Abrí los ojos y de nuevo, lo único que podía ver era el techo blanco. El familiar sonido de uñas rascando la pared parecía de alguna manera distinto. Me levanté y mi cuerpo se sentía ligero. Mi cabeza, mi cuello, mis brazos y piernas parecían estar unidas con un hilo. Me daban más libertad de mobimiento. Era como si mi ropa fuera nueva, o mejor a un, como si la misma piel que cubre mi cuerpo hubiese sido repuesta. Camine hacia la ventana y no pude evitar notar el cambio drástico del clima. De un día al otro todo parecía haber cambiado. Me detenía a pensar que era lo que había pasado en mis sueños, pero lo único que podía recordar era el sentimiento de tener miedo.
Mientras observaba, la puerta de la habitación se abrió rebelando a la enfermera novata. Esta traía consigo un plato con un envase de yoghurt y avena y un frasco con la pildora tranquilizante.
-Amalia- estas bien? Te traigo el desayuno..
-Porque harías eso. Yo puedo ir por el.
-Amalia- Bueno, escuche que no estabas en condiciones de ir.
- Esas son idioteses
El joven avanza hacia ella e intenta pasar atravez de ella. La enfermera rápidamente reacciona y bloquea su paso
- Que mierda.
-Amalia- creo que no entiendes algo. El hecho de que trate de ser amable no te da derecho a menospreciar mis palabras. Parafraseé mal mis palabras. Tienes prohibido salir de tu habitación desde ahora en adelante hasta nuevo aviso.
-... Y Porque es eso...
- Amalia- No estoy informada. También tengo que avisarte que tienes cita con Alice mañana. Se que no tendría porque avisarte pero entiendo que no estás informado de muchos eventos.
- Te equivocas, justo ayer tuve mi cita con Alice.
- Amalia- no de hecho tu última cita fue hace un mes.
"observé a la mujer por algunos segundos. No parecía mentir, pero eso no le daba credibilidad total. Como podría ella saber los horarios de todos los pacientes. Me dí cuenta que no tenía sentido culparla de nada".
"la mujer me miro a los ojos por algunos segundos e inclinó su rostro. Se fué de la habitación, y por alguna razón mi cuerpo comenzó a recuperar el peso que tanto añoraba. Sentía como la falta de carga solo significaba que estaba vacío. De repente sentía la necesidad de algo. No comprendía que era, pero sabía que había olvidado algo. Caminé hacía la pared y golpeé ligeramente con las llemas de mis dedos. El sonido constante de fricción entre uñas y el cemento cesó derrepente. Acerqué mi oído hacia la pared y esperé"
" Escuche el ligero rechinido que el piso produce cuando el peso incrementa en un espacio específico. Podía sentir como la ansiedad se hacía menos fácil de aguantar.
-Merlín- donde está ella...
No sabía porqué, no sabía a qué se refería, pero de alguna manera entendía que "ella" era eso que me faltaba. Tenía algo de miedo de preguntar, algo me decía que la respuesta no era algo que quisiera escuchar.
-.....
-Merlín- la dejaste ir?
Eso no sonaba correcto. Todo me decía que "ella" tenía que estar conmigo. Nunca fuí generoso. El acto puro de dejar algo que me completa tanto ser libre, no sonaba a algo que yo haría en lo absoluto.
-... (susurrando) escapó?...
-Merlín- Escapó!!?
"Mierda, necesito respuestas. Que esta pasando".
-Merlin....no puedo recordar nada. Algo pasó. No... No se si debería..
-Merlín- no lo recuerdas!
-escucha! Te lo estoy diciend..
-Merlín- a veces.... Aveces es mejor olvidar..
-NO! mierda, tienes que decirme!
-Merlín- no tiene caso, no serás feliz sabiendo más.
-ese no es el caso..
-Merlín-.... Adiós.
-No! Mierda!quien más! Quien más la conoce!
"El sentimiento de adrenalina que sientes cuando el tiempo se acerca a su fin hace que cualquier incentivo sea automáticamente inalcanzable. Depronto la rapidez bruta que se desata se gasta y te quedas inconforme y sin ganas de continuar. En ese momento no sabía exactamente que perdía y, a pesar de que sabía bien que era estúpido querer algo que no podía siquiera visualizar, no podía evitar sentirme hueco".
Camine hacia mi cama y tomé asiento. Espere unos segundos por una señal, pero no había nada o nadie que pudiera detenerme. Arrastré mi almohada hacia mí, revelando lo que ya sabía estaba allí. Con mi palma completamente extendida cubrí las pastillas que podía y lentamente retraí mis dedos con la intención de capturar las pastillas que pudiera. Levanté mi puño asta donde la luz podía tocar y solo observé, aun esperando una señal.