La expresión de él le causaba confusión a ella, ya que no podía explicar cuán raro era aquello.
Nunca antes él se había mostrado preocupado por su esposa, por lo que le causó un nuevo y extraño sentimiento a ella.
Incluso llegó a molestarse con ella misma por hacer esperar a su esposo.
Dejo escapar un suspiro, de esa manera logró relajarse un poco e hacer que su sonrojo disminuyera.
Como si estuviera programada, ella enseguida dentro de su imaginación creó un sistema que le permitiera relajarse e hablar de una manera decente.
—Bueno, esta mañana me llegaron varios mensajes... los cuales no me esperaba—comenzó su explicación completamente relajada.
Afortunadamente, la expresión de su esposo la ánimo para continuar hablando y evitar sentirse mal por aquél asunto.
—No me esperaba que fuera mi madre, pensaba que sería la última persona en comunicarse conmigo.
No pude evitar preocuparme por ella, quizás le pudo haber sucedido algo, no creo que ella desee comunicarse conmigo por cualquier asunto—Sun Hee siguió hablando sin dejar de fijarse continuamente en la reacción de su esposo, esta vez él estaba tranquilo y sin ninguna expresión alarmante. Pero de cierta forma, algo le decía que su expresión cambiaría completamente cuando terminase su historia.
La idea de que él se sintiera decepcionado, provocaba que en su corazón sintiera como varias agujas se clavaban lentamente para causarle mucho más dolor.
—Yo... bueno... no pude decir que no, si ella realmente necesitaba por primera vez mi ayuda no podía negarme.
Quizás esto te parezca estúpido, pero... sigue siendo mi madre y si en verdad puedo ayudarla, entoces lo haré—preocupada, Sun Hee decidió que finalizaría esa historia de esa manera.
Sin embargo, la respuesta de Seong-Jin la dejo boquiabierta y no pudo evitar mirarlo sorprendida.
—No estoy de acuerdo, no me parece que sea correcto lo que estas haciendo—respondió serio, finalmente sus ojos habían vuelto a ser como eran anteriormente. Incluso el tono de su voz provocaban escalofríos a cualquier persona, sin duda, nadie en ese momento se hubiera atrevido a retarlo.
En verdad, Sun Hee sabía que de cierta forma su esposo no estaba equivocado, pero nada la haría cambiar de opinión ahora.
Finalmente, volvió a continuar con su incómoda conversación.
—Lo siento, ya he tomado una decisión, quiero visitar a mi madre e intentar ayudarla en lo que yo pueda.
No te estoy pidiendo que te encargues, así que si es por eso no te preocupes. Me encargaré de los problemas que tenga mi madre.
Seguido de eso volvió a observar los ojos de Seong-Jin, los cuáles sorprendentemente la observaban como el primer día que ella llegó a la mansión.
Enseguida esa mirada provocó un sentimiento de culpa en Sun Hee.
Ella sabía perfectamente que el tenía toda la razón, ¿porqué debía ayudar a a su madre después de todo lo sucedido? Claramente era una locura.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de su esposo.
—Haz lo que quieras, visita a tu madre si es necesario. De todas formas, no soy yo el que debe tomar las decisiones en tu vida.
Solo tengo una condición, si realmente vas a ir, entoces iré contigo—explicó Seong-Jin con poca gana, fácilmente uno se podía percatar lo disgustado que estaba con esa decisión, incluso cualquiera diría que aquello era lo que más odiaba decir.
Sun Hee sentía que todo lo que había a su alrededor había desaparecido, solamente podía ver a su esposo frente a ella.
Los ojos de ella brillaban y no pudo evitar mirarlo fascinada. El cambió de decisión de él la había sorprendido demasiado, no pudo evitar revelar una gran sonrisa como agradecimiento.