Otra vez los dos estaban en silencio, acababan de volver al inicio de la historia, era como un acantilado que parecía no tener fin, específicamente, un bucle.
Estar de esa manera era un poco incómodo para los dos pero... podía ser peor.
Finalmente, uno de los dos decidió dar el paso para establecer una conversación, esa persona fue Sun Hee, rápidamente tosió para aclarar su garganta y llamar la atención de su esposo.
En ese mismo instante el reaccionó girando su cabeza para poder mirarla, pero fue una mala decisión, ya que sus rostros estaban casi pegados y fácilmente podían notar la respiración del otro.
Durante unos segundos Seong-Jin no reaccionó, simplemente fijo sus ojos en el rostro de su esposa y no dijo nada.
Fácilmente, Sun Hee pudo escanear completamente el rostro de su esposo, sus ojos profundos, nariz afilada y labios finos... una belleza poco común pero realmente atractivo.
Por un momento su mirada se dirigió nuevamente al cabello de él, se le había olvidado completamente que antes cuando acarició su cabello lo despeinó.
Mientras más lo miraba, más extraño le parecía, ahora mismo su rostro y cabello no quedaba bien conjuntado de esa manera.
Rápidamente levantó su mano y gentilmente arregló su cabello.
—Lo siento, antes te había despeinado y se me olvidó arreglarlo, no volverá a pasar—dijo aún arreglando su cabello.
—¿Porqué te disculpas? Sigues siendo mi esposa, no es necesario que te disculpes por cada error, tampoco tengo ningún problema en que me toques—cuando término de contestarle a su esposa rápidamente le dió unas palmaditas en el hombro.
Eso era completamente nuevo para ella, el tono de su voz ahora era serio pero también agradable... era como si estuviera dando su mejor esfuerzo para hacer que ella se sintiera lo más cómoda posible.
Para ella, no era común escuchar la palabra esposa, era cierto que estaban casados pero para ella todavía seguía siendo un matrimonio sin sentido.
Tampoco podía negar que de alguna manera le agradaba su esposo, cada día quería averiguar más y más de él, era como una fuente de alimento para ella, sus secretos hacían que cada día se levantará con más energía para averiguar cada uno de esos secretos. Sin duda, algún día lograría romper aquél candado casi imposible de romper, de alguna forma, encontraría esa llave.
De repente, la voz seria de su esposo interrumpió los extraños pensamientos de Sun Hee.
—Cenemos fuera, creo que hay un lugar que puede gustarte bastante.
Sun Hee se quedó en shock tras escuchar las palabras de su esposo, estaba boquiabierta y sus ojos se abrieron de la sorpresa.
Aquello era el ataque sorpresa que menos se esperaba.
Aunque él no lo dijera, eso era como... ¿una cita?
Sun Hee finalmente pudo observar la expresión indescifrable de su esposo, parecía estar tranquilo mientras que el corazón de ella latía rápidamente. ¿Cómo era posible que Seong-Jin dijera eso y tuviera esa expresión tranquila? ¿Acaso no se había dado cuenta de lo que acababa de decir?
Sun Hee volvió a morderse el labio y pensó sabiamente su respuesta, si le decía que no seguramente le molestaría a su esposo, además, tampoco tenía motivos por los que negarse.
También era bueno que salieran durante un rato juntos ya que quizás eso ayudaría a que Sun Hee conociera un poco mejor a su esposo.
Mientras que Sun Hee pensaba en la respuesta, Seong-Jin miraba curioso su rostro, en verdad él se esperaba un rechazo a esa propuesta repentina, pero tampoco quería pensar tan negativamente.
Finalmente, pudo ver como la boca de su esposa se abría para darle una respuesta.
—Vale, si quiero.