A veces creo que hay vida en otros mundos, y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa
( carl sagan )
Bajo lentamente las escalas , ya que están todos esperándome en la mesa para cenar
-!Tomas¡ por que tardaste tanto- dijo mi madre mientras fruncía el ceño.
- Lo siento madre - le digo mientras levanto los hombros en forma de disculpa .
Mi familia es muy peculiar cada uno a su manera, mi madre, Zahara , una mujer de 40 años, tan comprensiva como paciente, que siendo muy joven decidió formar su hogar con mi padre, el viejo Royer, un hombre de 45 años honrado y trabajador pero lamentablemente hacia ya varios años que había fallecido a causa de un horrible cancer de estómago que lo había apagado despacio dura te casi dos años, mi hermana Sheyla, de doce años, cursando séptimo grado, y finalmente yo, un chico de diecisiete años cursando el último grado de secundaria con inmensos deseos de empezar a vivir el futuro que tanto he soñado.
Termino de cenar, me despido y me voy directo otra vez a mi habitación, saco algunas cajas vacías y las coloco fuera, junto a la puerta.. Después de ello, cierro la puerta de mi habitación, y me acerco a la ventana de mi balcón, observó las calles que lucen solas y calladas, satisfecho con el aspecto de mi nuevo cuarto inhaló el aire puro de ambar, camino hacia mi cama y me dejó caer en ella, en un abrir y cerrar de ojos caigo en un sueño profundo.
El despertador me avisa que comienza mi primer día en el Ambar college, en veinte minutos me arreglo y preparo la lista de asignaturas que haré este año, bajo lentamente las escalas en y me dirijo a la cocina donde preparo unos cereales con leche.
En ese momento entra mi madre con una sonrisa de oreja a oreja y me dice
- Que tengas mucha suerte hoy hijo y recuerda que todos los cambios son para bien -
- si mama - digo poniendo los ojos en blanco
- Adiós mamá - mientras me levanto de la mesa y sujetando la mochila salgo hacia el nuevo colegio
Camino lentamente por las estrechas callejuelas metido en las letras y ritmos suaves de take me to church y como una casualidad me topo con la plaza de mis sueño, más adelante está la Ermita del Ángel y eso me llamo mucho la atención ya que recuerdo bien que la misma capilla tenía el nombre o dedicatoria a San Rafael, continuó mi camino hasta llegar a la famosa Avenida de Adriana Custo.
respiro profundo y le doy la orden a mis piernas de aumentar la velocidad, una sensación extraña invade mi cuerpo y me impulsa a salir corriendo a toda velocidad de esa avenida.termino mi trayecto justo en la fachada del cementerio municipal que con su colosal puerta, el montón de tumbas blancas, el mar de rosas y otras muchas flores que llenan cada sepulcro dan la bienvenida a los vivos al lugar donde descansan todas las personas de Ambar, respiro profundo para calmar mis ansias por acercarme al cementerio.
Llegó al Ambar College justo a tiempo y allí puedo ver una construcción moderna hecha prácticamente en cristal que me da la bienvenida al lugar en el cual pasaré el último año antes de marchar a la universidad estatal.
Voy lento mientras recupero el aliento por la maratón que acabo de correr y en ese momento me encuentro con una muchacha de apariencia normal sin destacar mucho y ella es: alta, el cabello de un café cobrizo, uno ojos grandes y acompañados por unas enormes gafas de alguna marca poco conocida. Al ser alta tiene una complexión atlética, ella me observa a través de los grandes cristales durante unos minutos antes de atreverse a decir:
- hola, soy Mía ¿debes ser Tomas verdad?.- lo dice con una sonrisa que ocupa toda su cara
- eh..si soy Tomás pero puedes llamarme Tom- digo intentando parecer amable
- buenos dejemos las presentaciones y vamos al grano yo me encargaré de darte un pequeño tour por las grandes instalaciones de nuestro colegio-
Después de un largo paseo por el Ambar College, en el cual visitamos el gran salón de actos del cual la ciudad entera estaba tan orgullosa,vimos el laboratorio de ciencias y de carpintería sin contar la inmensidad de salones todos enumerados con unas letras blancas sobre una baldosa negra.
Respiro hondo y despidiendome de Mía entro en mi clase con mis nuevos compañeros, los miro a cada uno de ellos y con una rápida presentación me acomodo en mi pupitre situado al final del salón y al lado de la ventana, las, vistas son increíbles dan a un pequeño bosque.
El resto de la mañana transcurre lenta y en calma una presentación por aquí una por allí vamos lo normal de alguien nuevo.
En la salida me espera mi Madre con una gran sonrisa antes de que mi madre me hable observó que muchos chicos tienen su propio auto pero no le doy mucha importancia.
- ¿Que tal el día hijo? -
- bien madre nada del otro mundo sinceramente - mientras observo el camino por la ventana
- ¿que tal las instalaciones ?
- Están bien mama- lo digo poniendo los ojos en blanco
Al llegar a casa subo a mi habitación, busco entre mis cajones una vieja versión de cumbres borrascosas y leo hasta que caigo en un profundo sueño.