Una expresión desconcertada y nerviosa cruzó su rostro y tropezó. Un estudiante que iba pasando tuvo la amabilidad de ayudarla y le preguntó con preocupación:
—¿Te hiciste daño?
—No, estoy bien —Li Canxing sacudió la cabeza e intentó alejarse tan rápido como pudo. No quería que Qi Yanxi la viera.
No obstante, su conversación llamó la atención de Qi Yanxi, por lo que volteó y vio a la pálida Li Canxing. Qi Yanxi levantó una ceja y la alcanzó con un par de zancadas. Ella temblaba descontroladamente e intentó huir, pero Qi Yanxi la agarró del brazo.
—¿Canxing? Tanto tiempo. ¿Por qué te escondes de mí? —la sonrisa en el rostro de Qi Yanxi era retorcida.
Li Canxing se estabilizó y forzó una sonrisa.
—Joven Amo Qi, ¿no estaba en el extranjero? No sabía que había regresado.
—Veo que no me quieres aquí—dijo Qi Yanxi, con sus ojos parpadeando peligrosamente—. No olvides mandarle mis saludos a tu hermana —dijo lentamente.
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