PERSPECTIVA: Tercera Persona
Las fuerzas de Anarquía apuntaban con sus armas a Riha y compañía en ausencia de Rozuel, revelándose las intenciones traicioneras de Horaldez.
— ¡Esto es estúpido! –Exclamo Douglas el calvo buscador independiente —¡En una situación como esta!, ¿¡en serio lo están haciendo!?, ¡deberíamos ayudarnos mutuamente, no confrontarnos entre nosotros!, hasta los buscadores más codiciosos tendrían sentido común en casos como estos.
—En verdad eres todo un novato de corazón, buscador independiente –Le dijo Horaldez —Las facciones actuamos en nuestro beneficio, cierto es que queremos asegurar la zona prohibida erradicando al ejército rojo, y lo haremos buscando las opciones más rentables, en este caso, si nos hacemos con esos artefactos mágicos, no solo podremos lidiar con total seguridad el problema, sino incluso…
—Esperan fortalecer su facción con ellas –Completo Allum la frase del líder buscador —Lo sabía, desde hace un rato que noto el cómo miraba las armas de mi amo con suma codicia, una codicia problemática.
—De modo que tu "amo" no solo tiene más de esas armas, ¿también las crea?, je, mejor aún, ¿estos artefactos mágicos están distribuidas en toda Avalia o quizás… solo las posee únicamente su creador? –Pregunto Horaldez mirando al slime.
Pero no obtuvo ninguna respuesta tanto de él, como del resto.
—Podría ser que estas armas ni siquiera hayan sido extendidas a otros lados, ¡eso significa que si nos hacemos con ellas nos haremos como una facción con armamento único!, de solo imaginar el poder de tener tales creaciones de nuestro lado… -Pensaba Horaldez tratando de contener su placentera risa.
—¡¡¡Horaldez!!! – Jaxthen exclamo con un rostro enfurecido acercándose a él —¿¡Que crees que haces!?.
La presencia del semielfo calmo al grupo, pues confiaban en que sería el buscador más cuerdo para calmar la situación y confrontar al líder de Anarquía para que desistiera de su ambición.
— ¿Qué crees que hago?, tratando de buscar soluciones rentables para lidiar con la amenaza del ejército rojo –Contesta Horaldez.
— ¿Acaso has olvidado sobre nuestra charla privada? –Le dice molesto el semielfo.
—Sí, que debíamos buscar el momento oportuno, y es este –Responde Horaldez.
El grupo de aventureros estaba confuso, el semielfo, ¿estaba tratando de detener a Horaldez o quizás…?
—Por cierto, ya va siendo hora de que me quites esto de encima –Dice el líder de anarquía poniendo una de sus manos en su nuca.
Sacándose de encima una pequeña criatura animalesco de aspecto felino con un par de orejas con apariencia de alas pequeñas y de un cuerpo humanoide, poseía el tamaño de un bebe, este yacía con invisibilidad sobre su nuca y en su frente se situaba un punto azul imbuido con magia sobre un círculo mágico de dicho color.
—Este Espirano tuyo podrá ser útil para establecer una conversación telepática entre los dos, ¡pero es una molestia la manera en que debo tenerlo encima para cumplir con los requisitos para que podamos hablar de esa forma! –Revelo Horaldez.
—Es la manera más prudente para tener "privacidad" en nuestra charla, ¿por qué lo revelas tan de repente? –Le dice Jaxthen.
— ¿Acaso lo necesitamos ahora?, este es el "momento oportuno" –Miro con una sonrisa maliciosa el líder de Anarquía al grupo de aventureros.
La criatura desaparece dejándose en claro su naturaleza como un espíritu familiar, a lo que Alan no tardo de entenderlo todo.
—Oh, creo que ya lo comprendí, no solo era el líder de Anarquía, incluso el líder de Orden tenía el mismo interés que él, y los dos discutían del asunto cuando vieron por primera vez las armas de Roz, a través de ese Espirano por medio de telepatía, planeando el cómo hacerse con ellas, al menos, eso es lo que entiendo –Explico Alan Catsel en voz alta.
—No puede ser… incluso usted también –Miro Douglas decepcionado al semielfo que resultaba estar con las mismas intenciones codiciosas.
—Tsk… lo veía venir a kilómetros, lo acechadores de Navum siempre serán unas ratas ladronas, su existencia es una plaga para estas tierras ya malditas de por si –Opino Creik.
—Tenia mis dudas sobre ese tal Horaldez, ¿¡pero porque usted!? –Le pregunto la Lupian al semielfo.
—Todo es para establecer un estricto orden en la zona prohibida con el fin de combatir sus potenciales amenazas a futuro, por supuesto, para tales propósitos es necesario los recursos para llevarlo a cabo, el poder es una de ellas y al ver que los inusuales artefactos del joven aventurero cumplían con buenas expectativas dicho punto, debe hacerse lo necesario, para que un orden se establezca, por el bien de todos –Detallo Jaxthen la razón de sus intenciones.
—Hablas de "orden", pero no tienes idea de lo que se desencadenaría si las creaciones de mi amo cayesen en sus manos, solo sería cuestión de tiempo para que tu preciada orden se tiña en caos y destrucción, no son dignos de portar estas armas –Expreso Allum.
— ¡Suficiente!, entréguenos esos artefactos mágicos, ¡ahora! –Ordeno Horaldez.
Pero tanto Allum como Riha no pensaban acceder a sus demandas ni en lo más mínimo, los dos apuntaron con sus respetivas armas de fuego a buscador que intentara acercársele, Creik tampoco pensaba quedarse quieto y mantuvo su pesada hacha en sus manos, Alan se puso en guardia con sus dagas y el ultimo en decidirse fue Douglas quien apunto con su ballesta a los miembros armados de Anarquía, tras colocarle una piedra mágica de esencia de fuego a su arma.
— ¡No dejare que toquen las creaciones de mi amo!, ¡NUNCA! –Exclama el slime expresando toda su ira verbal.
— ¡Si quieren esta arma, tendrán que arrancarlas de mis peludas y lobunas manos! –Aclaro Riha enseñando sus colmillos.
—Preferiría morir luchando que como un prisionero de los pútridos acechadores –Opino el Enano con su espíritu combatiente en alto.
—Las cosas sí que se pusieron tensas, ¡muy bien, me apunto! –Dijo Alan dispuesto a dar lucha también.
Tanto los aventureros, como el Enano guía y el buscador independiente, no se darían por vencido sin dar lucha primero.
—Del resto me lo esperaba, ¿pero de ti?, ¿vale la pena que arriesgues tu cuello por ello?, ¿buscador? –Le pregunto Horaldez a Douglas.
—Vine buscando la manera de lidiar con el ejército rojo, eso es todo –Responde él.
—Entonces te convendría estar de nuestro lado, aun si no eres un buscador relacionado con nuestra facción, por respeto a nuestro oficio, perdonare tu vida y recompensare monetariamente tus servicios, si nos ayudas, somos tu mejor opción para lidiar con el ejército rojo –Le proponía el líder de Anarquía.
—Viendo con total claridad sus auténticas intenciones, dudo que terminen siendo la opción más correcta a largo plazo –Elige Douglas su decisión con su ballesta aun apuntando a buscadores de Anarquía.
— ¿Quieres luchar al lado de nuestros enemigos naturales?, entonces muere con ellos –Le deseo Horaldez.
Buscadores de ambas facciones ahora centraban su hostilidad hacia el grupo esperando la señal para atacar, una lucha sin cuartel se daría y dado a la superioridad numérica de Anarquía y Orden, el grupo de aventureros sabía que sus chances de salir victoriosos eran bastantes escasas, aun contando con las armas de fuego de Riha y Allum, el resultado seguía siendo el mismo.
— ¡Oigan, por allí! –Exclama un buscador de Orden.
Tan fuerte fue la atención captada del siguiente evento, que los mismos líderes de las facciones como el grupo de aventureros voltearon a verlo, algo inhumano descendía velozmente por la muralla, era difícil verlo con la oscuridad de la noche y al estar tal criatura casi a la mitad de la estructura para tocar suelo, realizo un poderoso salto.
La criatura descendía hasta donde se encontraban los aventureros y fue justo a un metro al frente de ellos que aterrizo, causando una fuerte sacudida de viento, revelándose como un inmenso león del tamaño de un elegante, con un par de cuernos de carnero sobre su cabeza, una cola de diablillo negra y robustas extremidades que deleitaban venas rojas sobre ellas.
Pero lo que llamaba más la atención, era lo que había encima de la criatura, una montura que evidenciaba al ser como un monstruo doméstico y aquellos que lo montaban eran dos personas, para Douglas sus caras eran desconocidas, pero Riha, Allum, Creik y Alan los habían reconocido a los pocos segundos de verle.
— ¡Ustedes cinco, súbanse rápido! –Les aconsejo uno de las personas que montaba al fantástico animal.
Los aventureros no dudaron un segundo más y se subieron al lomo de la bestia junto a los jinetes de esta, Douglas fue el último en hacerlo por tema de confianza, pero era confiar y arriesgarse o morir a manos de los buscadores de las dos facciones más fuerte de la zona prohibida.
— Maldición… ¿más aventureros?, y para el colmo aprovecharon toda la confusión para infiltrarse al campamento –Pensó Horaldez — ¡Que no escapen, todo el mundo habrá fuego! –Ordeno a sus buscadores con armas a distancia.
— ¡Cúbranse los ojos! –Les pidió el jinete de la bestia leónica a Riha y compañía.
Cuando todos ellos cubrieron sus ojos, el segundo jinete de la bestia fantástica, haciendo uso de una maza, la levanta en alto y emite una cegadora luz dorada que interrumpe las acciones hostiles de todo el grupo de buscadores a su alrededor.
Habían sido cegado momentáneamente, cuando recuperaron su visión con normalidad observaron como el monstruo leonino subía por las murallas a paso rápido, escapaban del campamento junto a los aventureros, no le faltaba mucho para llegar hasta la cima de la estructura.
— ¡No!, ¡no podemos dejar que escapen! –Declara Horaldez materializando la espada rojiza de sus escrituras del brazo izquierdo.
Acto seguido abanica el arma sobrenatural desatando una onda de energía mágica hacia la criatura en cuestión, estaba a solo unos centímetros de alcanzarle hasta que…
—¡Yo me ocupo!.
Alan salta de la bestia y con sus dos dagas intercepta el ataque recibiéndolo de lleno, el aventurero levemente herido cae hacia el suelo, quedándose atrás y dejando al resto continuar.
— ¡No se detengan, sigan sin mí, los alcanzare luego! –Les aseguro el aventurero pelinegro tras su valiente acción.
Fortaleciendo sus piernas, Alan aterriza sin problema en el suelo, tras corroborar que sus compañeros habían conseguido escapar, el aventurero mira al frente observando como cada buscador del campamento le tenía en la mira de sus armas, pero quien más anhelaba hacerle pedazos, era Horaldez.
—Oh, por tu cara estas bien enfadado, cuando tus los traicionaste, los demás también se debieron sentir así, pero dejemos a un lado las palabrerías –Empuño sus dagas con una posición de combate —Vengan cuando quieran por mí, acechadores.
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PERSPECTIVA: Rozuel Drayt
Frente a mí se hallaba un rostro semihumano que no había visto hace como 5 años, en nuestro reencuentro, note como los años pulieron el desarrollado de su cuerpo, su altura era mayor a la mía y su físico también estaba a otro nivel, supongo que para la raza Sargaria, su crecimiento en la pubertad es más notable que los humanos.
—Roz… ¿en verdad eres tú? –Me pregunta Tayra dudando de la veracidad de sus ojos.
—Lo mismo digo, me parece increíble verte aquí, ¿cómo esta Eutel? –Pregunte sobre su hermana menor.
—Bien, el hecho de que conozcas ese nombre, no hay duda, realmente eres tú.
No estaba viajando con su hermana, tampoco con alguien de los suyos, los Sargarios son una raza nómada, siempre viajando juntos como una manada, el que Tayra esté aquí sola da bastante que pensar.
—Tayra, ¿ahora eres una buscadora? –Le pregunte.
—No, solo ayudo a unos buscadores de unas facciones llamadas Orden y Anarquía –Contesta ella con sinceridad.
Ahora que lo recuerdo, el semielfo Jaxthen menciono que cada facción envió un grupo de exploradores para rastrear la posible ubicación del escondite del ejército rojo, y Horaldez replico enojado sobre que el semielfo permitió a una semihumana unirse al suyo.
— ¿Te uniste al grupo de exploradores de la facción de Orden? –Le pregunte.
—Sí, ¿cómo sabias que estaba con el grupo de Orden?.
—Estuve en el campamento que montaron, actualmente soy un aventurero, Tayra, vine a la zona prohibida junto a otros aventureros para llevar a cabo un encargo –Conteste revelando mi oficio de aventurero.
—Un aventurero… no sería de extrañar que te volvieras uno, bueno, es mejor que ser un buscador de Navum –Opino ella.
— ¿Pero qué haces tú aquí? –Le pregunte.
—A decir verdad, estoy en problemas, Roz…
Su mirada baja llena de aflicción, daba pistas sobre la incertidumbre que le rodeaba, tenía que ser en relación sobre su gente, quizás, sin embargo la charla pronto es interrumpida con fuertes pisadas que procedían de la dirección por la que vine, ¿abominaciones justo ahora?.
Me puse alerta para equiparme con Intense Iron en cualquier momento, con el AK-47 en manos totalmente cargado, Tayra quien también lo noto, se armó con su pesada alabarda, las pisadas se hicieron más notorio y la criatura se mostró ante nosotros, era un león de tamaño anormal con un par de cuernos como de carnero.
Estaba a punto de abrir fuego, cuando escucho voces conocidas sobre el lomo de la criatura, entonces observe que Riha, Allum, Creik y Douglas estaban allí, pero Alan no, también habían otras dos personas que reconocí al instante y no pensé que tendría chances de volverlos a ver vivos.
El primero era aquel hombre de fino mostacho y cabello arreglado negro con algo de canas, vestía un traje rojo que se asemejaba a un frac y su arma principal era un estoque, su nombre era Rahul, mientras que el segundo era aquel muchacho rubio adolecente de presuntamente 15 o 16 años, vestía un atuendo blanco y azul muy de clérigo con hombrearas de hierro, sus armas principales era una maza con púas y una rodela, aquel era Pitt.
—Pero no veo a ese Sargario llamado Syhér con ellos –Dije en mis pensamientos notando ese detalle.
Un minuto transcurrió, la criatura leonina desaparece revelándose como un Espirano de nombre Ruyer cuyo dueño era Rahul, cuando los demás vieron a Tayra se sintieron algo intranquilos, pero les dije que era una vieja conocida, lo que mermo su temor o desconfianza hacia ella.
—Me alegro ver que ustedes dos se encuentren bien –Le dije al hombre del mostacho y su joven compañero.
—Fue un viaje bastante agitado, supongo que no habrán visto a nuestro compañero Syhér –Comenta Rahul —Cuando fuimos emboscados, Pitt y yo logramos conseguir escapar por los pelos, pero Syhér no vino con nosotros, lo perdimos en medio de nuestra retirada, me preocupa bastante.
— Syhér es muy fuerte, seguro lograra encontrarnos tarde o temprano –Opino con total confianza el aventurero rubio.
—Cierto, Syhér es alguien fuerte, no caerá tan fácilmente.
Rahul explica que tras haber huido de la emboscada perpetuada por el ejército rojo, se adentraron por el campo Malahierba buscando a su compañero perdido, hasta que luego notaron nuestra presencia, pensaban en unirse a nosotros cuando vieron que nos acompañaba un buscador con nosotros, que era Douglas.
Pensaron bien las cosas y optaron más por seguirnos el paso a escondidas, sus intenciones eran corroborar que tan confiable era el buscador que nos acompañaba y de darse el caso, ayudarnos de caer en una trampa, en pocas palabras, ellos nos seguían desde el campo Malahierba y no revelaron su posición hasta después, pero quepa la duda, ¿qué ocurrió?, ¿por qué todos vinieron aquí cuando les dije que se quedaran y me esperaran?.
—Roz, los líderes de Orden y Anarquía nos han traicionado –Afirmo Riha.
—Me temo que es la verdad amo, ellos quieren apropiarse de sus creaciones –Respaldo Allum su afirmación.
Los dos me explicaron a detalles, que después de que lograron vencer a los golem que atacaron el campamento, Anarquía levanto sus armas contra ellos para tomar las armas de fuego que les di, pero no era solo Horaldez y su facción, incluso el semielfo revelo ser de la misma calaña, por fortuna lograron escapar con la ayuda de Rahul y Pitt, sin embargo en el último momento Horaldez los ataco y Alan se sacrificó para que pudieran escapar.
—Alan, a pesar de que no confiaba mucho en él, resulto ser un buen tipo –Dije en mis pensamientos cambiando la imagen negativa que tenia de él.
— ¡Esos malditos acechadores!, nunca debimos confiar en ellos –Opino Creik.
No podría estar más de acuerdo con el Enano, pero que Douglas haya optado por ponerse de nuestro lado y no de los suyos, me deja en claro que no todos los buscadores son la misma basura, pero también fomentaba más mis sospechas de sus propósitos para plantar cara contra el ejército rojo.
—Con su permiso, yo ayudaba a un grupo de exploradores de Orden para rastrear la ubicación de la guarida de este tal ejército rojo –Hablo Tayra.
— ¿Y dónde están esos exploradores? –Pregunto Allum.
—Muertos, fui la única que consiguió salir viva de allí –Contesto ella —La pisto nos llevó hasta el "bosque morado"…
— ¿¡El bosque morado!? –Exclamo el Enano estremecido — ¿Hasta allí han llegado a extender sus raíces el ejército rojo!?, vaya problema…
— ¿Qué sucede con ese lugar? –Pregunte por consiguiente.
—El bosque morado es una zona solo accesible por el pantano corrompido, es un bosque de árboles del cual solo crecen hojas color moradas a consecuencia de haber absorbidos grandes cantidades de Navum en su interior, alguno de esos árboles han adquirido vida propia convirtiéndose en temibles abominaciones, pero solo son una parte de la peligrosa fauna de ese sitio, allí abundan otras criaturas aún más letales que este pantano y para peor, son más sigilosos –Expuso Creik sobre ese sitio.
—Oigan… -Interrumpe Pitt — ¿No creen que deberíamos movernos?, si los buscadores de esas facciones los han traicionado y quieren los artefactos mágicos de Rozuel, ¿no deberíamos irnos antes de que nos encuentren?.
—No creo que nos encuentren tan rápido, siendo de noche y en este peligroso pantano, les debería tomar bastante el rastrearnos –Opino Riha al respeto del asunto.
Una fuerte risa arrogante se oye entre la oscuridad y nos puso en alerta a todos, pronto numerosas presencia se acercaron de la dirección de donde Rahul vino junto a los demás y nuestra mala sensación se hizo más evidente, Horaldez junto a Jaxthen nos habían encontrado, a espaldas suyas los acompañaban docenas de sus hombres fuertemente armados.
—Siento decirte lo contrario, pequeña Lupian, pero tenemos buenos rastreadores y conocemos bastante bien esta zona como la palma de nuestra mano, solo nos llevó poco tiempo rastrearlos –Aclara Horaldez con una expresión de satisfacción en el rostro.
Mire a los líderes con suma desdén, a pesar de que habíamos dejado en claro nuestra intención de ayudar, tuvieron las agalla de traicionarnos y casi matan a Riha como a Allum para tomar las armas que les di a los dos, sin ninguna duda, ¡no puedo perdonar tales acciones!, puedo tolerar la falta de respeto, el desprecio y la xenofobia hacia mí, ¡pero la traición es otra historia!.
— ¡Lideres de Anarquía y Orden!, ¿¡es esto lo que quieren!? –Les pregunte sumamente enfurecido.
—Asumo que a estas alturas ya debes saberlo, pero hemos hecho un ligero "cambio de planes", tomaremos tus artefactos mágicos y también nos harás más de ellas ya que tú eres el creador de esas armas después de todo –Contesto Horaldez deleitando Soberbia en sus palabras.
—No hagas nada intrépido joven aventurero, te superamos en número, siento tener que llegar a estos extremos, pero la situación lo amerita, sinceramente, esperaba ganarme tu confianza, pero el estúpido de Horaldez lo arruino todo –Declaro Jaxthen.
— ¡Ja!, tu plan de ganarse la confianza del chico nos podría haber llevado a nada, demasiado riesgo y un labor bastante tedioso, cuando fácilmente podríamos tomarla a la fuerza –Opino Horaldez.
—Solo para que te quede claro, Horaldez, el simple hecho de que tengas más territorio que mi facción, no significa que sea por ser alguien blando, no me interesa poseer más territorio del que preciso, establezco mis prioridades de forma meticulosa, si lo quisiera, podría aplastar a tus fuerzas y hacerme con varios de tus territorios si lo quisiera, pero sería desperdiciar recursos para tomar algo que tiene poco valor y por lógica, no lo compensa –Ilustro Jaxthen —Mas importante, espero que mantengas el pacto de nuestra alianza hasta que hayamos eliminado al ejército rojo.
—Sí, sí, lo que digas mestizo de orejas puntiagudas, ahora si no te importa, enfócate en que ese mocoso no escape, cuando nos hagamos con sus artefactos, sin duda seremos imparables –Sostuvo Horaldez con notable deseo en mis creaciones.
No había duda, esos dos eran unos malditos traidores, desde un principio lo tenían todo planeado cuando vieron el potencial de mis armas de fuego, del líder de Anarquía era algo que se veía venir bastante, pero del semielfo le tenía cierta confianza, aunque tenía mis sospechas en torno a él, le miraba con más confianza que Horaldez, pero ahora la vida me dejo una clara lección, sin importar cuanta amabilidad y tolerante muestra alguien ser, por dentro existe la posibilidad de que sea un auténtico hijo de perra.
— ¿Escapar?, ¿creen que voy a escapar? –Les dije a los dos líderes —No, no pienso escapar y tampoco dejarlos escapar a ustedes, van a morir aquí y ahora –Los mires con fuerte indiferencia y enorme desprecio emocional —¡ALLUM!.
— ¡Si, Amo! –Responde mi fiel compañero pegajoso a mi llamado.
—Prepara la artillería pesada, vamos a acabar con estos hijos de puta.
Continuara…