—Saca ese cuchillo de mi cuello, Suzy.
—Esta bien, pero me quedaré con esto— me quitó el mío y los tiró ambos a un lado.
—Quítate de encima de mi.
—¿Por qué? ¿Realmente quieres que me salga?— se movió encima de mí y sonrió—. No me convences, Caden.
—Mi mujer está ahí fuera, ¿Podrías comportarte?
—¿Lo dices cuándo estás así de excitado?
—Es una reacción obvia y más si te estás moviendo como si estuvieras montando un toro.
—No un toro, pero sí una bestia— rio, y me encaró—. Me gusta como eres, Caden. Tienes unos ojos muy claros, pero se oscurecen cuando te llenas de rabia. Cuando frunces el entrecejo, luces como un demonio y eso me encanta de ti.
—¿Podemos tener esta conversación de pie?
—No, déjame quedar así por unos instantes. Se siente bien montarte, mientras tu novia está allá arriba amarrada— rio.
—No sabía que eras tan pervertida, yo que creí que eras muy estúpida— solté tratando de levantarme y me sujetó ambas manos.
—Eso debo decir yo. Digamos que tienes un imán para atraer a las personas. Tienes esta única expresión de chico tímido y tonto, pero en realidad eres un demonio muy malo y despiadado. Somos tan parecidos, que no puedo evitar excitarme.
—Puedo darme cuenta— a través de su camisa podía ver sus pezones erectos y desvié la mirada. Yo solo tengo ojos para Noah—. Tú también tienes una cara de chica tímida y tonta, pero eres una pervertida y de las peores.
—Por eso somos perfectos, el uno para el otro. Quédate conmigo, Caden.
—No digas tonterías, yo solo amo a Noah.
—No me hagas reír. Esa mujer se nota que no te quiere, que ni cerca de ti quiere estar, por algo la tienes amarrada, ¿No?
—Cállate, Suzy.
—No te molestes, yo no huiría de ti nunca. Si tienes la fantasía de amarrar, puedo aceptarlo mientras venga de ti. Puedo hacerme pasar por ella y ser tu única mujer. No te haría pasar disgustos y te ayudaría a encontrar comida y a esconder la evidencia, así como hace un momento.
—Es realmente una buena oferta, pero no me gustas. Amo a mi mujer.
—Eso hiere mis sentimientos. Eres muy cruel, pero me gusta eso de ti. Haré que seas mío y te des cuenta que valgo más la pena que esa muñeca de trapo que tienes ahí arriba— frotó sus senos en mi pecho y sonrió antes de levantarse de encima de mi.
—¿Esos huesos son de Daniel? — preguntó mirando hacia ellos.
—Sí— respondí, y caminó hacia ellos para darles una patada.
—Eres el mejor, Caden. Sé mío — sonrió torciendo su cuello hacia mí dirección.
—Eres muy insistente.
—Cuando me gusta algo sí. Ya me voy— dijo tratando de subir las escaleras.
—No te puedo dejar ir— caminé detrás de ella.
—No diré nada, no me conviene y no quiero hacerlo— subió las escaleras, y recogí los dos cuchillos para subir también.
Vi que estaba parada al lado de Noah y acercó su boca a su oído. No sé lo que le dijo, pero Noah se veía asustada y Suzy caminó a la puerta.
—Buenas noches— riendo salió, no sé si haya sido buena idea dejarla ir.
—¿Qué te dijo, Noah? — caminé hacia ella y le quité la cinta de la boca.
—Tú no vas a matarme, ¿Verdad?— preguntó asustada.
—Jamás lo haría, a no ser que me hagas enojar.
—¿Quién es ella?
—¿Tienes celos?
—¿Quién es, Caden?— respondió con una pregunta, y me molesté.
—Una compañera del trabajo, resulta que me ayudó mucho hoy y por eso la traje.
—Está loca.
—Ahora dime, ¿Estás celosa de ella?
—¿Por qué habría de estar celosa?— su pregunta me irritó un poco.
—Porque es una mujer y porque estaba a solas conmigo allá abajo. ¿No es normal sentir celos de alguien que se acerque a la persona que te gusta?
—Caden, yo...
—¿Tú qué? ¿No sientes nada? ¿Eso dirás?
—No es eso.
—Entonces ¿Qué es?
—No quiero que la vuelvas a traer aquí.
—¿Estás celosa por mi? — se quedó en silencio y desvió la mirada.
—No dejes que se acerque a esta casa y no te comuniques con ella.
—Tus deseos son órdenes, hermosa— sonreí.
Preparé la cena y al servirle, hizo la misma expresión de siempre. No le quise prestar mucha atención, no quería pelear con ella. Me sentía feliz, pues es la primera vez, en tanto tiempo, que Noah mostraba interés en mí; supongo que de algo sirvió la visita de Suzy. Al terminar, subimos a la habitación y luego de bañarnos, nos acostamos en la cama. Al ver sus piernas traté de acariciarlas, pero las movió.
—Noah, ¿Cuándo estaremos juntos?
—No tengo ganas, Caden.
—Han pasado largos meses y me haces falta.
—Ahora no.
—Siempre das la misma excusa. ¿Acaso me desprecias? Creí que los celos de hoy iban a acercarnos, pero cada día te siento más lejos.
"Esa mujer se nota que no te quiere, que ni cerca de ti quiere estar, por algo la tienes amarrada, ¿No? Yo no huiría de ti nunca. Me gustas, Caden." Las palabras de Suzy se cruzaron por mi cabeza, no sé por qué estaba pensando en eso, pero de alguna manera hace lógica. Me duele su desprecio y su rechazo, es agotador y desesperante escuchar siempre lo mismo. ¿Cuánto tiempo más debo esperar? He sido paciente, pero con ella nada funciona. ¿Realmente quiero esto para siempre?