Bueno, esta mañana temprano empezaron los problemas.
Principesa y Caballerito quisieron participar en la práctica matutina de hoy. No me habría importado que Caballerito lo hubiera hecho solo, pero el caso es que Principesa también lo pidió. Qué pesada. Sus súplicas fueron Nosotros también queremos apren- der a luchar y ¿Por qué no luchas con nosotros?. Hice cuanto pude para ignorarla, pero hasta yo tengo un límite.
Ya que no había manera de evitarlo, tenía que pensar en algo que Principesa pudiera hacer sin que ella, el cliente, se lastimara. Quiero decir, yo podía causarle la muerte ins- tantánea con un solo dedo, aunque no tenía ninguna intención de hacerlo.
Fuera como fuese, ya había predicho que esto podría suceder y había encargado a las hermanas que hicieran ropa femenina de entrenamiento para Principesa.
Me aseguré de poner en su ropa grandes resistencias físicas. Incluso si tuviera que dar- le una pequeña bofetada, no debería de lesionarse, aun con su débil cuerpo. Con eso, enfrenté a Caballerito y Principesa el uno contra la otra. Sabía que Caballerito se con- tendría tanto como pudiera con Principesa, por lo que el riesgo contra él era menor que contra cualquier otro. Aunque ella tuviera la ventaja de usar una espada de madera, tenía una falta total de disciplina. Realmente era un tema importante del que probable- mente ni siquiera era consciente.
Cuando empezaron, le tomó un tiempo, pero Caballerito comenzó a contraatacar. Al ver
sus movimientos, era obvio que confiaba demasiado en las competencias de su [Profesión].
Ciertamente, seguir el camino de una [Profesión] aumentaría sus habilidades. Lo más normal era que su nivel incrementase matando monstruos y cada vez se hiciese más fuerte. Aún así, en base a sus movimientos, este chico era de tipo vanguardia, capaz de una multitud de diferentes acciones. Desde luego, tenía la capacidad de luchar de manera uniforme con un ogro normal, lástima que no hubiera ninguno entre nosotros aquí. Finalmente, todo se reduce a que uno sepa utilizar las habilidades de espada que pertenecen tanto a sus [Artes] como a su [Profesión].
Naturalmente, lo más egoísta y fácil era que uno se limitara a hacerse fuerte solamente a través de la experiencia, por eso muchas personas lo hacían. Pero este muchacho pa- recía demasiado joven para ser afectado por la vanidad, y al parecer era el mentor de Principesa, por eso se lo puso fácil para que ella pudiera defenderse.
Aun así, pude ver que Caballerito se tomaba en serio su trabajo. Me sorprendió lo mu- cho que presionaba a Principesa, quien acabó cubierta de sudor y jadeando. Creo que lo disfrutó, así que probablemente le sirva a largo plazo.
Amaneció en mí la idea de que el razonamiento de sus esfuerzos era garantizar la seguridad de Principesa en el futuro.
Bueno, el entrenamiento matutino llegó a su fin. Dhammi-chan, Pelirroja, Ventisca-chan y Principesa fueron a nadar y a lavarse en un río cercano. Por el momento, los hombres podían simplemente limpiarse el sudor hasta que fuera su turno, aunque Principesa parecía querer que la acompañara para escoltarla hasta el río y vigilarla. Ahh, pues qué se le va a hacer... Por lo menos, a ninguna de las otras chicas le molestó mi presencia.
El río era cristalino y la superficie del agua reflejaba el cielo como una imagen. El paisa- je de todo el lugar estaba bastante bien también, aunque los caminos y las llanuras del Reino Sternbild eran mucho más peligrosas que el Bosque. Aun así, no ha habido ningún monstruo más fuerte que los osos erguidos durante todo nuestro viaje, así que no había necesidad de preocuparse.
Acordamos que, puesto que la carretera era la ruta más corta, era obvio que la tomaría- mos para llegar a la capital real.
De acuerdo con el mapa detallado que Caballerito poseía, nuestro bosque era bastante pequeño. Lo que el mapa decía sobre él era:
Bosque Shirisuka. Habitado por una variedad de monstruos; famoso por su gran cascada y aguas termales.
El mapa detallaba ubicaciones como la de las tribus Fomor, una especie de gigantes, el pueblo de artesanos por el que pasamos de camino a la ciudad-fortaleza de Trient y varias cordilleras montañosas. También indicaba una multitud de mazmorras, las cuales al parecer también causaron una gran cantidad de problemas en las áreas circundantes, aunque en realidad no me incumbía, a menos que alguien quisiera contratarme, por supuesto.
Empecé a categorizar los lugares del mapa a medida que avanzábamos. Nos encontra- mos con varios Boruforus, pero el grupo pudo con ellos, no me molesté y dejé que los familiares comiesen hasta saciarse. Mientras observa el mapa, vi que habíamos tomado la ruta 13 para llegar a la ciudad-fortaleza y actualmente nos encontrábamos en la ruta
7, el camino más corto hacia la Ciudad Imperial.
Desde que acepté esta misión, había comenzado a hacer planes para escapar de la la ca- pital real si algo iba mal. El peor escenario sería que solo Ogakichi-kun y yo mismo fué- ramos capaces de sobrevivir. Dhammi-chan y los señores tendrían posibilidades, pero con toda la fuerza del Ejército Real, podríamos perder varios miembros clave en la fuga. Siendo así, tenía que mantenerme alerta y prepararme para cualquier cosa.
Pero por ahora somos el equipo de escolta contratado por la princesa para acompañarla a la la capital real. Mientras mantengamos este título, no debería haber ningún riesgo de recibir ataques de aspirantes a aventureros. Estoy seguro de que mi imaginación exagera sobre los riesgos, pero uno nunca puede ser demasiado cauteloso al acercarse a desconocidos.
En cualquier caso, traté de hablar un rato con Caballerito, pero él no estaba demasia- do predispuesto a hablar conmigo. Probablemente tendría algo que ver con Principesa, quien volvía a estar subida en mi hombro de nuevo.
De todos modos, estábamos haciendo un buen avance hacia nuestro destino. Los cami- nos que teníamos por delante estaban bastante desgastados y mostraban signos de edad, pero en realidad eso no era particularmente un problema.