El nuevo terrorista que entra en clase tiene el pelo rubio medio largo,ondulado y los ojos verdes. Lo que más me llama la atención era la clara diferencia de edad entre los cuatro amenazantes. Él parece mucho más joven , debe de tener más o menos nuestra edad mientras que los otros hombres parecen rondar los treinta años. ¿Pero por qué tan joven y haciendo esos crímenes?
Al entrar mantienen una breve conversación en su idioma.Claramente no entendemos nada de lo que dicen.
Eso de que estén hablando entre ellos sobre su plan y no podamos entender nada nos pone más nerviosos.
Seguimos todos llorando. Están casi a punto de terminar la especie de teatro que estaban montando hace unos minutos.
Veo que mientras susurran entre ellos parecen estar buscando a alguien entre los que estamos en clase.
Están apuntando a la profesora con una pistola. Para que tengamos más miedo en el cuerpo. Si es posible tener más.
*¿Qué finalidad persiguen con esto?* -pienso.
No hemos escuchado ninguna sirena de policía o de ambulancia por lo que todavía no se han tenido que enterar de lo sucedido. Eso me preocupa mucho. ¿Quién nos va a salvar si no?
¿Acaso quieren pedir un rescate y salir beneficiados económicamente?
Me giro por un momento a ver cómo están Sandra y Pablo.
-¿Estás bien? -le digo moviendo los labios sin emitir ningún sonido a Pablo.
-Sí, tranquila, todo va a salir bien- consigo entender leyendo sus labios.
-¡Tú! ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Os he dicho que no hablaseis entre vosotros! -me grita furioso uno de los hombres.
-¡Traela aquí! -dice el terrorista joven.
*¿Cómo? *-me digo a mi misma bastante nerviosa.
De repente viene uno que me coje fuertemente del brazo y me arrastra hasta la pantalla blanca que habían colocado pegada a la pizarra.
-¡No le toqueis ni un pelo! -grita Pablo.
-Vaya, vaya... -empieza a decir un terrorista. ¿¡Qué te crees que eres un héroe!? Vuelve a emitir una palabra o sonido más y te mato.¿Te ha quedado claro?
-¡De rodillas! ¡Ya! -me grita el más joven de ellos.
Enseguida me pongo de rodillas y cada vez estoy llorando más.
*Todo va a salir bien, Olivia. Tranquilízate*-me intento convencer a mí misma.
Por una vez le agradezco a Pablo que se trague su orgullo y se calle. Si le hubiese pasado algo por haber intentado defenderme no me lo perdonaría en la vida.
-Gracias por hacernos fácil la elección de un rehén. Te arrepentirás toda tu vida de lo que acabas de hacer. -me dice el chico rubio al oído.
*¿Ha dicho rehén? ¿Acaso Puede empeorar más la situación?*-pienso.
-Enciende la cámara. -le dice el chico rubio al hombre más alto de ellos.
Al instante enciende la cámara que esta enfrente mía. Mientras los otros se tapan todo lo que pueden la cara con pintura negra para que se le vea solo los ojos y así no ser reconocidos.
El chico joven se tapa la cara con un pasamontañas y se pone al lado mía. Tras él todos los demás.
El chico que ha encendido la cámara coje una cuerda y me ata los brazos.
-¿Qué hacéis? -digo llorando a más no poder.
-¡Cállate! - me dice el rubio de ojos verdes.
Podría estar gritando a todo momento para intentar defenderme pero me da mucho miedo las consecuencias que podrían conllevar mis actos.
Después de atarme las manos, me tapa la boca con un pañuelo.
Mientras me lo pone intento resistir a que me lo ponga pero el joven saca la pistola y me la pone en la cabeza.
-Si no te estás quieta no dudaré en quitarte la vida.Y el siguiente rehén será tu príncipe azul. ¿¡Ha quedado claro!? -me dice el terrorista con los ojos inyectados en sangre.
Está apunto de darme un ataque de nervios o posiblemente me desmaye aquí mismo. Una de las dos cosas.
Se terminan de colocar todos en sus sitios y empiezan a gritar:
-¡Estamos en el instituto de la ciudad!-comienza diciendo uno.
-¡Tenemos rehenes! ¡Queremos 500.000€ para liberarlos! ¡De lo contrario los mataremos uno a uno!
-¡Teneis una hora para traernos el dinero y dejarnos libres! ¡Si cumplis todos los pasos tal y como os lo indicamos saldrá todo bien! ¡Si no, ya sabéis lo que hay!
Al decir eso el joven me estira del pelo para que levante la cabeza y mire hacia la cámara.
-¡Mira a la cámara! ¿No quieres morir verdad?
Llorando niego desesperadamente con la cabeza.
-Una hora. El tiempo corre. TIC, TAC, TIC, TAC...
Uno de los hombres apaga la cámara y pasa el video a un ordenador que lleva encima y veo como lo envía a los medios de comunicación. Por favor que se termine ya esto.
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Ya han pasado 30 minutos desde que grabaron el video. Llevo todo el tiempo rezando. Espero que sirva para algo.
Estamos acalorados. Es pleno junio y no tenemos aire acondicionado en las clases.
Los terroristas se pasean con pistolas y metralletas por la clase. En ocasiones cogen el teléfono para hablar con la policía y llegar a unos acuerdos.Pero no conseguimos escuchar de que hablan.
*La policía nos sacará de este apuro y nuestras vidas volverán a ser las mismas que hace dos horas * -pienso para mí misma.
Miro a Sandra que está en el suelo temblando del miedo. Me encantaría sonreírle para intentar calmarla pero el pañuelo que tengo atado en la boca no me lo permite.
Llevo sin comer nada desde anoche debido a que no me ha dado tiempo a desayunar y como la masacre a pasado antes del patio,no hemos podido almorzar. Estoy hambrienta y encima con la calor que hace también sedienta.
Si pasamos mucho más tiempo así acabaré mareandome o perdiendo la consciencia.
-¡Quedan cinco minutos y todavía no hemos visto el dinero! -grita muy furioso uno de los hombres.
Está hablando de nuevo por teléfono. Cada minuto que pasa estoy más asustada. No quiero morir. Me encanta mi vida. Que irónico es que las personas nos demos cuenta de lo valiosa que es la vida en los peores momentos.
-¡Que entre solo un policía con el dinero! ¡Que nos lo de y que nos deje ir! De este modo no saldrá nadie herido.
Al pasar un par de minutos entra un policía con un maletín. Me alivio mucho al ver a la persona que va a solucionar esta situación y nos va a salvar la vida.
-Déjalo encima de la mesa y quédate en la esquina de la sala con las manos en alto y de rodillas. -le dice el terrorista de la melena rubia.
Se ve que él tiene que ser el jefe que ha llevado al cabo todo el ataque. Desde que están aquí me he dado cuenta que él es quien toma las decisiones importantes.
El policía sigue paso a paso lo que le indican los cinco hombres armados.
Cuando abren el maletín algo va mal.
El joven pone cara de rabia y se acerca al policía.
-Eran 500.000 euros.¡Aquí solo hay 200.000! ¡Ese no era el trato! -le grita al agente.
-No podéis huir de aquí. Hay centenares de policías alrededor del edificio. Y no tardarán en entrar en la sala y deteneros a los cinco. ¡Vais a pasar toda vuestra vida en la cárcel! -le contesta el policía.
-¿Así? Eso habrá que verlo- responde el joven muchacho de una forma muy sería.
Al segundo los cinco hombres sacan las armas y empiezan a disparar al techo y a las paredes.
Esta vez nuestros gritos eran más fuertes y asustadizos.
-¡Coged el dinero y a la chica! -grita el jefe.
*No, no por favor*
Uno de los hombres me agarra del pelo, me obliga a levantarme e ir con ellos.
Pero algo nos hace detenernos por un momento.
Pablo ha venido corriendo y le ha pegado un puñetazo a uno de los terroristas para intentar quitarle el arma.
PUUUM!