— Ugh...
¿Qué horas son? He estado programando toda la noche, por lo que ya debió haber amanecido, ¿no? Rayos, y ni siquiera he comido algo en todo este rato. Me siento fatal, joder. No me sorprendería que me desmayara en cualquier momento. Después de todo, no es la primera vez que sucede algo así.
Qué rápido pasa el tiempo, ¿eh? Un día eres una estudiante de preparatoria, ilusionada por algún día estudiar programación y desarrollar videojuegos, y al otro ya estás trabajando de forma independiente. Ojalá lo mismo aplicase con los algoritmos, que de un momento a otro estuvieran completos y listos para ser ejecutados. Pero bueno, esas cosas no pasan. Y por ende aquí estoy, desvelándome como en cualquiera de mis días. Aunque a decir verdad, sería peor si no tuviera mi preciado café a mi lado, por lo que debería darle las gracias. He recurrido tanto a la cafeína, que a este punto ya creo que me he vuelto adicta.
Lo que hay que hacer para cubrir los costos, ¿no? Ya quisiera estar viviendo en una casa lujosa, o en al menos un apartamento decente. Pero no, tengo que conformarme con mi actual residencia. Para ser sincera, extraño vivir con mis padres. Si bien nos la pasábamos discutiendo por tonterías, era un sitio agradable y entrañable donde se daban conversaciones y momentos a rememorar. Eso sin contar que también echo de menos a mis gatos, las comidas de mi madre, y las comodidades del hogar.
— Me quiero moriiiiir.
¿Por qué demonios estoy recordando estas cosas? Ahora mismo no estoy en la mejor situación como para estar rememorando mi pasado. Todavía tengo un montón de mierda que hacer, no tengo tiempo para vagar en mis estupideces. Aunque eso sí, al menos debería lavarme la cara, que mis ojos están que se cierran.
Ja, y los hombres dicen que las mujeres somos más ordenadas. Si tan solo vieran mi habitación, sabrían que no es así. Sudaderas, playeras, camperas, chalecos, pantalones, sostenes, bragas, medias y zapatos se hallan desparramados por todo el suelo, junto a los libros y demás papeles. Creo que lo único que permanece en el armario a estas alturas son esos vestidos, tacones, y en general ropa de salida. Al fin y al cabo, me basta con usar prendas casuales.
Tiendo a decir que lo voy a ordenar todo en algún momento, y esas cosas, pero al final nunca lo hago. Honestamente, creo que nunca lo haré. No es mi estilo.
— Oh, dios. ¿¡Quién es esa criatura tan espeluznante!?
Yo, por supuesto, viéndome por el espejo del baño nada más entrar. Alguien digna de una película de terror. Algo así como la tipa de 'El Aro'. Bueno, tal vez exagero, pero sí es verdad que luzco bastante mal. Veamos, un cabello excesivamente largo y desarreglado, pareciera que ha pasado un tornado por ahí arriba. Venas rojas en uno de mis bellos ojos verdes, y quizás lo único destacable de mí. Ojeras bastante oscuras, nada que no se haya visto antes. Mientras que lo demás, como siempre.
He perdido algo de peso, no lo voy a negar. Y eso que últimamente sólo he estado comiendo comida chatarra.
— Puedo oír cómo me maldicen desde lejos...
Recuerda nunca mencionar algo así cuando pases cerca de un centro de adelgazamiento, pues no recibirás más que miradas asesinas.
Regresando al tema de mi figura, uh, no es la gran cosa que digamos. Copa B, cintura y trasero normales, supongo. Cosa que tampoco ha ayudado para captar los ojos de alguien. Y no es que quiera tener pareja ahora mismo, no, no. No me ayudaría para nada con el tema de gastos, ni la amargura de todos mis días. Por supuesto que no.
¿A quién le interesaría una chica que ni siquiera se quiere a sí misma ni pone algo de esfuerzo para verse bien? Además de ser una adicta al café. Como sea, digo esto pero en realidad solo me quitaría más tiempo del que dispongo.
Así que...
— ¡Volvamos a lo nuestro, Melanie!
Una lavada de cara y enseguida logro quitarme el sueño. Insólitamente, esta vez el agua ha sido más efectiva que el café. Hmm, ¿quizás porque estaba fría?
En fin, sea como sea, mi cliente está esperando progresos, así que a darle caña a ese asunto.
Me falta cerrar unos algoritmos, y rever el código para comprobar si se me pasó algo o no. Luego finalmente podré continuar. Aún estoy lejos de finalizar mi trabajo, pero soy optimista en que lo lograré tarde o temprano. Bueno, preferiría que fuese lo más pronto posible para poder descansar un poco. No pido demasiado.
— ¿Hm?
Nada más llegar a mi silla, noto algo fuera de lugar.
¿Qué es esta línea llamada 'anotherworld'? No recuerdo haber nombrado ningún algoritmo con ese nombre. ¿O acaso lo hice medio dormida?
Espera, espera... ¿Y estas etiquetas? ¡Jamás las había visto antes! ¿Es algún lenguaje que desconozco o qué? Pero si es así, ¿por qué está en mi código?
Esto no es un programa de código abierto ni nada por el estilo, entonces... No, la verdad no entiendo nada… ¿Debería ejecutarlo para probar? Aunque antes debería hacer una copia de respaldo.
Vaya cosas, no sé si es por culpa del café o qué, pero siento como que todo se ha vuelto muy extraño de repente.
— Copia de seguridad, lista. Ahora... ¡Ejecutar!
En ese momento, una terminal vacía resalta en una parte del escritorio, y así como si tratase de una de esas páginas al estilo 'Hackertyper' que exageran lo que un programador realmente hace, una lluvia de código comienza a desplazarse automáticamente por una ventana. Lógicamente, intento cerrarla lo más rápido posible, pues desconozco qué diablos está pasando. Sin embargo, esta no responde y continúa leyendo una línea detrás de otra.
Para ese entonces, solo me quedo observando, hasta el momento en que finalmente alcanza el último algoritmo con dicho lenguaje extraño.
'¿En qué se convirtió mi ejecutable?', murmuré en mis adentros. No podía creer lo que estaba viendo, pero menos aun lo que pronto iría a suceder. El tiempo pareció detenerse con la última función, y no daba señales de que fuera a continuar. Sin embargo, una nueva ventana se abrió con ello, pero antes de que siquiera pudiese observar su contenido, caigo desmayada en mi habitación.