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Chapter 136 - CAPITULO 136 “YO SOY ZOZO” por Sylar

PERSPECTIVA: Zozo

Yo era un Tilq, nací en el reino de Druiz, una nación de demonios. Serví como soldado en el ejercito de "La fuerza demoniaca" del reino de Proust durante la primera Gran Guerra, luchábamos en alianza junto a ejércitos humanos y semihumanos para hacernos con el poder del continente de Gresswold.

La idea de luchar junto a los humanos me asqueaba, pues los detestaba, fue la razón que me llevo a alistarme a la fuerzas de Proust que antes eran territorios demoniacos. Cuando la guerra acabo y "la quíntuple Alianza" perdió, Proust pasó a ser reclamado territorio de "Voluntad de Deux" como castigo a su derrota.

Solo Druiz quedo como la única nación regente de demonios, como ellos se mantuvieron neutral durante el conflicto mientras que Proust se involucra completamente, consideran que su decisión fue la más "lógica" e "inteligente". Malditos demonios cobardes de Druiz, si nos hubieran apoyado sin duda habríamos tenido más ventaja para los nuestros.

Druiz y Proust eran los reinos restantes de la raza demoniaca que quedaban de los innumerables conflictos entre humanos y demonios del pasado. Druiz es considerara la más poderosa nación de demonios, al ser la más antigua y con un mayor territorio. Druiz y Proust eran como naciones hermanas.

O lo fueron, hasta que el rey demonio de Druiz decidió rechazar involucrarse en la primera Gran Guerra cuanto el rey demonio de Proust le invito a unirse a esta. Creían que si Druiz se involucraba en dicho conflicto, era tentar demasiado la suerte de su gente, sermoneaban que se debía "aprender" de las acciones de los conflictos pasados de nuestros antecesores y no derramar sangre sin sentido. Trataban de convencer al rey demonio de Proust para no involucrarse en la guerra, pero sus palabras solo tuvieron el efecto contrario, pues su majestad estaba más animado y decidido a demostrar la superioridad de la raza demoniaca ante el mundo.

Palabras de débiles, ¿"derramar sangre sin sentido"?, si "la quíntuple Alianza" ganaba esa guerra, la raza demoniaca se habría hecho con varios territorios como suyos. Habríamos recuperados las tierra arrebatadas por los humanos en las luchas pasadas, que por derecho nos pertenecían.

Odie al rey demonio de Druiz cuando decidió no ayudar a Proust, no ayudar a los suyos, no a recuperar la gran gloria de la raza demonio. Por esa razón marche a Proust y con determinación me uní a su ejército para hacer realidad el sueño de nuestra gente.

Confiaba en que lograríamos grandes hazañas, en el primer año de la guerra, nuestras primeras batallas resultaron victoriosas contra los ejércitos de reinos neutrales y haciéndonos con sus tierras. Podíamos sentir el gran anhelo de la victoria total acercándose poco a poco, pero desgraciadamente no duraría mucho para mí.

Me uní a unos escuadrones que tenían como objetivo asaltar el reino de Nagret, la nación de los Enanos y tomarla por la fuerza. Aunque ellos eran neutrales en la guerra, se rumoreaba que los Enanos iban a aliarse en cualquier momento con la "Voluntad de Deux", no podíamos permitir que el bando enemigo se hiciera con el poderío militar Enano, si tomábamos su nación antes de que dicha alianza se diera oficial, reclamaríamos ese poder para nuestra causa.

Nos encontrábamos acampando en la noche en un bosque cerca de los territorios de Nagret, descansando y planificando nuestro ataque que se ejecutaría al amanecer. Mientras nuestros líderes de escuadrón y estrategas yacían planeando la invasión, yo, junto a otros soldados de bajo rango fuimos a provisionarnos con agua cristalina de un pequeño lago cercano.

No tenía problemas en acatar trabajos menores, el agua era una provisión importante como lo es la comida. No podía esperar para que fuera el amanecer, estaba bastante emocionado para ser parte del ataque que aplastaría y conquistara a los bravos guerreros Enanos, nuestros logros pasarían a la historia.

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Cuando el amanecer finalmente llego, mi emoción se convirtió en decepción, ira y amargura, todos nosotros, amigos y compañeros de armas yacían en deplorable estado. La mayoría en el suelo y otros apenas podían mantenerse de pie, gimiendo del dolor y agonizando, incluso algunos vomitaban a montón, otros suplicaban morir ante una intensa dolencia que padecían a mayor grado que los demás, todos habíamos sido envenenados.

Todos en el campamento, cada uno de nosotros, ya sea un soldado de bajo rango o los líderes, nadie era la excepción. ¿Cómo ocurrió esto?, en mis manos sostenía una cantimplora con agua, los demás habían bebido de la suya o tomado de los barriles que cargamos ayer, todos nos habíamos saciado de esa agua al verse nuestra propia fuente agotada, habíamos caídos en la trampa.

Humanos con armadura surgieron a nuestro alrededor rodeándonos con sus armas en mano, eran Templarios junto a guerreros de otras naciones, posiblemente de reinos neutrales y ahora sus aliados. Aprovechando nuestro lamentable estado nos asesinaban sin compasión, algunos Tilq opusieron resistencia luchando contra el envenenamiento, solo para llamar la atención y ser asesinados de inmediato.

—La estrategia ha funciona, superando mis expectativas –Un erudito humano de barba mira el escenario a su alrededor.

No solo el agua, incluso estos malditos de alguna forma se las arreglaron para también conseguir envenenar nuestra comida, no usaron un veneno ordinario. Era un poderoso veneno creado a partir de la alquimia, ese erudito era un alquimista, esta guerra fue conocida como la época dorada de la alquimia de combate.

Toxinas y otros elementos nocivos en forma de gas fueron creados por la alquimia como armas, cuyo uso se volvió popular durante la mayor parte del conflicto. Mortíferos gases que asfixiaban en cuestión de pocos minutos, quemaban la piel al contacto con esta y oxidaban armaduras como armas, la alquimia de combate garantizo una renovación de artilugios de guerra junto a los artefactos mágicos.

Por supuesto, como esta nueva arma tenía una naturaleza puramente mágica (por los ingredientes utilizados en su creación), no se tardó en desarrollar contramedidas defensivas mágicas hecho por la misma arte alquímica.

Frente a mí, mientras me encontraba envenenado, observo a un Tilq de pie, con el mismo uniforme de escuadrón que poseo y no estaba bajo el efecto del veneno. Reacciono molesto y enfurecido, ese demonio no era atacado por los soldados de alrededor, ya que él estaba con ellos.

— ¡Traidor!... eres un Tilq de Druiz, ¿no es así?, no has entregado al enemigo –Maldije su presencia mientras mi desdeñosa mirada chocaba con su cara.

—Ustedes pusieron en peligro a su propia raza por sus egoístas interés, tu rey demonio solo vela para su beneficio –Alego el demonio traidor.

El rey demonio de Druiz ayudo en secreto a la "Voluntad de Deux" haciendo uso de sus habilosos guerreros Tilq como espías y saboteadores para infiltrarse en las tropas de Proust. Los demonios de Druiz creían que aun no interfiriendo en el conflicto, si la "Voluntad de Deux" se hacía con la victoria, tacharían a todos los demonios en general como enemigo y llevaría la guerra a su reino tarde o temprano, por eso opto por ayudarles, como un acuerdo de entendimiento entre ambas razas, una excusa barata poco creíble, los traidores son traidores y punto.

El demonio espía no me líquido, me dio la espalda y se retiró ignorando mi existencia, mientras era atravesado con lanzas por soldados humanos, ese fue el fin de mi vida como un Tilq. Una eterna oscuridad luego me rodeo, pero no fue el final absoluto, pude sentirlo desde mi ser, mi voluntad aun persistía.

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La luz regreso a mis ojos, había vuelto como un alma atrapado dentro de una pequeña botella de vidrio, sostenido por un enigmático hombre elfo, o eso parecía a la vista. Su piel era completamente azul, resaltando un largo cabello plateado y con prendas de piel negra de notable calidad. Era la primera vez que observaba un elfo con dichos rasgos tan inusuales, o siquiera, ¿era uno siquiera?.

El enigmático elfo azul me miraba con cierto interés, mientras que yo observaba a mí alrededor, encontrándome con los numerosos cuerpos sin vida de mis compañeros de armas, asesinados cobardemente por esos humanos. Me sentía lleno de rabia, deseos de venganza trazaban por mi mente, anhelo de matar a todos esos humanos que me asesinaron a mí y a los nuestros.

—Mmm… estas emociones negativas no son favorables para mí –Dijo el enigmático elfo azul.

La botella en la que me tenía atrapado se rompe al instante y soy libre, el elfo se da vuelta ignorándome y sigue su camino. Mi alma flota pero nuevamente desvanezco de esta realidad, solo para terminar en un plano espiritual junto a otras almas errantes, fue entonces que entendí mi propósito.

—"Encontrare una forma de volver al mundo de los vivos, me hare fuerte y obtendré mi deseada venganza contra la humanidad".

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Espere y espere hasta que finalmente mi alma consiguió reencarnar en un poderoso monstruo en las ruinas de un templo subterráneo, bajo mi mando lideraba a bestia inferiores que me obedecían sin dudar como leales tropas de un ejército. Mi nuevo "yo" era un gigantesco ser corpulento de 3 metros de altura, con la cabeza de un minotauro, una cola de escorpión y la parte inferior de una araña de hierro, mi poder mágico rebosante era más grande comparado a mi anterior vida.

Luego descubrí que habían transcurrido más de 200 años, enterándome que el final de la guerra en la que morí, "la quíntuple Alianza" fue derrotada. El reino de Proust pasó a ser ahora posesión de lo humanos tras ser invadido por la "Voluntad de Deux" y su rey demonio asesinado. Mientras que el reino de Druiz seguía existiendo con normalidad, los traidores obtuvieron lo que querían tras ayudar al enemigo, sacrificando a todo un país de los suyos, miserables.

Los Templarios en cambio se volvieron más poderes e influyentes, la raza demoniaca apenas siquiera tenía una pizca de gloria en este presente. Pero eso no te interpuso en mi planes, aún tenía la ambición de mi venganza y con este cuerpo junto a mis lacayos bestia, la obtendré a como dé lugar.

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Esto es imposible, una ridícula broma del destino, mi territorio había sido invadido, mi bestias asesinadas y yo me encontraba en parte herido pero aun firme. Los responsables de esta insolencia eran cuatro aventureros magos, conformados por 2 hombres y 2 mujeres.

Resaltaba del grupo un joven de dagas gemelas con el poder del viento, un arquero de la tribu Cheroquez, una sacerdotisa con poderes de luz sanadores y ofensivos, y por ultimo una doncella de la espada en una llamativa armadura negra, quien lideraba al grupo.

—Oye Sheila, deberíamos apresurarnos y acabar con ese monstruo cuanto antes, podría empezar a curar su herida en cualquier momento –Aconsejo el aventurero de las dagas gemelas a su líder.

—No te apresures Lars, nos haremos con la victoria, y el buen botín –Alzo su espada con seguridad la doncella denominada Sheila — ¡Todos en formación, carguen contra el enemigo! –Ordeno ella —Demos lo mejor de nosotros, Myldark.

Fue el final de mi segunda vida, asesinado a manos de cuatro aventureros, que humillación, que rabia iracunda transitaba por mis espirituales venas. Mi odio y determinación de venganza habían crecido, no me había rendido a mi ideal, pero necesitaba poder. Nuevamente me encontraba vagando como un espíritu errante sin dejar que la malicia me convirtiera en un Gaki, perdería todo mi ser si eso sucediera.

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Entonces una nueva oportunidad se abre ante mí, un día fui contactado de manera inesperada por un pequeño niño llamado Selix, desconocía que era ese objeto mítico con el que había podido conseguir con éxito invocar mi espíritu. Para mi desgracia no fui el único en infiltrase al plano material, otro infeliz aprovecho la brecha y se adentró también.

Conseguir hacerme con el cuerpo de ese niño, pero mis poderes demoniacos yacían dormidos aun, debía esperar unos cuantos días para que estos despertaran. Mientras tanto ese espíritu intruso que consiguió liberarse del mundo espiritual como yo, estaba dándome problemas.

Para ponerlo en contexto, había terminado en un pueblo llamado Corbelt de un tal reino de Luthe, y el niño a que poseí, era un pobre diablo huérfano, desconozco cuanto ha transcurrido desde mi retorno desde la última vez al plano físico. Este pueblo debe mucho a su fama por una gran biblioteca que poseían, el cual fue encantado por ese espíritu problemático.

Necesitaba deshacerme de ese maldito, no puedo dejar pista alguna de mi procedencia, pero mis poderes aún seguían débiles y destruiría mi cuerpo con facilidad si lo confrontaba. Muchos aventureros empezaron a venir a este pueblo para lidiar con el espíritu, todos eran asesinados, debiluchos inútiles, ¿acaso el nivel de aventurero ha bajado en este tiempo?.

Tuve que interferir de la manera más discreta posible, con parte de mi poder, imbuí en una daga mi energía mágica para entregársela a algún aventurero, por supuesto ocultando mi aspecto bajo una túnica con capucha. Quien atacara al espíritu con esta arma conseguiría herirle seriamente hasta hacerle desaparecer, para mi desgracia todos rechazaban mi intento de ayuda y me ignoraban, los humanos son realmente estúpidos.

Hasta que mi encuentro con ese muchacho llamado Rozuel tuvo el resultado que deseaba, era tan joven, casi creo que igualaba en edad a este cuerpo, ¿y realmente era un aventurero?. Acepto mi daga, pero mis expectativas de su victoria eran bajas, si aventureros de mayor edad no pudieron contra el espíritu, ¿qué confianza hay en que él podría?.

Retiro mis palabras cuando más tarde descubro que ese mismo niño había derrotado al espíritu, el mago que le acompaño en cambio murió. Sentí tanta satisfacción, en el mismo día en que el espíritu fue eliminado, mis poderes han despertarlo en el nivel más mínimo y necesario que necesito para marcharme de aquí.

Antes de irme para siempre, decidí asesinar a esos mocosos que en estos días me molestaban, tuve que fingir ser un débil niño humano mientras mis poderes demoniacos despertaban, aguantar esta humillación era frustrante. Cuando el gran día llego, los provoque hasta llevarlos a todos al bosque y ejecutar mi dulce venganza, oír sus gritos de ayuda y agonía hicieron que esa espera valiera la pena.

Tuve una pequeña confrontación contra ese niño aventurero llamado Rozuel, fue breve y culmino con mi tranquila retirada ante la rendición voluntariosa del mocoso. Los ataques de ese niño con esa extraña arma que portaba me costó mi brazo izquierdo, ¿cómo pudo ese chico hacerse con un artefacto semejante?, claramente no era una herramienta mágica mediocre.

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Era libre de transitar a mis anchas, pero no debía distraerme, tenía un objeto y debía conseguirlo a como dé lugar. Una segunda oportunidad se me es dada, de la primera aprendí que para llevar a cabo mi meta, necesitaba poder, una gran fuente de ella que me volviera un ser invencible.

Lidiar con mi estado actual con aventureros o los Templarios culminaría mi fin otra vez y dudo que tenga una tercera oportunidad para volver a intentarlo de nuevo. Tras varios días de meditarlo, había decidido mi siguiente rumbo, el reino de Nagret, la tierra de los Enanos.

Había oído de un lugar llamado "La zona Prohibida", creada accidentalmente por la mano de los Enanos. Una hostil tierra llena de criaturas formidables donde se extrae un útil cristal mágico llamado "Navum". Pero lo que me importaba de ese sitio era una de las anécdotas más llamativas de ese lugar sobre el llamado "Djinn".

Una existencia legendaria que habita en el corazón de la ciudad de Prayt, un ser de inmensos poderes que según se cuenta, quien se encuentre con esta entidad, se hará con su poder. La Zona prohibida es un sitio difícil de sobrevivir, además de las viles monstruosidades que la habitan, también se encontraba el fuerte peligro de ser envenenado por este "Navum".

Los humanos y demás razas se habían hecho con artilugios para adaptarse a este sitio, pero yo no los necesitaba, este cuerpo se ha preparado lo suficiente a mi nuevo ser para transcender más allá de su humanidad. El Navum poco me afectaba pero no debía subestimarlo, aunque mi alma se mantenía estable, mi cuerpo se debilitaba si lo exponía demasiado tiempo, estúpido recibiente debilucho, necesitaba volverme fuerte para no tener que lidiar con estas humillantes debilidades.

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Durante mi trayecto me cruce con interesantes seres de este hábitat inmundo y también con sujetos dedicados a la recolección de estos cristales Navum. Evite cuanto pude interactuar con la fauna local, mi trayecto me llevo a parar hasta un bosque inusual cuyos arboles estaban rebosante de hojas moradas.

Supuse que la naturaleza de este sitio había sido moldeada por ese Navum, inclusive las hostiles bestia de este lugar eran aún peores que los anteriores, ¿será que me acercaba hasta mi destino?. No podía esperar más, acelere mi paso, ansiaba ese poder, deseaba volverme invencible, lo tenía todo planeado.

Una vez que me volviera un ser formidable, marchare hacia el reino de Proust para asesinar a todos los humanos que lo habitan y conquistarlo bajo mi nombre. Creare una poderosa nación de demonios, formare un ejército imparable e iniciare una campaña de conquista en todo el continente, reclamare la antigua gloria de mi raza.

La planificación de mi ambición es interrumpida cuando mi camino es bloqueado, no por uno, sino varios, pero no eran monstruos de este bosque, sino unos Golems. Recuerdo que los Enanos habían desarrollado los primeros golem diseñados para el combate durante la guerra en que morí, pero jamás vi uno en persona.

— ¿Esto es un golem?, solo veo a un montón de chatarras –Pensé al instante sobre ellos.

Si fuera humano quizás me abrumaría, pero este no era mi caso, como un demonio superior me vi forzado a luchar contra estas maquinaciones mágicas. Sin duda eran más fuertes que un soldado humano promedio, pero su velocidad era penosa, lo que destacaba de estos golem era que me atacaban disparándome veloces proyectiles redondos en uno de sus brazos, de alguna forma me recordaba al arma de ese niño aventurero, pero esta era una versión mucho más débil de la suya.

Cuando logre acabar con todos, un segundo grupo me rodeo, no estaba decepcionado, sino emocionado, hacía tiempo que no tenía una buena pelea y experimentar mi fuerza en este nuevo cuerpo.

El suelo temblaba y el causante eran pisadas haciéndose más notorio a cada paso, algo se acercaba, una cosa de tamaño colosal y mis sospechas fueron ciertas cuando me encontré cara a cara con ese gigante. Era otro golem, uno de varios metros, su armazón era gris y carecía de esas armas que disparaba proyectiles redondos como tenían las demás maquinas.

De uno de sus hombros algo sale de su interior y es disparado en el aire, cayendo a solo dos metros cerca de mí. Mirándolo bien, observo que es una vara de metal de 1 metro de largo, esta se abre revelando un cristal Navum incrustado, grabados rúnicos se manifiestan en el objeto metálico y el cristal comienza a emanar energía mágica color morada, de repente un campo de energía de varios metros a la redonda es creado y yazco dentro de su interior.

— ¿Acaso me está encerrando?, me subestimas maldita máquina –Declare.

Si esa vara mantenía ese campo de energía, destruirlo la haría desaparecer, cuando pretendía llevar a cabo mis intenciones, el golem gigante lanza un puñetazo contra mí. Por su tamaño sin duda sería un poderoso golpe, pero en términos de velocidad era aún peor que los de tamaño normal, esquivarlo será sencillo y luego destruiré el cristal de esa vara.

— ¿Eh?... –Me expreso confuso.

Mi magia no podía ser utilizada, el fortalecimiento de mi cuerpo se había desvanecido, entonces entendí que este campo de energía no era para encerrarme, era para anular mis poderes. En este momento de vulnerabilidad, el puño del golem gigante me aplasto, no acabo conmigo, pero basto para dejarme inconsciente.

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Al despertar me halle en un desconocido y oscuro lugar, sometido sobre una silla metálica encadenada con grilletes hechos de Arcarnis que suprimían mi poder mágico. Una luz morada proveniente de un cristal de dicho color, deshace la penumbra para revelar la existencia de un golem con la capacidad de hablar como una persona consciente.

—Pensar que precise de mi prototipo "El Campeón rojo" para lidiar contigo, para verte en una piel humana, eres una criatura fascinante debo decir –Dijo aquel golem parlante.

Se identificó como un tal Premier "Pirer", líder del denominado ejército rojo, su ambición era la dominación mundial bajo un ideal llamado "comunismo". Me eche a reír, una meta absurda para un líder de un ejército tan mediocre y débil, si yo con este cuerpo pude lidiar con la mayoría de sus máquinas, en el mundo exterior lo destrozarían con total facilidad.

— ¡Ja!, ríete cuando puedas desdichada criatura, estos golem apenas son los primeros prototipo de mi ejército –Afirmo Pirer.

—Bah, ¿y eso que?, los golem por tan impresionante que sean, solo son meras maquinas mágicas, destruye el núcleo que los mantiene funcionando o corta sus piernas o brazos y ya son basura –Comente.

—Oh, pero mis maquinas son únicos en su tipo, pueden ser actualizadas, fortalecerse y aprender –Dijo el tal Premier —Por supuesto, me tomara unos cuantos años más convertirlos en una fuerza mínima necesaria para mis planes, además de añadirle un poco más de potencia a sus cañones de fuego, creo que también les incorporare la capacidad de hablar, claro que será de forma limitada a comparación de mí. En cuanto a ti, criatura, tengo planes especiales preparado.

Dijo que ahora le pertenecía, tanto a él como al ejército rojo, le insulte declarando que bajo ninguna circunstancia pensaba servirle y en cuanto me liberara, los destruiría. La máquina se burló y luego de un día entero de encierro, un par de sus golem me llevaron a una sala donde fui sometido con grilletes de Arcarnis en cada una de mis extremidades sobre una mesa de metal para un extraño experimento.

Mis ojos fueron cubiertos con un extraño objeto de hierro que se adhería a mis orejas, mi pecho y brazos eran pinchazo con numerosos artilugios punzantes, alucinaciones extrañas eran percibidas en mi mente, la mayoría mostraban la imagen de una hoz y un martillo entrecruzarse. Intensos dolores repercutían en todo mi cuerpo, mi consciencia apenas se mantenía.

—Dime, ¿a quién eres leal ahora? –Pregunto la máquina.

—Yo… soy… leal… al ejército rojo… -Mis labios dijeron tales palabras contra mi voluntad.

—Nada mal, solo un poco más, la "reconstrucción" ya casi está finalizada.

Soy envuelto en más dolor, sentí como la piel de mis brazos eran fundidos con duro y en mi pecho era insertado toda brutalidad posible un objeto nocivo que me causaba aún más angustia. Mi consciencia se desvanecía, regresaba a una oscuridad silenciosa y lo último que llegue a oír, fue la voz de esa máquina parlante.

—Bienvenido al ejército rojo, mi leal servidor y camarada.

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PERSPECTIVA: Tercera Persona

ACTUALIDAD:

El ataque del representante del gremio que daño el cristal Navum de Zozo y causo una explosión mágica, había conseguido liberar su auténtica voluntad y recuperar sus recuerdos. El indignado demonio gruñe luego de darse cuenta de los años de obligatoria servidumbre ante la maquina consciente.

—Maldito golem… ¡no lo voy a perdonar!... ¡definitivamente voy a destruirlo!, ¡lo destruiré, destruiré todos sus planes, ANIQUILARE TODA SU AMBICIÓN!... –Exclamo colérico al cielo acompañado de un rugido.

—No comprendo que está diciendo, pero noto… como si hubiera cambiado radicalmente su manera de comportarse, la malicia que expide ahora se ha hecho más fuerte –Pensó Mecil.

El demonio miro a Mecil, con todos los recuerdos de cuando era un sirviente de Pirer, no tardo en entender el contexto de su lucha contra él. El representante era alguien formidable y Zozo, era consciente de que la IAC que le había esclavizado, actualmente también lo es, necesitaba poder y rápido para confrontar a la máquina consciente y obtener su venganza.

—Conque tu también vas tras Pirer, ¿no es así? –Le pregunta el ente inhumano.

— ¿Quién es Pirer? –Pregunta confundido Mecil.

—El responsable detrás de las desapariciones de los aldeanos del reino de Luthe que tu gente fue enviada a investigar.

—¿Por qué de repente me revelas su nombre?.

—Tu reciente ataque que daño el cristal Navum de mi pecho, me ha liberado, yo era un esclavo inconsciente cuya mente fue controlada por ese miserable de Pirer, ahora quiero venganza –Aclaro el demonio.

—Si ya no estás de su parte, entonces esta lucha ya no es necesaria, seguiré mi camino y tú el tuyo.

—Oh, me temo que eso no es posible, para mi venganza necesito volverme fuerte y un cuerpo nuevo me viene de maravilla, pues este ya está llegando a su límite y el tuyo es un candidato perfecto.

El representante no tardó en darse cuenta, aun si el demonio se había liberado de la influencia de Pirer, aún tenía sus razones para luchar contra él. Poseer su fuerte cuerpo era su objetivo actual para luego utilizarlo contra la entidad artificial que le manipulo por años.

—Esto no acabara bien para ti y lo sabes –Le advirtió el representante.

—Se lo fuerte que eres, pero te tengo noticias anciano, cuando ese maldito de Pirer me tenía bajo su ordenes, la consciencia que movía este cuerpo en todo este tiempo era incapaz de usar TODO el poder que poseo realmente –Revelo Zozo.

— ¿Qué?...

—Soy más fuerte de lo que crees y tú, has perdido tu espada.

La explosión mágica había partido la espada del representante en dos, era imposible hacer uso de su habilidad con la hoja de un arma destruida. Poder mágico se hace menester en el cuerpo de Zozo, inundándose de una fuerza mágica llena con emociones impuras.

—Ahora conoce mi autentica forma…

Sus restantes rasgos humanos desaparecen, su cuerpo crece de manera exorbitante pasando de medir un metro a 4, un par de extremidades superiores extras le crecen haciéndose poseedor de cuatro brazos en totales. Su cabeza se torna deforme y monstruosa con un par de cuernos más grande que una lanza, las fauces de su boca se expanden volviéndose más filosas que espadas, largos tentáculos a montón surgieron de su espalda, su parte inferior se volvió equina con una piel tan dura como el acero y una serpiente escupe fuego se manifiesta como su cola.

Una cantidad de energía mágica se desbordaba de Zozo causando a su alrededor fuertes vientos, demostrando ser más poderoso que lo que era antes bajo el yugo de Pirer. Mecil era consciente de que su oponente ya no era el mismo de antes, tanto en personalidad como en poder, pero ni eso doblego al representante quien aún estaba dispuesto a luchar contra el monstruo.

Continuara…