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Era fin de semana, por lo que Marta no tendría que trabajar. Todavía era bastante temprano, el cielo aún estaba oscuro, Marta dormía plácidamente en los brazos de Miguel cuando de repente unos suaves golpes se escucharon en la puerta, seguidos de una dulce e infantil voz que decía entre sollozos:
- Mami, papi, no puedo dormir... tuve un sueño feo...
Marta abrió suavemente sus pesados párpados al escuchar su voz.
- Tú hija te está llamando... - dijo Miguel en un susurro perezoso.
- A está hora, ella es tu hija - Marta le contesto en un bostezo lánguido y se cubrió la cabeza con la cobija para darle descaradamente la espalda a Miguel.
Una sonrisa burlona cruzó los labios de Miguel mientras se levantaba y caminaba suavemente para abrir la puerta, una pequeña figura que temblaba a causa del miedo apareció ante sus ojos.
- Papi... - la pequeña niña se agarró a la pierna de Miguel mientras sollozaba.
Miguel la levantó en brazos y le pregunto con una voz muy suave:
- ¿Qué sucede? ¿Por qué mi pequeña princesa está llorando?
- Papi... tuve un sueño feo... - la niña sollozo mientras se aferraba a la pijama de Miguel.
- Shh... ya pasó, estas bien... yo te protejo, no llores más ¿está bien?
La niña asintió mientras se enterraba en el pecho de Miguel y lo sujetaba como si tuviera miedo de que desapareciera al segundo siguiente y la dejará sola.
- ¿Puedo... dormir con papi y mami?
Miguel miró los ojos de cachorrito abandonado de la niña y no tuvo el corazón para negarse a su petición, acarició cariñosamente su pequeña cabecita y le sonrió suavemente.
- Está bien, puedes dormir con nosotros por esta vez.
Miguel llevo a la niña en brazos después de cerrar la puerta de la habitación, la acomodo en el centro de la cama y la cobijo con el edredón, se recostó a su lado y tiempo después escuchó la diminuta respiración regular que indicaba que ya se había dormido.
- ¿No crees que la mimas demasiado? - Marta se giró hacia el lado de la cama en la que Miguel estaba acostado.
- Sólo tiene dos años. ¿Cómo podría decirle que no a sus ojos suplicantes? - Miguel estiró su brazo por sobre la almohada para tocar el rostro de Marta y apretar ligeramente sus mejillas.
- Que fácil terminó queriéndote... ¿le hiciste algo mientras yo no estaba? - Marta entrecerró sus ojos mientras apartaba suavemente la mano de Miguel.
- ¿Hacerle algo? Es solo que soy irresistible, ni siquiera tú pudiste evitar caer rendida a mis pies - Miguel sonrió con arrogancia y superioridad.
- No, mi amor, estás mezclando las cosas... fuiste tú quien cayó rendido a mis pies en aquel tiempo... - Marta no pudo evitar reír entre dientes mientras sus ojos verde esmeralda brillaban de una manera seductora.
- ... Esta bien, ganas por esta vez... pero no he dicho mi última palabra - Miguel sonrió maliciosamente antes retraer su brazo y cerrar suavemente sus párpados - Descansa, todavía quedan unas horas antes de que amanezca...
- Mmm... - Marta suspiro y cerró sus ojos, su respiración se normalizó y poco tiempo después se quedó dormida.
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El fin de semana fue un tiempo bastante relajado para la familia de tres. Marta y Miguel llevaron a Leidy a jugar a un parque cercano a la casa, la niña se divertía y reía a carcajadas mientras la pareja sonreía de oreja a oreja, ellos dos estaban cerca de ella para cuidarla y jugar con ella. Era un ambiente muy hermoso, tanto que las personas que los veían solo podían sonreír mientras pensaban que era la familia más linda que habían visto.
'Bip-bip-bip'
El celular de Miguel vibro con el aviso de una llamada entrante, él sacó el celular de su bolsillo para ver el identificador de llamadas antes de responder:
- ¿Hola?
- ¿Es el señor Botero?
- ¿Quién habla?
- Le habla la secretaria de la Doctora Viviana Herrera. Deseo informarle que los resultados de la prueba de ADN que realizó hace quince días ya están listos, puede recogerlos el lunes si quiere...
- De acuerdo. Gracias.
- Que tenga buen día.
La llamada terminó y Miguel marcó otro número.
- Habla Chris Hemsworth, ¿le puedo ayudar en algo?...
- Chris, soy Miguel... ¿Qué tan rápido puedes prepararme una demanda por incumplimiento de un testamento?
- Envíame los archivos referentes y estará listo para el lunes en la mañana.
- Bien. El lunes en la tarde me acompañarás a discutir cierto asunto antes de imponer la demanda, ¿esta bien?
- Lo entiendo. ¿Voy a ejercer o simplemente voy como tu apoyo moral? - el hombre al otro lado de la línea sonrió con ironía y desdén.
- Eso depende de esa persona.
- ¿Cuál es el objetivo?
- Lo sabrás pronto. Te dejo, recuerda muy bien lo que has dicho.
Miguel cortó la llamada después de decir esto, su semblante frío se derritió por completo cuando volvió al lado de Marta y siguió jugando pacientemente con la niña.