No quise dejar mi destino a la suerte, entonces este mes tomé un descanso del cultivo de la energia y me fui a charlar con los hermanos de secta en los pocos momentos con los que me topaba con ellos. Mientras charlaba, pude darme cuenta del nivel que tenían. Descubrí que uno de ellos no tenia un nivel energético tan alto como el mío, y me comentó que estaba ahorrando las piedras espirituales para invertirlas en un bono de piedras espirituales. Le propuse que me prestara sus piedras espirituales, y yo le daba rendimientos similares a los del bono al cabo de un año. El accedió bajo la condición que lo protegiera en la expedición de la secta.