Me hallaba solo, caminando bajo la lluvia, el sonido del agua chocando contra el suelo y el frio que recorría mi cuerpo me tranquilizaban, siempre he creído que el agua purifica, tal vez por algún cuento que escuche cuando niño, no importaba realmente, el agua me hacía sentir mejor, hasta que vi aquello, me vi a mi mismo, parado bajo la lluvia torrencial, mirándome como a un espejo, nos miramos durante unos largos segundos, mientras mi mueca era de asombro y el tenia una sonrisa en los labios, no sabía que sucedía, pero en definitiva había una copia perfecta de mi sonriéndome, sin saber porque mi corazón comenzó a latir con mucha fuerza, y mi ser clamaba por salir corriendo de allí, mas por alguna razón indescriptible no me moví de donde estaba, seguí mirando a lo que parecía mi reflejo en un espejo inexistente hasta que un rayo lo partió, el aroma a carne quemada inundo el ambiente, y sin ningún tipo de autocontrol corrí usando todas mis fuerzas, a ningún lado en particular.

Corrí hasta que mi cuerpo ya no soporto mas, y caí dolorosamente sobre el suelo, me había raspado las rodillas y los codos además de que mi cuerpo entero palpitaba, mas me obligue a ponerme de pie, estuve muy cerca de que se detuviera mi corazón por la impresión cuando levante la vista para saber donde me hallaba, pues aquel reflejo mío estaba parado frente a mí, mostrando aquella sonrisa que me había provocado la primera ráfaga de miedo hacia algunos minutos, caí de espaldas y me levante rápidamente, por instinto corrí nuevamente, sin percatarme que corría directamente hacia dos luces, solo pensaba en huir de aquel ser, mi corazón latía tan rápido que pensé que estallaría, entonces vi las dos luces, y escuche como dos ruedas de automóvil derrapaban intentando detenerse, mas era inútil, el auto iba a demasiada velocidad como para detenerse, paso de largo, destrozando mi cuerpo, como si se golpease un palillo de madera con un martillo, aun seguía vivo mientras mis entrañas contaminaban la carretera, mi conciencia aun existía, ya no había dolor, en mi ser solo quedaba un terror indescriptible.

Mirándome estaba mi reflejo, con aquella sonrisa estúpida en el rostro, movió lo labios, mas ya no había sonido, ni de él ni de nada mas, ni el auto estrellándose con un muro, ni la suave melodía de la lluvia, aun así sus palabras se escurrieron directamente a mi cerebro sin pasar por mis oídos, él decía "descansa en paz", seguramente la insípida letanía de la muerte. Luego… luego todo se volvió negro.