- Mami, no quiero que me dejes...
- No lo haré... esto es lo mejor para ti, es para que estés bien, por favor entiende... ¿Puedes ser una niña buena? Tu madre te extraña, y mucho, yo jamás debí alejarte de ella, perdoname... ¿me prometes portarte bien?
- Está bien... Nana Melani...
- Buena niña, espero que no me guardes rencor... ni a mí ni a tu madre, ¿esta bien?
- Si...
Leidy miró a su madre con sus grandes y brillantes ojos esmeralda, no entendía por qué Melani quería alejarla, después de todo tan solo es una niña de dos años, de lo único que estaba segura era de que si su mamá le pedía que se portará bien, ella lo haría, esperaba que su nueva familia fuera buena con ella, así como lo era su Nana Melani y su Nana Sarah.
Melani paso tiempo con su 'hija' antes de que llegara Sarah, tenía los ojos llorosos y no podía ocultarlo, le dolía el corazón.
- Ama - dijo Sarah mientras entraba a la habitación.
- ¡Nana Sarah!
Leidy se echó en los brazos se Sarah, ella también tenía lágrimas en los ojos, pero sabía que era lo mejor para la niña.
Finalmente lograron hacer que la pequeña se tranquilizara y de durmiera, Melani y Sarah estaban hablando en la sala de estudio después de que Leidy quedará dormida.
- ¿Conseguiste ayuda? - preguntó Melani.
- ¿Como lo... ?
- Te conozco demasiado bien. Dime de quien conseguiste ayuda.
- De Kira Allende.
- ¡¿Te volviste loca?! Anaconda nos matará si se entera con quién te aliaste.
- No me importa, las cosas están hechas, no hay marcha atrás... Además... he decidido cambiar de bando... esta noche me iré, me uniré a Kira y a todos los que odian a Anaconda, como yo lo hago...
- ¿Me abandonas?
- No, simplemente quiero vivir... tú también deberías pensarlo.
Melani quedó estupefacta ante la decisión de Sarah, estaba levemente intrigada pero al mismo tiempo estaba asustada del castigo que recibiría por la traición de la Sombra.
Al obtener la reacción que esperaba, Sarah se dio la vuelta para irse de la habitación, pero Melani la detuvo.
- ¡Espera!
- ¿Sí?
- Iré contigo, también me uno a Kira, prefiero eso a tener que enfrentar el horrible castigo que impondrá Anaconda por traición.
- Se lo diré a Kira. Ella va a planear como sacarte de aquí. Prepárate.
Sarah salió de la habitación, cerrando la puerta detrás de ella. Melani se sentó en el sofá del estudio, estaba teniendo una lucha interna que se notaba en sus ojos marrones, jamás se había visto en sus ojos una emoción verdadera, ella era experta en camuflar sus verdaderas emociones e intenciones, pero por primera vez en su vida fue como si sus pensamientos fueran más fuertes que su autocontrol, era una sensación extraña pero que a la vez le agradaba, sentía que por fin se estaba convirtiendo en un ser humano, que puede expresar sus verdaderos sentimientos, esta sensación dibujó una sonrisa en su rostro, pero a diferencia de la sonrisa que siempre mostraba a los demás, era una sonrisa sincera, la primera sonrisa sincera que se había formado en ella desde la muerte de sus verdaderos padres, se sentía bien.
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En la noche.
Sarah ya estaba lista, llevaba a Leidy dormida en sus brazos, salió sigilosamente por la puerta trasera, corrió rápidamente a través de la noche, dos hombres subordinados de Anaconda la seguían de cerca, Sarah sabía que por como iba vestida ellos no notarían que llevaba a la pequeña Leidy, eso le dio la ventaja y la fuerza para continuar corriendo a pesar del peso de la niña. Hábilmente, también por pura suerte, logró despistarlos y avanzar más rápido.
Llegó a él Girl Dreams Isolated Club, estaba empapada de sudor pero no había tiempo de tomar aire, subió las escaleras al segundo piso casi volando, ignorando por completo las miradas extrañadas de los presentes en el club. Finalmente llegó a la oficina del Director, donde Kira la esperaba.
- Aquí está. Por favor cuídala.
- Dalo por hecho. A la vuelta de la esquina te espera uno de mis subordinados, ellos tienen un robot que físicamente se parece a la niña, es más pesado, pero fue lo único que lo logramos en tan poco tiempo.
- ¿Como lo hallaste... ?
- Te explico después. Espera que alguien te salve cuando los hombres de Anaconda te acorralen. Ya envié a alguien para que ayude a Melani, ambas cambiarán de bando sin sufrir ningún rasguño, confía en mí.
- Está bien...