Escuchaba una lejana voz, diciéndome que no me vaya que me quede ahí. Pero ¿Como quedarme si mi cuerpo no respondía? No podía hacer ni el mas mínimo movimiento. ¿Que debería hacer exactamente? Seguir luchando o rendirme. Luchar por hacer una vida normal, por vivir. O rendirme y dejarme llevar por el oscuro final de la vida.
¿Tendré las fuerzas necesarias para quedarme?
Una imagen vino a mi mente, yo y un chico. Daniel. Y mis amigas Sam y Hannah. Pero no era un recuerdo normal de nosotros en un parque de diversiones. Estábamos ahí, luchando por nuestras vidas. ¿Esto acaso era real? ¿O era la enfermera que se paso con la anestesia? Lo más lógico era la segunda opción definitivamente.
La voz era cada vez mas audible, y sentía el calor reinar en mi cuerpo. De a poco pude mover un dedo, luego otro, y finalmente toda mi mano derecha. Pero me di cuenta que esta estaba apresada por otra que la sostenía.
Trate de abrir los ojos, pero la luz me obligó a cerrarlos nuevamente.
Una voz masculina se escuchó, era grave y temblorosa. ¿Ese era el Daniel de mi recuerdo/alucinación? Me esforcé de nuevo y pude abrir mis ojos completamente. Y lo primero que encontró mi mirada fue un joven con pelo rubio y alborotado. Unas cejas gruesas y también pestañas largas. Lo que me llamo la atención fueron sus ojos, no eran marrones, ni azules ni verdes. Eran de un color carmesí, que me invitaban a perderme en ellos. Era Daniel, tal y como estaba en mi extraño sueño, pero sin sus heridas en el rostro, ni sus ropas rasgadas. Estaba sano.
-Emma despertaste- Dijo agregando una gran sonrisa a sus rosados labios.
-Aún sigo dormida- Agrego con sarcasmo.
Deje de mirar a Daniel para centrarme en el lugar donde me encontraba. Estaba en una sala blanca, con un ramo al lado de mi cama, y rodeada de máquinas, había un cuadro de una hermosa cascada colgado de la pared. Definitivamente estaba en un hospital.
Volví mi mirada a mi compañero, quien me miraba con preocupación.
-¿Que me ves, Daniel?- Dije con un toque de diversión.
-Tu magullado rostro, pequeña.
-¿Tan mal esta?
-Si, bastante- Reí de su cara de asco. Era divertido hasta que la risa me llevo a una fuerte tos, que me dejaba sin aire. -Tranquila Emmy, llamaré a la doctora.
Y así se fue rápidamente dejándome en un tranquilizante silencio descartando la tos que iba siendo mas leve.
Cuando mi tos había calmado volvió acompañado de una muchacha con un gran parecido a él. A diferencia de Dan ella, tenía los ojos verdes. Vestía un guardapolvo blanco con detalles en celeste, tenía recogido el pelo en una cola alta, y traía unos lentes que la hacían parecer mayor.
-Hola Emma ¿Como te sientes?- Preguntó con una sonrisa, mientras anotaba algo en una planilla.
-Supongo que bien ¿Hace cuanto tiempo estoy aquí?
-4 Meses, sufriste un terrible accidente del que mas adelante se te informara correctamente- Mirando de reojo a Daniel, quien baja la mirada.
Necesitaba explicaciones ¿Que accidente? ¿Daniel me había lastimado? ¿Y Samanta y Hannah?
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Holaaa! Bueno ya empezamos con esta historia. Quiero agradecerles ya desde ahora por esto, y espero que les guste.
Nos leemos en el primer capítulo 💕
T. M. F