Punto de vista de Saun
- ¿Deseáis la libertad? - Pude verlo, en sus ojos había desconcierto, un toque de miedo y esperanza. Pero esta última fue rápidamente ocultada y consumida por la desesperación.
- Por favor señor guardia, no nos haga bromas tan pesadas - La cara del viejo era triste, mientras que la joven llena de libido y sed de sangre.
Parecía que me confundieron.
- No soy ningún guardia, ni nada por el estilo - Con ello extiendo mi mano y bastante la oscuridad de ella, dejando verla fuera del árbol donde me escondí y un trecho de mi brazo.
Sus ojos brillaron de nuevo.
- Lo volveré a repetir y esta vez espero una respuesta. ¿Deseáis la libertad? - A mi pregunta el joven comenzó a temblar, parecía extasiado, pero en cambio, el viejo rápidamente lo detuvo.
Ahora entiendo porque la bruja me mando a buscar a un joven asiático, impulsivo, fácil de engañar, atraer, sin la sabiduría de los años.
Puede que la haya cagado por tener al anciano también metido en esto.
- Dime extraño, cual seria el precio por nuestra libertad, no existe almuerzo gratis en este mundo - Maldito viejo.
- El precio seria vuestra libertad, una vez salvados serviréis bajo de mi señor - El viejo parecía dubitativo, mientras que el joven casi grito.
- Olvídalo papa, es otro monstruo que intenta volvernos esclavos, por lo menos en batalla moriremos con honor - Su temperamento me recuerda a Gal, aunque también tiene razón, desde su punto de vista no cambiaría mucho su situación.
Pero las palabras del viejo, me impresionaron.
- Cállate maldito estúpido, si mueres quien defiende al clan, acaso piensas que tras morir esos asquerosos pájaros dejaran a los nuestros, solo eres un maldito iluso y un cobarde, prefieres morir a quedarte a su lado, es el pensamiento de tontos - Parece que el carácter fuerte del hijo vino del padre.
- Extraño, quiero hacerte unas preguntas, pero tener que esperar un poco, en nada este árbol caerá y pasaremos al siguiente - Sin decir nada me moví, al minuto escaso el árbol donde ellos usaban su magia fue arreglado.
- Bien extraño, tiene dicho que te serviremos, entonces dime que trato tendremos - La edad suele ser símil de sabiduría y el anciano era la confirmación de esta regla.
- Lo primero, no me serviréis, pueden ayudar a mi señor. Segundo, vosotros calificareis como vasallos, pero esto durara durante vuestra existencia, lo único diferente de ser esclavos es que no tendréis cadenas, ni sufrirán hambre, ni seréis castigados a no ser que hagáis algo estúpido, si no, sufriréis aún más que ahora - El anciano estaba pensando y el joven no se atrevió ha hablar, pero sus puños apretados mostraban su descontento.
- También os daremos un regalo de Bienvenida - En ese momento, esta sonriendo, solo de pensarlo se me aceleraba el corazón, una pena que no pudiesen verme la cara.
- ¿Que sera ese regalo? - El joven pregunto, pero el viejo seguía en sus pensamientos.
- Que regalos serios mas placentero que la venganza - jajaja. Lo nota, lo escuche, sus corazones se saltaron un latido, parece que será divertido al final no matarlos.
Ellos, ambos, padre e hijo, estaban temblando, parecían un par de gelatinas con un toque de sed de sangre.
- Tengo una última pregunta - El anciano se recupera mucho más rápido que su hijo.
- Dime viejo -
- ¿Qué piensas de tu señor ?, lo ha mencionado pocas veces - Esa maldita bruja ha predicho todo, realmente da miedo.
- Mi señor es un santo en este mundo, alguien que ha dado su vida por nosotros, aunque no lo hizo por bondad, lo admitió, no quiere que pensemos cosas que no son hijo, es amable con los suyos y el verdugo de sus enemigos, yo soy su arma, una de ellas y mi vida es suya, si le sirves vivirás, si las fallas estarás muertas y no hará falta el orden, entonces seré vuestra sombra hasta que no estén ninguno con vida - Con cada palabra, un toque de adoración y sed de sangre se expulsaba, no habían mentiras, solo hechos.
Tanto el viejo como el joven estaban temblando, miedo, la sed de sangre los estaba envolviendo, parecía que estuviesen envueltos entre depredadores.
- Por ultimo viejo, cuando marchan a la guerra, fijaos en los seres de blanco con mascaras, si se quitan las mascaras, corred con los ojos cerrados, si han sobrevivido y os salvareis. Si esta información llega a los pájaros, está muerto, si no lo hacéis, está muerto, si no está comportado cuando está con mi señor ... -
- Estaremos muertos - El joven parecía entendido, pero no del todo.
- No, no moriréis, vivirán, mientras veis como vuestros amigos y familiares son torturados durante toda vuestra vida y os aseguró que durara muuuucho - Con todo lo dicho me fui, ya no haca falta decir más.