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Es fin de semana, y Marta, como cualquier persona normal, está dormitando recostada en las piernas de Miguel mientras él lee un libro y su adorable hijita Leidy está en la alfombra jugando con un osito de peluche. Un ambiente tan armonioso se vio abruptamente interrumpido por el insistente timbre de la puerta. Miguel levantó la mirada del libro y se encontró con los ojos somnolientos de Marta acostada sobre sus piernas, esta vista le hizo sonreír tiernamente. Aunque no quería, Marta tuvo que levantarse para que Miguel fuera a abrir la puerta, mientras reprendió mentalmente mil veces a la persona que interrumpió su siesta y su comodidad.
Miguel abrió la puerta de manera relajada, en el marco de la puerta estaba parada una hermosa y amable chica de ojos color avellana y cabello castaño claro, parecía muy emocionada cuando se abrió la puerta.
- ¿Hermanita? - Miguel no parecía sorprendido por la visita de Lorena, ya que era muy frecuente. Miguel sabía que el tiempo de su hermana se dividía en 4: el tiempo con su madre, el tiempo con Manuel, el tiempo en su (de él) casa y el tiempo en que desaparecía de la faz de tierra por alguna razón que prefería no conocer.
- Hermano mayor - Lorena estaba tan emocionada que casi saltaba - ¿Puedo pasar?
- ¿Puedo negarme? - Miguel levantó sus cejas y quiso burlarse de ella un poco.
- ¡No! Quítate del camino, quiero ver a mi agradable cuñada y mi adorable sobrina - Lorena agitó su mano despectivamente como espantando moscas, y entró a la sala de estar cómo si estuviera en su propia casa (podría decirse que lo es... ¡Bah! detalles)
- ¡Tía! - al ver a Lorena, la pequeña Leidy se lanzó a abrazar su pierna con sus tiernas y gorditas manitas delicadas.
- Mi lindo angel... la tía te extraño mucho - Lorena levantó a la niña en sus brazos y la estrecho cariñosamente.
- Espero que haya una buena razón para interrumpir mi siesta - Marta resopló mientras enterraba su cabeza en los cojines del sofá.
- Tan agradable como siempre, cuñada - Lorena se rió entre dientes con diversión. A propósito llegó justo en medio de la siesta de fin de semana de su cuñada (ヽ(｡◕o◕｡)ﾉ. cuánta maldad hay en ti) Lorena estaba de muy buen humor por obtener la reacción que deseaba.
Miguel sacudió la cabeza con resignación, estás dos mujeres de actitudes completamente distintas en público, eran como gato y ratón en casa, su pasatiempo preferido era burlarse la una de la otra. Él admite que le dio un pasatiempo más divertido que era verlas actuar como niñas frente a él. Una era su hermana menor, a quién cuidaba con cariño, y la otra era su amada mujer, a quién ama más que a su vida. Aunque sus juegos a veces cruzaban la línea, él sabía que esa era su forma (de las dos mujeres) de demostrar que se aceptaban mutuamente.
- Ya dejen sus payasadas - Miguel tuvo que separarlas cuando ambas mujeres empezaron una, sorprendentemente normal, pelea de almohadas.
- ¡Ok! - ambas respondieron al unísono y se sentaron una junto a la otra con posturas elegantes, su pasabas por alto su cabello revuelto podrías no ser capaz de saber lo que en verdad paso ente las dos.
- Hermanita pareces estar bastante emocionada, cuéntame la razón - Miguel se sentó en el sofá frente a ellas, Leidy aprovecho la oportunidad y se abalanzó a los brazos de su padre, mostrando momentáneamente una sonrisa triunfal a las dos mujeres en el lado opuesto (si, es posesiva con su padre... y aún más con su madre └|∵|┐♪) la pequeña niña se acurrucó naturalmente en el pecho de su padre y empezó a chuparse el dedo pulgar de su gordita y tierna mano.
- Carol decidió filmar su nuevo sencillo en Crystal City ¿y quién es la directora de filmación? ¡Yo! - la brillante sonrisa en su rostro casi hace que el sol pierda su brillo en comparación.
- Te felicito - Marta sonrió suavemente, a pesar de su relación infantil, ella consideraba a Lorena como una buena amiga.
- Eso no es todo - Lorena descolgó la mochila de su espalda y saco de ella una carpeta para pasarla en las manos de Marta.
Marta leyó detenidamente y levantó una ceja al leer el contenido.
- ¿Quieres que te acompañe?
- No solo tú. También mi hermano mayor. Debes verla, es la ciudad más bonita que verás en tu vida, y su van conmigo será muy divertido - Lorena estaba muy emocionada, sus ojos brillaban de expectativas, pero también había un destello solemne en el fondo de su mirada muy díficil de detectar.
- Aunque suena emocionante volver a visitar Crystal City... todavía tengo asuntos que resolver respecto a la Flórez Corp. que pueden tardar un par de días en resolverse - Miguel suspiro suavemente, acariciando el sedoso cabello rubio oscuro de la niña en sus brazos.
- Eso pensé. La grabación durará tres semanas, creo que puedes alcanzarnos cuando se resuelva - Lorena intento peinarse su cabello ondulado.
- Está bien - Miguel sonrió sin poder hacer nada ante la insistencia de su hermana - Creo que solo serán cuatro días. Ustedes pueden ir primero, y yo las alcanzaré cuando resuelva los asuntos de la empresa.
Lorena asintió vigorosamente como un pollito picoteando maíz.
- Siempre quise saber cómo era la ciudad de "la lluvia cálida de flores de durazno" pero... ¿qué tan confiable es esto? - preguntó Marta agitando el documento en su mano.
- Lo aprobó Manuel - Lorena sonrió tontamente, sus ojos casi capaces de lanzar corazoncitos en el aire.
- Eres tal vez la única persona en la faz de la tierra que molestaría al alto y poderoso Presidente Narváez, frío indiferente y arrogante, con un asunto tan trivial como el equipo para la grabación del sencillo de una artista - Marta puso los ojos en blanco.
- Pues fue fácil, después de todo involucra a su hermana más pequeña y a su otra hermana menor - Lorena sonrió triunfante.
- Tuviste que pagar un precio - Marta y Miguel dijeron esto al mismo tiempo, ambos con sonrisas burlonas.
La sonrisa de Lorena se puso rígida y su rostro enrojeció hasta sus orejas, ahora miraba a las dos personas que les gusta ver al mundo arder con una mirada agraviada en sus ojos color avellana.
- Viaje... viaje... - Leidy que había estado adormilada se despertó al escuchar que había viaje y su sonrisa era tan deslumbrante como el arcoiris. La pequeña e inocente niña ignoraba por completo la razón por la que su tía estaba roja en su rostro.