Nunca han tenido que lastimarse a si mismos, para no sucumbir a los impulsos de ¿dañar a los demás?.
No quiero tener maldad, pero me llevaron al extremo de la oscuridad, carcomiendo mi poca paciencia, trate de ahogar mis demonios pero ellos saben nadar, suben a la superficie de mi piel, rasgan mi alma y cumplen mis deseos de consumirlo todo y ese placer de la sangre que mancha mis manos.
¡Que empuñan el cuchillo con el que corto, atravieso y desangro tú frágil cuerpo!..