Vuela” o “Lucha”, decirles “Lucha con todas tus fuerzas” o “Corre hasta sacar las tripas por la boca” parecía tener un efecto mayor. Cuanto más detallada fuese la orden, más fuertes y eficaces se volvían. Además, adquirían experiencia y reaccionaban más rápido incluso a órdenes con muchos detalles. También se volvían más obedientes, sobre todo si les daba órdenes como “Luchen con todas sus fuerzas, pero no maten a su oponente” cuando los ponía a entrenar entre ellos.

Obviamente, el fomoriano seguía siendo demasiado que alguien se enfrentase a él en solitario, pero el ogro y el troll estaban bien.

Pese a que todos eran fuertes, yo todavía veía debilidades en esta habilidad.

En primer lugar, para invocarlos requería el mismo maná que para invocar a 50 esque- letos. Aunque por la noche eso no era un problema, ya que podía absorber maná con mi habilidad sin esfuerzo. Pero aun así, ese nivel de absorción instantánea de maná me causaba somnolencia.

Debía tenerlo presente en batalla. Si no era oscuro, era mejor evitarlo. O eso, o usarlo antes de combatir.

En segundo lugar, cada cual es más lento comparado con los esqueletos negros, tanto en velocidad como en tiempo de invocación. Pero invertir 30 segundos en crear algo tan poderoso como un fomoriano no suponía una gran debilidad.

En tercer lugar, necesitaba darles órdenes para todo. Si no podía darles órdenes, se con- vertían en un estorbo en el campo de batalla. En caso de no poder esquivarlos, incluso serían un obstáculo para mis tropas. Sin embargo, que fuesen peones prescindibles sería bastante útil para distraer a los enemigos. He de decir que esto último tampoco me dis- gusta en exceso. Combinado con [Invocación Sencilla: No-Muertos], no deberían surgir más problemas.

En cuanto a Pelirroja, no hubo complicaciones con su esperanza de vida con sus nuevas habilidades, por lo que tengo muchas ganas de verla en acción.

En cuanto a mí, decidí probar una de mis habilidades en una especie que habitaba por la zona, llamado [Cíclope Uniojo]. Quería poner a prueba [Mal de Ojo Fulminante]. Lo usé

en la bestia y, como su nombre indicaba, el cíclope murió con solo mirarle.

No me explico lo que ocurrió en realidad, pero varios animales que se encontraban dentro de mi campo visual empezaron a caer muertos también, al mismo tiempo. Cerré los ojos rápidamente, desactivando la habilidad antes de que nadie importante se viese afectado. No podía verse ninguna herida en los cuerpos, simplemente se desplomaron y murieron.

Debería evitar el uso de esta habilidad. Si alcanzase a alguno de mis aliados por error, o si hubiese un espejo donde me viese reflejado, no me haría ninguna gracia. Me limitaré a guardarla como arma secreta. Con suerte, eso será suficiente.

Las que seguían en mi lista eran [Martillo de Hierro de Gigante] y [Exceso]. El [Martillo de Acero del Gigante] era una gran arma transparente. Por el bien del experimento, le pedí al fomoriano negro que bloqueara el golpe. No lo maté, pero sus brazos quedaron casi desmenuzados y colgando. Pese a no matarlo, fue suficiente para incapacitar a un fomoriano, lo que era bastante útil.

A continuación, después de reparar al fomoriano negro, activé todas las habilidades que aumentaban mi fuerza y poder de ataque físico: [Exceso], [Golpe Supremo del Rey Gigante], [Cuerpo Robusto de Ogro Negro], así como varios otros.

Con el fin de ver si el fomoriano podía con toda la fuerza de mi golpe, le di la orden de

Fortalece tu cuerpo todo lo que puedas. Y nos alejamos del campamento, por si acaso.

Como resultado, el fomoriano negro simplemente explotó en una nube de color rojo. A pesar de alejarnos, la lluvia de sangre lo tiñó todo de rojo... Después de eso, suspiré y sentí un escalofrío por mi espalda.

Cuando regresé al campamento, Dhammi-chan estaba fuera de sí. Estar cubierta de san- gre, siendo un dhampiro, le causó algunos efectos secundarios bastante serios. Solo conseguí calmarla tras convencerla de que me mordiese y bebiese un poco de mi sangre. Incluso en su estado nervioso, ella era bastante peligrosa.

Pelirroja y el resto del grupo, incluso los señores, estaban al borde del colapso en el momento en que regresé.

En cualquier caso, el [Martillo de Hierro de Gigante] era una habilidad muy útil y con muchos usos, aunque tenía algunas deficiencias, tales como que no se podía utilizar con las dos manos al mismo tiempo. Estaba satisfecho por haber añadido tantas nuevas ha- bilidades a mi arsenal; mis experimentos de síntesis tendrían mucha más eficiencia para crear habilidades superiores.

Por ahora, sin embargo, yo estaba ocupado con esto y rondando por el bosque. Cogí al- gunos nuevos monstruos, gracias a la fuerza excesiva de mis habilidades, pero no gané nada de ellos, puesto que después de mis ataques solo quedaban sus restos.

Mientras yo me relajaba en un lugar tranquiló que encontré, en una cómoda cueva. Solté a Kumajirou y Kurosaburou para que hiciesen el trabajo. Después de reunir suficientes ingredientes, regresamos al campamento. Con la gran cantidad de especias diferentes que nos dio Principesa, la cena de hoy quedó riquísima.

Después de cenar, tuvimos una pequeña ronda de entrenamiento, y luego nos fuimos a la cama.

Resultados de la síntesis de hoy:

[Poder de Embestida Mejorado] + [Embestida Temeraria] = [Embestida del Demonio

Negro]

[Intimidación del Más Fuerte] + [Dignidad del Rey Gigante] = [Dignidad del Demonio

Negro]

[Espada de Hueso] + [Cuerno Afilado] = [Espada Afilada de Hueso]

[Piel Blindada de Cocodrilo de Cristal] + [Piel Dura] + [Piel de Acero] = [Blindaje

Cutáneo Infranqueable del Demonio Negro]

18 En español es comúnmente conocido como cuchillo de carnicero. Es el típico cuchillo grande rectangular de cocina.