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Chapter 120 - No planee esto(Día 119)

Hoy amanecí de la mejor manera.

Aunque me molesta el hecho de que ayer lo vi con un beso en el cuello, estar con Kin se me ha hecho muy necesario y no quiero que suceda eso.

Cuando abrí mis ojos el estaba durmiendo aún y solo lo observe. Admito que sus rasgos son fuertes, su mandíbula es pequeña y curva, sus ojos son muy oscuros y su nariz es de la proporción perfecta. Su pelo es largo, en este momento le llega los hombros casi y es negro, su color natural.

Pareciera como si todos sus rasgos estuvieran bien combinados.

Mientras lo veía suspire y el se despertó, abrió sus ojos y solo me sonrió.

-Buenos días- dijo- ¿Cómo dormiste?-.

-Bien ¿Y tu?- contesté-.

-Demasiado bien- dijo estirándose-.

Salimos de la cama y prepare el desayuno, mientras tomábamos el té podía sentir que el quería explicarme lo del labial en su cuello pero mucha atención no le presté.

-Una fan- dijo cuidadosamente-.

-No es necesario dar explicaciones- dije sin dejar de mirar el televisor.

-Para mi si es necesario- dijo poniéndose serio-.

-Yo creo que no, somos amigos. Con quien estemos o no... No nos interesa, mientras no nos hagan daño- dije-.

-Igual te voy a explicar 'amiga'. Ella tenía que hacer un reto de besar a la primera persona que se le cruce con labial en el cuello-.

-Y se emocionó al saber que eras tu...- dije sin dejar de mirar la pantalla-.

-No le revele mi identidad-.

Admito que por dentro me sentí aliviada, no era que había estado toda la noche en un hotel o un bar seduciendo mujeres. Aunque me da igual.

Viendo las noticias vimos un titular sobre la ex pareja de Jung, su mamá estaba en las noticias y había armado un escándalo afuera de la empresa.

Obviamente la sacaron, y aunque suene muy frío ¿Acaso tiene la culpa la empresa de que ella haya decidido quitarse la vida? Obviamente no es algo que me haga sentir alivio, pero fue una decisión de su hija no la obligaron.

-Es una pena lo que paso con ella- dijo Kin- Era muy amable-.

-¿Amable?- dije burlonamente - ¿La conocías?-.

-Si, salí con ella por un tiempo cuando necesitaba que el director me diera una oportunidad para regresar a la empresa. El director de la otra compañía para la cual trabajaba era su primo lejano. La cuidaba mucho- me explico-.

-Ah- dije sin prestar mucha atencion-.

Era tiempo de ir a la iglesia, necesitaba despejar mi mente pero no lo logre.

Salí de casa y Luna junto con Tan y Carlos estaban esperándome.

-¿Seguro que no quieres ir?- le pregunte a Kin-

-Si- dijo y se fue-

-¿Vamos?- pregunto Carlos-.

-Vamos- dije sin rogarle más a Kin-.

Llegamos a la iglesia y al entrar el ambiente estaba tenso, como si estuvieran enojados conmigo. Y efectivamente fue así. Todos habían visto la noticia sobre la ejecución de Emiliano, muchos sólo me miraban y otros me decían: "arrepientete".

Llegamos a nuestra fila y la cosa mejoro un poco, entonces comenzó la reunión.

Me sentí tan observada por todos que no pude llegar a estar en el mensaje; me fui con Carlos a casa.

-¿Porque volviste temprano?- pregunto Linda-.

-Por nada- dije y me fui a acostar-.

Mientras estaba en la pieza Marciales me grito de la cocina.

-¡Ah! Llamó la mamá de Emiliano. Margarita creo que era su nombre.-

-¿Que quería?- grite de la pieza-.

-Hablar contigo-

-¿Sobre que?-

-No me dijo-

Me senté y me puse a leer un libro.

A la media hora sonó el teléfono y Marcia se acercó a mi.

-Es la mamá de...- dijo y asentí con la cabeza-.

Tome el teléfono y le hice señas a Marcia que se fuera, aunque mis manos temblaban no iba a dejar que me detuviera.

-Buenas tardes- dije-.

-¿Habla Camille?-

-La misma-

-Soy Margarita la mamá del hombre al cual mataste-

-Le doy mi pésame señora. Pero yo no lo mate, la policía lo ejecutó por sus crímenes-

-Tu lo mataste, si no lo hubieras conocido el no habría ido hasta Corea. Estoy segura que tu fuiste la que lo convenció de irse para allá ¡¿Porque no lo dejaste en paz?! ¡MATASTE A MI HIJO!-.

-Señora con todo respeto- dije tranquilamente- Su hijo era quien no me dejaba en paz..-

-¡MENTIRA! ¡TU LE COMISTE LA CABEZA!-.

-Señora. Convengamos que, si usted me llama para sobre actuar como la madre dolida para que me sienta mal no está funcionando, usted y yo sabemos bien que en ningún momento usted se preocupo por él. El siempre me recriminaba que no recibía el amor de su familia y cuando estuvo internado aquella vez yo en ningún momento vi que apareciera por el hospital. Ademas estoy segura que se entero que estaba aquí en Corea porque recibió el certificado de defunción. Sino tampoco estaba enterada de donde estaba y que hacía su hijo-

En ese instante corto la llamada.

Era verdad, su familia jamás se había preocupado por el y la única familia que había tenido medianamente eran mis padres y yo.

Muchas veces le dimos de comer y le dimos ropa, porque el trabajaba y mantenia a su familia. Todo lo que el ganaba lo desperdiciaban y a veces no tenia que vestir, porque todo lo que tenia estaba roto.

Inclusive varias veces lo hecharon de la casa y durmió en la calle.

Seguí en la cama, no quiero hablar con nadie. Luego de lo que sucedió en la iglesia no me dan ganas de salir; me imagino que en las calles va a ser lo mismo.

Las chicas ahora están cenando y yo no quise comer. Debo inyectarme el medicamento porque mis manos se están acalambrando otra vez.

Mi vieja yo volvió, esa Camille que se encerraba días y noches en su habitación sin salir. No quiero que pase de nuevo, pero no tengo ánimos de salir.