Enseguida Sun hee agitó su cabeza para olvidar aquellos vergonzosos pensamientos.
Se acordó de que ahora ya no estaba sola... miró y sonrió a Shaoran de manera tierna, le entristecio un poco que él no reaccionara, seguía quieto, parecía dispuesto a estar allí sin moverse durante todo el día, Sun hee pudo ver como Shaoran tenía una expresión triste, parecía que acababan de abandonarlo.
Sun hee puso sus manos sobre su cintura y suspiró lentamente, no se atrevía a dejar a Shaoran de aquella manera, además, si iba a tener que pasar tanto tiempo a partir de ahora con él, sería mejor tener una buena relación, pensaba ella.
Quería averiguar porque el estaba tan triste, o porque solo se acercaba a Seong-Jin.
"¿Cómo es que solo confía en una persona, y... cómo es posible que esa persona sea Seong-Jin?"
Sun hee se acercó a Shaoran lentamente, sentía que si se acercaba rápidamente explotaría una bomba.
—Hola... creó que no hemos tenido oportunidad de hablar antes, ¿quieres que nos sentemos y hablemos?
Shaoran se quedó en silencio durante un rato, luego se negó con la cabeza, seguía sin mirarle a los ojos.
Sun hee se sintió un poco decepcionada, prefirió no insistir, no quería agobiar a Shaoran o incluso espantarlo como si fuera algún animal pequeño. Aún no lograba comprender porque su esposo le había ordenado a alguien que parecía tan delicado cuidar de ella.
Sun hee fue hacía la cocina y cogió una bolsa de patatas que había escondido... las mucamas siempre le pedían que no comiera ese tipo de cosas porque eran malas para la salud, por eso siempre escondía ese tipo de comida.
Al girarse se asustó por culpa de Shaoran, estaba enfrente de ella, ni siquiera se había percatado de que la había seguido, sus pasos eran silenciosos...
"Bueno, ¿entoces va a actuar como si fuera mi sombra?"
Sun hee suspiró otra vez y no pudo evitar reírse, cada día en la mansión podía ver cosas nuevas y más raras que la anterior.
Se le ocurrió alguna de forma de conseguir que el hablara, dependería de el hambre que tuviera Shaoran.
Sun hee abrió la bolsa de patatas, luego comenzó a comer mientras miraba a Shaoran.
Cuando por fin logró que el mirara la bolsa de patatas, le preguntó:
—¿Quieres?—dijo mientras movía la bolsa de patatas.
Shaoran no se movió, seguía mirando fijamente la bolsa de patatas, luego, despacio miró nervioso a Sun hee.
Asintió con la cabeza varias veces.
Sun hee volvió a sonreír y le dió la bolsa entera, quería ver a ese adorable chico feliz.
—G-gracias.
Sun hee sonrió feliz, quería dar saltos de la alegría, creía que nunca lograría escuchar hablar a ese chico.
Su voz era dulce y temblorosa.
"Que lindo"
Un rato después Sun hee estaba tumbada en el sofá, estaba centrada en el programa que estaban poniendo... su concursante favorito estaba a punto de ganar.
De vez en cuando miraba a Shaoran, comía las patatas rápidamente, se notaba que tenía hambre.
Casi veinte minutos después anunciaron el ganador del programa y Sun hee gritó al escuchar quién ganó, se alegró de que ganara su concursante favorito.
De repente escuchó la voz débil y temblorosa de Shaoran, él agarraba su camiseta y tiraba de ella para llamar su atención.
Enseguida Sun hee se giró y con una sonrisa en la cara le preguntó:
—Shaoran, ¿pasa algo?—dijo mientras le miraba curiosa.
—Señorita Sun hee, es la tercera vez que la llaman por teléfono y no coge la llamada.
Sun hee se sorprendió al ver tres llamadas perdidas en su teléfono, estaba tan centrada en el programa que ni siquiera se entero de que la estaban llamando.