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Chapter 26 - Buscar alguien para casarte....

De pronto alguien llamó a la puerta, sacandolos a ambos del ambiente tan cómodo que tenían, cuando Anna miró el reloj de dio cuenta que llevaba allí casi una hora y le parecía que acabado de llegar.

Cuando Ryo dio permiso entró el hombre que le había dado la tarjeta y se dirigió a él.

-Señor en media hora tiene una reunión en la sede central.

- Dile que la retrasen media hora.

Y acto seguido se fue igual que había venido. Ryo miró a Anna y se dio cuenta de que sus mejillas se habían tenido de una rojez muy sutil, estaría avergonzada de robarle su tiempo, si ella supiera que él estaba dispuesto a dedicarle no solo una hora sino cientos de ellas.

-Lo siento, te he robado mucho tiempo hablando de mis cosas... no soy capaz de parar cuando hablo de diseño o de mi boutique.

- No digas eso, al contrario me ha encantado que vinieras aquí y que me permitieras ver tu otro yo.

Ella ya se estaba levantando para irse, cuando el le agarró de la mano suavemente, no tenía intención de detenerla, solo quiso llamar su atención.

- No te olvides de pensar en mi propuesta.

- Tranquilo, te traeré una propuesta una vez la tenga hecha.

-Mi numero esta en la tarjeta que te llevaron, si necesitas algo ya sabes como localizarme.

-Nos vemos, no te entretengo más.

Tras lo cual se levantó, se colocó de nuevo sus gafas de sol y salió de la oficina, mientras ella caminaba hacia el ascensor, un par de mujeres que estaban en la oficina la miraron extrañadas, era la primera vez que veían salir una mujer tan guapa y a la vez vestida tan sencilla de la oficina del todopoderoso señor Lee.

No tuvieron ningún pudor de hablar entre ellas de quien era ella y la aspecto que tenía, y desde luego Anna pudo oirlas perfectamente, como no era la primera vez que le pasaba, le resto importancia, la gente tenia la mala costumbre de juzgar el valor de las personas por la ropa que vestían, y muchas veces una ropa sencilla no era indicativo del estatus económico de la persona, y había mucha gente que vestía ropas carísimas, pero que en realidad vivían por encima de sus posibilidades, pero así era la sociedad.

Cuando volvió a su coche ya su cabeza andaba trabajando en el proyecto que Ryo le había propuesto, no entendía muy bien porque había pensado en ella para ese proyecto, pero le parecía muy interesante y si podía iba a intentar llevarlo a cabo.

Al llegar a casa se encontró a su madre en la sala, y la miró muy extrañada, ella no acostumbraba a salir con ese tipo de ropa a la calle, así que fue directamente a preguntarle.

-¿Anna de donde vienes vestida asi?

-Fui a dar una vuelta,y al centro comercial.

-Pero esa ropa no es adecuada para una joven como tu.

-Mama, no empieces con esas tonterías, lo dices como si fuera desnuda y no es el caso.

-Pero Anna, que dirán mis amistades si te ven...

-Para mama, ya soy adulta, y creo que tengo derecho a vestirme a mi manera, a salir y a entrar cuando yo quiera.

-Pero hija, te lo digo por tu bien.

-Esta bien, mama.

Anna fue directa a su habitación y enseguida se dió cuenta de que era el momento de buscar una casa para ella, su madre no era mala persona pero tenia unas ideas de como hacer las cosas que ya Anna no toleraba, cinco años viviendo sola le había hecho valorar mucho su independencia.

Después de ducharse y cambiarse enseguida se puso a trabajar en el proyecto que tenia en vistas, supo que una criada le trajo algo de cena, pero estaba tan concentrada que cuando se dio cuenta ya era media noche y fue derrotada a la cama, a la mañana siguiente hizo casi lo mismo, estaba tan enfrascada diseñando y haciendo posibles combinaciones que se le paso el día casi en un instante hasta llegar derrotada a la cama a media noche.

Después de 3 días, ya tenia algo bastante interesante para enseñarle a Ryo, pero no sabia si debía llamarlo o esperar un poco más a tener algo más exacto, decidió salir un rato a pasear y encontró a sus padres en la sala.

-Hola papa,mama.-dijo saludando

-¿Hija que has estado haciendo 3 dias encerrada, que no has bajado ni a comer?- preguntó su madre

- Trabajar, tengo unas cuantas cosas con las que ponerme al dia.

-Que tan importante puede ser eso, para que no salgas de la habitación...-Se notaba a su madre molesta.

-Es mi trabajo, tendré que dedicarle tiempo, además tengo que aprovechar los momentos que estoy concentrada para adelantar.

-Pero hija, tu no deberías trabajar, deberías estar empezando a buscar alguien para casarte y establecerse.

-Mama el matrimonio no es para mi- aquello no era del todo correcto, si encontraba alguien que valiera la pena, a lo mejor se lo plantaba, pero desde luego no por los motivos que le decía su madre- Y mi trabajo es muy importante para mi.

Su padre que estaba muy tranquilo interrumpió en ese momento la conversación entre madre e hija.

-Deja que Anna haga lo que tenga que hacer, ella es de otra generación, donde las mujeres trabajan y se ganan la vida por si misma.

Aquella respuesta de su padre, dejo a su madre callada y mirándolo como si estuviera loco.

Anna solo pudo agradecerle a su padre el apoyo y se fue a dar un paseo bien merecido tras tanto días trabajando..