La Qiao Anhao, antes de cumplir los diez años, poseía la forma de felicidad más pura del mundo. Ella tuvo un padre exitoso y una madre amorosa.
Pero el año en que cumplió diez años, perdió su felicidad en solo una noche.
Era jueves y sus padres iban a participar en una cena benéfica. Antes de irse, su padre la había ayudado pacientemente a terminar su tarea. Él había resuelto las preguntas más difíciles para ella. Su madre había tomado un baño y había preparado un conjunto de ropa bonita para que la llevara a la escuela al día siguiente.
En ese momento, Qiao Anhao actuó como un pequeño adulto. Ella envió a sus padres hasta la puerta y les ordenó que cuidaran de su seguridad.
Debía de parecer adorable en ese momento, ya que ambos la besaron en la frente antes de despedirse y marcharse.
Su madre había entrenado a Qiao Anhao para ser una niña independiente. Cada vez que se duchaba, le pedía a Qiao Anhao que se lavara los calcetines, pero siempre se le ocurría una excusa diferente para escapar de esa responsabilidad. Pero ese día, decidió lavarse los calcetines por un capricho. Se lavó los calcetines con seriedad y hasta había colgado su ropa muy bien. La dulzura se extendió por su corazón mientras pensaba en lo orgullosa que estaría su madre.
Pero el segundo día, cuando abrió los ojos, no fue para la alabanza de su madre sino para la de su tío. Él le preguntó si ella quería venir a quedarse en su casa por un tiempo.
A los diez años, todavía era una niña. No detectó la diferencia en los ojos de su tío y, como cada vez que sus padres estaban ocupados, la enviarían a quedarse temporalmente a la casa de su tío, ella asintió con la cabeza, incluso empacando su propio equipaje.
Su tío tenía una hija de la misma edad con la que tenía una relación cercana. Todos los niños estarían más felices con la compañía, por lo tanto ella no sospechaba nada. Pero cuando sus padres no vinieron después de mucho tiempo, ella decidió preguntarle a su tía y su tío. Le dijeron que sus padres estaban en el extranjero y solo regresarían después de un tiempo.
Ella les creyó.
Pero un día, cuando se había peleado con su prima por un juguete, le dijo que sus padres estaban muertos y que nunca volverían. La Qiao Anhao en ese momento no entendía el concepto de muerte, pero ella podía entender completamente el significado de "nunca estar de vuelta". En su miedo y horror, ella rompió a llorar en una instancia, despertando a su tía y tío.
Esa noche, su prima fue enviada a la sala de estudio para ser castigada, mientras que su tía y su tío pasaron la mitad de la noche tratando de consolar a Qiao Anhao, diciéndole que volverían corriendo. Ella realmente creyó sus palabras entonces, pero más tarde, después de muchos días, comenzó a molestarlas, preguntando cuándo volverían sus padres.
Gradualmente, ella dejó de preguntar, entendiendo las palabras de su prima.
Su tía y su tío siempre la habían tratado bien, todo lo que su prima había tenido, lo habría hecho, a veces incluso mejor. Pero a pesar de que estaba agradecida, nunca podría sentirse segura.