PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Encerrado en una pequeña habitación, bajo la vigilancia de guardias armados, una mujer de largo cabello turquesa que se erigía como la persona de mayor autoridad, inicia un interrogatorio contra mí. A su lado, lo acompaña un fornido hombre de únicamente pantalones y una tela que cubría toda su cara, llevaba con las dos manos un par de tijeras de tamaño descomunal
—Es tiempo de que contestes algunas preguntas, y te lo advierto, la más mínima mentira podría costarte un dedo de la mano, no pienses que tendré piedad solo por que seas alguien muy joven –Fue la advertencia que la mujer de cabello turquesa me dio.
Según sus palabras, me encontraba en otro continente, el continente de Sharya, de ser cierto, estaba increíblemente lejos de mi hogar, necesitaba más información. De momento solo podía dejarme llevar por la corriente de la situación, mentir sobre quien era no era opción, salvo que tuviera que delatar mi condición como Trotamundos, demasiado riesgos.
— ¿Quién eres? –Fue la primera pregunta que me hizo.
—Rozuel Drayt, soy aventurero de rango 2.
—Demasiado joven para ser un aventurero.
De modo que los aventureros también existen en ese continente, me pregunto si el gremio de Sharya guardara alguna comunicación o relación con los del continente de Gresswold. Contaba con una posible vía para regresar a mi hogar, pero al ser solo un "posible", también estaba la posibilidad de que no lo fuera, lo que me llevaría al principio de no tener nada.
— ¿Qué hace un aventurero Ghrayb de Gresswold en este lugar? –Fue su segunda interrogante.
—Esa respuesta es un poco más larga, pero tratare de resumirla en lo más posible… creo.
La explicación se remontó a una petición del gremio de aventurero que acepte, el destino era el reino de Nagret, la nación Enana, para ser más exacto "La zona Prohibida". Los Enanos son nativos originarios del continente de Gresswold, pero Sharya también cuenta con su propia versión de dicha raza por estas tierras.
— ¿"La Zona prohibida?" –Replico la mujer con dudas —He oído algo acerca de ese lugar, allí ocurrió un desastre mágico de gran magnitud.
Incluso con la distancia entre continentes, las noticias de eventos de gran o menor importancia llegaran a estas tierras, el reino de Nagret es conocido y el desastre de Prayt en parte también. Procedí a continuar las circunstancias que me llevaron a terminar en estas tierras, evitando describir a Niels, el tema de los Esper y mi mundo natal de origen, respondí que la razón del porque termine en este continente se debió a un inesperado incidente que nos trasladó a Riha y a mí.
— ¿¡Teletransportacion a larga distancia!? –Su rostro se tornó en incredulidad.
—Ni yo o Riha lo vimos venir, todo nuestro equipo desvanecido para luego terminar en medio de un desierto…
Relate nuestro encuentro con un grupo de personas que parecían ser esclavistas, nos metieron dentro de carretas junto a otros desafortunados y nos llevaron con ellos. Hasta que en el camino dicho grupo fue emboscado por numerosos atacantes desconocidos organizados, la carreta en la que estábamos recibió una flecha mágica explosiva que la daño y creo una salida la cual aprovechamos para huir, corrimos dentro de la selva con el fin de perder a nuestros captores.
— ¿Dices que en esa carreta se encontraba un hombre calvo con un punto purpura como el mío en la frente? –Ella me pregunto.
—Sí, el punto es igual al de ese sujeto…
Desconozco el interés que tendrá con ese hombre, pero era evidente que mostraba cierta importancia si me hizo una pregunta centrada totalmente en él, se quedó pensativa y en silencio unos minutos para volver a reanudar el interrogatorio.
— ¿De dónde procedes realmente? –Fue su siguiente pregunta.
Esta clase de pregunta es en donde la sinceridad puede llegar a tener un precio costoso, estaba la verdad sobre mí como un sangre de bruja y "la verdad" sobre mi como un Esper, elegí sabiamente cual revelar.
—Como dije, soy del continente de Gresswold, vivo en una aldea de brujas llamadas Windaz, en términos geográficos no está anexado a ningún reino por lo que…
—Estas mintiendo –Ella declaro interrumpiéndome.
El fornido hombre de las largas tijeras pesadas se acercó a mí con su instrumento y en un rápido movimiento me corta el dedo meñique de mi mano izquierda. Grite con intensa agonía, mientras observaba impotente mi dedo cortado en el suelo y la sangre salpicándose de mi herida.
— ¿¡Que carajos te pasa…!? –Exclame furioso contra ella.
—Te lo dije, la más mínima mentira podría costarte un dedo de la mano –Me repitió la fémina de cabellera turquesa —¿De dónde eres realmente?.
—¡Ya te lo dije!, ¡soy de un aquelarre de brujas ubicado en un pueblo llamado Windaz!.
La mujer me observa fríamente con una apática expresión, el hombre fornido vuelve a acercarse a mí, suplique que se detuviera pero eso no le detuvo de cortarme otro dedo. Arrebatándome el anular de mi mano izquierda.
— ¡Infeliz hijo de…!
—Cuidas tus palabras chico, no estás en la mejor situación que digamos –Me advirtió la maldita mujer —¿Para quién trabajas?.
"¿Trabajar?", su siguiente pregunta solo sembró duda y confusión, con el dolor que padecía de las heridas, esto alimentaba mi profundo odia hacia esta perra, más que contestar sus preguntas, deseaba darle un disparo.
— ¡No tengo ni la más mínima idea de lo que me estas preguntando!, ¿¡trabajar para quien!?... –Fue mi respuesta.
La mujer aparto la mirada y volvió a quedarse pensativa, pero tan solo fueron unos segundos.
—Tu amiga la semihumana también era bastante terca, incluso cuando perdió sus primeros dedos, ¿quietes terminar como ella? –Fue la amenaza que me dio.
— ¿Qué hiciste con Riha?...
En sus manos me enseño ante mis ojos un saco manchado con sangre, contenía algo en su interior, la causa que había teñido en rojo dicho saco. La mujer de cabellera turquesa metió su mano en el interior de esta, y tomo aquello que se hallaba dentro de este, para luego arrojármelo a mis piernas.
Mi reacción fue una extrema incertidumbre que me dejo en completo silencios unos momentos, aquella cabeza era la de una semihumana, una loba antropomórfica de un pelaje grisáceo y una cabellera gris media larga. Sus ojos completamente en blanco con total carencia de color alguno, eran signos básicos de un cadáver, pero lo que más me dolió es saber a quién pertenecía esta cabeza.
—Riha… -Pronuncie su nombre en voz baja.
—Puedes o contestar mis siguientes preguntas con sinceridad o terminar como ella, tú eliges –Fueron las opciones que me dio la mujer de cabellera turquesa.
Lentamente deje de mirar la cabeza de mi fallecida compañera y mire directo a los ojos de la maldita infeliz que me estaba interrogando, no oculte mi desdén y rencor de mi mirada. No llore tampoco, no pensaba darle el placer a esta desgraciada, ya habrá un momento para velar por los muertos, ahora resisto por seguir vivo.
— ¿Estas afiliado a algún Alnabil? –Fue la siguiente interrogante que me planteo.
Mi resentimiento había crecido de tal manera que engullía a mi sentido de la lógica, lo normal a estas alturas sería responder obedientemente con sinceridad para evitar peores torturas. Pero entre el dolor físico que padecía con la perdida de dos dedos de mi mano izquierda y descubrir la muerte de Riha, negativos sentimientos se acumulaban en mi psiquis y hablaron por mí.
—No sé quién seas o donde estoy, no tengo idea de lo que hablas o en qué situación estés metida, no tengo la menor idea de lo que sea en que estés involucrado y sinceramente me importa un bledo tus asuntos personales, pero una cosa si es cierta y es… ¡que no dudaría en matarte después de toda la mierda que me has hecho pasar! –Declare con total sinceridad.
Esas palabras eran verdades manifestadas por mi odio, mi antipatía y rabia producto de este interrogatorio, ¿fue inteligente haber dicho eso?, no, en absoluto no lo era. Estaba encadenado de pie a brazos, incapaz de huir o defenderme y mis captores como torturadores, tenían la total ventaja y libertad de hacerme lo que quisieran a sus anchas, lo que dije no era diferente de echar un cigarro encendido a un charco de combustible, estando parado justo en ese mismo charco.
La mujer no dijo nada, solo se quedó mirándome fijamente con indiferencia por un breve momento, acto seguido hizo seña a uno de los dos guardias situado a mis espaldas. Soy golpeado fuertemente con su arma hasta el punto de dejarme inconsciente, la total oscuridad se cierne sobre mi consciencia.
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Desperté nuevamente, ahora me encontraba en otra habitación, era más grande que la anterior y en lugar de encontrarme sobre una silla, estaba encima de una cama. Sobre mi muñeca derecha tenia puesto un brazalete gris con bordes blancos, tal ítem no estaba con anterioridad y mis fuertes sospechas de su procedencia aumentaron al notar que percibía magia en este.
— ¿¡Eh!?...
Pero no fue la única sorpresa en llevarme, mire mi mano izquierda, todos los dedos estaban en su lugar, yo recuerdo perfectamente, ella hizo que me cortaran el meñique y el anular. Sin embargo, ahí están, perfectamente en su sitio, ¿habrán usado alguna magia curativa de alto nivel para restaurarlos?, no observaba cicatrices o señal alguna de haber recibido un corte.
Mis pensamientos sobre aquellas dudas son interrumpidos al oír como la única puerta presente en la habitación es abierta, ingresando la mujer de cabello turquesa junto a una semihumana, la guerrera con cabeza de chacal, enfundando su sable rojo en la cintura con una mano sobre la empuñadura.
—Has despertado rápido, nada mal, atrapa esto –Dijo la mujer de caballera inusual arrojándome un objeto.
Al atraparlo, miro atentamente aquello que me arrojo, se trataba de una cabeza falsa hecha de madera.
— ¿Y esto…? –Pregunte confuso.
—La "presunta" cabeza de tu amiga –Contesto la fémina.
Eso solo me genero más dudas, al poco tiempo más personas ingresan a la habitación, Riha quien era escoltada por unos guardias armados con lanzas y espadas, para mi alivio ella no presentaba herida alguna, pero note que en su cuello tenia puesto un collar muy sospechoso.
— ¡Roz! –Dijo la Lupian entre alegría al verme con el incluso agitar de su cola animal —¿Estas bien?, ¿no te hicieron daño?.
—Si, al menos… no del físico.
Riha estaba en buenas condiciones, su cabeza seguía en su sitio, lo mismo con los dedos "cortados" de mi mano izquierda.
—Debes estar preguntando, ¿si todo lo que viste y sentiste en ese cuarto fue real? –Me hablo la mujer de cabellera turquesa.
— ¿Todo fue una ilusión? –Pregunte.
—Sí, fue parte del interrogatorio.
Riha y yo fuimos llevados a cuartos similares, sentados y encadenados sobre una silla, resultando que dicha silla era un artefacto mágico elaborado con el propósito de alterar la percepción sensorial de la persona sentada en esta. Para ser más descriptivo, someterlo bajo un estado ilusorio para una tortura psicológica, mientras la victima desde su "perspectiva" experimentaba una tortura horrida (como sus dedos siendo rebanados), a la vez se le era hecho una serie de preguntas.
—Y mientras contestaban mis preguntas, el cristal reflejaba si lo que decían era cierto o falso –Añadió la mujer de cabellera turquesa.
Detrás de la silla se hallaba un cristal en forma de rombo, dicha estructura cristalina era incapaz de reflejar cuerpos físicos, pues su función en torno a la magia que le imbuye era otra. Mientras la víctima era sometida a la ilusión y la "tortura", la serie de preguntas que se le era hecha conllevaban a repercutir sobre el cristal.
Su función en concreto era identificar las respuestas verdaderas y falsas, cuando una interrogante era elaborada y respondida, el cristal a través de las palabras se manifestaba con el teñirse de un color en concreto. Si la respuesta del interrogado era falsa, esta se volvería rojo, si por el contrario era verdadera, se cambiaría a un azul.
Los guardias situados a espaldas del interrogado, mediante unas señas discretas, notifican a la interrogante (la mujer de cabellera turquesa) si la respuesta es verdadera o falsa, de esa manera el interrogado no tiene noción de que sus palabras están siendo evaluadas por magia. Determinando a través de la presión sometida por medio de la tortura psicológica, la veracidad de su respuesta.
El origen de la función de este poder proviene también del propio artefacto mágico, cuando se activa su mecanismo para someter a su víctima en un estado ilusorio, la persona es inundada por el mana de la silla sobre su cuerpo (más concretamente su mente). Luego, cuando una pregunta es hecha y respondida, esto conlleva a activar su segunda habilidad, el cristal situado detrás del objeto, toma una minúscula porción del mana del interrogado y de esa manera determina si su afirmación es verdadera o falsa.
—El interrogatorio sobre tu compañera semihumana resulto normal, pero en tu caso, es distinto –Afirmo la mujer del cabello turquesa —Sin importar la respuesta que dieras, el cristal no reaccionaba en absoluto.
La silla donde fui encadenado y sometido, aun ante todo el interrogatorio que padecí, era incapaz de determinar si mis palabras eran verdad o mentira, pues el cristal no se teñía ni de rojo o azul, permanecía en su estado base. Se pensó que el artefacto podría tener alguna avería, pero después de que se concluyó mi interrogatorio al dejarme inconsciente, el objeto mágico fue probado en algunas personas y se confirmó que esta funcionaba correctamente, ¿en dónde está la falla?.
Tuve mi teoría, este artefacto mágico comprueba la veracidad de las afirmación al absorber una pequeña porción del mana del sometido, y todo ser viviente tiene mana, incluyéndome. ¿Pero y si mi mana estaba lo bastante influenciado por mi PSI?, el psi y el mana son dos formas de energía diferentes en cierto modo, pero este mundo desconoce por completo la energía Esper y era dudoso que el cristal pudiera leer mis mentiras o verdades a través de otra forma de energía ajena a la correspondiente de Avalia.
Pero he aquí una cuestión, no es el primero objeto mágico con la función de un detector de mentiras a la que había sido participe, en la Zona Prohibida conocí a Horaldez, un buscador de Navum que portaba un artefacto mágico en forma de anillo. Cumplía la misma función, el anillo portaba una piedra de color blanco que mediante las afirmaciones, esta seguía permaneciendo blanco para delatar lo que era verdad o se teñía de negro para confirmar la falsedad.
El anillo de Horaldez se mantuvo en blanco declarando mi anécdota como verdadera, pero… ¿el artefacto mágico de aquel Buscador de Navum realmente analizo mis palabras?. El maldito me traiciono junto a los suyos con la intención de apoderarse de mis armas de fuego, ¿realmente corroboro en aquel entonces que lo dije era verdad o solo respondió por intuición porque desde el principio tuvo ese plan de robar mis creaciones?.
Analizando ese detalle y comparándolo con el artefacto mágico de la silla que detectaba la verdad y la mentira aparte, debo opinar que esto llamo mi atención. ¿Por mi condición de esper entonces soy inmunes a los objetos mágicos que analizan la veracidad de las oraciones y las palabras pronunciadas?.
Aunque ella en medio del interrogatorio, había afirmado que mentía, era de suponer que lo hizo con la intención de presionarme aún más para que dijera una verdad que viera como "autentica". Seria pura intuición suya, ya que no tenía forma de saber si lo que decía era cierto o no, al fin de cuentas, sus instrumentos para corroborarlo eran inútiles conmigo.
—Pero con Riha funciono, ¿no es así?, debería bastar para saber sobre nuestra situación, no estamos aquí por gusto, solo queremos volver a nuestro hogar –Aclare ante ella.
—Dado a que solo puedo "fiarme" de las palabras de uno de ustedes, no puedo arriesgarme a tomar una decisión tan precipitada –Dejo en claro la mujer de cabellera turquesa.
—¿Qué quieres decir con eso?.
—Se quedaran aquí y trabajaran para mí, hasta que haya determinado que hacer con ustedes dos.
Básicamente nos quería tomar por esclavos, la rabia que sentí al escuchar su declaración me hacía hervir la sangre, como alguien que originalmente vivió una desastrosa vida semejante a la esclavitud, me negaba a aceptar tal oferta.
— ¡Tiene que ser una broma! –Me levante de la cama señalando —Prácticamente nos estás haciendo tus esclavos.
—Concuerdo con Roz, una Lupian moriría antes de aceptar convertirse en un esclavo –Opino Riha mirando hostilmente a la mujer del punto purpura en la frente.
—Ustedes dos entraron a mis terrenos sin permiso, ¿creen tener el derecho de quejarse? –Pregunto ella.
Aquella selva en medio del desierto, según al parecer era de la propiedad de esta mujer, ciertamente yo me molestaría si alguien se metiera a mi propiedad sin mi permiso, ¿pero volverlo un esclavo a modo de castigo?, hasta yo tengo mis límites.
—Mi ofrecimiento es generoso, si consideran su situación, quizás hasta puedan llegar a volver a casa si aceptan mi propuesta –Expuso ella a modo de argumento.
—Claro, ¿y cuando llegara ese día en que podremos volver?, ¿en 10 años?, ¿20?, ¿cuánta tenga canas y sea un pedante saco de huesos débiles con dolor de espalda? –Manifesté con desdén mi insatisfacción —No eres diferente a esos infelices del desierto que nos hicieron subir a esas carretas llena de esclavos, al final de cuenta, estás buscando lo mismo que ellos, mano de obra gratis
La mujer de cabellera turquesa al oír mis apalabras, frunció el ceño y apretó sus puños, hablo en su idioma a su guardaespaldas semihumana con cabeza de chacal, y acto seguido ella desenfunda su sable rojo. En un veloz movimiento, la fémina con cabeza de animal golpea con la empuñadura de su arma mi estómago, expulse aire y saliva con el fuerte golpe que me dio haciendo que terminara de rodillas en el suelo con severo dolor en la zona lesionada.
— ¡No me compares a ellos!, ¡tú no sabes nada!, ¡no tienes ese derecho! –Exclamo con desdén la mujer del punto purpura en su frente
— ¡ROZ! –Riha acude para ayudarme a ponerme de pie — ¡Maldita…!
La Lupian con enojo, estaba dispuesta a darle lucha a la guerrera con cabeza de chacal, la semihumana entonces puso la punta de su arma sobre el rostro de Riha. Mi compañera le gruñía, no parecía estar dispuesta a retroceder aun teniendo la punta del sable de su enemiga sobre su frente.
—Ni lo intentes, ese collar que tiene puesto restringe el uso de tu magia, y también te hace incapaz de utilizar objetos mágicos –Notifico la mujer de cabellera turquesa mirando el brazalete que tenía en mi muñeca derecha.
De modo que nos privó a los dos el total acceso a toda fuente de magia posible, incluso a mí que era un no-mago.
—Es suficiente Riha, no vale la pena –Le pedí a mi compañera el cese de su hostilidad y la Lupian acepto de inmediato.
—Muy bien, entonces les doy a ambos la bienvenida al "Corazón del Oasis", mi nombre es Amira –Se presentó la mujer de cabellera turquesa —Mañana comenzaran a trabajar, por hoy descansaran, los dos compartirán un mismo cuarto con camas individuales.
— ¿Qué nos harás hacer? –Le pregunte.
—Ya lo sabrás mañana –Responde ella evadiendo mi duda —Por ahora procura descansar, se te traerá a ti y a tu amiga un nuevo cambio de ropa y algo que comer –Luego afirmo —Trabajen diligentemente, y serán recompensados, si lo hacen mal, pasaran hambre, y si intentan algo sospechoso, no dudare en aplicar la fuerza contra ustedes, ¿he sido clara?.
Ninguno de los dos le contestamos, tan solo recibió nuestras iracundas miradas, ella volteo con intención de retirarse, hasta que le hable.
—También quisiera dejar algo en claro de mi parte, esto no va a quedar así –Le asegure con total confianza —Prepárate para consecuencias imprevistas –Fue mi declaración jurada.
La tal Amira no dijo una sola palabra, ni se tomó la molestia de voltear y verme a la cara, tan solo me ignoro y siguió su camino retirándose entonces de la habitación, dejándonos a los dos a solas.
— ¿Qué plan tienes pensado Roz? –Me pregunto Riha —Lo que sea que tengas en mente, tienes toda mi atención, como mis colmillos y garras.
—De momento, seguirles el juego y después… acribillaremos cabezas.
Continuara…