PERSPECTIVA: Tercera Persona
Grandes planicies de tierras se extendían a kilómetros, con presencia de vegetación seca en la zona comprendida por árboles, pasto o arbustos en los alrededor, el cielo estaba totalmente nublado acompañado de refucilos, era el clima habitual, de la zona prohibida.
—El cielo estaba perfectamente despejado antes de que entráramos, ¿acaso incluso el clima se ve afectado en la zona prohibida? –Se pregunta el esper en su mente al percibir el territorio.
Los dos grupos, tanto aventureros como Templarios, se habían ya encaminado casi dos horas en la zona prohibida, siguiendo su marcha por un sendero abandonado malgastado por el tiempo, pero aun visible mayormente y utilizable, la presencia de animales alrededor era nula, ni las criaturas más típicas como caballos o jabalís salvajes estaban presente en tal fauna desolador.
— ¡Alto! –Ordeno el Enano guía Creik.
Incluso el comandante Templario ceso sus pasos pese a haber rechazado el poseer un guía de su lado, los dos grupos observaron como a unos 10 metros al frente de ellos un ciervo salvaje se muestra saliendo de entre un par de árboles a la vista de todos en el sendero por el que caminaban.
Quedaron atónitos al ver que tal criatura para nada se asemejaba al ciervo que ellos conocían, el monstruo poseía un par más de piernas en el medio de entres ambos que tenía, su pelaje erizado denotaba partes solidas semejantes a una coraza, tenía la visión de 4 ojos rojizos, sus dentaduras eran de proporciones monstruosas y sus astas eran deformes con un líquido verdoso brotar de ellos por pequeños agujeros.
El monstruoso ciervo estaba masticando los últimos restos de carne de una presa reciente, de su boca babeante dejaba caer su saliva ensangrentada y en el transcurso dos mitades de dedos humanos se les escaparon también, mientras tragaba su comida nota la presencia de los dos grupos cerca mirándolos fijamente con sus 4 ojos.
— ¿¡Una abominación de la zona prohibida!? –Pregunto Mecil.
—Es un "Astas Toxica", alguna vez fue un ciervo común y corriente, el Navum los transformo en eso –Explico Creik —Tengan cuidado con sus cuernos, posee un veneno que paraliza a todos aquellos que sean tocados.
Cada uno estaba preparado a dar pelea contra la monstruosidad salvaje, pero el abominable ser huye de ellos corriendo a pasos veloces con sus 6 patas.
—Por fortuna, son una de las pocas abominaciones que prefiere huir que luchar –Dijo el Enano guía.
Rozuel tras el avistamiento de la primera criatura de la zona prohibida, empezó a hacer uso de su índice de sospechosas, relacionando a la abominable criatura vista con el Navum.
—Este Navum… tiene bastantes semejanzas a la energía radiactiva, incluso el trasfondo de su utilización lo relaciona bastante a la manera en que se emplea en una central nuclear, ¿dónde consiguieron los Enanos tal fuente de energía? –Se cuestionó Roz en sus pensamientos —La liberación y expansión sin control de esta ha ocasionado cambios extremos en el ambiente, ese ciervo ha debido de pasar por un nivel de mutación considerablemente atroz para terminar convertido en esa cosa, este Navum es mucho más que solo peligroso, si al principio pensó ser usado como fuente de energía, la sola idea de empezar a utilizarse como arma en este mundo sería…
— ¿Sucede algo amo? –Nota Allum el pensativo rostro rígido de Rozuel.
—No… nada preocupante.
—Oye Roz, ¿qué indica el medidor Navum? –Consulta Alan.
El Trotamundos esper quien poseía el medidor en sus manos, era el responsable de controlar los registros del medidor por el grupo y alertar en caso de una proximidad peligrosa del letal veneno de la zona prohibida.
—Niveles normales, no se para que lo preguntas, puedes saberlo por los sonidos que emite –Dijo Roz.
—Supongo que es más seguro cuanto tú lo aclaras –Opina Riha.
—No es necesario que me lo pregunten cada cierto rato, les advertiré si algo anormal sucede en el camino –Les asegura él —Preferiría que ustedes se centraran en tener sus ojos vigilantes de los alrededores, ese ciervo sin duda no será lo único que vayamos a encontrar en este sitio de mala muerte.
—Por mi parte no tengo que preocuparme si algo nos toma por sorpresa y nos mata a todos en un parpadeo, incluyéndome –Comenta Alan.
—Otra vez con eso, no sé porque lo dices y creo que no quiero conocer esa respuesta.
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La caminata los conduce hasta un pequeño asentamiento abandonado, un total de 9 casas y algunas carretas destrozadas abandonadas hace tiempo, la puerta de la mayoría de las viviendas estaban destrozadas y el resto ausente.
El interior de cada una estaba abordado de pocos muebles hechos trizas y restos inútiles de objetos en pedazos para saquear, quienes habían vivido allí antes se marcharon rápidamente con todas las pertenencias que pudieron llevar consigo, hace tiempo.
El sol pronto se ocultaría, el recorrido les había llevado diversas horas y apenas se habían adentrado a la parte más externa de la zona prohibida, pues el Enano guía se los había aclarado apenas se detuvieron allí.
— ¿Por qué no detenemos aquí? –Pregunta el comandante Frederic.
—La noche pronto caerá, recorrer la zona prohibida en la oscuridad es una idea fatal, la mayoría de las criaturas hostiles que rondan por aquí aprovechan la oscuridad para cazar –Explico Creik —Pero, no es el único peligro a considerar, aparte de tener que cuidarse de recibir alta dosis de Navum, hay otro "enemigo" propio de este mortal ambiente que se oculta muy bien de la vista de los incautos.
El enano camina hacia una parte en concreto como si buscara algo, saliendo de los límites del pequeño asentamiento, avista un descubrimiento importante que desea mostrarles a las personas que guiaba, tanto aventureros como Templarios se le acercan con curiosidad.
—Observen bien esto… -Pidió el enano la atención de todos.
Tomo del interior de su armadura, una moneda de cobre y la lanzo con fuerza varios metros cayendo esta al suelo, pronto alrededor de la moneda se manifiesta un fenómeno extraño que produce destellos de electricidad a su alrededor y acto seguida desata una explosión eléctrica que manda a volar a la moneda a lo lejos en el cielo perdiéndose a la vista de todos.
—Lo que acaban de ver es lo que llamamos un "Fenómeno Trampa de Navum", o simplemente "FTN", son extrañas manifestaciones creadas por la misma energía Navum con concentraciones de mana en ella –Explico Creik —Pueden ser notados con una hábil capacidad sensorial mágica gracias al porcentaje de energía mágica que hay en ellos o también mediante los medidores Navum quienes emitirán un sonido que delatara una concentración de dicha energía en el fenómeno, son altanamente mortales y caer sobre una implica una muerta rápida o lenta con alta probabilidades de perder entre dos o varios miembros en el proceso, ¿alguna pregunta?.
Nadie levanto la mano, pues con esa información tan detallada había quedado claro el punto del Enano, la zona prohibida era algo que no se debía subestimar, cada grupo se preparó para acampar.
Los Templarios montaron las tiendas que habían utilizado en el asentamiento militar de los Enanos, mientras que los aventureros por su parte, algunos llevaban consigo sus propias tiendas para levantar (en el que abarcaban el grupo con el Sargario o Reredy con sus dos chicas), otro por sus partes se las arreglaban con sacos de dormir hecho de piel de animal.
Cada grupo monto a su comodidad su pequeño espacio de descanso con su propia fogata, Rozuel con ayuda de Riha se encargaba de la tienda, Allum por su parte vigilaba los alrededor con Alan a su lado.
—Con esto está terminado –Dijo Roz con la tienda levantada con la ayuda de su compañera lupina.
— ¿En qué dormirás tú? –Le pregunta Riha a Alan.
—En la comodidad del suelo, por supuesto –Contesto él recostándose en la tierra con la vista al cielo —Nada como dormir con la comodidad de la naturaleza.
—Una naturaleza envuelto con una fauna mortal para nada natural dirás –Opino Roz.
—Oh, no le mires el lado negativo a todo compañero, a veces el lado positiva te ayuda a soportar esos ruines pesos emocionales de la vida, ¡es un hecho para mí!.
La actitud calmada y positiva de Alan eran extrañas considerando el ambiente que los envolvía a su alrededor, Roz prefirió no pensar tanto en ese detalle de la personalidad del enigmático aventurero adolecente, por su parte se centró en preparar todo para después de comer.
Si iría a dormir, seria con la mejor comodidad de su seguridad, es por ello que retiro de la caja metálica de su cintura una canica metálica, en ella revelo otra de sus creaciones, un arma sostenida por un grueso trípode, se trataba de una ametralladora calibre 7,62×39 mm.
En ambos lados poseía un par de cajas metálicas repleta de munición que por medio de un mecanismo auto-recargaban el arma al encontrarse en escasa cantidad y sin la necesidad de ser operada por alguien, aquello era la Torreta Slime, pero con una mejora añadida.
Dejado de la ametralladora una esfera grisácea del tamaño de una pelota de futbol se encontraba adherida, con la importante función de proporcionar al arma en concreto su funcionamiento automático, ahora la torreta ya no solo utilizaba una porción de Allum para moverse y disparar, pues en aquella esfera contenía en su interior un núcleo mágico como los empleados en los golem, la cual estaba fusionada con la porción del slime y no precisaba tenerle desde ahora cerca para que este funcionase.
—Torreta Slime 2.0 –Pensó Roz el nombre del arma mejorada —Y pensar que el aquelarre Cognitio fuera capaz de instalar ese mecanismo de los golem para brindarle una mejora formidable, ahora si se parece un poco más a las torretas automáticas de mi mundo…
— ¡Increíble!, es… ¡hermoso! –Expreso Riha su emoción a gozo al ver la torrera desplegada.
—Oye, no lo vayas a tocar, esta arma está programada para disparar a cualquier criatura hostil que se acerque a nosotros –Manifestó Roz.
La torreta precisa del tacto de su creador (Rozuel) para recibir por medio del núcleo mágico fusionado con la porción de Allum, sus órdenes mentales para determinar a que disparar y que no, mismas instrucciones fueron ejercidas por Roz en el arma al momento en que lo sostenía en su forma de canina, ordenándole a la torreta de no disparar a ningún miembro de los aventureros (incluyendo al Enano guía) y Templarios, aunque había una excepción con condiciones…
—Amo, ¿el arma lo protegerá también en caso de que…? –El slime señalaba de manera indirecta al grupo de Reredy y sus chicas.
—No te preocupes por ese detalle, ya me encargue.
La torreta recibió las instrucciones de disparar a Reredy y compañía si llegasen a acercarse demasiado a la tienda de Roz y su grupo, emitiendo sus primeros disparos a modo de advertencia y el segundo de matar, también programo tomar acciones hostiles contra el aventurero rubio si este osaba realizar acciones sospechosas a distancia.
Pero Reredy no era el único, cualquier individuo (aventurero o Templario) estaba bajo la mira de la torreta si estos hiciesen algo contra su creador o la tienda de campaña levantada de su pertenencia, nadie estaba ignorado de sus precauciones.
—Es un artefacto interesante el que tienes allí.
Hablo en las cercanías el aventurero cuya cabeza la cubría totalmente un yelmo, a su lado la acompañaba la mujer de piel bronceada y cabello castaño.
— ¿Te importa si los acompañamos? –Pregunto el joven pidiendo el permiso para sentarse cerca de la fogata de Roz y compañía.
—Mientras no haya problema, no tengo nada en contra –Opino el Esper.
Gracias –Tomo asiento el aventurero del yelmo con su compañera a su lado.
Al igual que ocurre con Alan, era inevitable para Rozuel el percibir sospechas en el aventurero que tenia de frente, cuyo rasgo más llamativo era ocultar toda su cabeza con un casco, su compañera de piel bronceada aun sentada, denotaba en todo momento una postura de alerta, su aspecto de guerrera no era mera imagen, su edad delataba a modo de sospecha varios años de experiencia.
—Oye, ¿por qué cubres tu cabeza?, ¿acaso tienes una herida muy fiera que no quieres que nadie vea? –Pregunto Alan con pura curiosidad.
— ¿Esto? –Señalo el aventurero su Yelmo —No, tengo otras razones personales para hacerlo, me lo quitare tarde o temprano, si la situación así lo amerita.
—Su… no sería buena idea, señor "Ars" –Opino su compañera revelando el nombre del enigmático aventurero del yelmo.
—Relájate "Camira", una de las razones por la que vinimos es para socializar con ellos, ¿no lo crees? –Dice el tal Ars.
El joven del yelmo demostraba ser alguien no tan preocupado de los desconocidos a su alrededor, incluso deseoso de entablar una charla con ellos, eso no hizo sino alimentar aún más las dudas y sospechas de Roz hacia su persona.
—De entre tantos aventureros, ¿por qué tienes interés en nosotros principalmente? –Pregunto Rozuel.
—Creo que eres alguien interesante –Contesto de inmediato él.
— ¿Consideras interesante a un chico de mi edad que es capaz de matar a sangre fría sin pensárselo dos veces?.
Espero con su pregunta la respuesta de sus reacciones, como no podía ver su rostro, tenía que valerse de sus palabras.
—No dudare que al principio cuando vi como acabaste con esa aventurera pensé "ese chico es aterrador, que miedo me da" –Expreso Ars —Pero incluso alguien que da más miedo, es más respetable de alguien que no trata ni siquiera con dignidad el cuerpo de sus compañeros caídos.
Las palabras de Ars hacían referencia a los sucesos en torno al cuerpo de la aventurera que Rozuel abatió tras defenderse de ella, tras finalizar la reunión de aventureros y antes de la partida de ellos hacia el asentamiento Enano y posterior ingreso a la Zona Prohibida.
Reredy había tomado todo los objetos de valor de su muerta compañera y repartido con las chicas restantes que le seguían, acto seguido dejo el cuerpo recostado a una esquina de la pared del edificio en donde todos los aventureros se habían reunido y lo abandono a su suerte.
—Ese tipo es despreciable –Opino Riha.
—Dijo ser un Schaeltgood, dicha familia está conformada por nobles prestigiosos, como muchos aristócratas, puede deberse al reflejo de su personalidad –Declaro Ars —Aunque es bastante extraño encontrar a un Schaeltgood como aventurero, algo no anda bien, ¿por qué se dedicaría a la vida de un aventurero siendo una familia bastante acaudalada?, bueno… sus razones habrán.
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Reredy tenía su mirada perdida detenidamente en la fogata, con las dos chicas acurrucados a su lado, el aventurero de origen noble comienza a recordar fragmentos dolorosos que alimentan su iracundo ánimo.
—"Inútil, no vales para nada".
El recuerdo recrea a una persona joven con unos cuantos años más que Reredy, cuyo cuerpo y cara estaban envuelto en sombras, la enigmática figura familiar le mira con una expresión maliciosa y burlona, acompañado de diversas sombras en sus lados que se reían con él.
La sombra comienza a moldearse y a tomar la forma de otro individuo, esta vez era la figura de un chico más joven y pequeño, en su mano derecha manifiesta un arma extraña a sus ojos y que había visto recientemente, la pistola Mauser C96.
La sombra del chico que empuñaba tal arma apunta a la frente de Reredy, el aventurero entre miedo y terror yace paralizado, alrededor de la figura sombría se manifiestan otros cuerpos incorpóreos que le rodean y comienzan a emitir una risa burlona en torno a él.
El disparo de la pistola se efectúa y el recuerdo finaliza con Reredy volviendo en sí, quien aprieta sus puños conteniendo su rabia, para luego ponerse de pie y sin decirle nada a sus dos compañeras, comienza a alejarse del campamento montado por los aventureros y Templarios.
—¡Oye chico!, ¿¡a donde crees que vas!?, ¡es peligroso alejarse! –Le advierte Creik.
— ¡Cállate!, solo necesito un momento a solas, no me alejare demasiado, además llevo un contador Navum conmigo, estaré bien –Contesto él siguiendo su camino.
Las chicas que le seguían no dudaron en acompañar al joven rubio, Reredy se había perdido en la oscuridad de la vista de todos, Mecil Devon quien guiaba y en el fondo velaba por la seguridad de los aventureros, opto por no intervenir, pues era la imprudencia del muchacho la que en descaro ponía en riesgo su vida ante su forma de comportarse.
El aventurero rubio se había alejado lo demasiado del asentamiento y de sus compañeros como para no ver casi luz alguna de sus fogatas o sonido alguno de sus palabras.
Observaba con silencio el nocturno panorama de la corrompida naturaleza de la zona prohibida, las dos chicas se sitúan a su espalda preocupadas por su forma de actuar, Reredy levanta su puño izquierdo hacia el cielo como si un juramento hiciese, replicando en voz alta.
—Se los demostrare a todos, ¡el valor de mi existencia!.
Acto seguido comienza a reírse de manera histérica, lo que hizo preocupar aún más a las chicas, hasta que pronto la risa del chico rubio cesa de golpe y en su lugar emite quejidos de dolor, poniendo sus manos sobre su cabeza como si sintiera severas jaquecas.
— ¿¡Que… suce… de…!? –Trataba él de preguntarse.
Sus compañeras le hablaban, con rostros sumidos en incertidumbre y preocupación hacia Reredy, el chico deja de emitir quejido alguno y quita sus manos de su cabeza tornándose nuevamente silencioso.
—Reredy… ¿estás bien? –Pregunta una de las chicas.
—Por favor, di algo –Le suplica la segunda.
El aventurero desenfunda de su cintura la vara adornada con una piedra roja en la punta, fuego mágico emerge de la piedra del artefacto de tal índole y este crea una hoja de dicho elemento dando a lugar una espada.
— ¿¡Reredy!? –Replican las dos su nombre con cierto nervios y miedo.
En unos cuantos segundos, Reredy voltea atacando con un rápido corte a sus propias compañeras, cortando a las dos al mismo tiempo a la mitad desde la cintura, deleitándose quemaduras en la carne cortada, dándoles un final abrupto y funesto a las chicas.
El aventurero rubio enfoco su vista como atención hacia el asentamiento en donde estaban los demás, emitiendo un gruñido semejante al de un zombi, observando con unos ojos que lagrimaban sangre y una expresión endemoniada en su rostro.
Continuara…