Chereads / Metalord Revolution por Sylar / Chapter 230 - 230. CAPITULO 230 CONFLICTO PREDESTINADO

Chapter 230 - 230. CAPITULO 230 CONFLICTO PREDESTINADO

PERSPECTIVA: Tercera Persona

—Entiendo lo frustrante que es no poder acompañarnos -Fueron las palabras de Rozuel le dijo a la Lupian —Pero realmente necesito que protejas a los prisioneros, puesto que la amenaza de los Afligidos aun ronda aquí.

El Trotamundos se sube al VCI, acompañado por Crok y la Dalhani, Malika Aloduf Shuh´det, la Lupian Riha Sharpsteel se queda atrás junto al joven Berat, la tarea tanto de la loba como del muchacho Qusatjiat eran asegurar el bienestar de los prisioneros. El VCI es transportado hacia el exterior a través de un mecanismo mágico, dejando a los dos con su actual objetivo.

—Los demás estar encerrado en las celdas de la mazmorra -Aseguro el muchacho de piel bronceada y corta cabellera negra.

A causa de la barrera de idiomas, la Lupian era incapaz de entender las palabras del muchacho, pero el que este señalara con el dedo una dirección, indicaba un camino hacia en donde podrían encontrarse los prisioneros encerrados por el Muhaqdad La Lupian se situó en frente con la Beretta 92 de 9mm en la mano hábil (derecha), sus orejas estaban atenta a todo sospechoso ruido en los alrededores, y sus ojos al frente estarían por reacción natural preparado para disparar al primer hostil que se le apareciera.

Salieron de la pared ilusoria, cruzaron la puerta azul para descender a las escaleras y acceder a la mazmorra. Berat señalo el camino para cruzar hacia la puerta en especifico que daba con aquella sala en donde él originalmente estaba encerrado. Tras entrar y ver a los numerosos presos en su interior, estos reaccionan al observar además de la semihumana, aquel muchacho de rostro familiar le acompañaba.

—¡Berat! -Un hombre mayor le hablo.

Era el mismo que le brindo al joven un cuchillo lo suficiente fino para abrir la cerradura, mismo que ocultaba en su dedo índice de una mano derecha falsa hecha de madera.

—Anciano, me alegro volver a verte.

—Has regresado, ¿entonces lo has conseguido?, ¿finalmente seremos libre del cruel y perturbador dominio del Muhaqdad?.

—En parte, los sacaremos de aquí y escoltaremos a un lugar seguro, después solo debemos esperar, ahora abriré sus celdas.

—¿Necesitas ayuda? -Pregunta la Lupian.

El muchacho Qusatjiat sonríe y mueve la cabeza de un lado al otro para responder de forma gestual con un "no", luego manifestó su magia en la palma de su mano, la concentración misma materializa una cuchilla ligera curva de 20 grados, la hoja media alrededor de unos 30 centímetros, una cuchilla Kukri seria su mejor nominación. La hoja estaba imbuida del aura de su portador, acto seguido en un movimiento rápido, la punta es deslizada a la cerradura de la celda y al clavarla con una fuerza considerable, la puerta se abre.

—No será necesario malgastar fuerzas destruyendo los barrotes o derribando la puerta -Afirmo Berat.

Sin el aro plateado en su tobillo, aquel muchacho tenia vía libre de manifestar su magia, liberando a aquel hombre mayor quien con su ayuda vital pudo salir, el muchacho prosiguió a abrir las demás puertas. A su vez, explicaba la situación tanto al hombre mayor como al resto de los presos que tenían sus oídos atentos a las palabras del chico.

Cuando todas las celdas fueron abiertas de la sala, prosiguieron entonces con la siguiente, cuando la sala a la que le seguían estaba despejada, la Lupian hacia guardia afuera con algunos prisioneros liberados cerca suyo. Mientras Berat continuaba liberando al resto, cuando otra sala estaba vacía, iban al próximo y se repetía el procedimiento.

Uno de los prisioneros liberados era una joven con pinta de estar en sus 20 y pico, tenia una estatura de 180 centímetros y tenía una cabellera cabello castaña con una cola de caballo. Una de las características que la diferencia del resto, era su vestimenta, mientras los demás prisioneros usaban harapos, ella vestía una gruesa túnica marrón con blanco, en su cuerno tenia adherido un adorno dorado de metal que no podía ser removido por medios normales.

La muchacha quien se encontraba dormida, despierta para observar como su celda es abierto por Berat, quien le dice que era libre y le indicaba que siguiera al resto, con una mirada casi borrosa producto de su reciente despertar nota algo que despabila todos sus sentidos. Una semihumana de características lobunas portaba en su mano un arma que ella reconocía a la perfección.

—"¿¡Una pistola!?" -Fue su reacción —"No hay duda de que es una pistola… ¿podría ser esa semihumana una aliada de Rozuel Drayt?".

Aleab, la Trotamundos que dio a conocerse a través de esferas de cristales que plasmaba sus poderes ESP en este, había sido controlado por Alnayits y con su ayuda involuntaria, hacer que Rozuel Drayt cayese en una trampa. Ver a la Lupian le llevo a concluir que quizás este evento de su liberación y de todos los prisioneros, este relacionada con ese muchacho quien también era tanto un Trotamundos como un esper.

—Tengo que hablar con ella…

Se puso de pie, salió de la sala para llegar donde se encontraba para dar al pasillo de la mazmorra, allí vio que el joven responsable de su liberación, entra en otra sala con más prisioneros, mientras él se encargaba de liberarle, la Lupian montaba guardia con algunos de esos presos libres. Aleab se acerca a la Lupian con intención de hablarle, de preguntar por Rozuel Drayt, pero luego se detuvo al darse cuenta de un detalle de vital importancia.

—"Ella… no puede entenderme".

Nuevamente la barrera de idioma hace de un obstáculo inalcanzable para la reciente situación, no había forma alguna de que pudiera comunicarse con la Lupian, si Rozuel Drayt podía entenderle, era porque tenía medios mágicos para hablar y entender la lengua del reino de Quíatar. Pero Riha no portaba ese mismo anillo traductor, no había ningún medio de magia para permitir abrir un canal de comunicación verbal entre ellas.

—Solo me queda esperar y llegar a encontrarme con Rozuel Drayt.

Si una de las aliadas de Roz yacía allí, el mismo también debería estarlo, quizás en otra parte, pero su intuición le decía, que tarde o temprano, él volvería por su compañera. Aleab por ahora seguiría cerca de los prisioneros liberados, siguiendo las indicaciones de Berat y los demás.

—¿Hora de irnos? -Le pregunto Riha a Berat con el señalar del camino que llevaba a la biblioteca.

Todos los prisioneros presentes en la mazmorra estaban liberados, un total de 52 presos fueron rescatados en su totalidad, Berat les guiaba indicándoles mantenerse a espaldas de este, con él y la Lupian liderando el frente. Riha por obvias razones, era quien más estaba delante, con la Beretta 92 en manos, tenia la importante tarea de proteger y escoltar a los prisioneros.

La Lupian se detiene y levanta su mano alto a Berat para indicarle detenerse, este replica verbalmente dicha orden para el resto, las orejas de Riha captan algo bajar por las escaleras y pronto hace acto de presencia. Dos criaturas de un cuerpo de tinte rojo carnoso, ojos carentes de iris, una deformada cabeza grande, bocas de gran tamaño con fauces de un tiburón y cada dedo de sus manos que eran garras que nada tenían que envidiar a la hoja de una espada.

—Afligidos…

La Lupian recordó el nombre que su mismo compañero llamo a tales criaturas, estos ya habían atacado con anterioridad, pero antes se encontraba en compañía tanto de Roz como Crok. Ahora la Lupian debía hacer esto por su cuenta, armado con la pistola Beretta 92, tenia tanto el valor como los medios suficientes para lidiar con tales abominaciones.

Los prisioneros tiemblan del miedo al ver a tales monstruos, más cuando estos dirigen su inhumana mirada sobre ellos y comienzan a avanzar hacia su dirección, la Lupian responde con disparos que asestan en el pecho. De tres balas logro abatir al primero, y dos al segundo, el punto débil de estos seres era un núcleo hallado en el torso mismo, destruirlo ahorraría tener que dañarlos más de la cuenta para matarlos.

—¿Qué son estas criaturas? -Berat se adelanto y miro de cerca a tales horridos seres.

La Lupian se acercó al muchacho Qusatjiat, quería explicarle la manera de derrotar a estos seres, dados a que el intercambio de palabras era imposible, tuvo que optar por el uso de gestos. Señalo el pecho de la criatura donde las balas impactaron, luego la cuchilla Kukri de este y en donde debía apuñalar para acabar con tales seres si los enfrentaba.

La razón del porque se tomo la molestia de enseñárselo, era para tener su apoyo de combate, ya que la propia Riha se encontraba con un cierto problema, no le quedaba mucha munición, a lo sumo unos 5 cargadores para las dos Beretta 92 que portaba. Mientras la Desert Eagle que era su mejor arma, tan solo le restaba 5 balas y ya no tenía más munición de repuesto.

La Lupian noto que la cuchilla materializada del Qusatjiat tenia altas concentraciones de mana, con tal filo debería ser suficiente para lidiar contra los Afligidos pequeños, el problema seria lo más grandes. Crok y Riha tuvieron que usar varias balas para encontrar el punto débil de este, de hecho, la Lupian malgasto varios cargadores de la Desert Eagle en la confrontación contra el Afligido gigante con cráneo de bovino de 5 metros.

Con el camino de las escaleras despejadas, subieron con sumo cuidado, la Loba ahora no solo tenia su arma en alto, sino que apuntaba al frente, fue la primera en cruzar la puerta azul y llegar a la biblioteca. El lugar estaba plagado de 7 Afligidos iguales a los anteriores.

—¡Quédense atrás!.

Berat dio la orden de mantener distancia a los prisioneros y fue a ayudar a la Lupian, la semihumana dispara contra ellos consiguiendo acabar con tres de estos, pero su arma se queda sin balas. Mientras recarga, se mueve y mantiene la distancia, pero las criaturas mostraban ser rápidas en momentos decisivos, ella podría haber tenido ciertas dificultades de no ser por el apoyo del chico Qusatjiat.

No solo su cuchilla Kukri tenía el filo suficiente para perforar el pecho de tales monstruosidades, el estilo de Berat para luchar se basa en la velocidad y agilidad, se desplazaba a grandes velocidades, era más rápido que los monstruos. En solo 1 segundo exacto, se movió a 2 metros de distancia al instante.

Y no solo apuñalaba una, sino varias veces, sus brazos incluso se movían a velocidades sobrehumanas, perforando ese pecho 8 veces en un tiempo estimado de 3 a 4 segundos. Cuando la criatura más cercana reacciona para atacarle, el joven retrocede 90 centímetros en tan solo menos de un segundo.

—Es rápido, lo suficiente para no notarle con mis ojos en pleno movimiento… -Concluyo la Lupian.

Berat salía a relucir su habilidad mágica, sobre su piel bronceada se manifestaban pequeñas chispas eléctricas, estaba pues imbuido con un elemento eléctrico que tenia el efecto de aumentar sus actitudes de velocidad. Dicho poder provenía de su cuchilla Kukri, no solo contaba con la cualidad de imbuirse en tal elemento para potenciarse físicamente en términos de velocidad, su cuchilla contaba con la capacidad de manifestar grandes cantidades de volteos. De esa manera conseguía que su cuchilla estuviera dotada de un poder de penetración considerable.

Cuando la loba recarga su arma, el muchacho había conseguido eliminar a dos Afligidos, estaba a punto de intervenir para ayudar a eliminar el resto, pero Berat levanta una de sus manos replicando aquella señal de "alto". El muchacho deseaba eliminar a esas criaturas por su cuenta.

—Necesitaba la excusa perfecta para probar mis habilidades, es hora de comprobar si el encierro no afecto mi desempeño de lucha -Expuso Berat.

De los 7 Afligidos del principio, tan solo restaban 2, el primero estaba a 40 centímetros del muchacho, mientras el segundo unos 65, la monstruosidad más cercana realiza un brinco sobrehumano en dirección hacia el chico. Evadirlo no supone un problema, retroceder solo 35 centímetros era más que suficiente, pero el Afligido restante no pensaba quedar inmóvil, ese segundo calculo la trayectoria de donde se desplazaría Berat y brinco sobrehumanamente en dirección hacia él tan pronto esquivo al primero.

—"Estos monstruos parecen tener cierto grado de inteligencia" -Dedujo el muchacho del punto purpura.

Riha estaba por intervenir, al ver que las garras del monstruo estaban a casi nada de alcanzar al muchacho, pero este extiende el brazo con el que sostenía su arma materializada y apuñala al propio aire. La Lupian no lo entendía, hasta que la punta del cuchillo libera una concentración de electricidad que provoca una fuerza lo suficiente para expulsar al Afligido hacia atrás, el cuerpo de la criatura chispeaba por el contacto de dicho elemento, pero tal daño resulto ser menor para este, dado a que originalmente tal movimiento de Berat era más para la defensa.

El Afligido anterior vuelve a atacar, se desplaza corriendo a toda prisa hacia el muchacho, quien esquiva haciendo a un lado con velocidad sobrehumana y contraatacando con el reaparecer a su izquierda y apuñala varias veces su pecho. Entre uno de sus puñaladas, había conseguido asestar en el núcleo.

—Solo restas tu…

Miro al Afligido que quedaba, la distancia entre los dos era un metro, la criatura gruñe y se posiciona para atacar, Berat entonces concentra mana en el cuchillo, las chispas se manifiestan con mayor notoriedad sobre su piel. Acto seguido en 1 segundo, el muchacho se desplaza reapareciendo al lado de la criatura, la hoja de su materialización concentraba una considerable cantidad de voltios, y habría propinado todo su poder en un solo corte.

El cuello de la criatura se abre, la herida se hace más grande hasta el punto de desgarrarse y terminar perdiendo la cabeza, el cuerpo del Afligido tambalea moviendo con total desorden de desequilibrio. Para luego caer rendido al suelo y morir a causa de la herida infligida.

—Es fuerte, su arma no solo esta dotada de un buen filo, sino que además abruma con una velocidad increíble -Sostuvo la Lupian tras presenciar el combate.

Pronto el joven hace desaparecer su cuchilla mágica y comienza a jadear, un cansancio como tal se manifiesta en él, sus brazos y piernas parecían temblarle un poco, y caminaba con algo de torpeza. Era fácil intuir que aquello era consecuencia de haber utilizado aquel poder suyo.

Cuando estaba tomando aire, y recuperando buena parte del aliento, entonces la Lupian nota una presencia de magia sospechosa venir en una dirección en concreto, había una puerta que anteriormente no estaba, y una estantería haba sido movido para revelar esta. La puerta que daba con el "Taller" del Nexus había sido abierto, un ataque a distancia fue dirigido hacia un desprevenido Berat, era una flecha de hierro impregnado de mucho mana con un trayecto al cuello del chico Qusatjiat.

La Lupian se fortalece y se desplaza en dirección hacia él, consigue empujarle y sacarle de la trayectoria del ataque enemigo, pero ahora ella era quien estaba en el blanco del proyectil, no tenía tiempo suficiente para esquivarlo. Realiza como su única medida defensiva al alcance, manifestar su habilidad especial para cubrir toda su extremidad derecha de metal, consigue hacerlo y la flecha asesta.

Sin embargo, esta consigue penetrar la dureza de su metal, la magia imbuida en la punta era lo suficiente poderosa para traspasar la defensa de la Loba y causarle un daño considerable en la derecha. Cuando la flecha se incrusto en su carne, una fuerza mágica se libera de esta sobre toda la extremidad causándole mucho daño físico del tipo contunden, como si unos garrotes le hubieran dado una paliza al brazo.

El brazo hábil de la Lupian había quedado lo bastante herido para imposibilitar un uso adecuado de este, miro a la responsable de lanzar aquella flecha, sobre aquella puerta secreta al descubierto se encontraba alguien. Era una mujer de cabellera verde oliva, empuñaba un arco de naturaleza mágica, vistiendo un ligero traje de tela son ninguna protección endurecida sobrepuesto en esta.

Un choque de mirada se da entre las dos, pero la Lupian apenas poso sus ojos sobre ella, un sentimiento de desdén despierta en ella, como si fuera algo instintivo, aquella mujer arquera era su enemiga, pero el odio que avivo en el interior de la loba, era de una extraordinaria magnitud.

Continuara…