Lorena sonrió y compro las entradas, era una película estrenada hace poco, de comedia romántica, ya que él le había dado a elegir la película, ella eligió algo que le gustaba, al ver que él seguía sonriéndole, le pareció bien seguir con el plan.
La película logró acercarlos, Lorena estaba demasiado feliz de estar en una cita con Manuel, el sentimiento era mutuo, Manuel no dejaba de sonreír y su aura era extrañamente agradable, todas las personas que los veían sonreían, lo único en lo que pensaban era que eran la pareja perfecta, algunos reconocían a Manuel y hacían una respetuosa reverencia, esto hacia que Lorena mirara con curiosidad a Manuel, se acercó un poco a él y le preguntó en voz baja:
- ¿Por qué tanto respeto hacia ti?
Manuel sonrió maliciosamente y apretó su mano alrededor de su cintura, después respondió:
- ¿Crees que sales con una persona normal? Recuerda bien con quién estás caminando.
- Es cierto. Estoy saliendo con el heredero del gran imperio Narváez. Casi lo olvido. ¿También tengo que hacerte reverencias?
- Eso depende...
- ¿De qué?
- De si aceptas ser mi novia.
- Eres más atrevido de lo que imagine. Pero, ¿sabes qué?
- ¿Qué?
- Si siendo tu novia me libro de hacer reverencias... acepto...
- ¿De verdad?
- ¡No! Pero sigue intentándolo, espera un poco y lo aceptaré.
- ¿Cuanto tengo que esperar?
- No lo sé, tálves un día, una semana, un mes, un año...
- Aunque fueran diez años, aún así te esperaría.
- Te daré puntos por paciencia entonces - dijo ella mientras se inclinaba para darle un beso en la mejilla.
Estaban tan inmersos en su mundo que no se dieron cuenta de que algunas personas les estaban grabando y tomando fotos, y aunque se hubieran dado cuenta, poco les importaría, nada podría opacar la felicidad que sentían estando juntos.
Ellos caminaban por las calles, mientras estaban tomados de las manos, algunas personas los miraban con curiosidad, otros con asombro y otros simplemente pasaban de ellos. Mientras pasaban por un parque una niña se les acercó, vestía pobremente y llevaba una canasta de rosas de varios colores, los ojos de Lorena se iluminaron al ver las flores y se apagaron al ver el aspecto de la niña, una luz de tristeza cruzó sus atigrados ojos. Manuel vió la reacción de Lorena, su expresión se oscureció un poco, se giró hacia la niña y dijo con su extrañamente voz agradable:
- Hola, me gustaría llevarme un ramo, ¿puedo?
Los ojos de la niña se iluminaron,con su infantil voz respondió:
- Si, Señor, ¿cual le gustaría?
Manuel observó el rostro de Lorena, después señaló un ramo de rosas color caramelo y dijo:
- Me llevaré ese.
- Si, enseguida.
La niña preparo el ramo y se lo entregó a Manuel, cuando recibió el pago, la pequeña niña no pudo evitar decir:
- Señor, su novia es muy linda, se parece a las rosas, también parece una dama muy elegante.
Lorena se sonrojo levemente, mientras reía suavemente le respondió a la niña:
- Gracias. Eres encantadora, ¿cómo te llamas?
- Isabella, Señorita, aunque todos los que me conocen me dicen Chavita.
- ¿Qué edad tienes, Chavita?
- Siete, Señorita.
- ¿Y qué haces trabajando si eres tan pequeña? Deberías estar estudiando.
- No tengo dinero, Señorita, además... soy huérfana, tengo que cuidarme sola.
La cara de Lorena palideció, su expresión se oscureció, lo pensó durante un tiempo, luego dijo:.
- ¿Estarás aquí mañana?
- Supongo, ¿por qué?
- Te lo diré mañana, te buscaré a esta misma hora, ¿de acuerdo?
- ...Está bien, Señorita.
Manuel miró con su mirada curiosa a Johana, le intrigaba lo que ella planeaba, pero no iba a cuestionarselo enfrente de la niña. Vió como Lorena le daba una barra de chocolate a la niña, después de eso siguieron caminando, ella llevaba el hermoso ramo en sus manos, mientras que la mano de Manuel reposaba sobre su hombro. Una vez caminaron unos metros, él le preguntó:
- ¿Qué planeas?
- ¿A qué te refieres?
- A Isabella, ¿qué planeas hacer con ella?
- Le daré la oportunidad de vivir, no puedo tolerar ver a esa tierna niña en ese estado, me rompe el corazón.
- Ya veo, ¿planeas adoptarla?
- Tálves cuando me case, por ahora solo quiero darle una mejor vida que estar en las calles.
- Eso es muy noble y generoso, ¿se lo dirás a tu madre?
- Es mi madre, lo sabrá tarde o temprano, no puedo ocultarle nada. ¿Qué opinas tú?
- No me opongo. Se ve que serás una amorosa madre en el futuro...