PERSPECTIVA: Tercera Persona
Crok carga contra Mathius blandiendo su cuchillo de diseño militar "Bowie", el lancero ghrayb reacciona y contrataca con su lanza materializada de punta negra.
—«Si nuestras arman choca, es mi victoria, hare que la habilidad de mi lanza lo empuje hacia atrás, lo que hará que este desorientado unos momentos y aprovechare para darle el golpe de gracia».
La lanza mágica de Mathius poseía una habilidad en el cual, al chocar contra otra arma, libera una fuerza invisible que golpea al portador del arma adversario, tal fuerza no era mortal, pero era capaz de entorpecer unos leves momentos la ofensiva del afectado, fue la misma ventaja que el lancero ghrayb utilizo contra Namida la Anubian.
—«Solo unos centímetros más, mi victoria es…»
Pero Crok no llevo su cuchillo a interceptar el arma de su rival, con ágil paso se hizo a un lado y el lancero siguió con su trayectoria al frente apuntando solo al aire.
—«Lo esquivo… ¡pero es movimiento que hizo no era humano!, un momento… ¡magia!, esta usando fortalecimiento mágico… ¡el maldito era un mago!».
Mathius no se planteo la posibilidad de que su adversario fuera un mago, tenia toda su atención y preocupación centrada en la enigmática "arma" que asesino a sus subordinados. El paso que permitió a Crok mientras avanzaba el moverse a un lado, solo fue posible gracias a la intervención de su fortalecimiento mágico, el hombre amazona tenia un poder de magia equivalente al rango más bajo, pero le era suficiente para aumentar sus actitudes físicas para proezas sobrehumanas que no podría hacer en su vida anterior.
—«Je… tonto, atacar con mi lanza era solo una fachada» -Se dijo el lancero ghrayb en sus pensamientos.
Mathius sostenía su lanza con su mano derecha, mientras con la izquierda tomo de su vestimenta ligera una serie de cinco mini-lanzas de un tamaño equiparables a un cuchillo y acto seguido las arrojo con fortalecimiento humano hacia Crok. La punta de estas "mini-lanzas" eran inferiores en términos de penetración como flechas o los propios cuchillos, pero la fuerza de penetración no era el fuerte de estos proyectiles arrojadizos.
—«Solo uno… con que solo uno logre alcanzarte, será mi vitoria».
La punta de cada una de estas lanzas hechas a la medida de un cuchillo, estaba impregnado con una poderosa toxina, su veneno comienza actuar a los pocos segundos de hacer contacto con la víctima, primero debilitándole físicamente y eventualmente en cuestión de minutos afectar órganos vitales, conduciendo a la muerte.
—«¿Eh?, ¿es mi imaginación… o está demasiado tranquilo?».
Mathius lo noto al instante, a pesar de haberle arrojado proyectiles con una poderosa ponzoña oculta en la punta de estas, Crok las había avistado, pero no mostro ni un ápice de preocupación. El hombre amazona mantenía esa serena y confiada tranquilidad, lo que alarmo aún más la preocupación del ghrayb lancero.
Crok fortaleció con magia el brazo con el que empuñaba su cuchillo, acto seguido con precisos movimientos intercepta cada uno de las mini-lanzas, tal proeza solo fue posible gracias a que sus actitudes físicas estaban en aumento con magia, repeliendo con relativa facilidad y frustrando el ataque venenoso de Mathius.
—«Este sujeto…»
Mathius solo podía sentir con mucho dolor en completo silencio de su propia voz, su cuello siendo atravesado por el cuchillo de Crok, había recibido el ataque de su adversario, era su fin y él lo sabía.
—El truco de atacar con el arma principal como una finta y luego arrojar objetos punzantes o cortantes como alternativa, te aseguro que solo lo he visto unas cien veces nada más -Confeso el hombre amazona —Que bueno que mi cuchillo está encantado para ser más resistente que uno ordinario, ¿qué?, ¿crees que eres el único que porta armas blancas potenciadas con magia?, aunque claro… tú tienes un arma materializada puramente mágico, el mío es solo un cuchillo encantado con magia básica para hacerlo más duradero.
En sus días en la isla de las amazonas, Crok fue instruido en la lucha por una maestra guerrera de la tribu, las enseñanzas impartidas a su saber de luchar y defenderse de técnicas con artimañas no fueron en vano. Con la ventaja de poseer conocimientos de defensa personal de su vida pasada y las enseñanzas recibidas en Avalia, saco a relucir ambos saberes en combate de manera equilibrada.
Mientras mantenía el cuchillo en el cuello con una mano, con la restante se dispuso a tomar la propietaria Amira Yuzquell y llevarlo a su hombro, luego retira el cuchillo del cuello del Mathius para propinarle un segundo cuchillazo, directo a la sien, en ese corto segundo, el lancero ghrayb dio sus últimas palabras en su mente.
—«Se ve más joven que yo, pero su manera de luchar… es de alguien que ha vivido más tiempo que yo, ¿qué clase de vida habrá tenido?, me llevare esa incógnita… al reino de la agonía».
Mathius cierra sus ojos al momento de recibir el segundo cuchillazo, ahora su cadáver se encontraba en el suelo boca abajo en un charco de su propia sangre, su lanza materializada había desaparecido en consecuencia del fin de su usuario.
Crok recuesta a la propietaria sobre un árbol, luego camina hacia un arbusto y toma la M16, la razón de ocultarla, era qué destacaría demasiado de haberse presentado con ella ante Mathius, confió en haberlo querido resolverlo únicamente con la pistola. El rifle contaba con un arnés para llevarlo con comodidad en su espalda, luego volvió hacia la propietaria para corroborar si tenía posibles lesiones.
—No hay heridas más que una ligera marca de golpe en la nuca, quizás con eso la dejaron inconsciente… fuera de eso, se encuentra bien.
Mientras el hombre amazona se aliviaba de haber comprobado que Amira estaba en buenas condiciones, no puedo evitar ponerse en alerta, tenia un mal presentimiento, mismo que sentiría con un posible hostil en su retaguardia, llevo su mano diestra rápidamente hacia la funda de su pistola.
Volteo con la pistola desenfundada, sosteniéndola con ambas manos y apuntando a la causa de aquella posible sensación de peligro, solo para que su rostro quedase conmocionado ante lo que yacía a escasos metros frente a él. Había alguien, pero no un posible sospechoso o enemigo allí, ni siquiera podría catalogarse como "alguien".
Allí estaba de pie un hombre portando un chaleco táctico moderno, casco y lentes de protección en pésimas condiciones, estaban dañados, cubierto de sangre y suciedad, en su hombro portaba a modo de insignia el escudo norteamericano. Le faltaban dos dedos en la mano izquierda y uno en la derecha, pero lo más alarmante eran sus ojos sobrenaturales completamente negros como sombra y que de su boca emitía un sonido de estáticas como la una radio de comunicación.
—¿Carlos?... -Crok reconoció a ese hombre al instante.
De repente su vista empieza a nublarse, la respiración de Crok se pone más intensa y rápida.
—No… esto no es real… NO ES REAL…
Negaba aquella presencia que estaba en frente suyo, llevo su mirada al suelo deseando que aquello que estaba allí desapareciera, suplicaba y hasta rogaba que ya no estuviera allí, cuando volvió a mirar, había desaparecido, eso hizo que la visión y respiración de Crok volviera a la normalidad.
—¿Qué?... ¿¡que mierda fue eso!?... -Se pregunto molesto y confuso.
Aunque quisiera tener la respuesta de lo que había atestiguado, parte de él le decía que olvidara lo presenciado, guarda su arma, tomo a Amira cargándola en sus brazos y se marchó allí sin mirar atrás.
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La Anubian blandiendo su sable de rojo, manifiesta la magia de su arma desatando llamas que cubren toda la hoja, aplica fortalecimiento mágico en todas sus capacidades y se lanza al ataque contra el trio de lanceros magos. Los tres magos al principio logran mantenerla a raya con sus golpes sincronizados, hasta que un es mandado a retroceder al recibir de lleno el arma candente y potenciada de la Anubian, rompiendo la formación y sincronía de los tres.
La Anubian agita su sable como si empuñara una lanza y libera un proyectil ígneo de forma punzante que perfora el pecho de uno de los lanceros magos, pero no se detiene allí y continua una serie de ataque consecutivos seguidos contra los magos restantes. Consigue abatir a un segundo, y mientras el tercero toma distancia, más lanzas arrojadizas son lanzadas hacia la semihumana, quien mantiene posición para repelerlas con más facilidad.
Ahora solo quedaba un mago lancero, algunos guerreros lanceros ordinarios y arrojadores de lanzas ocultos en el follaje y árboles, la Anubian se impacientaba, pero un mal paso, una sola herida de una de esas lanzas y seria su fin, pensando en las consecuencias que Amira tendría de fallar en su deber de rescatarla.
Pronto una serie de disparos son efectuados desde el otro lado, más concretamente desde la posición donde se encuentran escondidos los arrojadores de lanzas, cada lancero estaba confuso y atento, pues desconocían lo que era aquello que oían, solo a la Anubian le sonaba familiar tales ruidos.
El ruido vuelve a manifestarse, y uno de los arrojadores de lanzas cae a la vista de todos sus compañeros, sangre salía de su pecho, concluyendo entre todos que algo le golpeo con una fuerza mortal.
—«Está atacando a los que arrojan lanzas…» -comprendió Namida.
Todos los lanceros estaban atemorizados y alertas por aquellos ruidos que oían como la muerte de uno de los suyos, Namida vio una oportunidad, todos sus enemigos estaban distraídos e ignorando su presencia, entonces aprovecho y mato al mago lancero restante. La cabeza del mago es cortada de un tajo ígneo, el resto se percata de ello y vuelven a centrarse en la semihumana, pero pocos podían hacer contra la Anubian cuyos aptitudes físicas y arma mágica que blandía superaba con creces a cada uno de ellos.
Las flamas del sable se apagaron, cuando a su alrededor se encontraban los cuerpos de cada uno de los lanceros que asesino, escucho un ruido proceder de la misma dirección por donde Mathius oyó. A pesar de estar jadeando del cansancio, la semihumana estaba lista para seguir luchando, hasta que ceso toda hostilidad al ver quien se acercaba.
Vio al hombre amazona cargando con Amira en sus brazos, este se acerco a la Anubian, pese a que los dos no hablaban la misma lengua para una comunicación entendible, era fácil comprender que Crok solo quería entregar a esa persona que tanto apreciaba a sus propios brazos. El hombre amazona asienta con la cabeza, lleva a sus manos la M16 y se dirige corriendo hacia donde la lucha se estaba llevando a cabo.
Los ojos de Amira comienzan a abrirse, lo primero que ve es a Namida con el rostro manchada de la sangre de los lanceros que elimino.
—Ya todo esta bien… Amira -Le aseguro la semihumana acompañado de un abrazo.
Los ojos de Namida lloraban, pero esas lagrimas eran de felicidad, a pesar de que ella no tuvo mérito alguno en el rescato de Amira, no sentía frustración en lo más mínimo por ello, con solo volver a tenerla en sus brazos, estaba regocijada y sumamente satisfecho hasta el punto de llorar por ello.
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Mientras Crok seguía su camino para unirse a la lucha, no pudo evitar sentir nuevamente ese malestar, aquel mal presentimiento que experimento anteriormente luego de eliminar al ghrayb enemigo y encontrarse con un "viejo amigo".
—No de nuevo…
Se detuvo y a espaldas suyas, aquel marine de traje dañado y ensangrentado se le apareció, miraba fijamente al hombre amazona con ojos completamente oscuros como abismo.
—"Aun sigues culpándote" -El soldado le hablo.
—¿Qué? -Crok replica entre dudas.
—"Es bastante común, que en tu situación, aun sientas… CULPA".
—No lo entiendo, ¿de que estas hablando?.
Cuando Crok volteo, no solo se encontró con el soldado de vestimentas dañado, bajo sus pies yacían otros cuatro soldados en el suelo con vestimenta y equipamiento iguales al primero el cuales también encontraban aun en peores condiciones. Los cuerpos estaban apilados sobre un inmenso charco rojo.
—"Hablo de ESE DÍA" -Responde la presencia del soldado herido.
Crok cae al suelo de rodillas con su respiración agitándose, pronto oye sonidos de disparos, explosiones y voces que reconocía de su vida pasada, tal conjunto sonoro le desgradaba tanto oír, que trato de silenciarlo con el cubrir de sus oídos. Pero aquellos sonidos seguían reproduciéndose, porque no venían del exterior, su procedencia era de él mismo.
—Basta… basta… ¡BASTA!...
El ruido se detuvo al instante, su respiración retorna a la normalidad, miro al frente, el soldado herido y los cuerpos habían desaparecido, tan solo se encontraba únicamente el hombre amazona. Seco el sudor en su frente, recogió la M16 y se puso de pie, siguió su camino, sin cuestionar lo que había visto y haciendo la vista gorda de ello.
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—"Tú… ¿¡que me has hecho!?... mi energía mágica… se debilita…"
—No eres bienvenido aquí, ¡DESAPARECE!.
El mismo Alnayits se aparece en persona dentro de un plano interno de Rozuel Drayt, agitando su brazo derecho como si propinara un golpe y eliminando todo rastro del ifrit que tenía la intención de poseer el cuerpo del esper.
—No puede ser… -Fue la reacción de incredulidad del Trotamundos.
Y no era para menos, el Muhaqdad alias "El investigador" estaba allí mismo de pie, quien se supone debería estar muerto, se encontraba presente en un plano no físico, su presencia e imagen eran del auténtico Alnayits Kihimayi.
—Nos volvemos a encontrar, Rozuel Drayt.
—¿¡Alnayits!?... ¿pero cómo?... tu estas…
—Muerto, y lo estoy, técnicamente hablando desde un punto de vista físico -Fue la respuesta de Alnayits.
—¿Como es posible que estes aquí?, ¿qué pretendes?.
El esper se mostro sumamente en alerta, la aparición de Alnayits era algo que no se planteaba que ocurriera en lo más mínimo, ya era consciente de la inteligencia de tal individuo, pero no hasta el punto de burlar a la muerte de esta manera. Se planteaba lo peor con tal escenario, ¿habría vuelto para vengarse?, ¿Alnayits todo este tiempo tenía un As guardado bajo la manga para usarla en este momento oportuno?.
—En vista de tus dudas… e inquietudes, lo mejor será conversarlo, Rozuel Drayt -Fue la propuesta del investigador.
Continuara…