No puedo creer que mi viejo amigo se convirtiera en esto, jamás pensé que lo sucedido ese día le cambiaría su corazón de esa manera.
No debí dejar que la conociera, sin tan solo lo hubiese dejado ir ese día al vieja, tal vez no estaríamos en este problema- dijo N mientras miraba la lluvia por la ventana de la oficina.
Lo que N desconocía es el hecho de que con el o sin el, Xavier la hubiese conocido, pues entre el y ella existe un lazo que ha traspasado barreras, un lazo capaz de unir un mortal con un inmortal vida tras vida.
Un lazo hecho de amor, pero también de miseria, donde dos seres de mundos diferentes se amaron, pero también fueron separados en cada una de las vidas de Xavier, sin embargo, después de 600 años, en esta vida sucedió algo distinto.
- Debo encontrar una solución para mi amigo, tal vez el anciano me ayude, aunque pensándolo bien ese viejo no dice nada- se decía N hacia si mismo.
- Ella dejó algo- dijo una voz en el recinto.
Cuando N escuchó esas palabras respondio:
Pero lo que dejo es de este mundo o no?
Sin embargo, después de terminar de hablar N se preocupó, pues el estaba solo en el recinto.
- Hay Dios mío, debo estar escuchando voces, debo hacer algo por mi amigo y para dejar ir a Lup, pues a fin de cuentas ese ser insignificante no tiene la culpa.
Tendré que ir con el anciano a buscar respuestas yo mismo- dijo N, quien después de concluir esto, salió de la habitación para dirigirse a la residencia del anciano, quien ya sabía que N se dirigía a buscarlo, pues esa voz que dio una pista del secreto, era el mismo.